🍃Capítulo 26
—YoonGi, no es que no te lo quisiera contar… — puchereó Jimin con la mirada baja, enfocando su vista en su hija que se hallaba en sus brazos, durmiendo pacíficamente
Hace diez minutos que, Hoseok y Taehyung abandonaron la habitación, pues el embarazado tenía hambre y eso le ponía de mal humor
Minutos después de que la parejita se fue; el pálido le entregó a su amado a la pequeña bebé, para sentarse a su lado en la orilla de la cama. Rodeó a su esposo de los hombros y besó su coronilla.
—Creí que entre nosotros no había secretos… — tomó con suavidad la mano contraria, comenzando a acariciar con el pulgar
—Lo sé… es sólo que… — suspiró mientras veía la carita de su bebé — …es algo que no me gusta recordar y ya no tiene importancia para mi, Yoonie
—Entiendo… — besó el dorso de la mano más pequeña
—Él… fue mi novio durante un mes en la escuela preparatoria… — comenzó
—Cariño, no tienes que contármelo si te sientes incómodo — acarició su hombro
—No… tengo que hacerlo — lo miró a los ojos — una de las cosas que aprendí en mi carrera de psicología es que, no es bueno retener los malos recuerdos y siempre es bueno contárselo a alguien con quien te puedas desahogar
El mayor asintió en silencio, besándole la cabeza a su pequeño esposo, invitándole a proseguir
—Como te decía; Tuve una pareja en la preparatoria, nuestra relación duró un mes. Él era el mismo chico que me molestaba en secundaria y aún sabiéndolo, yo acepté ser su novio creyendo que había cambiado… fui muy tonto al creer eso — sonrió débilmente de lado — cuando cumplimos el mes, acepté hacerlo con él… al momento del acto, se negaba a usar un preservativo, le conté que sí no lo hacía, yo podría quedar embarazado…
Jimin suspiró, acariciando los suaves cabellitos de su hija. YoonGi sólo escuchaba en silencio, sin soltar la mano de su esposo, dedicándole pequeñas caricias con su pulgar.
—Cuando le dije eso, comenzó a vestirse de inmediato… Y-yo le di asco al enterarse de que yo podría tener bebés… me dijo palabras muy hirientes, además de que llevarme a la cama era sólo una apuesta entre él y sus amigos — susurró lo último. El mayor lo apegó más a él intentando confortarle
—Minnie…
—Sus palabras me hirieron mucho, porque yo había comenzado a quererlo… — recargó su cabeza en el hombro de YoonGi — pero todo cambió cuando llegaste tú, Yoonie — esbozó una pequeña sonrisa y entrelazó sus manos con las contrarias — Yo… tenía miedo de que si te decía que yo podía concebir, también me rechazarías
Sonrió al recordar la expresión de sorpresa de su esposo en ese entonces. El Jimin de dieciocho años, se había asustado al no ver otra reacción. Pero se sorprendió al momento en el que sintió sus pálidos brazos rodearle, estrechándole en un fuerte abrazo.
—Jamás te rechazaría, Minnie… en ese entonces, aunque apenas nos estuviéramos conociendo, ya me gustabas y mucho. — besó su coronilla — así que después de que me dijeras que tú eras capaz de concebir, me puso muy feliz.
YoonGi lo abrazó y meció suavemente, besando una y otra vez su cabeza.
—Míranos ahora — sonrió tocando la manita de su bebé — tenemos a una hija preciosa, nuestra familia crece… y todo es gracias a ti, Jimin
—YoonGi… — murmuró con la voz rota y sus ojitos cubiertos de lágrimas
—Si me permites ser egoísta… me siento feliz de que ese sujeto no fuera en serio contigo… — Jimin lo miró sorprendido — No, no me malinterpretes. Quiero que quede claro que ahora mismo, odio a ese tipo por jugar contigo. Ese idiota te lastimó, te hizo derramar lágrimas y no supo valorar tus sentimientos ni supo lo valioso que eres, mi amor…
Unió sus labios en un pequeño y efímero beso.
—Soy egoísta porque… si no hubiese sucedido todo eso, ahora mismo no te tendría conmigo… nuestra hija, no estaría aquí — sintió como su dedo fue estrujado entre las manita de su bebé y su corazón se agitó de felicidad — Yo no estaría casado con la persona más noble, amorosa, preciosa, perfecta de todo el universo
—Puedes ser todo lo egoísta que quieras, YoonGi — sonrió con lágrimas en sus ojos — por que tienes razón… si tuviera que pasar por todo eso de nuevo, lo haría, si mi recompensa siempre será estar a tu lado y tener a nuestra hija aquí
—Minnie… — besó un par de veces más esos esponjosos labios — te amo… les amo, tanto… gracias por llegar a mi vida
—Gracias a ti… — sonrió sintiendo una lágrima bajar por su mejilla — también te amamos…
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A eso de las cinco de la tarde, SeokJin hizo acto de presencia en la habitación, felicitando a los nuevos papás, completamente emocionado al ver a la pequeña recién nacida.
La sostuvo con mucho amor, sin dejar de observar la bella carita de porcelana y mofletes ruborizados. Sonrió muy orgulloso de Jimin, de YoonGi…
Cuando conoció a YoonGi siendo un niño, al cuál irónicamente no le agradaban los niños, jamás pensó verlo con un bebé propio… Aún recuerda cuando conoció a Jimin por primera vez, sabía que él y YoonGi llegarían muy lejos...
Y vaya que no se equivocó...
Vayámos unos años atrás, cuando SeokJin que en ese entonces recién tenía dieciséis años, conoció a Namjoon en la preparatoria. Cuando él recién cursaba a segundo año de bachillerato, su profesor les dio a conocer a un nuevo compañero, un año menor que todos, pues al ser tan listo, lo promovieron al segundo grado, ese chico de quince años era Min Namjoon.
A Jin le pareció un chico muy tierno cuando lo vio presentarse ante la clase. Portaba unas lindas gafas y el típico peinado de niño bueno, con una partidura de lado dando a entender que su madre fue quien lo peinó. Y que decir del chaleco a cuadros y sus zapatos completamente pulcros.
¡Santo dios! Ese chico, supuraba virginidad por donde lo vieras.
Jin había perdido su virginidad, hacía un año atrás, en una loca fiesta de universitarios a la que se coló. Eso sí, al mantener relaciones, siempre se cuidaba, no era estúpido.
¡Ufff! la adolescencia de Kim SeokJin fue todo un caso.
Y como se podría esperar, Jin se hizo “amigo” de Namjoon y aprovecharse de él para que hiciera sus tareas a cambio de unos apasionados besos, mientras él se iba de juerga todas las noches.
El pequeño Namjoon, hacía las tareas de su compañero sin problema alguno, pues ese lindo chico de labios esponjosos y cabello teñido de rosa, le pagaba con besos… había robado sus primeros besos, ¡Y vaya de que forma!
Pasaron las semanas, cuatro para ser exactos. Y Namjoon estaba que moría de amor por el pelirosa. Pero él creía que sí le seguía haciendo las tareas, el lindo chico no aprendería nada. Así que un día, le propuso que después de clases lo acompañara a su casa a estudiar, aprovechando que sus padres no estarían, a lo cual Jin aceptó muy curioso.
Grande fue la sorpresa de SeokJin al llegar al hogar del menor. Ese chico nadaba en dinero… si Jin creía que su familia tenía dinero, la familia de ese chico tenía el doble
El menor lo guió hasta su habitación, sorprendiéndose de lo ordenada que estaba y también de los enormes estantes, llenos de libros y enciclopedias, muy avanzadas para su edad.
Después de unos minutos ahí dentro, se sentaron en el suelo donde en el centro había una mesa baja donde podían colocar sus libros. Así que se dispusieron a estudiar.
—¡Nam! — la puerta se abrió de golpe dejando entrar a un niño pálido de cabello negro algo rebelde con una camiseta de Mario bros — ¿Quieres jugar una partida conmigo? Hope siempre pierde contra mi, no sabe jugar… — “¡no es cierto!” gritó el nombrado a lo lejos — oh, ¿Quién es él?
—Él es Kim SeokJin, un a-amigo… — carraspeó — lo siento, hermanito. No puedo jugar contigo ahora.
El mayor de los tres miraba muy curioso al niño paliducho y flacucho. ¿Cómo alguien podía ser tan blanco? ¿A caso es adoptado? Namjoon es más moreno y este niño es… transparente, pensó.
—¡Hey niño, veo que también te gusta Mario bros! — el pequeño lo miró con una mueca de disgusto
—No soy ningún niño — frunció el ceño — ¡Los niños son molestos y yo no lo soy! Tengo doce ¡Casi trece! ¡Y no me llamo niño! Mi nombre es YoonGi
—Vale, lo siento “YoonGi” — rodó los ojos — Y dime, ¿Qué juegas?
—Super Smash bros — respondió de mala gana haciendo un puchero
—¡Hey, yo también lo juego!
—¿De verdad? — quitó su mueca de molestia y sus ojitos se iluminaron — ¡¿Quieres jugar?!
—¡Clar…!
—Claro que no — respondió el moreno por él — SeokJin y yo tenemos que estudiar
—Aaaaaahhhh — sacudió sus pies contra el suelo haciendo un berrinche — ¡Sólo una partida! ¡Déjalo jugar una partida! ¿Siiiiiiiii?
Y bueno, Namjoon nunca podía negarse a las peticiones de su hermanito.
Sucedió que, Jin siempre vencía a YoonGi, así que este le cedió el mando a su hermano mayor. Tanto Hoseok como YoonGi, miraban muy sorprendidos como ninguno de los dos mayores perdían. La noche llegó y los padres de los chicos también.
Ambos seguían jugando, mientras que los más pequeños, le echaban porras y los catalogaban, dioses del videojuego. Los señores de la casa se sorprendieron al verlos a todos dentro de la habitación de YoonGi, haciendo un escándalo y un reguero de palomitas y papitas en la alfombra.
Así pasaron los días, SeokJin iba a diario a casa de los Min, donde estudiaban unas horas, Namjoon le tenía mucha paciencia al mayor y le explicaba con mucha calma. Después de sus horas de estudio, se ponían a jugar videojuegos con el pequeño YoonGi.
Cuando Namjoon le explicaba a Jin las tareas con esa voz ronca y algo gruesa… Jin no podía evitar ver sus gruesos labios, sus facciones tan masculinas… sí, Kim SeokJin había caído enamorado ante Namjoon sin querer.
Meses después, pensó que ambos chicos, eran unos diamantes sin pulir. Sólo necesitaban unos arreglos para demostrar cuán bellos podrían ser. Y el pelirosa puso manos a la obra.
Terminó recortando y tiñendo el cabello de ambos hermanos. Les hizo todo un cambio de look. Namjoon había terminado con el cabello de un castaño verdoso y YoonGi, rubio. SeokJin casi babea al ver como Namjoon se veía tan sexy. En cambio la madre de los menores dio el grito en el cielo al ver a sus retoños con el cabello teñido. Pero después, lo aceptó. Sus hijos lucían muy guapos.
El pelirosa tenía bastante tiempo sin salir de fiesta por quedarse en casa de los Min hasta tarde, jugando videojuegos. Pensó en invitar a Namjoon, el cual aceptó algo tímido, pues nunca había asistido a una de ese tipo.
La fiesta fue una completa locura, ambos bebieron, se besaron y tocaron como locos. Sabrá dios, como fue que llegaron al hogar del menor, tratando de hacer el mínimo ruido. Ingresaron a la habitación del moreno… y terminaron por hacerlo. Namjoon era bastante inexperto, pero con las instrucciones del pelirosa lo disfrutaron mucho.
—¡Namjoon! — los gritos de su madre lo despertaron — ¡Iremos a casa de tus abuelos! ¿Quieres ir?
El moreno se había despertado de golpe, volteando a todos lados. Sintiendo entre sus brazos una cálida piel. Sonrió tímidamente al recordar todo lo que había pasado anoche.
—¡Min Namjoon! — gritó su madre del otro lado de la puerta tratando de abrirla
—¡A-ah! ¡Estoy muy cansado, mamá! ¡Saluda a mis abuelos de mi parte!
Un “Está bien” se escuchó y algo más que no logró entender bien. Minutos después, se levantó con cuidado de no interrumpir el sueño del pelirosa, se puso su ropa interior y abrió la puerta verificando que ya no había nadie.
Suspiró aliviado al regresar a la cama, tendrían la casa para ellos dos solos. El menor miró con ternura a Jin, pues al parecer tiene el sueño muy pesado como para no haberse despertado con los gritos de su madre.
Namjoon lo observaba con sus mejillas ruborizadas. ¡Lo había hecho con el chico que le gustaba!
—Mhm… ¿Nam…Joon? — el pelirosa se removió en su lugar, gruñendo en el acto y abriendo perezosamente sus ojos
—Bu-buenos días, SeokJin…
—¡Oh mierda!, Mi cabeza me está matando… — se sentó en la cama acariciando su sien, sin darse cuenta de que estaba desnudo. La sábana apenas cubría su parte baja. Levantó la vista observando el lugar muy confundido — ¿Qué hago aquí?
—¿No recuerdas nada de lo que sucedió anoche? — preguntó muy triste y decepcionado
—No… ¿Qué sucedió? — el menor bajó la mirada al escuchar eso
Jin rió a lo bajo, observando el tierno puchero que formaba los labios contrarios.
—Heeey… es una broma, estoy desnudo, claro que lo recuerdo
—¿De verdad? — lo miró con sus ojitos brillosos y un rubor decorando sus mejillas — Yo… Uhh… ¿Qué tal l-lo hice?
Jin lo vio avergonzado. Aaahhh ¿Por qué este chico tiene que ser tan tímido?, pensó con ternura
—Bueno… para ser tu primera vez, no estuvo tan mal — tomó la sábana cubriéndose hasta el pecho — oye, estás bastante desarrollado ahí abajo, como para tener casi dieciséis — se rió bajito — creo que me duele un poco el trasero
—¿Te lastimé? ¡L-lo siento, yo no quise…!
—¡Hey, hey tranquilo! — lo tomó por los hombros — estoy bien, no te preocupes
—Es que tú me gustas mucho… — murmuró con la mirada abajo — …no quiero lastimarte
—Descuida, estoy bien…. Espera, ¿d-dijiste que te gusto? — el moreno asintió — ¿Yo a ti?
—S-sé que quizás al principio me utilizaste para hacer tus tareas… pero tú eres tan bonito que no me pude resistir, así que decidí a ayudarte a estudiar y pudieras hacerlo por ti mismo, tus calificaciones demuestran que de verdad te he enseñado bien… te llevas muy bien con mi hermano y su amigo, también con mis padres y conmigo… nos besamos, l-lo hemos hecho…
—¿Qué quieres decir? — rió nervioso para fingir que no estaba avergonzado y que su corazón palpitaba muy acelerado — ¿A caso me estás proponiendo algo?
Al parecer si es una propuesta, oh no. Kim SeokJin jamás aceptaría una propuesta así de sencilla. No, todo tiene que ser enorme, hermoso, maravilloso, justo como él. Algo que le sorprenda, algún obsequio, un peluche de alpaca o de Mario de dos metros, muchas flores, chocolates, el cielo y las estrellas. Jin no aceptaría tan fácil.
—Kim SeokJin, ¿Quieres ser mi n-novio?
—Sí
—P-pero yo… espera, ¿Dijiste que sí?
—Eso dije — se encogió de hombros — ¿Quieres que diga que no?
—¡No, no! Oh dios, y-yo te voy a amar mucho, te abrazaré, te tomaré de la mano… — hablaba muy emocionado
—Namjoon… — llamó
—Y nos besaremos, te daré obsequios bonitos, te llevaré a cenar, también te…
—¡Namjoon!
—¿Eh?
—Cállate y bésame, tonto — rió tomándolo de los hombros empujándolo contra él uniendo sus labios
Se recostaron en la cama, el moreno había quedado sobre el pelirosa. La temperatura comenzó a subir, los besos tomaron más intensidad y se acariciaban con fervor.
Todo estaba sucediendo de nuevo. Los chasquidos de sus besos resonaban en toda la habitación, al igual que el choque de pieles, con movimientos inexpertos del menor. Namjoon, le susurró en el oído a su novio, diciéndole que sus padres se habían ido, que no se contuviera y dejara salir esos armoniosos gemidos.
Y lo hizo. A pesar de que Namjoon era un novato, sabía como hacerle gritar y disfrutarlo. Jin no sé contuvo y sus gemidos se podían escuchar hasta el piso de abajo. Estaban solos, después de todo.
Oh eso creían…
En la habitación de a lado, el menor de los Min, se había quedado “dormido” para no ir a donde sus abuelos. Comenzó a escuchar ciertos sonidos, esa era la voz de su hermano y de… ¿Jin? ¿Por qué grita?, se cuestionaba
También escuchaba golpes contra la pared. ¿Estarán peleando?
El pequeño Min YoonGi, se levantó de su cómoda cama, para dirigirse a la habitación de su hermano, tomó su bate plástico de baseball como arma para poder defender a quien sea que esté lastimando a su amigo Jinnie.
La puerta de la habitación de su hermano estaba entre abierta, los extraños sonidos se escuchaban más fuerte conforme se acercaba.
Abrió la puerta, encontrando a su hermano sobre Jin. YoonGi se molestó y corrió a darle de batazos a su hermano en la espalda.
—¡Deja a Jinnie! — estrellaba su bate de plástico completamente inofensivo en la espalda de su hermano
Ambos chicos que estaban en pleno acto sexual, se asustaron al ver al más pequeño. Jin a cómo pudo, logró cubrirlos un poco con la delgada sábana
—¡Hermano tú, déjalo en paz!
—¡YoonGi! ¡detente! — exclamó en mayor de los Min
Jin tenía su cara roja, demasiado avergonzado. Así que, tomó una almohada y cubrió su rostro.
—¿Por qué lo haces gritar…? — detuvo sus golpes — ¿Están desn…? ¿Porqué están desnudos?
—Hermanito… n-nosotros… ¿Podrías salir de mi habitación?
—¡Oh, mierda!
—¡YoonGi! ¡Cuida ese vocabulario! — le regañó
—¡Ustedes están…! U-ustedes… ¡Están haciendo cosas de adultos! — soltó su bate y cubrió sus ojos completamente avergonzado
—YoonGi, no le vayas a decir a nuestros padres, ¿Sí? — pidió asustado
—¡Están locos! ¿Cómo se atreven a hacer esto cuando yo estoy aquí? — los regañó — ¡Soy un niño! ¡Ustedes me pervierten! Ahora tendré un trauma de por vida. ¡Me largo a casa de Hoseok!
—¡YoonGi, tú no vas a ningún lado! — le dijo al verlo cruzar la puerta
—¡El sexo es lo más asqueroso de todo el mundo mundial! — salió de la habitación cerrando de un portazo, no sin antes gritar del otro lado — ¡Pervertidos!
Ambos se habían quedado en silencio, con el rostro rojo hasta las orejas de vergüenza.
Pasaron los días y YoonGi ya no podía verlos igual. El pobre había quedado traumado. Y por supuesto que no los acusó con sus padres, pues quería mucho a ambos chicos como para hacer que los regañaran.
Un día tomaron a YoonGi de la camisa y lo adentraron a la habitación de su hermano mayor. Ya era momento de hablar.
—¿Por qué me metieron aquí? ¿Por qué le ponen seguro a la puerta? — preguntó retrocediendo asustado al ver a ambos chicos — ¡Ni crean que haré esas cosas con ustedes! ¡Aléjense de mi! ¡¡MAMÁAAAAA!!
—Mamá salió con sus amigas
—¡Déjenme salir!
—Escucha, YoonGi — habló el pelirosa — tenemos que hablar sobre lo que viste hace unos días. Tienes que dejar de evadirnos, no hicimos nada malo
—Es normal que las parejas hagan eso — prosiguió el moreno
—¡Es que ustéde…! Esperen… ¿Parejas? ¿Ustedes están saliendo? — abrió enormemente sus ojos viéndolos asentir — ¿Desde cuando?
—Desde el día que nos viste… haciendo, tú sabes… — el moreno rascó su nuca avergonzado
—Oh… entonces, ustedes lo hicieron… ¿Para celebrar?
—Algo así — hizo una mueca
—Aún así, ni crean que olvidaré esto… — frunció el ceño — Sigo diciendo que el sexo es lo más sucio y asqueroso en todo el mundo. Y nunca, nunca, nunca, nunca, nuuuuuuunca, tendré sexo con nadie, ¡nunca!. ¡No seré como ustedes! Así que tampoco tendré pareja, nunca, nunca, ¿Me entienden?, Yo no necesito nada de eso ¡Yo seré el mejor médico de tooooodo el mundo! Y nada más.
Oh, pobre YoonGi. Sólo tenía doce años, no sabía lo que estaba diciendo…
Quien diría que aquel chico, del que quiso aprovecharse en la preparatoria, terminaría siendo el amor de su vida y padre de su hija. Y que el pequeño YoonGi que solía decir que jamás tendría pareja, ahora mismo se encontraba muy enamorado, casado y con una preciosa bebé recién nacida en brazos.
Todos creían que de verdad, nunca saldría con alguien, pues llegó a los veinte años y nunca se le conoció ninguna pareja. Se tomó muy en serio su papel de ser el mejor médico cirujano. Hubo un tiempo en el que no salía de su habitación — la cuál, había cambiado a una más lejana a la de su hermano, porque no quería escucharlo a él y a su novio, fornicar de nuevo — sólo salía para comer y asistir a clases.
Hubo ocasiones en las que, después de tanto insistir, Hoseok lograba sacarlo a “convivir” a alguna fiesta. Otras veces, junto con otros amigos, lo llevaban a bares, donde ofrecían ciertos "servicios". En uno de esos, YoonGi perdió su virginidad, al acostarse con una de las chicas de ahí. Lo llevaron un total de cuatro veces. Las dos primeras veces lo hizo con dos chicas distintas, a la tercera decidió probar con un chico.
En la cuarta vez, fue por decisión propia. Se sentía bastante estresado y cada que había tenido sexo, se sentía más relajado. Así que volvió a hacerlo con el mismo chico de la última vez. ¿Qué como lo supieron Jin y Namjoon?
El mismo YoonGi se los contó. Ambos chicos, le hicieron algo de burla, recordándole sus palabras de cuando era niño.
Pero el día que de verdad se sorprendieron fue, cuando les presentó a Jimin como su “amigo” al cuál, tiempo después, para ser más específicos, el mero día en que YoonGi se graduó de médico, le pidió ser su novio.
Jin, salió de sus pensamientos al escuchar la voz de su amado esposo hablar con su pequeña Yeri. El mayor de todos, sonreía mientras veía a sus dos chicos favoritos, con sus respectivas hijas en brazos.
—¿Ella es la bebé que tenías en tu barriga? — señaló siendo sostenida por su padre
—Sí, es ella — respondió Jimin con una tierna sonrisa — Es tu primita, Yeri. Su nombre es SunMi...
—Sun…Mi… — repitió mientras observaba de manera curiosa a la pequeña bebé en brazos de YoonGi — u-uhm…
—¿Sucede algo, princesa? — preguntó su padre
—Ustedes dijeron que podría jugar con ella… pero es muy pequeña — habló formando un pucherito
Los cuatro adultos dentro de la habitación, se rieron lo suficiente alto, logrando que la pequeña bebé soltara pequeños soniditos a modo de queja, pues habían perturbado su sueño.
SunMi había comenzado a llorar, así asustando a sus dos padres, pues no había llorado desde el momento en que llegó al mundo. YoonGi se sintió nervioso, no sabía como tranquilizarla, observó a los demás pidiendo ayuda. Afortunadamente, su amado esposo que yacía en la cama, extendió sus brazos para que la pequeña le fuese entregada.
En el momento en que Jimin, sostuvo a su hija, la apegó a su pecho, para que sintiera su calor y el palpitar de su corazón. Su llanto disminuyó de forma gradual, dejando a todos sorprendidos, por la facilidad en la que logró tranquilizarla.
Namjoon sentó a su hija a lado de Jimin, para que observará a la niña, que se había tranquilizado en los cálidos brazos de su padre. Mientras Jin se acercaba a ellos era tomado de la cintura por su esposo. Y YoonGi, se sentó del otro lado de Jimin, para besarle con una ternura infinita.
La pequeña Yeri, tocó con la yema de su dedito, la regordeta y suave mejilla de la bebé, con mucha curiosidad. Era la primera vez que veía a un bebé tan pequeño.
—Uhh… — alejó su manita, nerviosa — Hola, SunSun…
—¡Oh! Ya le has elegido un apodo — dijo Jin con emoción
—¿Está bonito? — se avergonzó para sonreír de manera tímida — también pueden decirle así
—SunSun… se escucha muy lindo, princesa Yeri — Jimin acarició la cabecita de su sobrina, mostrándole una sonrisa
—Que se apresure a crecer — murmuró con un puchero — quiero jugar con ella...
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Eran las siete de la noche, el día había pasado volando. Sobre todo para Jimin, pues había dormido buena parte del día, de lo agotado que estaba. YoonGi también se sentía cansado y con sueño, pero tenía que mantenerse despierto y atento a su esposo y a su bebé.
Jungkook había ido a revisarle una vez más, informándoles que el desgarre de Jimin, ya estaba cicatrizando, por suerte fue muy pequeño. En fuera, todo estaba en orden con Jimin y la bebé. Así que decidió por darles el alta, para que pudieran irse finalmente a casa a descansar.
No sin antes dar algunas indicaciones, como por ejemplo: no hacer fuerza y nada de sexo hasta dentro de cuarenta días. Y no consumir, ciertos productos que podrían afectar la lactancia de la bebé. La cual sólo durará un lapso de siete días, después ya no producirá leche, así que en una semana le pondrá una nueva cita donde le recetará una fórmula para que la niña pudiera consumir.
Recordó que en la madrugada, que ingresaron a la clínica, se habían venido en el auto de Jungkook. Así que le llamó a su hermano mayor, para que los llevara. Y a Hoseok, para que llevara en su auto, todos los obsequios que estaban dentro de la habitación.
Por suerte, Jimin había pensado en todo y dentro del bolso de bebé, se hallaba ropa de la pequeña y ropa para él.
YoonGi le ayudó a su amado a vestirse con muchísimo cuidado, robánndole besitos en el proceso, mientras que a la bebé le hacían las últimas revisiones y también le ponían la ropa que venía en el bolso.
Ya que estaba todo listo, el pálido sentó a su esposo en una silla de ruedas. Lo cubrió de la cabeza y espalda hacia adelante, con una de las suaves y gruesas cobijas con las que había llegado esa madrugada. Le entregó a su hija, que también estaba envuelta en un par de gruesas mantas. Ya que sus dos tesoros estaban listos, salieron del hospital.
Fue todo un espectáculo ver como YoonGi intentaba meter a su pequeño y a su hija lo más rápido posible al auto, pues hacía mucho frío mientras estaba comenzando a nevar y no quería a ninguno le hiciera daño. Namjoon obviamente le ayudó, pero no pudo evitar reírse, su hermano lucía muy desesperado mientras maldecía al clima en todos los idiomas posibles.
Cuando al fin logró acomodar bien a Jimin en el asiento de copiloto, sin dejar que sufriera frío ni él y ni su hija, Namjoon le entregó a su hermano las llaves del auto. Pues el moreno iba a acompañar a Hoseok para ayudarle a meter todos los regalos y arreglos en el auto del nombrado.
En todo el camino, YoonGi conducía con extrema precaución, pues no quería hacer un movimiento brusco y perturbar el sueño de su hija, ni incomodar a su esposo. Casi, casi, venían a vuelta de rueda. Cada tres minutos le hacía preguntas a su amado, “¿No se ha despertado?”, “¿Cómo te sientes?”, “¿No tienes frío?”, “¿Ella tiene frío?”, “Cúbrela bien”, “Tú también cúbrete, cariño”, “¿Voy muy rápido?”, “¿Debería conducir más lento?” “Te amo”, “¿Por qué te ríes?”
—Es en serio, cariño. — habló con la vista en el camino mientras escuchaba las leves risas de su tierno esposo — ¿Qué es tan divertido?
—Es que, haces muchas preguntas, Yoonie… — dijo divertido — Estamos bien, mi amor. No tienes que preocuparte tanto
—¡Claro que tengo que preocuparme! — frunció el ceño observándolo brevemente — Ustedes son lo más importante y preciado para mi. Tengo que velar por su bienestar, siempre
—Lo sé, tú también lo eres para nosotros, además… — un quejido bajito le interrumpió
—¿Qué tiene? — preguntó YoonGi de inmediato
—Uhh… ya es su hora de comer —murmuró Jimin, observando a su hija gimotear bajito
—Pero si es a las och… ¡Ya son las ocho! ¿Tan lento he conducido? — se detuvo en una luz roja — ¿Pero…? ¿La alimentarás aquí?
Asintió intentando desabotonar la parte de arriba de su suave y tibia pijama. YoonGi aprovechó que el semáforo estaba en rojo y ayudó a su pequeño a desabotonarse. Jimin agradeció en un susurro, para después acomodar a su hija, así tranquilizando sus quejiditos y comenzar a succionar con calma.
YoonGi sonrió enternecido, al observar tal escena. Su pequeño había alimentado a su hija, un total de cinco veces desde que nació. La pequeña tarda alrededor de cinco a siete minutos, succionando a un ritmo tranquilo mientras entre tiempos dormitaba. Durante el resto del camino, Jimin iba hablándole con voz dulce a su hija y haciéndole mimitos.
Al llegar a casa, se encontraron con el auto de Hoseok fuera de su hogar. Al parecer habían llegado primero.
Nuevamente, YoonGi ayudó a Jimin — quien ya había terminado de alimentar a su hija — a bajar, para llevarlo dentro en la silla de ruedas. Jimin iba cubierto de pies a cabeza con una gruesa cobija, mientras abrazaba a su hija contra su pecho para brindarle calor y que no resintiera el cambio fuerte de temperatura.
El pálido empujaba la silla con algo de prisa, pues él también se estaba congelando. Al ingresar a su hogar, Jimin se llevó una enorme sorpresa.
Sus amigos y a quien menos se esperaba… su madre y su hermana estaban ahí. Todos les recibieron con confeti de colores, celebrando la llegada de la nueva integrante de la familia. Todo el lugar se encontraba decorado con los arreglos florales que le habían obsequiado los compañeros de YoonGi, todo lucía de verdad, hermoso.
Jimin no sé podía creer todo esto, él amaba a sus amigos con toda su alma, le alegraba mucho verlos ahí. Pero ver a su madre y a su hermana… sintió sus ojos aguarse en cuanto le vio acercarse con una enorme sonrisa llena de orgullo
—M-mami…
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¡¡¡HOLAAAAAAAA!!!
Lamento si hay tanto flashback ;—; voy escribiendo lo que va llegando a mi mente :c
¿Qué les pareció el capítulo?💖 ¿No estuvo muy corto?
Asfhjflssfshlsjha ya ni sé lo que escribo o": pero espero no ir tan mal💕
¡¡Se acerca el nacimiento de bebé VHOPE!!💜
Y también pronto hablaré de el ChanBaek, Namjin & KookGyeom~
No sé que más decir TnT sólo que me duele mi pancita, malditos cólicos. Estoy muriendooOoOo
Bueno, me despido. ¡Muchos besos y abrazos para todos ustedes! Y gracias por continuar aquí,
💖¡GRACIAS!💖
¡Los leo en el próximo capítulo!
Les amo mucho, mucho, muchooOooOOOo, Sony💖💕💖
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