Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cuarenta

JunMyeon se despertó al oír la puerta que se cerraba en el piso de abajo. Rodó hacia un lado de la cama esperando encontrarla vacía, pero se encontró a SeHun, tumbado a su lado con su magnífico cuerpo todavía desnudo.

Lo cual significaba que la puerta de abajo la había abierto y cerrado uno de sus hermanos...o los tres. JunMyeon saltó de la cama como si alguien hubiera encendido fuego debajo de él y corrió a mirar por la ventana, rezando para que el hermano que fuera hubiera decidido irse al no encontrarlo en la casa..., pero no, allí estaba el coche de Xiumin, justo detrás de la camioneta de SeHun, y ni rastro de Xiumin. No era buena señal.

Buscó la ropa, frenético, sin pararse a ver qué se estaba poniendo y despertó a SeHun, que parpadeó perezosamente y extendió los brazos hacia él.

—Ahora no. —susurró JunMyeon, apartándole las manos—. Alerta por mis hermanos. Voy al piso de abajo. Hagas lo que hagas, no me sigas. ¿Entendido?

SeHun sonrió y se dio la vuelta, enterrando la cara en la almohada. JunMyeon miró hacia el cielo y se dirigió a la puerta, pero entonces se lo pensó mejor y se detuvo a cepillarse un poco el pelo.

No podía hacer mucho con los labios hinchados, excepto ponerse un poco de color.

Cinco minutos después, entraba en la cocina bostezando exageradamente. Sus tres hermanos lo miraron con expectación.

—Hola, chicos. No sabía que habían venido los tres. ¿Por qué no me han despertado? —cuestiono fingiendo haberse despertado recién.

—Acabamos de llegar. —dijo Baekhyun tratando sin éxito de ahogar la risa.

Kyungsoo no parecía tan divertido en absoluto.

—Espero que justo a tiempo. —dijo Kyungsoo mirándolo de pies a cabeza con esa típica mirada de escéptismo.

—Oh, por favor. —intervino Xiumin, sin intentar ocultar su propia diversión—. ¿A tiempo? No, a menos que JunMyeon haya desarrollado un nuevo gusto por la franela.

JunMyeon bajó la vista y se dio cuenta de que se había puesto por error la camisa de SeHun que le llegaba por las rodillas, y ni siquiera se la había abrochado bien, evidentemente por las prisas.

—Oh, no. —suspiró JunMyeon al tiempo que se dejaba caer en una silla—. De verdad quería lograrlo.

—¿Qué? —preguntó Kyungsoo alzando las cejas—. ¿Engañarnos? ¿Estabas mintiéndonos?

JunMyeon elevó la barbilla casi imperceptiblemente.

—Pues, a decir verdad, sí. —admitió JunMyeon con seguridad.

Su hermano mayor Xiumin se quedó de piedra.

—¿Pero por qué? —chillo Baekhyun.

—Porque ustedes se ponen muy protectores conmigo y empiezan a meter la nariz en mis asuntos y a atosigarme. —susurro JunMyeon—. Los conozco, ¿recuerdas?

—Te queremos y estamos preocupados. —dijo Kyungsoo—. Deberías agradecérnoslo.

—Y así es, en general. Pero en este preciso momento, la verdad es que podría prescindir de ver sus caras. —murmuro sin mirarlos directamente.

—Sólo quiero que me respondas a una cosa JunMyeon. —dijo Kyungsoo—. ¿Qué tipo de hombre deja que y bajes solo a enfrentarte a nosotros?

—Uno al que se le ha ordenado que se quede quietecito. —respondió JunMyeon retándolo.

—En tu cama, supongo. —cuestiono Kyungsoo.

—Sí, en mi cama. Soy una persona adulta Kyungsoo. —regaño JunMyeon—. además, soy mayor que tú y yo decido quién puede meterse en mi cama.

—¿Y quieres que sea Oh SeHun? —insistió su hermano.

—Sí. —dijo JunMyeon con especial énfasis.

—¿Y no tiene nada que ver con esa casa que quieres? —continuó Kyungsoo.

JunMyeon lo miró con el ceño fruncido.

—¿Tienes idea de lo insultante que es que me hagas esa pregunta? —recrimino JunMyeon ofendido.

—Lo es. —convinieron Xiumin y Baekhyun.

Kyungsoo no pareció desconcertado por la reacción de sus hermanos.

—Es una pregunta justa. —se defendió con seriedad Kyungsoo—. ¿Por qué está ese hombre en tu cama?

—¡Pues porque me gusta, maldita sea! —gritó JunMyeon—.Ya está. ¿Estás satisfecho?

Acalorado, furioso y consternado, JunMyeon agarró la chaqueta del perchero que había junto a la puerta y salió de la casa dando un portazo. Al principio, el gélido golpe del aire le dio cierto alivio a la carne enrojecida, pero sabía que en unos segundos haría demasiado frío para estar dando vueltas por ahí huyendo de sus hermanos. Y lo que era peor, no tenía las llaves de su coche, así que no podía encerrarse en él. Entonces reparó en la camioneta de SeHun y recordó que él solía dejar las llaves puestas.

—Gracias. —murmuró JunMyeon mientras echaba una mirada a la ventana de su habitación. Se metió en la camioneta y puso el contacto. En poco tiempo la calefacción empezó a caldear la cabina y los cristales se empañaron.

Cuando la puerta del asiento del copiloto se abrió, ni siquiera se giró para mirar.

—Vete. No quiero hablar contigo. —gruño JunMyeon.

Pero fue SeHun quien respondió.

—¿Conmigo tampoco? —preguntó SeHun con calma.

JunMyeon suspiró.

—Probablemente tampoco debería estar hablando contigo, pero no, tú no eres el problema. —admitió JunMyeon de mala gana—. Bueno, sí lo eres, pero no es por ti por lo que estoy tan mosqueado.

SeHun lo estudió durante lo que pareció una eternidad, y dejó escapar una suave carcajada.

—Me gusta cómo te queda la franela. Cada vez que me ponga esa camisa me voy a excitar. —ronroneo SeHun embelesado por la figura de JunMyeon.

—No menciones la dichosa camisa. —gruñó nuevamente JunMyeon—. No me la habría puesto si no hubiera sido por error.

—Tal vez no fue por error. Tal vez querías que lo supieran. —susurro SeHun con cuidado tarareando los dedos.

JunMyeon frunció el ceño.

—Créeme SeHun, no quería que supieran lo nuestro. —aseguro JunMyeon rápidamente.

—¿Estás seguro conejito? Tal vez estabas tan seguro de que montarían este escándalo, que te daría la excusa perfecta para parar la situación antes de que se complicara aún más. —razono SeHun.

—No. —dijo JunMyeon con total certeza—. Quería tiempo, SeHun.

—¿Tiempo para qué? —pregunto SeHun con algo de tristeza.

—Para estar seguro de que lo esto va a funcionar esta vez. —explico JunMyeon con pesar—. Para saber si vale la pena arriesgar.

—ay conejito. —susurró SeHun, tomándolo en sus brazos—. Tenemos todo el tiempo del mundo para eso.

—¿Has visto a esos tres? —se quejó JunMyeon.

—En realidad, no. Opté por una salida cobarde y me he escabullido por la puerta delantera cuando te vi meterte en mi camioneta. —explico SeHun señalando el lugar por donde salió—. Al oír el motor, tuve miedo de que se te hubiera pasado por la cabeza huir a Seúl para escapar de esos ojos inquisidores.

—No es mala idea. Están ahí esperando para saltar sobre mí. —jadeo JunMyeon con miedo—. Especialmente Kyungsoo, pero Xiumin y Baekhyun acabaran participando.

—Pues diles que se ocupen de sus asuntos. —aconsejo SeHun acariciándolo con suavidad.

—Ya lo he hecho. —murmuro JunMyeon dejándose cuidar y acariciar.

—Y después corres a refugiarte en mi camioneta. —ironizo SeHun y luego lo tomo de la barbilla uniendo sus miradas—. Dejas que te cacen en tu propia casa.

JunMyeon lo miró consternado.

—Es lo que he hecho, ¿verdad? Les he dado todo el poder. Que estúpido soy. —dijo JunMyeon apagando el contacto. Alargó la mano para abrir la portezuela, pero antes de que le diera tiempo a salir, SeHun lo atrajo hacia sí.

—Espera conejito. —suplico SeHun.

—Tengo que volver y decirles que no se entrometan. —explico JunMyeon para que lo deje irse.

SeHun sonrió.

—En seguida. —comento sin soltarlo.

—¿Y a qué tengo que esperar? —preguntó JunMyeon, mirándolo sin comprender.

—A esto. —dijo SeHun, al tiempo que lo besaba y la cabeza de JunMyeon comenzaba a dar vueltas. SeHun sonrió, evidentemente satisfecho—. Ahora, mi princesa guerrera, vamos a darles lo suyo.

—No es necesario que te metas SeHun. Puedes irte. —respondió JunMyeon sonriendo luego del beso.

—Pero ya estoy metido conejito. —la sonrisa se amplió aún más—. Además, no puedo irme a ningún sitio sin mi camisa, y dudo mucho que quieras quitártela y dármela antes de entrar en la casa. Entonces sí que nos iban a echar un buen sermón.

JunMyeon se echó a reír al imaginar las caras de sus hermanos.

—Merecería la pena ver su reacción. —dijo JunMyeon con malicia—. Pero bueno puede que me venga bien enfrentarme a ellos con apoyo.

SeHun le guiñó un ojo.

—Siempre dije que eras un chico listo. —alago SeHun con orgullo.

JunMyeon se sintió másfuerte de pronto, como si realmente pudiera conquistar el mundo. Por elmomento, su intención era conseguir que sus hermanos sacaran las narices de susasuntos. 

SeHun no pudo por menos que admirar la forma en que JunMyeon se mantuvo firme frente a sus hermanos, retándolos a hacer el más mínimo comentario cuando los dos entraron en la cocina, SeHun con camiseta de ropa interior debajo de la chaqueta y JunMyeon, con la camisa de franela de él.

JunMyeon los miró de arriba abajo cuando los tres sonrieron a SeHun de una manera que a SeHun se le heló a éste la sangre en las venas, pero su táctica tuvo éxito solo en SeHun porque a JunMyeon no le afecto.

Aunque los tres estaban más concentrados en SeHun que en JunMyeon.

—Hola, SeHun. —dijo Kyungsoo con voz gélida.

—Hola, Kyungsoo. Me alegro de verte. —murmuro SeHun sobreponiéndose al pánico inicial que sintió.

—¿Ya conoces a Baekhyun no? —siguió hablando Kyungsoo—. Porque a Xiumin si ya que trabajaste para él hace tiempo.

SeHun hizo un gesto con la cabeza, fingiendo absoluta compostura.

—Encantado de conocerlos. —dijo SeHun, a pesar de saber que sólo un idiota no tomaría aquella pantomima de buena educación por lo que era, el preludio de un interrogatorio.

—Hemos oído hablar mucho de ti. —dijo Xiumin, sin poder contener la sonrisa.

—Pero al parecer no tanto como deberíamos. —atajó Kyungsoo, lanzando una intencionada mirada a JunMyeon.

Primer guante lanzado, pensó SeHun, esperando la reacción de JunMyeon. Éste sonrió abiertamente a su hermano, lo cual no hizo sino aumentar el respeto que SeHun sentía hacia él.

—Pensé que sabían todo lo que tenían que saber. —informó JunMyeon a su hermano—. ¿No fueron tú y Xiumin los que contrataron a SeHun? Además, ya había trabajado para ustedes con anterioridad. Imaginé que ya habrían comprobado sus referencias antes de llamarlo la primera vez.

Kyungsoo frunció el ceño ante la respuesta.

—Lo cierto es que fue Kai quien pensó en él y yo confié en el buen juicio de mi marido. —regaño Kyungsoo mirando a SeHun.

—Ahí lo tienes. —dijo JunMyeon con actitud triunfante—. Y SeHun debió de hacer un buen trabajo en sus casas o no lo habrías llamado de nuevo, ¿me equivoco?

—Lo llamé para que arreglara el porche. —dijo Xiumin con impaciencia—. No para que se acostara contigo. Tienes que admitir que los requisitos necesarios en sendas tareas difieren un poco.

—Pues entonces supongo que tengo suerte, porque a mí me parece que está sobradamente cualificado para ambas. —dijo JunMyeon alegremente, mientras SeHun casi se atragantaba de risa—. Y ahora, si no les importa, SeHun y yo tenemos cosas que hacer esta tarde.

Kyungsoo lo miró con total incredulidad.

—¿Nos estás echando? —chillo indignado.

—Básicamente. —dijo JunMyeon sin dudar.

SeHun lo miró lleno de admiración. Entonces le hizo una señal con el pulgar hacia arriba, como diciéndole que lo estaba haciendo muy bien, que devolvió a JunMyeon la sonrisa.

—Y la próxima vez, debería de llamar antes de venir. —les dijo JunMyeon a los tres—. Sólo para estar seguros de que no estoy ocupado. Tal vez así podamos evitar otra de estas incómodas situaciones.

—Has cambiado. —dijo Kyungsoo—. Y no estoy seguro de que me guste. — miró a SeHun con el ceño fruncido—. ¿Has sido tú el culpable?

—¿Te refieres a que JunMyeon sea capaz de defenderse solo? —pregunto con falsa inocencia.

—¿Así lo llamas? —preguntó Kyungsoo.

—A mí me lo parece. Y no, no soy el culpable. Creo que siempre lo ha llevado en su interior. —confeso SeHun con sinceridad.

Kyungsoo entornó los ojos al instante y SeHun se dio cuenta de que había ido demasiado lejos.

—¿Y cómo sabes tú eso? —preguntó Kyungsoo.

SeHun leyó el pánico en los ojos de JunMyeon y supo que tenía que zafarse él sólo de aquella metedura de pata.

—¿No crees que la mayoría de la gente nace con una determinada fuerza interior? El asunto es aprender a usarlo. —murmuro rápidamente con nerviosismo.

Los ojos de JunMyeon mostraron un evidente alivio.

Kyungsoo lo miraba con escepticismo, pero no lo atosigué más.

—¿Nos vamos, chicos? —propuso a sus hermanos—. Es evidente que estamos molestando.

—Personalmente creo que es fascinante estar aquí. —dijo Baekhyun, pero se levantó y Xiumin lo imitó.

Tras una despedida caótica, los tres desaparecieron y JunMyeon se derrumbó sobre una silla al lado de SeHun.

—ay, Dios mío —murmuró JunMyeon cansado, como si hubiera corrido una maratón.

—¡Has estado genial! —lo felicito SeHun.

—¿Genial? ¿Estás loco? Acabo de provocar una investigación a gran escala de nuestras vidas privadas que no terminará hasta que nos vean caminando hacia el altar. —gimió JunMyeon con pesar de solo imaginar todo el caos que venía—. Han salido de aquí sin armar alboroto, pero sólo para poder ir a algún otro lugar y planear un nuevo golpe cuando menos lo esperemos. Espera a que sus maridos se enteren. Nos harán la vida imposible. No volveremos a tener un momento de paz.

—Pero ahora ya estamos al tanto. —le recordó SeHun, sin inquietarse frente al pánico de JunMyeon—. No volverán a pillarnos por sorpresa. Además, ¿qué podrían hacer?

—¿Convertir nuestra vida en un infierno? —sugirió JunMyeon con un tono mortalmente serio.

—Vamos, ya será menos. —anuncio SeHun con entusiasmo.

—¡Ja! —bufo JunMyeon.

—¿Quieres que volvamos arriba para que pueda demostrarte que todo esto merecerá la pena? —cuestiono SeHun coquetamente.

JunMyeon le lanzó una fulminante mirada.

—Eso es lo que nos ha metido en este lío. —regaño JunMyeon.

SeHun negó con la cabeza.

—No, lo que nos ha metido en este lío es que no podíamos mantenernos lejos el uno del otro más tiempo. —razono SeHun con cariño—. Nunca pudimos, en realidad. A mí me parece algo evidente.

—No, deberíamos haber aprendido la lección hace seis años. —replicó JunMyeon—. Deberíamos ser más listos.

—Y lo somos. —insistió SeHun—. Somos lo suficientemente listos para ir tras lo que queremos y luchar por ello. Y yo te quiero a ti JunMyeon. ¿Qué quieres tú?

—¿La verdad? —inquirió JunMyeon con una sonrisa gélida.

—Por supuesto. —respondió SeHun con el rostro desencajado por la frialdad que cargaba JunMyeon. le dolía pensar que las cosas no fueran tal vez como él las estaba imaginando.

—La única cosa que sé que quiero con absoluta certeza es esa casa. —anuncio JunMyeon con total seguridad.

A SeHun se le cayó el alma a los pies. Él sabía que lo que había ocurrido entre ellos unas horas antes no había sido por la casa, y jamás se le habría ocurrido pensar que estaría celoso de una estructura de madera y suelos de tarima.

Se obligó a responder con un despreocupado encogimiento de hombros.

—Tal vez uno de estos días te decidas a aceptar el paquete completo. —logro pronunciar soportando el apretón que sentía en el pecho—. De hecho, contaba con que así fuera. —añadió con una triste sonrisa. 

******************+

cap largo porque el anterior era corto 7n7 y para que no digan que subo los caps muy cortos en este fic

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro