catorce
SeHun estaba seguro de que bastaría con que JunMyeon lo rozara para que ardiera en llamas. El beso le había recordado lo que era estar juntos, y sabía que no podría apartar de su mente el recuerdo en un futuro cercano. Dios, tres años de matrimonio, y algunos bastante buenos, no habían apagado el recuerdo de JunMyeon.
Tenía que admitir que llevaba a JunMyeon grabado a fuego en su corazón y en su alma. No había día ni hora en la que no se lamentase por haber salido a beber esa noche con Luhan, por esa trágica noche había perdido a JunMyeon y por muchos años creía que lo había perdido para siempre, salvo hasta ahora.
Y peor aún que los recuerdos era pensar en el comentario que JunMyeon le había lanzado deliberadamente respecto al postre. Los dos sabían que no se refería a tarta de manzana. Dios santo, donde había aprendido JunMyeon el arte de tentar. No estaba seguro de cómo se sentía al respecto. A SeHun le gustaba cuando JunMyeon era un chico tímido e inexperto, pese a ser un año mayor que él, y ahora SeHun estaba empezando a pensar que, tal vez, el JunMyeon adulto fuera demasiado para él.
Pensó en el consejo de Kai de llevárselo a la cama para quitarse de la cabeza la atracción sexual que los perseguía, pero estaba seguro de que no sería así. Si volvieran a acostarse, no habría vuelta atrás, al menos para SeHun, si volvían a tener contacto SeHun no iba renunciar jamás a JunMyeon, no importaba lo que JunMyeon hiciese SeHun no iba soltar esa segunda oportunidad.
Aunque eso estaría bien si los dos se encontraran en un buen momento de sus vidas, pero no era su caso. Su vida era caótica. Su hijo era su prioridad, algo que no debería ser tan complicado si Luhan no se empeñaba en que lo fuera. ¿Cómo iba a arrastrar a JunMyeon a aquella situación, sobre todo, cuando su hijo había sido el motivo por el que se habían separado seis años atrás? Si a eso añadía la advertencia de Chen de que no le hiciera daño, cualquier relación con JunMyeon se convertía en una situación de alto riesgo.
Y la vida de JunMyeon tampoco era menos complicada. Otro hombre le había roto el corazón, y no hacía mucho, a juzgar por lo que JunMyeon y los demás le habían dicho. Por mucho que quisiera creer que ese hombre no significaba nada para JunMyeon, dudaba de que fuera verdad. Si JunMyeon le había entregado su corazón, no había podido salir de su traición ileso. Las sombras que veía en sus ojos daban constancia de ello, lo había visto llegar ebrio y había visto su rostro cuando ese Taehyung llego a la casa. No podía negar que Taehyung era guapo y alto, no conocía muy bien a los Idol's pero había escuchado mucho el nombre de Taehyung por muchas personas que suspiraban por él. Para JunMyeon no debió ser difícil enamorarse de él y entendió que tal vez por eso no había escuchado a sus hermanos y había acabado con el corazón roto, como él mismo lo había hecho hace seis años atrás.
Afortunadamente, JunMyeon no parecía que tuviera que solucionar aquel dilema esa noche. Para cuando entraron, las malévolas intenciones de JunMyeon que tanto miedo le daban a SeHun parecían haberse esfumado. Era obvio que JunMyeon se lo había pensado mejor también. De hecho, parecía estar manteniendo las distancias deliberadamente.
Después de soportar durante varios minutos la esquivez de JunMyeon, SeHun se dio cuenta de que tenían que dejar claras las cosas entre ellos, así que se colocó delante de JunMyeon y lo sujetó por los hombros. JunMyeon lo miró alarmado.
—¿Qué pasa? —preguntó JunMyeon con la voz temblorosa por los nervios.
—Escúchame, JunMyeon. —dijo SeHun con calma—. No va a ocurrir nada entre nosotros esta noche. —le agradó ver una leve sombra de decepción en el rostro de JunMyeon, pero continuó firme en lo que creía que tenía que decir—. Voy a quedarme a cenar, y después te daré un casto beso en la mejilla y me iré a mi casa, a mi cama.
Sus palabras hicieron sonrojarse a JunMyeon y desviar la mirada.
—¿Ah, ¿sí? —le provoco JunMyeon—. ¿Y qué te hace pensar que eres tú quien decide lo que va a pasar esta noche SeHun?
Pero SeHun prorrumpió en una carcajada al oír la airada respuesta de JunMyeon.
—¿Acaso tenías en mente otro final? —cuestiono SeHun acercándole su rostro.
Y tal como había esperado, JunMyeon titubeó con nerviosismo.
—No. —admitió JunMyeon finalmente, el juego de la seducción le era completamente nuevo y por más que su resentimiento y dolor lo motivaran a continuar su corazón aún se negaba a aceptar por momentos ese nuevo rol.
—De acuerdo, entonces fijemos las reglas del juego para que dejes de mirarme como un conejito asustado. —sugirió SeHun ajeno a los debates mentales de JunMyeon.
—Sólo quería demostrarte lo sofisticado que me he vuelto. —gruñó JunMyeon, pasando junto a SeHun en dirección a la encimera, en la que se puso a cortar cebolla con una ferocidad que le dio escalofríos a SeHun.
Al cabo de un rato, SeHun logró reunir el valor para preguntarle qué había querido decir con aquello. Y JunMyeon se encogió de hombros en respuesta.
—La verdad es que no lo sé. Supongo que lo he dicho para que no creyeras que soy un desequilibrado que se iría a la cama contigo por despecho. —añadió JunMyeon sin mirarlo.
Y SeHun ocultó una sonrisa al oírlo.
—Entonces, si te hubieras acostado conmigo esta noche, ¿sólo lo habrías hecho por eso, por despecho? —cuestiono SeHun con una sonrisa, porque no lo creía.
JunMyeon asintió con pesar sintiéndose también algo tonto por admitirlo.
—Ay, conejito, no me hagas demostrarte lo equivocado que estás. —dijo SeHun totalmente en serio.
—No puedes demostrarme que estoy equivocado porque es verdad SeHun. — afirmó JunMyeon con un brillo desafiante en los ojos.
SeHun no pudo evitar responder a su desafío.
—Apuesto veinte wones y un beso a que no. —dijo SeHun, poniendo un billete en la encimera.
Y JunMyeon lo miró boquiabierto.
—¿Estás loco? —recrimino casi ofendido.
—Es muy posible. —admitió SeHun.
JunMyeon le metió el dinero en el bolsillo y, a continuación, se apartó de SeHun con cautela, como si se hubiera dado cuenta demasiado tarde de que había cometido un error.
—No voy a besarte, y te aseguro que no voy a apostar contigo a que no puedes seducirme. —declaro JunMyeon con una mirada de reproche.
—Porque sabes que tengo razón. —dijo SeHun, satisfecho de que JunMyeon lo admitiera.
JunMyeon frunció el ceño y, por un instante a SeHun le pareció que iba a continuar con el debate hasta que SeHun se viera obligado a besarlo para demostrarle que se equivocaba. Pero por desgracia, JunMyeon inspiró profundamente y lo miró con toda la calma de que fue capaz.
—¿Prefieres judías o guisantes con la cena? —pregunto cambiando de tema.
SeHun sabía que lo mejor era no reírse de la retirada de JunMyeon a terreno neutral. De hacerlo, JunMyeon habría aceptado la apuesta y, sinceramente, SeHun no estaba nada seguro de que fuera capaz de resistir.
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Bueno antes que nada un error, me confundiii.
Ahora bueno, junmyeon esta teniendo la batalla de asumir el papel de un rompe corazones o no, porque ps junmyeon no es asi y le cuesta 7n7. Ojala no sea asi porque de verdad como comenntaron esas cosas solo acaban con uno.
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