Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

12. Corresponder ☑

Ayeon.


Estoy controlándome todo lo que puedo, intentando alejar esa parte de mí que quiere hacerle daño a cualquiera que se atreva a mirar mal a mi xyanfe. No debo perder el control, no frente a ella.

Me mira con tanta dulzura, incluso hay compasión en su mirada. No tiene idea de que sería capaz de matar por ella, de que ocasionaría el fin del mundo si eso la hiciera feliz y la mantuviera a salvo.

Pero sé que estoy siendo irracional. Mis pensamientos oscuros, llenos de sed de sangre y destrucción, están ganando terreno. Solo ella puede calmarme, contener esa parte oscura de mi segunda alma, aunque ella no lo sabe.

Debo hablar con Destiny cuanto antes para encontrar una solución al problema del vínculo roto entre Aline y yo. Por su bienestar y el mío, aunque, sinceramente, lo hago cien veces más por ella que por mí.

No pienso volver a perderla ni permitir que sufra. No otra vez. Sobre mi cadáver.

—No te preocupes, todos tenemos exes o ligues de una noche de los que no estamos orgullosos —dice Aline, interrumpiendo mis pensamientos. Me toma unos segundos entender a qué se refiere.

—No es una ex ni nada parecido —aclaro de inmediato. Solo la quiero a ella, a nadie más. No quiero que piense lo contrario.

—Pero estuvieron juntas en una fiesta, eso la convierte en un ligue de una noche.

—No tuvimos sexo.

—Casi le causas un orgasmo a la mujer —objeta. Su tono pierde dulzura, reemplazado por una sutil molestia. Se le nota en el entrecejo ligeramente arrugado y en cómo frunce la boca.

—Ella no significó nada para mí —digo, golpeando la mesa con la mano, queriendo cerrar el tema. Pero al ver su expresión de sorpresa y el atisbo de dolor que intenta ocultar, me arrepiento de inmediato.

Estoy de mal humor y no me estoy controlando como debería. Esto está muy mal. Quería llevarla a un lugar bonito con comida deliciosa, pero no calculé bien los días y terminé topándome con Roxanne. Para colmo, hemos tenido esta discusión pasiva-agresiva. Odio esto. Todo está saliendo mal, y probablemente me mandará al diablo antes de que pueda explicarme.

—Hola, soy Morgan y las atenderé hoy. ¿Ya saben qué van a pedir? —La llegada de la hermana pequeña de Roxanne me da un respiro. Estos segundos para pensar en otra cosa me ayudarán a calmarme. —Ah, hola, Ayeon. ¿Ya pudiste salir de entre los muertos? —pregunta Morgan con diversión, y le ofrezco una pequeña sonrisa de aprecio.

Morgan, por alguna razón, siempre le he caído bien. Desde que supo que evitaba a su hermana, incluso me ayudó a distraerla en varias ocasiones. No es que evitara a Roxanne por vergüenza o remordimiento. Mis razones eran mucho más profundas.

En ese entonces, mis almas estaban desarmonizadas, fragmentadas, y todo me irritaba a niveles inhumanos. Si me encontraba con Roxanne en ese estado, probablemente la habría matado, junto a cualquiera cerca. Obviamente, eso no era algo que pudiera explicar a nadie, ni siquiera a Aline.

—Ya veo por qué Roxanne está tan gruñona —suelta Morgan con una risita satisfecha—. Me alegra verte de nuevo, te ves más saludable… Brillas. —Sé que lo dice más por molestar a su hermana que por halagarme, pero lo agradezco de todos modos.

—Gracias. Ella es Aline, mi cita y la chica que me gusta —la presento. Morgan la analiza sin pestañear antes de asentir con aprobación. Aline se sonroja, pero no dice nada. —Ella elegirá por las dos —añado, y Aline abre mucho los ojos, alarmada. Le sonrío suavemente, dejándole claro que confío en su elección.

Lo que sea que elija, me gustará. No importa lo que sea.

—Ah… no sé qué hay en el menú —dice con duda. Morgan se encoge de hombros, despreocupada.

—Aquí no usamos cartas con menú. Puedes pedir cualquier dulce que veas en la barra o cualquier platillo típico de desayuno, y nosotros lo haremos.

—¿Cualquiera? —pregunta Aline, asombrada.

—Cualquiera. Pero tampoco pidas algo muy extravagante; solo permitimos un platillo por persona. Ah, y para beber con el desayuno puedes elegir entre café, té o jugo de naranja. Si decides comer un dulce, también puedes optar por una soda si no te gusta ninguna de las otras opciones.

—Oh, es un excelente servicio.

—Sí, nos resulta más fácil. Aquí viene mucha gente mayor, y están acostumbrados a lo de siempre. Piden lo mismo casi todos los días, así que conocemos a nuestro público. También evitamos problemas graves: hay muchos con alergias o dietas estrictas.

—Eso… es muy considerado de su parte.

—Todo fue idea de mi hermana. Es una amargada, pero ama este pueblo. Seguramente querrá que la entierren aquí cuando muera.

—¿Y tú? —pregunta Aline con curiosidad.

—Yo quiero que lancen mis cenizas al mar o a un río. No pienso dejar que mantengan mi cadáver atrapado aquí para la eternidad —responde Morgan, arrugando la boca como si hubiera probado algo amargo. Aline sonríe, divertida.

Por esto quería que Morgan nos atendiera en lugar de Roxanne. Sin saberlo, ayudó a relajar a Aline. Ella volvió a sonreír, y estoy segura de que ya ha olvidado el mal rato que le hice pasar hace unos minutos. Aun así, planeo redimirme. No podría soportar que Aline se lleve una pésima impresión de mí.

° ° °

Después de comer, me acerco a Roxanne y le digo que luego enviaré a alguien a recoger el dulce que quería darme. Me despido con respeto junto con Aline, Roxanne y Morgan hacen lo mismo. Estoy segura de que le costó mucho a alguien tan orgullosa como Roxanne. Luego decidí llevar a Aline a otro lugar; no quiero que este día termine aún.

—¿A dónde vamos? —pregunta mientras me sigue.

—Primero, iremos al mercado a comprar unas cosas. Luego te presentaré a alguien.

—Espero que no sea otra ex —bromea. No puedo evitar hacer una mueca, lo que provoca que ría ligeramente.

Pensé que ese tema ya estaba cerrado. No hay manera de explicarle cuánto la amo sin entrar en detalles sobre nuestro pasado, que ella no recuerda. Para Aline, soy solo una chica que conoció hace unos días. Nada más. Puede que me encuentre atractiva, pero eso no es lo que busco.

Deseo su afecto, en cualquier forma que pueda o quiera dármelo: amistad, noviazgo… incluso si me ve como una hermana. Pero ¿cómo le cuento todo lo que significa para mí sin mencionar nuestro pasado? No veo cómo hacerlo sin desenterrar recuerdos dolorosos y secretos que he guardado durante tanto tiempo.

° ° °

—¿Vinimos a comprar vegetales? —pregunta, observándome mientras elijo tres zanahorias. Asiento con la cabeza.

—Te recomiendo que agarres una o dos botellas de agua. Puede que te dé sed —le digo. Aunque me mira intrigada, me hace caso.

—¿Algo más que deba saber? ¿Tal vez quieras llevar una pala o guantes para desenterrar el cadáver que vamos a buscar? —bromea, y me echo a reír. Ella trata de mantener el rostro serio, pero termina riendo también.

—Te prometo que será mucho más emocionante que cualquier búsqueda del tesoro. ¿Confías en mí?

—Sí, confío.

Su respuesta envía una cálida corriente a mis almas, y veo cómo la piedra de su collar se ilumina fugazmente. Ella no lo nota; fue tan rápido que, de no haber estado justo frente a ella, yo tampoco lo habría captado.

° ° °

—Estoy empezando a creer que el cadáver que vas a enterrar será el mío —bromea, caminando unos pasos detrás de mí.

Llevamos caminando unos quince minutos. Es cierto que ahora estamos algo adentradas en el bosque, pero ella no tiene nada que temer. Aunque, en realidad, sé que no lo hace. Si desconfiara de mí, hace mucho que habría dejado de seguirme y habría huido. Por eso la dejé caminar detrás de mí; si perdiera la confianza, podría simplemente detenerse, correr en dirección contraria o incluso golpearme con alguna rama.

Y no la culparía por hacerlo.

—Deja de decir tonterías —digo sin detenerme, aunque bajo el ritmo al escuchar su respiración pesada—. Hace rato que habrías escapado si desconfiaras de mí. Toma agua —le aconsejo, aunque parece más una orden.

—Sí, mamá —se burla, pero la escucho destapar la botella y beber grandes tragos de agua hasta recuperar el aliento—. ¿Cómo sabes que no te sigo solo por curiosidad? —pregunta con las fuerzas ya renovadas.

—Tienes curiosidad, eso es evidente. Pero hay algo más: Un instinto. Podría decirse que confías en lo que sientes con respecto a las personas —respondo mientras lanzo una mirada en su dirección. Ella me observa con sorpresa.

En mi mente aparece una imagen fugaz, apenas un parpadeo. Si no estuviera entrenada, si no tuviera dominio sobre mi habilidad, se me escaparían detalles importantes. Afortunadamente, ya entiendo cómo funcionan los patrones de mis visiones:

Si lo que veo dura apenas unos segundos, ocurrirá en los próximos tres minutos, como mucho. Y ese futuro es incorregible. Sin embargo, las visiones más largas suelen referirse a eventos que sucederán dentro de días. Esos futuros pueden variar, pero siempre terminan sucediendo. Por otro lado, las visiones que me aparecen en sueños o se repiten con insistencia son las más impredecibles y molestas. Por suerte, son raras, aunque siempre vienen acompañadas de dolores de cabeza insoportables.

Lo bueno de saber lo que pasará es que lo puedo ver si así lo deseo, no funciona correctamente si trato de buscar muy en el futuro, pero puedo verificar sin problema lo que podría suceder dentro de unos segundos o minutos. Si me concentro bien, hasta dentro de unos días.

Esta vez, lo que vi fue claro: Aline se tropezaría con una rama. Me detengo justo antes de que ocurra y me giro. En el instante en que pierde el equilibrio, me inclino para sostenerla. Termina cayendo en mis brazos, con nuestros pechos chocando.

Su corazón late acelerado y, sin querer, mi mano se desliza bajo su blusa, rozando la piel de su cintura. Aspiro su aroma, una mezcla de lavanda y una flor que no logro identificar.

—Perdón —tartamudea, alzando la vista hacia mí con timidez.

Nuestras miradas se encuentran, y el tiempo parece detenerse. Me pierdo en la profundidad de sus ojos, ese peculiar tono entre celeste y gris oscuro que parece tener una batalla por ver cuál va a dominar. Veo sus pupilas dilatarse mientras su respiración se hace más baja. Siento que quiere algo, pero no se atreve a dar el primer paso.

Pero no puedo saber qué es. No puedo leer la mente como mi prima Tina.

Con esfuerzo, me separo. Le acomodo la ropa donde se había subido por accidente. Su rostro está rojo, el color extendiéndose hasta su garganta. Le sonrío para tranquilizarla, y ella me devuelve una sonrisa torpe.

° ° °

—Aquí es —le anuncio cuando llegamos al final del camino, cerca de la orilla. Frente a nosotras se extiende una vista impresionante: una puesta de sol sobre un horizonte montañoso cubierto de pinos y un río tranquilo que refleja los rayos del sol.

Es una escena perfecta para contemplar en silencio, una que te hace sentir pequeño ante la inmensidad de la naturaleza y su belleza inagotable. Es un lugar donde podrías perderte en tus pensamientos o solo disfrutar de los sonidos de la naturaleza.

—Wow, este lugar es hermoso —exclama.

La observo mientras los rayos del sol iluminan su cabello castaño, dándole reflejos casi dorados. La brisa sopla, y en este momento parece celestial, intocable, llena de divinidad.

—Sí, está hermoso —respondo, aunque la miro a ella.

Se gira y nuestras miradas se cruzan. Me atrapa observándola, pero no parece molesta. Solo sonríe y vuelve a mirar el paisaje. Mi corazón late al compás del suyo, conectado por el fragmento de mi alma que lleva cerca de su pecho. Me siento en paz. Mi mundo vuelve a girar como debe. Me siento invencible a su lado, no hay otra persona en el mundo que pueda darme ni hacerme sentir lo mismo que ella.

Un sonido de galopes detrás de mí me hace girar. Veo a Sazsh que se detiene a pocos metros de donde estamos.

—¡Oh, por Dios! —grita Aline, acercándose de inmediato a mí y agarrando mi brazo. Se posiciona detrás de mí, como si yo pudiera protegerla.

Me halaga su instinto. En un momento de pánico, las personas buscan refugiarse en quien consideran más fuerte o confiable.

Y yo, encantada, la protegería sin dudar.

—No temas, es familia —le digo mientras alzo mi mano hacia Sazsh, invitándolo a acercarse. Él lo hace, y siento cómo Aline aprieta aún más su agarre en mi brazo. Sonrío, divertida, aprovechando que no puede verme. Sus ojos están fijos en el caballo, sin apartarse ni un segundo.

—¿Familia? —pregunta con duda. Entonces le cuento la historia de cómo conocí a Sazsh: cómo llegó a mi vida, cómo escapó, y cómo, a pesar de su rebeldía, logramos construir esta conexión tan fuerte.

Claro, omito las partes tristes y dolorosas de aquella época. Algún día, cuando el momento sea el adecuado, podré contarle todo sobre mí: lo bueno y lo malo. Pero ese momento no ha llegado. Hay cosas más importantes que resolver antes.

—Esto es lo que quería mostrarte. O, mejor dicho, presentarte. —Miro a Sazsh con una sonrisa antes de volverme hacia Aline—. Sazsh, ella es Aline, la chica que me gusta. —Y de quien tanto te he hablado, añado en mi mente. Luego me giro hacia Aline—. Aline, este es Sazsh, mi familia y mi mejor amigo.

Sazsh olfatea alrededor y emite un suave sonido, como si respondiera a la presentación.

—Deja de decir que te gusto así, como si nada —reclama Aline en un susurro, aunque enseguida adopta un tono más normal—. Es un gusto conocerte —le dice al caballo, que responde dando unas pisadas con su pata delantera. Ella me mira, buscando apoyo, con una mezcla de miedo y curiosidad en sus ojos.

—Dice que igualmente —le afirmo, aunque, sinceramente, no tengo idea de si es cierto. Sazsh es impredecible, pero no puedo decirle eso a Aline. Quedaría aún más asustada y arruinaría lo que planeo.

—Ahora es momento de un acercamiento —anuncio. Sus ojos se abren como platos, pero me sigue cuando me acerco más al caballo. —¿Le tienes mucho miedo a los caballos? —le pregunto antes de que nos acerquemos del todo.

Ella me observa profundamente. No sé qué le transmiten mis ojos, pero tras un momento, su expresión cambia. Se llena de determinación mientras dirige su mirada al animal.

—No es miedo. Nunca he estado tan cerca de uno con... un aura tan fuerte y dominante como la suya, si eso tiene sentido.

Dicho esto, me suelta y da un paso hacia él por su cuenta, despacio.

—Hola, Sazsh.

Cuando está a solo un par de pasos, el caballo aprovecha la cercanía para olfatearla. Su hocico recorre su cabello, despeinándola en el proceso. Aline parece sorprendida al principio, pero pronto empieza a reír.

El pecho se me llena de calidez al verla. Es una imagen perfecta: Aline y Sazsh, bañados por los rayos del sol, con la brisa moviendo las hojas de los árboles alrededor. La escena emana alegría, como si ambos se conocieran de toda la vida y este fuera el lugar al que pertenecen.

Me acerco y aparto el hocico de Sazsh cuando empieza a bajar demasiado por su cuello.

—No te hagas el listo —le advierto con la mirada. Él me ignora, pero su interés por Aline es evidente. No lo culpo, aunque prefiero que no se exceda.

—Le caíste bien —le digo a Aline mientras acaricio al caballo.

—Y él a mí —responde con una sonrisa que parece iluminar todo el bosque—. Pensé que sería más gruñón o difícil de agradar, pero fue todo lo contrario.

—No te dejes engañar, sí es un gruñón —bromeo, justo cuando Sazsh aparta su cabeza de mi mano y bufa, como si me desmintiera. Aline ríe ante nuestra interacción.

° ° °

Pasamos la siguiente media hora tratando de que Aline suba a Sazsh, y que él lo permita. Como no uso silla de montar ni correas con él, la tarea es más difícil. Sazsh está acostumbrado a nuestra sincronización al montar, pero con Aline necesita ir más lento. Ella, por su parte, o se agarra demasiado fuerte de su melena, o se siente culpable y no se sostiene bien, lo que termina en una caída al menor movimiento inesperado del caballo.

Estoy agradecida por mis poderes; gracias a ellos, logro evitar que Aline termine llena de golpes. También aprecio la inusual paciencia de Sazsh. Él no fue tan bondadoso conmigo cuando intentábamos encajar.

Al final, sobornamos a Sazsh con zanahorias. O más bien, yo lo hago. Es una compensación por su buena conducta de hoy y un incentivo para que nos permita montar juntas.

Ahora mismo estamos cabalgando, con Aline sentada al frente. Vamos al paso, casi trotando, lo cual es un ritmo bajo para nosotros, pero perfecto para su primera experiencia.

Aline no deja de maravillarse con el paisaje que pasa ante sus ojos. Su sonrisa es constante, y sus ojos brillan con una intensidad que parece contener toda la alegría del mundo.

Es como verla florecer. En este momento, me recuerda a su yo de ocho años, descubriendo las maravillas del mundo con el corazón abierto y la imaginación desbordante. Esa niña valiente y temeraria, que veía lo positivo en todo.

Sé que esa pasión y audacia siguen en ella, cocinándose a fuego lento. Y cuando esté lista, todo ese amor por la vida volverá a florecer con más fuerza que nunca.





.
.
.
.

¡Feliz año nuevo adelantado! Como regalo, y luego de estar tanto tiempo desaparecida, habrá actualización doble 😃 espero lo disfruten ♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro