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El entorno de la cafeteria era de cierta forma, relajante. Agregándole el hecho de que en la estéreo se reproducía una suave melodía de jazz clásico.

SungWoon observó hacia el exterior, viendo a la gente transitar por las calles y los autos y motos ir y venir de ambas direcciones.

De cierta forma estaba nervioso, aunque haya aceptado ayudar a sus mayores, no negaba el hecho de que su sunbae era, indiscutiblemente, alguien hermoso.

Pero sabía que no tendría oportunidad, después de todo, cuando el corazón ama sinceramente, no olvida fácilmente.

Él más que nadie sabía cuan difícil era poder deshacerse de los sentimientos.

El sonido de la campanilla de aquel lugar lo atrajo a la realidad y sonrió grandemente cuando vio a JiMin entrar por aquella puerta. Lucía hermoso, de eso no había ni una duda.

Se alzó del asiento y alzó la mano, JiMin le sonrió amenamente y se acercó hasta la mesa, sentándose enfrente del menor.

“Tanto tiempo JiMin hyung” saludó él con una sonrisa en su rostro.

“Lo mismo digo” JiMin observó a su alrededor. Buscando. “Y TaeHyung? Está en el baño?” pregunta inocentemente.

SungWoon traga grueso y sonríe leve, no entiende el porque siempre se pone nervioso cuando está mintiendo o ocultando algo.

“No lo sé, pensé que vendría con usted JiMin hyung” responde él, amagando calma cuando es todo un manojo de nervios internamente.

“No, más bien pensé que estaría aquí para cuando llegara” murmuro el castaño.

SungWoon rió nervioso.

“Supongo que se le hizo tarde” intento convencer el menor. JiMin suspira cansado y observa la hora en su reloj de muñeca.

“Quizas” susurra.

La mesa donde ellos están se sumen en un completo silencio. Ah~ realmente a SungWoon no se le daba bien iniciar conversaciones.

Y justo cuando disponía a realizar una pregunta, el móvil de JiMin suena, siendo una llamada. El rubio suspira porque sabe que posiblemente sea de TaeHyung.

“No podrías cancelar?” el rubio presta atención a la conversación o lo que puede escuchar de ella.

JiMin suelta un suspiró y frunce su entrecejo.

“Si, si, lo entiendo Tae, está bien, si, yo me disculpare con SungWoon-ssi, ok, ok, pero para la próxima revisa mejor tu agenda antes de pedir salir y que nos plantes después de confirmar”

JiMin cuelga la llamada y masajea el puente de su nariz. Alza la mirada para toparse con la vista atenta de su acompañante.

“¿Qué pasó? No vendrá?” pregunta el rubio.

JiMin niega, y luego guarda su celular. “Dijo que no podría venir porque tenía una sesión de fotos y no podía cancelarla, se disculpa por dejarnos plantados a los dos” Explica y SungWoon ríe bajito.

Buena excusa.

“Bueno, entonces ya que estamos solo los dos hyung, que tal si nos ponemos al día?” comenta risueño y JiMin asiente mientras sonríe con su eyesmile.

Y JiMin piensa que no está mal, después de todo, no todos los dias podía encontrarse con viejos conocidos y beber Té o refresco con ellos.

YoonGi estaciono su auto a una distancia prudente de la cafeteria y apago el motor.

¿Qué diablos estaba haciendo?

Desabrochó el cinturón de seguridad y apoyo su cabeza en el volante mientras suspiraba y maldecía en voz baja.

“Debes haber perdido la cabeza Min YoonGi” se regaño en voz baja.

Suspirando por última vez se anima por fin a salir del auto para cerrarlo después y luego colocarse la bufanda negra y los lentes negros, vistiendo todo de negro se le vino a la mente la película que solía ver en su adolescencia. Hombres de negro.

Riendo por aquello, se encamino hacia la cafetería, una vez frente al ventanal pudo ver como en el ala derecha cerca del mostrador, estaba la persona que buscaba.

Y frunció su entrecejo cuando vio que estaban únicamente ellos dos y no TaeHyung.

Apretó sus manos hechas puños al ver como JiMin se reía abiertamente, seguramente por algo que le habrá dicho SungWoon.

Calmando su respiración, se adentro en aquella cafetería, tomando la dirección contraria de donde estaban aquellos dos sumidos en su mundo.

Se sentó en la mesa cerca a la puerta, que era casi cubierta por las plantas ornamentales que adornaban la cafetería.

En la otra mesa, SungWoon sonrió al ver que si, afectivamente aquella persona que había entrado cubierta de negro, era la persona que esperaba para poder poner el plan en marcha.

Realmente disfrutaría mucho de ello.

“Pasa algo SungWoon-ssi?” pregunto el castaño al ver como el rubio no le estaba escuchando.

SungWoon negó divertido. “No, nada, sólo mi mente me llevo algo lejos” contestó él y JiMin asintió lentamente.

“Disculpen la demora, aquí están sus pedidos” la señorita que les atendió, les coloco enfrente de ambos sus pedidos y se retiró lentamente.

Guardaron silencio nuevamente, ahora cada uno observando sus postres que se veían deliciosos. Ambos se sonrieron y comenzaron a degustar de sus postres.

YoonGi observó detenidamente aquella escena y mordio su lengua para no saltar y decir unos cuantos insultos porque sinceramente tenía unas enormes ganas de hacerlo.

“Desea algo señor?” aquella pregunta proveniente de una voz femenina le hizo regresar a sus cabales.

“Un café con leche y un muffin de avena” ella asintió y enseguida se retiró de la mesa del mayor.

YoonGi se giró para ver ahora como SungWoon estaba inclinado hacia adelante mientras con una servilleta limpiaba algo en el rostro de JiMin.

Sus dientes crujieron y pronto sintió el sabor metálico inundar su boca. Genial, se había lastimado.

JiMin sintió sus mejillas arder y se alejó lentamente del tacto de la servilleta, si alguien tomaba una fotografía de ese momento estaba seguro que las revistas amarillista dirían pestes.

Y lo que menos quería era poder causarle problemas a su hyung, y que él fuera categorizado como un infiel.

“Perdon, es una costumbre para mi siempre hacer eso” se disculpó SungWoon.

Viendo de re-ojo hacia la dirección donde estaba YoonGi, sus miradas se encontraron por unos instantes y él sonrió con arrogancia y suficiencia.

Para cuando habían terminado sus postres, SungWoon estaba que no aguantaba las ganas de reír, cada que podía alzaba la mirada para encontrar a su mayor, y ver cómo este tenía una mirada asesina.

Era tan obvió que él tenía ganas de hacer una locura y hacer explotar a su mayor. Pero tampoco podía actuar imprudentemente, si lo hacía, sabía que los perjudicados serían sus hyung's y eso era lo que él menos deseaba.

Una vez listos, ambos se pusieron de pie y SungWoon amablemente pago lo que comieron, aunque JiMin intento rebatir no pudo ganarle al rubio.

Salieron de aquella cafetería, bajo la mirada atenta de YoonGi, quien observaba cada movimiento de aquellos dos.

Una vez afuera, SungWoon se despidió de JiMin.

“Me gustaría que está salida se repitiera hyung, crees que sea posible?” pregunto él, tomando la mano de JiMin.

El cuerpo de JiMin se tenso un poco, aún así no perdió la sonrisa en su rostro.

“Estaría bien, pero la próxima, yo pago” le dijo divertido JiMin y SungWoon rió sonoramente mientras asentia.

YoonGi observó aquello a través de la ventana y sus puños volvieron blancos de tanta presión.

SungWoon se alejó lentamente yendo en una dirección, y JiMin hizo lo mismo yendo en otra dirección.

Y Min apretó su mandíbula, rememorando todo lo que sus ojos vieron durante estuvo escondido en aquella cafetería.

Recostado la cabeza ahora en el volante de su auto, dejo salir un suspiro cansado y nuevamente aquel dolor en el pecho se hizo presente.

¿Podría aguantar ver a JiMin al lado de alguien más que no fuera él?

YoonGi no estaba seguro de aquello y ciertamente muy en el fondo no quería tampoco experimentarlo. Nunca.

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