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🍃Capítulo 38

Dedicado a: Romina-Uchiha gracias por tu apoyo💚

《⏳》

—Ya te dije… aún es muy pronto para hacer eso

—¿Y? Quiero hacerlo ya

El hombre suspiró y acarició el puente de su nariz. Dejó caer su espalda en el sofá y le dio una calada a su cigarrillo.

—Créeme que será una maldita molestia si lo hacemos ahora. Además necesitamos planearlo bien, ¡No podemos hacerlo así nada más!

La persona frente a él cruzó sus brazos con molestia — ¡Entonces planea algo! Ya no resisto verlos tan felices

—Tú tienes más datos que yo, dímelos y podremos armar un buen plan. Pero mientras tanto… — expulsó el humo de su boca y palmeó su regazo — ven aquí…

—¿De nuevo? — rodó los ojos — ¿Es que no te cansas?

—Mm, mm… — negó sirviéndose un poco de whisky para después, beberlo de un trago — simplemente exijo mi pago, tu quieres que te ayude en tu asunto con esos dos, y yo acepto ayudarte a cambio de unos buenos polvos

—Aish… — volvió a rodar sus ojos y se subió al regazo del sujeto.

—Se me ocurren planes grandiosos, cuando estoy en la cama… así que sería bueno que me ayudes un poco…


🍃⏳🍃


Terminaba de secar su cabello con algo de pereza. Tomó su corbata color azul y la colocó sobre sus hombros. Suspiró mirándose al espejo e hizo una mueca. Palmeó sus mejillas dándose ánimos mentalmente y salió de la habitación.

Entró a la habitación de al lado y se acercó a la bonita cunita, observando cómo su niña se mantenía despierta. Sonrió enormemente, tomándola con dulzura en sus brazos.

—Buenos días, hija mía… — repartió besitos en toda su carita — ¿Cómo dormiste? ¿Bien? Me da gusto — rió bajito peinando los despeinados cabellitos con su mano — ¿Quieres que vayamos con papi?, ¿Si?, Entonces vamos

El pálido bajó las escaleras, sin dejar de hablar con su hija. Le encantaba charlar con ella todo el tiempo, aún si ella apenas emitía tiernos y bajitos balbuceos.

—¿Vas a cuidar de papi ahora que yo no esté? Si, yo sé que si lo harás… — entró a la cocina sin dejar de hablar con su niña.

Jimin sonrió al escucharlo. El desayuno ya estaba servido en el pequeño comedor dentro de la cocina. Ambos desayunaron entre pequeñas charlas, sobre todo centrándose en su hija.

—Estuvo delicioso, cariño. — besó cortamente sus labios — mañana yo prepararé el desayuno, para que no te despiertes tan temprano

Jimin negó con una sonrisa, ajustando la corbata de su esposo. YoonGi le entregó en brazos a la bebé, tomó su maletín y bata blanca en un brazo.

—No quiero irme… — sus labios tomaron forma de un puchero — les voy a extrañar mucho

—Lo sé… — acomodó a la niña en sus brazos — nosotros también te extrañaremos, pero ya es hora de que vuelvas a trabajar…

—No quiero… — renegó infantilmente. Con su mano libre tomó a Jimin de la cintura y lo apegó a él. Sonrió dejando un besito en la cabeza de su hija y otro en la mejilla de su amado — Ya estoy viejo… ¿Y si ya me jubilo?

—Sólo tienes veinticinco, YoonGi — se rió — No estás viejo…

—Sólo quiero quedarme…

—Tranquilo amor, estaremos bien — dejó un corto besito en los delgados labios del mayor — te irá muy bien en tu regreso al trabajo

Se besaron por unos cuantos segundos, donde el pálido le decía a su esposo que volvería en unas horas. Después de tantas despedidas, a YoonGi se le hizo un poco tarde así que tuvo que salir con prisas.

Jimin simplemente se quedó viendo como su amado esposo, se alejaba en su auto.

🍃⏳🍃

3 meses…

La pequeña Min SunMi había cumplido tres meses de nacida. Y sus padres no podían sentirse más orgullosos de su bella hija.

La niña se había vuelto más despierta durante el día y casi no se despertaba en las noches. YoonGi era quien más agradecía eso, pues ya podría dormir casi toda la noche y usualmente su hija se despertaba, cuando el también despertaba para prepararse para irse el trabajo.

Él atendía a su hija en las mañanas, amaba hacerlo. La tomaba en brazos, la llenaba de besitos, cambiaba su pañal sucio y le daba su biberón. Todo, antes de que Jimin despertara. Ya cuando Jimin se levantaba, encontraba a YoonGi duchado, vestido, a veces jugando con su niña, o preparando el desayuno.

A YoonGi le encantaba aprovechar al máximo sus mañanas con sus dos personas favoritas en todo el mundo. Pues su jornada de trabajo le hacía regresar a casa hasta dentro de diez horas. Agradecía los días en los que salía unas horas más temprano, así podía salir a algún lugar con su hija y esposo o visitar a sus amigos.

Estaba en proceso de negociar su horario de trabajo con el nuevo director del hospital: Cho Kyuhyun. El señor Leeteuk había recibido su jubilación, así que ya no se vería más por la clínica. YoonGi quería disminuir sus diez horas de trabajo a siete horas, de verdad quería pasar más tiempo con su familia, a pesar de que sus sábados y domingos, son completamente dedicados a su hija y esposo.

Hoy era uno de esos días en los que salía temprano, después de concluir exitosamente una cirugía. Entró con emoción a su hogar, dejando su maletín sobre un sofá y desajustando su corbata. Un ágil y suave animalito cruzó entre sus piernas, maullando con fuerza. YoonGi se detuvo, observando al tierno animalito.

—¿Qué sucede, Miki? — Miau. YoonGi rió — mira nada más, cuando llegaste aquí eras una gata pequeñita y ahora estás enorme, comes mucho — Miau. —  Tienes hambre, ¿no es así? — Miki se restregó en sus piernas ronroneando — Ya voy, ya entendí… — Después de que YoonGi fuera a dejar alimento al plato de su adorable mascota. Fue en busca de los dos amores de su vida.

Escuchó un ruido en el piso de arriba así que supuso que estarían arriba. Estaba por subir las escaleras cuando unas risas provenientes del patio trasero, llamaron su atención.

La primavera finalmente había llegado hace unas semanas, así que YoonGi sonrió enormemente al salir al jardín trasero y ver a Jimin sobre una manta que estaba en el pasto y a su lado SunMi sonriendo mientras Jimin se acercaba y le hacía cosquillas y soniditos con la boca en su pancita.

Oh, vaya que YoonGi se sentía sumamente feliz de ser capaz de ver tan preciosa imagen frente a sus ojos. Sacó su celular de su bolsillo y sin que se dieran cuenta, les tomó unas cuantas fotos para atesorar tan bello momento, del cual se habría perdido si hubiera estado trabajando.

—¡YoonGi! — de pronto se vio rodeado por unos delgados y cálidos brazos. — llegaste temprano

—Hola, cariño — también lo abrazó, dejando un sonoro beso en su sien — Te extrañé, mucho

—Yo también te extrañé — levantó su rostro para unir sus labios en un pequeño besito. YoonGi sonrió acariciando su cintura, dejando muchos besitos en los voluptuosos y suaves labios

—¿Y mi precioso melocotón?

Ambos caminaron a la manta sobre el pasto donde yacía su preciosa hija, moviendo sus piernitas. Se sentaron y YoonGi se colocó en su campo de visión. En cuanto SunMi miró a su padre, sonrió emocionada mientras sacudía sus piernitas y bracitos, balbuceando bajito.

Últimamente, cuando SunMi veía a alguno de sus padres, se emocionaba mucho, mucho.

—Hola, mi niña — con cuidado la tomó entre sus brazos — te extrañé tanto, ¿Tú me extrañaste? — la pequeña simplemente observaba a su padre, sin dejar de balbucear — Yo sé que sí

YoonGi comenzó a repartir besitos en toda su carita, una y otra vez sin dejar de sonreír. Se recostó de lado en la manta, dejando a SunMi en medio de ellos. La pequeña estaba tan emocionada, que no decidía a cuál de sus dos padres mirar.

—¿Cómo te portaste, muñequita?, ¿cuidaste bien de papi, ah? — SunMi sonrió metiendo su manita a su boquita, últimamente le encantaba hacer eso.

—Es una niña buena, nunca me causa problemas — Jimin acarició sus cabellitos

—Lo sé, lo sé

Llenaron de cariñitos y besitos a su bebé, haciéndola sonreír mucho. La pequeña agitaba sus manitas y piernitas muy feliz.

Jimin se quedó observando a su amado esposo, la manera en la que jugaba con su niña, luciendo tan risueño. No resistió más, cuando unió sus labios, robándole un dulce beso, que tomó desprevenido al mayor.

—¿Y eso? — rió bajito, llevando su vista al castaño, mirándolo muy enamorado. Relamió sus labios, alcanzando la mano las pequeña, dedicándole caricias con su pulgar.

Jimin alzó sus hombros — Quise besarte… ¿Ya te dije que me encanta verte interactuar con nuestra hija? Eres un padre maravilloso, YoonGi

—Y yo amo verte a ti interactuar con SunMi… amo escuchar cuando le cantas con esa dulce y melódica voz que tanto me encanta

El menor se sonrojó dirigiendo su vista a su niña que movía sus bracitos y balbuceaba exigiendo atención — Te amo, YoonGi…

—Yo también te amo, mi vida… — unos pequeño balbuceos llamaron su atención. Sonrió al ver a su hija — sí, a ti también te amo, melocotón mío…

Pegó su rostro a la cabecita de su niña y restregó su nariz por los suaves cabellitos, aspirando su bonito aroma a talco. Dejó un besito en la pequeña naricita y de pronto, sintió un jalón en su cabello.

—Au, au… SunMi, bebé suéltame…

La risa de Jimin resonó al ver a su esposo en apuros, mientras su niña tenía en su puñito un mechón de cabello, halándolo.

—Oye, tiene fuerza, au… SunMi — se quejaba

—Así también lo hace conmigo, ¡Hey! Incluso se ha llevado cabellos en su mano — se rió

Entre risas y pequeños jaloneos, Jimin logró quitar la manita de su niña y liberar el cabello de su amado. Quien estaba realmente sorprendido de la fuerza de su hija.

—En serio tiene fuerza… — sobó su cabeza — es la primera vez que me jala el cabello

—Conmigo lo ha hecho muuuuchas veces — se carcajeó con su niña en brazos — ¿Verdad, SunMi? A la próxima, lo tomas con tus dos manitas, ¿De acuerdo? — dijo bajito

—Hey… te escuché, estás conspirando en mi contra, para que mi propia hija me deje calvo

—¿Yooooo?

—Sí, tú… — se levantó y lo abrazó por detrás, provocando risas en el castaño

Estaban muy ocupados besándose, hasta que escucharon la puerta principal cerrarse. Intercambiaron miradas confundidos.

—¿Escuchaste eso? — asintió

—¿Serán Taehyung y Hoseok? Dijeron que vendrían

—No, le puse seguro a la puerta — se puso de pie — Sólo se podría abrir por dentro… — recordó el sonido en el piso de arriba — iré a ver, espérame aquí

Con rapidez, fue a revisar la puerta principal, encontrándola sin seguro. Sin pensarlo dos veces, subió las escaleras revisando las habitaciones, encontrando todo en orden.

Al entrar a la habitación de su bebé, encontró un florero tirado en la alfombra. ¿Cómo se había caído?. Revisó minuciosamente la habitación, encontrando todo normal. ¿Alguien habrá querido entrar a robar, aprovechando que Jimin y su hija estaban solos?, ¿Qué hay de la seguridad de la que tanto paga en el vecindario? Será mejor ir a con el hombre de seguridad de la entrada para que le muestre lo que captó las cámaras instaladas por todo el lugar. También no sería mala idea, colocar unas por él mismo en su hogar.

El timbre sonó, sacándolo de sus pensamientos. Dejó el florero en su lugar y bajó con prisa las escaleras. —¡Yo abro, Jimin! — Se asomó por el picaporte de la puerta, suspiró aliviado y la abrió

—Hey chicos, pasen — se hizo a un lado permitiéndoles el paso

Hoseok y Taehyung entraron cada uno con un bebé en brazos y una enorme sonrisa. Tenían varios días sin llegar de visita.

—¿Qué haces aquí, Yoon? — preguntó Hoseok

—Salí temprano — sonrió tomando la manita de TaeRin que yacía dormida en los brazos de su mejor amigo — ¿Cómo han estado?

—De maravilla, ¿Puedes creer que ya hemos dormido seis horas seguidas por tres noches? TaeHoo y TaeRin ya casi no se despiertan en las noches — contó Taehyung emocionado, tocando la naricita de su niño haciéndole parpadear — las bolsas bajo mis ojos dicen gracias

—Ah, eso es genial — rió llevando su vista a TaeHoo — SunMi también duerme toda la noche, de hecho ya se ajustó a mi horario, cuando me despierto en las mañanas, la encuentro a ella despierta mordiendo su manita

—Espero que TaeHoo, TaeRin y Taehyung también puedan hacer eso — se carcajeó — mis gemelitos se despiertan en cuanto se asoma el primer rayo de sol, les damos de comer y vuelven a dormir. Una hora después, mi alarma suena y me es muuuuuy difícil despertar a Taehyung

—Heeeey — hizo un puchero — pero bien que disfrutas despertándome, ¿no? — YoonGi carraspeó divertido al ver a su mejor amigo sonrojarse — Por cierto, ¿Dónde está Jimin?

—Está en el jardín trasero, junto con SunMi — respondió

Taehyung asintió rápidamente, agradeciéndole a YoonGi y cruzó la sala, llegando hasta la puerta corrediza de cristal. Sonrió al encontrarlo tan concentrado en acariciar la carita de su hija, quien agitaba sus bracitos y piernas y reía cada ciertos momentos. La escena era completamente adorable.

Mientras tanto, Hoseok y YoonGi se hallaban en la cocina, el pálido servía un poco de limonada en un vaso de vidrio para su amigo, quien le agradeció y bebió.

—TaeRin se ve muy bien — mencionó YoonGi tocando la esponjosa mejilla de la bebé — Ha mejorado mucho, tan solo ve estas mejillas

—Lo sé — sonrió enormemente sin dejar de ver la carita pacífica y dormilona de su niña — aún tenemos que darle nebulizaciones tres veces al día, pero ya tiene una semana donde ha podido dormir sin tener que usar una mascarilla de oxígeno

—Esa es una excelente noticia, me alegra mucho escuchar eso, es una niña muy fuerte

Hoseok comenzó a platicarle a su mejor amigo, cómo han ido trabajando con el cuidado de los gemelos. Ahora trataban de dormirlos al mismo tiempo porque, cuando uno dormía el otro se despertaba llorando y por consecuencia, despertaba al que acababan de dormir, comenzando todo un caos, donde los jóvenes padres también querían llorar al ver a sus retoñitos llorar.

—Por cierto Yoon, antes de que nosotros llegaramos, tenían visitas ¿Verdad? — habló luego de unos segundos de haber tomado el último trago de su bebida

— ¿Visitas? No, ¿Por qué? — cuestionó el pelinegro con una pequeña sonrisa confundida

Hoseok se encontró aquello extraño.

—¿De verdad?... Pensé que sí — se encogió de hombros y arrulló a TaeRin, pero el ceño fruncido del pálido frente a él le hizo detenerse — Es que cuando estaba estacionando el auto, vi a alguien salir por la puerta principal

—¿Qué? — sintió su corazón detenerse — Hoseok, ¿Estás seguro de que viste a alguien salir de aquí?

—Muy seguro, ¿Sucedió algo?

YoonGi asintió y comenzó a contarle sus sospechas, desde el sonido que escuchó al llegar a casa, y cuando escuchó la puerta cerrarse y como encontró un objeto tirado en la habitación de su bebé.

—Deberías poner cámaras de vigilancia, Yoon. No es bueno que Jimin y tu hija se expongan así

—Mierda, lo sé — suspiró fuertemente — Hoseok… tú, ¿viste cómo lucía esa persona?

Negó — No muy bien, sólo vi su espalda al caminar. Pero estoy seguro de que era hombre, iba vestido de negro y con una gorra. Sinceramente no me presté mucha atención, pero iba en dirección a la salida del vecindario

—Tendré que ir con el guardia de la entrada, necesito revisar las grabaciones de las personas que entraron hoy… esto no me da buena espina. — Hoseok asintió de acuerdo sintiéndose preocupado — Hope, ¿Jimin y SunMi se pueden quedar mañana en tu casa? No quiero que estén aquí solos

—Sabes que sí, amigo…

🍃⏳🍃

5 meses…

Jimin había terminado de envolver una caja de regalo, con un papel púrpura y un bonito lazo color dorado. Le encantaba como le había quedado y eso era bueno, porque será un muy bonito regalo para su futura sobrina.

Hoy, después de que su amado esposo llegara de trabajar, irían a visitar a Jin y Nam. SeokJin ya tenía siete meses y por suerte, esta vez todo había ido viento en popa en el transcurso del embarazo. Aún así, no quería aprovecharse de su bien sentir y decidió mantenerse en casa casi todos esos meses, en completa tranquilidad y reposo. Habían descubierto que esperaban a otra dulce niña, cosa que a Yeri le encantó en demasía, al saber que tendría una hermanita para ella solita.

Yeri había cumplido cuatro años hace dos meses atrás, a lo cual, sólo le hicieron un pequeño festejo con sus amiguitos y vecinos. La pequeña estaba feliz con eso, pues sabía que su padre no debía hacer mucho esfuerzo porque ahí en su pancita estaba protegiendo a su hermanita. Yeri había comenzado el preescolar hace dos semanas, y todos los días le llamaba a YoonGi y Jimin para contarles de las cosas que hacía, les decía que les tenía de obsequios muuuchos dibujitos y manualidades que había hecho ella solita.

Un balbuceo llamó su atención y sonrió enormemente al ver a su bebé boca abajo, moviendo sus piernitas y bracitos, esforzándose por alcanzar un bonito y esponjoso juguete de patito. Jimin se echó a su lado y tomó a su niña en brazos, alzándola frente a él, escuchando sus balbuceos y risitas.

—Ya no crezcas, SunMi… — hizo un puchero al ver su niña con ya cinco meses de nacida.

SunMi iba creciendo a grandes zancadas. Era una niña preciosa y muy risueña. Le encantaba estar boca abajo, pues intentaba moverse, pero sólo sacudía sus piernitas y bracitos. Estiraba sus brazos intentando alcanzar sus juguetes, para después llevárselos a la boca.

Le encanta jalar el cabello, a ella le parece muy divertido pero a sus padres no. Últimamente intentaba tomar por si solita su biberón, pero este terminaba cayéndose.

¡Amaba que sus padres charlaran con ella! Le entretenía muchísimo verlos y escucharlos hablar. De verdad, amaba ver a sus padres. A veces simplemente se ponía a llorar porque quería tener la atención de ellos y que le hicieran mimos.

Era una niña consentida.

Mmbaaaah~

—Lo sé, lo sé — la recostó en la alfombra y pico su pancita provocándole risitas

Daaadaah~ — sacudió sus piernas emocionada

—A mi tampoco me gustan las cosquillas — se rió acercando su rostro al de su bebé para llenar su mejilla de muchos besitos — Ahh~ eres tan adorable, SunMi. ¿Qué dices? ¿Te como a besos? — la pequeña balbuceó haciendo burbujas con sus babitas — ¿Eso es un sí?

Jimin se rió y comenzó a besar la pancita de su hija, haciendo soniditos una y otra vez. La pequeña se removía entre risitas, sintiendo las cosquillitas en su pancita. Rápidamente llevó sus pequeñas manos a el cabello de su padre, logrando que este se detuviera.

—¡Auu, SunMi! No, no… — se quedó quieto — suelta mi cabello, ¡Ay!

En su lucha por querer quitar las manitas de su bebé, los maullidos de la pequeña Miki se escucharon. Se escuchaba enojada. A Jimin eso le pareció extraño, el maullido venía al parecer de la cocina. Finalmente logró que su hija dejara de jalar sus cabellos. Observó como en sus puñitos tenía unos cuantas hebras. Se sobó adolorido el cuero cabelludo y miró a su hija que lucía completamente como un angelito que no hace ninguna travesura.

—Me dolió, oye… — hizo un puchero — yo sólo quería darte amor y tiras de mi cabello

La pequeña sonrió al ver a su progenitor, y estiró sus bracitos hacia él. Jimin negó divertido y la tomó en brazos, atrapándola en un cálido abrazo. —No me puedo enojar contigo… — comenzó a repartir besitos en su cabecita y abrazándola con cariño. — te amo tanto, hija… eres lo mejor que me ha pasado en la vida — alejó un poco el pequeño cuerpecito de su pecho y dejó un tierno beso en su frente. SunMi lo veía con sus ojitos muy abiertos, su papi era el mejor de todo el mundo.

—Me pregunto qué tendría Miki… — llevó su vista a la puerta de la cocina — iré a ver qué-

El teléfono comenzó a timbrar, tragó saliva y dudó en contestar. Últimamente no atendía el teléfono de la casa, desde que esas extrañas y silenciosas llamadas comenzaron hace ya varios meses atrás. Abrazó de nuevo a su hija un poco asustado, dejando suaves palmaditas en su espalda.

—Shh, está bien… — respiró más tranquilo cuando el estridente sonido dejó de sonar. Observó el reloj analógico en la pared, dándose cuenta de que su esposo llegaba en treinta minutos más. Bien, eso lo calmaba un poco.

Volvió a observar el rostro de su niña, notando sus ojitos cansados. Sonrió con ternura, sin perder la oportunidad de besar sus regordetas mejillas y acariciar sus suaves cabellitos. —Tienes sueño, ¿verdad?... Papá no tarda en llegar, ¿no quieres recibirlo despierta?

Pero SunMi dejó escapar un dulce bostezo. Jimin sonrió enternecido. Oh, cuánto amaba a su hija. Era tan parecida a YoonGi, su piel, sus ojitos, hasta se atrevería a decir que incluso la misma sonrisa. Sí, SunMi aún no tiene dientes, pero Jimin está seguro de que su hija tendrá la misma adorable y encantadora sonrisa de su amado esposo.

La acomodó contra su pecho y hombro, sin dejar de darle besitos en su cabecita y comenzó a palmear su espaldita.

You are my sunshine… my only sunshine… — empezó a entonar con su aterciopelada voz — you make me happy… when sky’s are grey… — la abrazó restregando con suavidad su nariz por sus cabellitos, arrullándola sólo como papá Jimin sabía — you never know dear… how much I love you… please don't take my sunshine away…

La respiración tranquila y profunda de su niña, le indica que se ha quedado cómodamente dormida. Intentó moverla un poco para recostarla en su portabebé, pero en el momento en que intentó alejarla, se dio cuenta de que tenía su manita empuñada en la ropa de su progenitor. Jimin sonrió así que volvió a acomodarla correctamente en su pecho, dedicándole suaves caricias en la espaldita.

Estaba por ponerse de pie para ir a la cocina y revisar por qué su gatita maullaba de esa manera, cuando su teléfono celular comenzó a sonar. Asustado porque pudiera despertar a su hija, lo tomó rápido y contestó sin fijarse en el remitente.

—¿Hola?

Hola, cariño — esa era la ronca y grave voz de su amado.

—¡YoonGi! ¿Ya vienes en camino?

Me faltan veinte minutos para salir, pero eso no importa. Te tengo una maravillosa noticia — su voz se escuchaba emocionada

—¿Qué es?

Jin acaba de dar a luz a su bebé

—¿Qué? — abrió enormemente sus ojos muy sorprendido por la noticia — pero, pero Jin apenas tiene siete meses

Bueno, creo que la pequeña quiso nacer antes — se carcajeó bajito — nació por cesárea, muy saludable, un poquito baja de peso por obvias razones, pero está bien. Jin también se encuentra estable, están terminando de darle unas últimas puntadas y será trasladado a una habitación

—Ahh… me alegra tanto escuchar eso, ¿qué hay de Namjoon? — quitó el celular de su oreja, presionó en altavoz y lo dejó a su lado en el sofá, mientras movía a su hija y abría su manita para después, acunarla en su brazos.

Estábamos charlando en nuestra hora libre sobre un paciente, cuando recibió la llamada de Jin muy asustado. — se rió — admito que me preocupé, pero Namjoon se cayó del sofá al intentar levantarse y tiró varias cosas. No pude evitar reírme, cariño

—¡YoonGi! — también se rió — No te burles, ¿Quieres que te recuerde como estabas cuando yo rompí fuente? Ibas de un lado a otro muy nervioso

Está bien, está bien — se dio por vencido — Bueno, creo que nuestros planes han cambiado, se que iríamos a casa de mi hermano. Así que en cuanto salga voy por ti y SunMi para que conozcan a la nueva integrante de la familia

—¡Sí, sí! Envolví el regalo muy bonito, creo que a Jin le gustará

Claro que le gustará — sonrió del otro lado de la línea — ¿Y mi bello melocotón?

—Tiene unos minutos que se durmió, aquí la tengo en mis brazos — Jimin acarició la mejilla de su bebé con mucho amor. No se cansaba de mirarla

Dale un beso de mi parte en lo que llego a casa… — un suspiro de añoranza se escuchó — ya quiero llegar y tener a ambos en mis brazos…

Jimin se carcajeó bajito, a pesar de no ver a su esposo, está seguro del enorme puchero en sus labios. YoonGi ama consentir y mimar a sus dos tesoros, que son Jimin y SunMi. De hecho planeaba llevárselos a un pequeño viaje a hawaii, quería que su niña conociera el mar, la arena, también quería renovar sus votos allá, pues aún no había tenido oportunidad de planear su pequeña boda.

Quien sabe y tal vez sus amigos quieran acompañarlos a Hawaii, sería divertido ir en compañía de todos y disfrutar unas cómodas vacaciones juntos.

Después de una larga despedida, ambos colgaron. Jimin se quedó observando a su hija y en un suave movimiento, la apegó a su pecho. Sentía la enorme necesidad de abrazarla, mimarla y mirarla mucho.

No lo pueden culpar, es un padre primerizo y su hija lo es todo para él.

Se puso de pie, dispuesto a ir a vestir bonita a su niña para ir a la clínica. Caminó con ella en brazos,  pero antes de subir las escaleras, un ruido en la cocina llamó terriblemente su atención.

—¿Qué andas haciendo Miki? Tienes alimento en tu tazón — empujó la puerta y entró buscando a su gatita — ¿Miki?

Hizo una mueca al no ver a su adorable mascota por ningún lado. Se encogió de hombros y prosiguió a salir de la cocina. Tarareando una dulce canción a su bebé caminó a las escaleras. En el momento en que estaba por colocar el primer pie en el escalón, se sintió ser jalado, asustado creyendo que caería, abrazó a su hija protectoramente contra su pecho.

Pero algo lo detuvo, fue rodeado fuertemente por unos brazos. Volteó su rostro de inmediato, sintiendo un horrible escalofrío por toda su espina dorsal al encontrar una cabeza cubierta por un pasamontañas y una gorra.

—¡No me-...! — el sujeto de inmediato cubrió la boca y nariz de Jimin con un pañuelo blanco. Jimin comenzó a forcejear y su niña despertó asustada empezando a llorar.

Jimin se sentía mareado y adormecido. El maldito pañuelo contenía cloroformo. Sus piernas y brazos comenzaban a perder fuerza… su hija, su hija se le caería.

—Sun-...mi…

De repente su niña le fue arrebatada de sus brazos. Abrió enormemente sus ojos, su visión se encontraba muy borrosa, maldita sea, se estaba desmayando. Esa otra persona estaba frente a él y tenía a su hija.

—Mi hi-...ja… No…

Todo a su alrededor estaba distorsionado, no lograba distinguir nada, se sentía aturdido. Había inhalado el suficiente cloroformo como para hacerle colapsar.

Ya vámonos, déjalo ahí — ni siquiera pudo reconocer el tono de voz — él no tarda en llegar

Lo último que su visión borrosa captó fue como aquella persona, se llevaba a su hija y su último pensamiento fue YoonGi, antes de desvanecerse por completo y perder la consciencia.

Comenzó a despertar, aún aturdido. Su cabeza dolía, su respiración estaba algo agitada y no podía evitar soltar quejidos, continuos. Algo estaba golpeándolo…

Diablos… Se siente tan... malditamente bien… — ese ronco susurro chocó contra su oído derecho.

—N-no… — sus ojos se llenaron de lágrimas al comprender que estaba pasando

Se sentía débil y mareado, su esfuerzo era en vano. Las lágrimas comenzaron a bajar, al sentirlo.

—Por... fa-vor… — sollozó

Carajo — susurró aquel sujeto al darse cuenta de que Jimin estaba despertando.

Con fuerza colocó el pañuelo en el rostro de Jimin y Jimin sollozó con fuerza al sentirse dominado de todas las maneras posibles.

¿Cómo había terminado así? Sus lágrimas no paraban de bajar, mientras rogaba en voz baja, que ese hombre se detuviera.

De nuevo terminó perdiendo la conciencia. Llorando de dolor y por su amada hija.

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Les dejo una fotito de nuestra bella Min SunMi💜

Y este... weno... NOMEMATEEENNN *C hace bolita y se esconde*  los amo mucho mucho mucho. Oh y lamento la tardanza (como siempre💔) ¡Feliz año nuevo 2019 atrasado! Les mando un enorme abrazo, los amo muucho~

¿Qué opinan del capítulo? Lamento decirles que entramos a la recta final, estamos a máximo 5/4 capítulos para que SEGUNDOS finalice. :")

Les mando muchos besos y abrazos, gracias por leer. Gracias a quienes han estado aquí desde el principio y le doy la bienvenida a los nuevos lectores, gracias por darle una oportunidad a segundos💚

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