Capítulo 10
Daniel
¿Qué había hecho?
Ahora Jess me llamaba cada cinco minutos, creía que nos casaríamos y viviríamos juntos por siempre jamás. No quería sentir nada, y no sabía que hacer. Haber visto a Clarissa lo había empeorado todo.
Debía hablar con alguien, así que fui a ver a Rafael. Él me escucharía y me daría un buen consejo sobre lo que podría hacer. Sí, lo sé.
Lo encontré en su casa, entré hasta su cuarto donde le conté todo lo que había pasado. Al principio parecía un padre orgulloso, hasta que notó que yo no me encontraba del todo feliz.
—La verdad es que no entiendo qué te preocupa, andas con Jess y Clarissa solo es tu amiga —dijo Rafael mientras se sentaba en su cama a lado mío.
Volteé a verlo, él sabía perfectamente que pasaba.
—Ok, entiendo —dijo levantando las manos.— Pero, ¿no te has puesto a pensar que en este momento Clary y tú solo son amigos? Ella no tendría por qué enojarse por algo así. Las cosas pasan y pues, estás saliendo con Jess, es lo normal, ¿no?
Yo seguía cabizbajo, yo sabía que no tendría por qué importar y que dentro de todo, pues, era algo normal. Pero el motivo por el que lo había hecho no había sido el correcto.
—Creo que mejor me voy Rafa, iré a mi casa.
Caminé hasta mi casa, sin querer ver a nadie y entré a mi cuarto dejándome caer en mi cama.
Quería dormir, esperaba no soñar.
Aunque definitivamente no era el hombre con mayor suerte del mundo.
Cuando desperté, ya había anochecido. Salí al patio y giré mi cabeza hacia el cielo. Era una noche sin muchas estrellas, casi totalmente a oscuras. Sentí que alguien se sentaba a lado mío.
Era mi amigo.
—Perdóname Daniel, como que no te entendí hace un rato.
—No pues, creo que es difícil de entender...
—La verdad es que un poco, no te puedo decir que entiendo de que va todo el problema, pero sabes que cuentas conmigo, ¿verdad?
—Lo sé...
Rafael se quedó un poco más, hablamos de cosas sin sentido. Sé que lo único que realmente deseaba era distraerme, lo logró por un momento. Pero sentía que la sonrisa no volvería tan fácilmente a mí.
Después de poco, mi amigo y se fue y yo volví a dormir, donde mis sueños fueron atormentados por una pelirroja que solo me decía adiós.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro