Cuarenta y cuatro
La comida fue todo un éxito. SeHun observó el comportamiento de Mark con el chico que debería haber sido su otro padre de no haberse equivocado hace años y supo también aún que podían ser una familia perfecta. JunMyeon se comportaba de manera natural con el niño y Mark respondía a su innata actitud bromista con creciente afecto. Se decía que no dejaría a Luhan fuera de aquella hermosa vida familiar que se veía a sus ojos, que sólo iba a añadir a JunMyeon, pero le costaba que su exesposo encajase en la imagen que se estaba forjando en su cabeza.
—Eh, papá, tengo una idea. —dijo Mark cuando los tres hubieron quedado satisfechos con las hamburguesas, las papitas fritas y un trozo de tarta—. Antes dijiste que podíamos alquilar una película esta noche. A lo mejor JunMyeon también puede venir. Sería como una fiesta. Podrías preparar palomitas y chocolate caliente y eso.
Una amplia sonrisa brotó de los labios de SeHun ante el ofrecimiento innato de Mark.
—A lo mejor a JunMyeon no le gustan las palomitas, el chocolate caliente o esas tontas películas infantiles. —respondió SeHun bromeando.
—Yo creo que sí. —dijo Mark con total seguridad en sí mismo—. ¿A que sí, JunMyeon? ¿A que el plan te parece genial?
—No se me ocurriría nada mejor. —convino JunMyeon al punto—. Las locuras del emperador es una de mis favoritas.
—¿Lo ves? —dijo Mark—. ¿Podemos pedírselo?
SeHun lanzó una carcajada.
—Creo que acabas de hacerlo. —accedió animado.
Mark lo miró desconcertado y al cabo sonrió.
—Ah, sí. ¿Vas a venir, JunMyeon? —suplico Mark juntando sus manitas.
JunMyeon miró a SeHun como pidiendo permiso.
—¿Qué dices, papá? —pregunto Mark con impaciencia buscando que su padre aceptase ya, le gustaba JunMyeon y quería pasar mucho tiempo con él.
—Por mí, bien. —dijo SeHun rápidamente, tras lo cual miro a su hijo—. Tal vez deberíamos dejar que elija JunMyeon la película. ¿Qué opinas?
Mark parecía dubitativo.
—No elegirás una de esas ñoñas, ¿verdad? —pregunto con los ojitos suplicantes.
—No, claro que no. —se apresuró a decir JunMyeon—. Si quieres te puedo dar varias opciones y tú eliges.
Mark asintió con avidez y miró preocupado a su padre.
—Eso parece justo, ¿no crees, papá? —pregunto buscando afirmación.
—Más que justo. —dijo SeHun divertido.
SeHun ya no estaba seguro de quién estaba manipulando a quien. Estaba claro como el agua que aquellos dos se llevaban bien. El instantáneo lazo afectivo terminaría causando problemas. Luhan se enteraría de lo que habían estado haciendo, y tendría toda la vida para pagar por ello. Pero SeHun había aceptado que tomaría parte en aquella aventura. Tarde o temprano, su exesposo tendría que aceptar la idea de que él había seguido adelante con su vida. Sabía que eso echaría por tierra las esperanzas, que sospechaba albergaba Luhan, de que algún día, él recuperaría el juicio y le pediría que volvieran.
—Está bien. Vamos al vídeo-club a buscar un par de películas, una para esta noche y otra para mañana. —anuncio SeHun parándose de la mesa—. Después, Mark y yo iremos a comprar provisiones.
—Me parece bien. —dijo JunMyeon con una sonrisa.
—¿Quieres venir a casa hacia las seis y media y cenar con nosotros? Tendremos espaguetis de lata. —dijo SeHun con una sonrisa cómplice.
—Creo que voy a pasar, a menos que ustedes estén dispuestos a sacrificar los espaguetis de lata a favor de unos buenos espaguetis con salsa casera. —oferto JunMyeon con entusiasmo—. Aún tengo en el congelador.
—Genial. —dijo Mark sin pensárselo.
JunMyeon y el niño chocaron las palmas de las manos.
—Así se habla. —dijo JunMyeon con gesto de aprobación.
—Bueno, entonces el tema de la cena está solucionado. —dijo SeHun.
—Será mejor que vaya hacia las seis para cocer la pasta y calentar la salsa. —ofreció JunMyeon pensativo.
—Tenemos plan entonces. —dijo SeHun, asintiendo. El tipo de plan que él siempre había imaginado que haría en un sábado nevado con su familia, pero Luhan siempre decía que el sábado era para salir, no para quedarse en familia.
SeHun miró los ojos brillantes de JunMyeon y no vio ni un ápice de duda o consternación. Si había algo, era la misma avidez que mostraba su hijo.
¿Cómo había sido capaz de olvidar aquello, aunque sólo fuera por un momento, que JunMyeon era su media naranja? En honor a la verdad, no lo había olvidado. Sólo había enterrado la cabeza para poder vivir la vida que se había visto obligado a elegir por su irresponsabilidad.
Y en ese momento, por fin, se le concedía una segunda oportunidad. SeHun se juró allí mismo que no la malgastaría.
Era casi medianoche cuando JunMyeon llegó a casa. Su estado emocional era tan positivo que no creía posible volver a la tierra. Los espaguetis habían sido todo un éxito con Mark, al igual que su chocolate caliente con un toque de pipermín. Se habían comido además un cuenco lleno de palomitas con mantequilla y habían visto las dos películas, aunque Mark se había quedado dormido a los quince minutos de empezar a ver la segunda. SeHun lo había llevado a la cama y después se había acurrucado con JunMyeon frente a la tele.
Ninguno de los dos había prestado mucha atención a la película, lo cual le había parecido bien a SeHun, porque mucho se temía éste que estaba destinado a verlo de nuevo al día siguiente, cuando Mark descubriera que se había quedado dormido y se había perdido casi todo.
La velada había sido agridulce ciertamente para JunMyeon.
Le había dejado el regusto de todo lo que se había perdido... y tal vez todo lo que podría tener si tuviera el valor para darse una nueva oportunidad de amar a SeHun.
Pero ¿tendría el valor? Estaba empezando a creer que sí, aunque de vez en cuando una vaga sensación de pánico se apoderaba de JunMyeon. Y en el centro, siempre estaba aquel chico sin rostro que le había robado a SeHun la primera vez.
Luhan seguía reclamándolo. Algo le decía que no se rendiría tan fácilmente. Y lo que era peor, Mark acabaría atrapado en el centro. SeHun no parecía tan preocupado como JunMyeon, pero JunMyeon sabía que nunca podría hacer nada que terminara convirtiendo a aquella maravillosa criaturita en un peón entre la pelea de sus padres.
Demasiado inquieto para dormir, se preparó una manzanilla y se sentó a la mesa de la cocina, deseando, por una vez, que sus hermanos estuviesen allí para escuchar sus enmarañados pensamientos y ayudarlo a buscarles sentido.
Desafortunadamente, si les contaba toda la historia, tenía la sensación de que ninguno vería en SeHun al maravilloso hombre que era. Se concentrarían en el hecho de que le había roto el corazón cuando era un adolescente y buscarían acabar con él.
Cuando el teléfono sonó, JunMyeon casi se echó a reír.
Debía ser Kyungsoo, que llamaría para ver cómo se encontraba y comprobar por sí mismo que JunMyeon había sobrevivido al día con SeHun y su hijo sin menoscabo emocional.
—Hola, preocupación con patas. —dijo JunMyeon nada más descolgar.
—¿Cómo sabías que sería yo? —preguntó SeHun.
—En realidad, estaba seguro de que sería Kyungsoo. —respondió JunMyeon sorprendido de que sea SeHun quien lo llamase—. Pensé que ya estarías dormido.
—No podía dormir sin saber que habías llegado sano y salvo a casa y a tu cama. ¿Estás en la cama? —preguntó SeHun esperanzado.
—No, estoy totalmente vestido y en la cocina. Siento haberte chafado la fantasía. —susurro JunMyeon con mofa.
—Bueno, no importa, tengo una imaginación muy vivaz. Me conformaré. —respondió SeHun sin abandonar su tono jovial y coqueto.
—Lo he pasado muy bien hoy. —dijo JunMyeon con suavidad—. Gracias.
—Yo también, y Mark está como loco. Para colmo, ya nunca querrá volver a comer espaguetis de lata. —dijo SeHun fingiendo un lamento.
—Nunca es malo educar el paladar. —dijo JunMyeon.
—Lo añadiré a la lista de lecciones de las que pueda atribuirme el mérito. —dijo SeHun alegremente—. Buenas noches, conejito.
—Buenas noches, SeHun. —se despidió JunMyeon.
Pasó un minuto antes de que JunMyeon colgara finalmente y cortara la comunicación. Suspiró cuando el teléfono sonó otra vez.
Descolgó con una sonrisa.
—Creía que ya nos habíamos dado las buenas noches, SeHun. —regaño JunMyeon riendo.
—¿Así que era con él con quien hablabas? —dijo Kyungsoo—. ¿Acabas de estar con él?
—Es tarde para estar levantado Kyungsoo. —dijo JunMyeon, firme frente el afán interrogador de su hermano.
—No estaba esperando a que llegaras a casa, si es lo que piensas. Kai y yo teníamos cena y baile con sus viejos socios del despacho en Asan. —se quejó Kyungsoo con un gruñido—. Acabamos de llegar. Quería saber qué tal estabas antes de irme a la cama, pero estabas en otra llamada así que tuve que esperar.
—¿Qué tal ha ido tu velada? —pregunto JunMyeon desviando la atención de Kyungsoo.
—Aburrida. —dijo Kyungsoo—. Casi había olvidado lo aburrida que puede ser una habitación llena de abogados.
—Ay, pero que horror. —dijo JunMyeon, fingiendo una exagerada alarma—. Deja que salga a ver si el cielo se está desmoronando.
—Muy gracioso JunMyeon. —regaño Kyungsoo—. ¿Qué tal tu cita con SeHun y su hijo?
—Increíble. —admitió JunMyeon—. Y aterradora.
—¿Aterradora? ¿Por qué? —cuestiono alarmado.
—Adoro a ese niño. —admitió JunMyeon—. Ahora sí que es grave. Los quiero a los dos en mi vida. No estoy seguro de si seré capaz de sobrevivir si los pierdo.
—¿Y por qué habrías de perderlos? —cuestiono Kyungsoo nuevamente.
—Podría ocurrir. —insistió JunMyeon. Lo sabía por experiencia.
—¿Quieres que les diga a los chicos que se lleven a SeHun y hablen con él de sus intenciones? —oferto Kyungsoo con la malicia brillando en su mirada.
—Terminantemente no. —dijo JunMyeon, horrorizado de saber sus planes la única vez que habían hecho eso había sido con Taehyung y lo habían dejado abandonado en el cementerio.
—Sería una forma de conseguir respuestas. —le recordó Kyungsoo.
—Creo que utilizaré mi propia técnica, gracias. —respondió JunMyeon—. ustedes tienen unos métodos algo extremos.
—¿Tienes una técnica mejor? —recrimino Kyungsoo.
—Bueno, no. —admitió JunMyeon—. A menos que cuentes el destino.
—Normalmente, yo sería el primero que te diría que te olvidaras y te ocuparas tú mismo de tu futuro. —dijo Kyungsoo.
—¿Pero? —quiso saber la negativa.
—Debo admitir que el destino se ha portado bien con el resto de nosotros, ¿no crees? — añadió Kyungsoo pensativo.
JunMyeon se rió suavemente.
—En eso tienes razón. Tal vez debiera confiar más simplemente en el destino. —accedió JunMyeon soltando un suspiro.
—Puede que no esté mal darte el gusto de una buena sesión de sexo abrasador para sellar el trato. —sugirió su hermano con picardía—. A mí me funcionó.
—Estoy seguro de que SeHun también agradecería esa técnica. —convino JunMyeon—. Pensaré en ello.
—Haz lo que te haga feliz JunMyeon. —dijo Kyungsoo—. Si crees que ese hombre puede hacerte feliz, entonces lucha por él como una fiera, pero no hagas tú solo todo el trabajo como con Taehyung. No des todo de ti sin que esa otra persona no haga lo mismo.
Las palabras de Kyungsoo continuaban resonando en la mente de JunMyeon cuando colgó. Ahí radicaba la gran diferencia entre la situación de seis años atrás y el presente. En el pasado, no había sabido cómo luchar por su hombre, ni siquiera había sabido que tenía que hacerlo hasta que ya era tarde. Luego con Taehyung se había tratado de aferrar a la idea de que debía aceptar todo con tal de no aceptar el final de la relación. No había luchado por Taehyung simplemente se había aferrado a no aceptar un fracaso por miedo a repetir otra decepción amorosa. Pero ahora había crecido emocionalmente y era más fuerte de lo que creía. Esa vez lucharía para que no le arrebataran la felicidad que había vuelto a encontrar con SeHun. no por miedo a quedarse solo o a tener otro fracaso, sino que lucharía porque eso era lo que le hacia feliz y era lo que deseaba.
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Me voy a mimir hoy no actualice mucho porque a la mañana vi mi anime fav y me mataron a riku me pase la tarde llorando y ademas tuve mucha hambre y no habi galletas o chocolates 7n7
espero este cap les haya gustado mucho
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