Capítulo 17
Clarissa
Entre al lugar donde Rafael me citó, honestamente no sé porque deseaba hablar conmigo, por desgracia, no me sentía con ánimo para decirle que no quería hablar con él. Me acerqué al lugar menos concurrido del lugar, alejándome del barullo, no deseaba ver a nadie.
Tomé asiento, miré el diseño del mantel mientras esperaba a que llegara, pocos segundos después, una sombra me cubrió. Al levantar la mirada, no me encontré con Rafael, sino con Daniel. Traté de levantarme pero Daniel me lo impidió.
—No te vayas Clary, por favor.
—No tengo nada que hacer aquí, muy valiente Daniel...hacer que tu amigo me cité aquí —dije haciendo una mueca.
—Puedes llamarme cobarde, lo soy, pero era la única manera de verte otra vez —dijo mirándome a los ojos.— Solos los dos.
—Yo no dije la palabra cobarde —murmuré mientras hacía un gesto.— Y definitivamente no tengo nada que hablar contigo.
—Pero sé que eso es lo que piensas de mí... Y si lo deseas, puedes no decir nada, pero escúchame por favor.
¿Cobarde? No veía a Daniel como un cobarde, como un canalla, tal vez, pero cobarde no era la primera palabra que venía a mi cabeza cuando escuchaba su nombre. ¿Escucharlo? ¿Me convenía escucharlo?
—Tienes 5 minutos Daniel, tengo cosas que hacer.
—¿Ah, sí? ¿Tienes que ver a tu novio?
—Ya te dije que no tengo novio, lo que tengo que hacer no tiene nada que ver con otra persona, solo debo arreglar algunas cosas antes de irme.
—No puedes irte tan rápido.
Arqueé una ceja, eso había sonado como una orden.
—¿Qué pasará con nosotros, tus amigos, no pasarás tiempo con nosotros antes de irte? Creo que te estás apresurando.
—No hay ningún "nosotros", mis amigos saben dónde encontrarme y es obvio que pasaré tiempo con ellos, solo voy a la escuela no a mudarme de forma permanente.
—¿Ya ni siquiera soy tu amigo?
Se notaba realmente dolido. La verdad es que no quería hacerle ningún daño. Estúpido corazón de pollo.
—Mmm pues...sí, no veo por qué no podamos ser amigos.
La realidad era que, se me ocurrían unas cuantas razones para no ser amigos, pero no podía decírselas a él.
—Pues yo estaba hablando de nosotros en plan de amigos, creo que no me entendiste muy bien.
Vaya, así que no había perdido sus juegos de palabras. Típico de Daniel.
—Te excluiste de mi grupo de amigos.
Creo que lo vi palidecer, no quería ser mala pero al parecer todo lo que dijera lo tomaría a mal.
—¿Desde cuándo?
—En tu frase te separaste de mis amigos...
—Ah, nop, era nosotros tus amigos, lo siento —dijo tratando tomarme de la mano, obviamente no lo dejé.
—De acuerdo, somos amigos, ¿Qué puedo hacer por ti amigo? Tengo cosas que hacer...
—Por favor, no me trates así, aunque no lo creas...me duele mucho que me trates así.
—Lo siento, esto es difícil...no sé que deseas teniéndome aquí...no puedo...no sé que quieres de mí.
Y ahora estoy balbuceando, válgame el cielo. Si antes no se reía de mí, ahora seguramente sí lo haría.
—Solo quería explicar lo que pasó con Jess el otro día.
Ese tema, eso no tenía nada que ver conmigo. Recién lo estaba superando, ¿es que debía recordármelo a cada paso que diera? Maldición, ¿Cómo podía zafarme de este tema?
—Eso no es cosa mía...
—Pero al final Jess terminó...incluyéndote en esa discusión. No era mi intención que tú supieras, era una pelea entre ella y yo —dijo cabizbajo.—Y no pude hacer nada para impedir que te dijera lo que te dijo.
—Su falta de decencia no es culpa tuya.
Por favor deja el tema ahí, no deseo hablar de esto.
—Sé que lo que te dijo te lastimó, no puedes mentirme...
Ni lo haría, simplemente no deseaba hablar de ello, pero él no lo entendía. Y siguió hablando.
—Yo sé que pudimos volver a intentar estar juntos, pero lo que te gritó Jess, yo te lo iba a decir personalmente... Lo que ella hizo es porque acababa de terminar con ella, y ¿sabes por qué? ¿Sabes por qué terminé con ella?
¿Y yo que demonios iba a conocer sus razones? Desde el otro día que dejé de entenderlo.
—Porque a la persona que quiero es a ti y siempre ha sido así.
—Muy buena forma de demostrarlo —le dije cortante, ciertamente me estaba comportando mal. Pero este tema me estaba crispando los nervios.
—Yo no tenía planeado hacerlo de esa manera, iba a platicar contigo tranquilamente pero Jess se dio cuenta de que estaba terminando con ella por ti.
—Conozco a Jess, puede a ser realmente mala.
—Pues, esta vez se pasó, llevó más allá la discusión y te embarró en algo que era de ella y yo —dijo sin mirarme.— Por eso quería pedirte perdón, porque lo que hago con Jess siempre termina lastimándote.
Y no tenía ni idea de cuánto me había lastimado. Y jamás lo sabría.
—Pues...no es gran cosa, eso pasa. Además estaban saliendo, es lo normal ¿no?
—Sí, pero no quería que tú supieras lo que pasó entre ella y yo, al menos no de esa forma.
—Ya, no pasa nada...somos amigos —lo pensé un poco.— Sólo...trata de que no me vuelva a meter en otro de sus problemas.
—Pues este fue el último problema con ella, no existe más en mi vida ni como amiga, ya no podrá molestarnos... Si tú me aceptas como amigo, podremos salir un día de estos sin que Jess se atreva a molestarnos como siempre lo ha hecho.
Hizo ademán de tomarme de la mano otra vez, salvo que esta vez le permití hacerlo. Ni siquiera yo sé por qué.
—De acuerdo, pero ahora realmente debo irme.
—Claro, ¿puedo acompañarte a casa?
—No voy a mi casa, voy con mis amigos.
Ambos nos levantamos y antes de que lo piense, Daniel me toma en un abrazo. No sé como responder a este gesto, así que me separo de él.
—¿Vamos? —solo se me ocurre hacerle esta pregunta.
—Sí, vamos.
Mientras caminamos, Daniel intenta que nuestras manos se rocen, lográndolo en contadas ocasiones. Quiero dejarle claras las cosas, sé que sufre de delirio de culpa.
—Yo...de verdad te disculpo Daniel, espero que todo sea mejor de ahora en adelante. Ya no te sientas mal, ¿de acuerdo?
—Sí, en verdad te agradezco eso, siempre he sabido que tu corazón es noble, la verdad no sabría que pasaría si fuera de otra manera tu forma de pensar.
—Sobrevivirías —le dije mientras sonreía.
—No lo sé Clary, desde que te conozco veo muchas formas de forma diferente. Seguramente antes, no me habría importado lo que pasara, pero ahora me duele mucho pensar que estarás lejos.
—Solo es la universidad, vendré los fines de semana y siempre seremos amigos.
—No sabes las ganas que tengo por acompañarte...
—De alguna u otra forma, vas conmigo...por desgracia, siempre irás conmigo.
—¿Por qué lo dices?
Miré que habíamos llegado, me salvó mi grupo.
—Ya llegamos, ¿nos vemos después?
—Me debes esta respuesta —me dice antes de besarme.
Sin atreverme a hacer o decir nada, corro hacia la entrada del salón. Mientras Daniel solo me observa. Me pierdo su sonrisa y su suspiro lleno de alivio.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro