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Sophia

Lo primero que siento es un pitido molesto y un dolor de cabeza que me molesta. Abro los ojos de a poco con un mareo constante, la vista borrosa me marea más. Hay un olor pesado que me hace toser mientras más me voy incorporando. Lo primero que veo es el volante de mi auto a medida que me voy enderezando en el asiento del conductor. Gimo por el dolor de la cabeza, pero unos golpes a mi lado me desconcentran.

No enfoco muy bien la imagen, cierro mis ojos y vuelvo a mirar. Una señora mayor que yo me mira con preocupación gritándome algo que no escucho. Cuando muevo mis ojos hacia el frente es cuando me congelo. Mi coche había chocado con otro y podía ver a un hombre por el lado del conductor. Salgo lo más rápido que puedo, pero gracias a eso, un mareo me asalta con fuerza.

-¿Estás bien? -miro a la mujer que es más alta que yo mirarme con preocupación, capto como su vista se alza a un punto de mi cabeza e inmediatamente llevo mis dedos a ella.

Un pequeño quejido se escapa de mi boca, cuando me toco lo que parece ser un golpe. Veo la sangre en mis dedos y ya comprendo el hecho de que esté mareada. Pero por lo demás, no me siento herida en ninguna parte. Alzo la vista y todo en mi empeora al ver la escena.

De alguna forma, un camión de carga se había atravesado en medio del puente, lo que causó que al menos más de 10 autos se estrellaran entre sí, entre esos estaba mi auto. Miro a la señora con urgencia-¿Se encuentra bien? -ella asiente ante mi pregunta-Soy doctora, llama a la ambulancia y a la policía, rápido.

Me quito los tacones altos y aborrezco el hecho de haberme puesto un vestido, pero mientras corro me recojo el pelo en un moño alto. Abro la puerta del carro con el que choqué viendo al conductor-Señor, ¿Se encuentra bien? Mi nombre es Sophia y soy cirujana.

El hombre de al menos unos 40 años y figura alta gime con dolor-El cinturón está atascado.

Entro al carro y me acerco a él tocando su cuello-¿Siente algún dolor en otra parte?

-Solo un poco al costado de la cabeza.

Sin moverlo para nada, me acerco a verlo a su costado y noto la sangre que baja por la oreja. Puede ser una hemorragia interna-Señor, le voy a pedir que no mueva su cuello por nada-mi mirada se pasea con rapidez por el auto y cojo lo que parece ser una chaqueta en el asiento del lado-Sé que es molesto, pero no podemos arriesgarnos, la ambulancia viene en camino-le digo mientras envuelvo la prenda alrededor del cuello y la amarro tras de la cabeza del asiento.

Toco su estómago en busca de tensión muscular, por suerte no hay riesgo de trauma interno. Advirtiéndole nuevamente, salgo del carro y de reojo veo a la mujer hablando con rapidez por teléfono. Me acerco a otro auto y la imagen me deja un poco aterrorizada. La cabeza de una mujer más joven que yo había atravesado la ventana de la puerta, un camino de sangre corría por la puerta. Sé que es inútil. pero aun así me acerqué a comprobar su pulso, y definitivamente ya es muy tarde.

Un sollozo me despierta de mi ensoñación y veo atrás a una pequeña niña de al menos 12 años, algo se cerró en mi estómago, pero lo ignoro, centrándome en lo más importante ahora-Pequeña-ella alza la mirada cuando la llamo y con una rápida mirada veo algunos golpes en su rostro, pero no hay sangre-¿Te duele en alguna parte?

Ella niega con la cabeza, al parecer no tenía puesto cinturón de seguridad, de alguna forma eso la salvó. Porque había un pedazo de hormigón del puente que había atravesado la puerta del asiento de atrás, llevándose consigo los dos primeros asientos. Al parecer cuando el carro chocó el impulso la mandó hacia adelante salvándola del hormigón.

-M-mi ma-mamá.

Intento no hacer ninguna mueca-Lo siento mucho pequeña, pero ahora tengo que sacarte de ahí-su expresión se contrae cuando entiende lo que quise decir, pero aun así se mantuvo serena-¿Cuál es tu nombre?

-Emily.

En el momento en que voy a hablar, siento el sonido característico de la ambulancia y volteo emocionada así también como aliviada-Emily, todo va a estar bien, ya la ayuda está aquí, voy a ver si hay más heridos, ¿puedo confiar en ti Emily de que vas a estar bien? -cuando ella asiente, me volteo a ver a la mujer que viene corriendo hacia mí-Iré a buscar más heridos, quédate con ella y les explica lo ocurrido.

Salgo corriendo cuando me da una afirmación, buscando heridos. El lugar de repente comienza a convertirse en un caos por los paramédicos y de alguna forma me alivian el trabajo cuando se hacen cargo de los traumas menores. Me acerco al camión de carga que se desvió, el contendor se atravesó por completo en la carretera. Veo que los paramédicos ya están auxiliando al conductor. Me quedo congelada cuando veo el auto que está al final del contenedor... contra este.

Llamo entre gritos a un paramédico, mientras corro al auto, el cristal fue roto por una esquina del contendor y por suerte no lo atravesó por completo. Luego de que el paramédico logra abrir la puerta con una palanca, me acerco al conductor. Un hombre de al menos unos 45 años, la bolsa de aire del carro estaba deshecha y noto por qué.

Un cristal la reventó, de pasó se incrustó por debajo del pecho de él, a la altura de sus costillas-Señor, ¿me puede oír? -me volteo a ver al paramédico-Dame un collarín-se lo coloco alrededor del cuello.

-Me duele el pecho-escucho el susurro del hombre gracias a la cercanía y bajo la vista a la herida.

El cristal no es más más ancho que los cinco centímetros ni más largo que los 15, pero si puedo estar segura que perforó su pulmón. Su respiración se hace un poco más errática, es cuando caigo en la realidad. El cristal permite que el aire salga del pulmón causando que se acumule entre el pulmón y la pared torácica, claro indicio de un Neumotórax traumático.

No tengo forma si también se acumuló sangre en el espacio pleural, por lo que tengo que actuar con lo que tengo. Me volteo al paramédico-que por suerte no me cuestionó al darse cuenta de que yo era médico-que está atento a mis palabras.

-Dame un tubo de tórax, haré una inserción en el espacio pleural.

El chico abre los ojos llenos de sorpresa, pero no me cuestiona y me pasa unos guantes de látex. Rompo su camisa teniendo cuidado con la herida, buscando el espacio entre dos de sus costillas no muy lejos de donde el cristal perforó y hago una incisión. Ni siquiera tuve tiempo de anestesiar al hombre, pero actúo rápido cuando introduzco el tubo. El chico tras de mí ya llamó a una camilla, pero antes de eso. acerco mi boca al extremo del tubo y succiono.

Sorprendiéndome, sale un chorro de sangre que mancha mi cara y vestido, pero rápidamente se detiene. Mi corazón se alivia, cuando veo que su respiración se calma, pero aun el caos no se detiene.

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Charlie

Emergencias de un momento se sumió en un caos cuando llamaron acerca del accidente que hubo en el puente. No pude concentrarme en el hecho de que estaba esperando la llegada de Sophia al hospital, cuando tuve que hacerme cargo de todos los pacientes que llegaron. Por suerte, no habían traumas muy severos y solo hubo un fallecido, mientras que había otro neurocirujano en cirugía con una Hemorragia Interna.

-Doctor Smith, en tres llega otra ambulancia con un Neumotórax-asiento y le digo a la enfermera a mi lado que se ocupe de la herida menor que tiene este chico.

Yo y dos doctores más corremos hacia la entrada de Emergencia, en el mismo instante en que llega la ambulancia. Antes de que pudiera abrir la boca para poder hablar, una cabellera negra me interrumpe y me deja sin palabras.

-Hombre de 45 años con una perforación del pulmón izquierdo con un Neumotórax traumático-ni siquiera tuvimos tiempo de reaccionar, cuando ella ya estaba corriendo junto con los paramédicos-Realicé una incisión en el espacio pleural pero no sé si hay más sangre acumulada-lo movimos a una camilla y fue cuando todos vimos lo que hizo-durante el viaje su presión arterial bajó casi perdiendo su pulso y tuvimos que ponerle una epinefrina luego de la reanimación.

Cuando veo que el resto de los doctores se hacen cargo es cuando me fijo en la mujer de pies a cabeza. Sus pies están descalzos, tiene algunas heridas, su vestido verde con flores rojas está manchado de tierra y lo que parece que es sangre. Su cara tiene también algunas salpicaduras de suciedad, junto con sangre. Su pelo negro lo tiene recogido en un moño desordenado sobre su cabeza, pero gracias a eso, puedo ver un pequeño golpe en su frente, cerca del nacimiento de su cabello.

Me acerco en pocos pasos a ella y tomo su cara con ambas manos-¿Cómo te lo hiciste?

Ella se me queda mirando en blanco hasta que comprende a que me refiero-Solo fue un pequeño golpe.

Ella estuvo en el accidente...

Pensé que había llegado... pero no, ella estuvo en él y siento como el pánico se aferra a mi, cuando la imagen de haberla perdido pasa por mi mente.

Trago el nudo amargo que se aloja en mi garganta y me aferro a la realidad-Hay que curarte.

-Estoy bien-sus ojos se pasean por el resto de los pacientes como si buscara algo-¿Vino una niña de 12 años? ¿Y el señor con Hemorragia interna?

Sin poderlo evitar, sonrío porque esta es la mujer que conozco de hace cinco años.

Esta es la mujer de la que me enamoré.

-Ahora mismo tu eres una paciente y te tengo que revisar.

-No tengo nada, solo es un golpe-se niega mientras prácticamente la empujo a que se siente en la camilla.

-Sabes lo que pasa por un "simple" golpe-me volteo a la enfermera cuando me trae todo para curarla-Le haremos una Tomografía computarizada cuando terminemos aquí.

-Charlie esto es innecesario.

-No voy a escuchar una palabra Sophia, ahora mismo eres un paciente y yo tu doctor.

Hace una mueca algo graciosa cuando sabe que no voy a dar mi brazo a torcer. Aun así, no puedo no deleitarme con la belleza de sus rastros mientras la voy curando.

Me siento como si fuera en una encrucijada. Estoy demasiado asustado porque estuvo en peligro, pero a la vez, me siento demasiado orgulloso de la mujer que tengo frente. La primera ambulancia que llegó fue una niña de doce años y una mujer que habló de una doctora... era Sophia. Es cuando afirmo que fue ella quien supo que era una Hemorragia interna.

Aún recuerdo cuando la vi en su primer día trabajando aquí.

Recién me había mudado a la capital cuando me incorporé a trabajar en el hospital. Este hospital era de lo más reconocidos por sus bajos índices de mortalidad. La mayoría de sus médicos eran de renombre y eso elevaba el nombre del lugar, así que mis nervios eran mayores que su nombre.

Era mi primer día de trabajo, pasé por Emergencia para ir a los taquilleros en el momento en que llegan pacientes de un derrumbe. Como es costumbre, el caos comenzó y yo me quedé estático, hasta que un grito me sacó de mi mente.

-¡Oye tú! -la miro y de repente, no me quedé hipnotizado por el caos, fue por sus ojos-¿Estás herido?

-N-no, soy médico.

-Entonces muévete y ayuda.

No recuerdo cuanto tiempo duró ese desastre. Solo sé que ese drama estuvo presente en todo día de mi primer trabajo. Hubo muchas víctimas de dicha tragedia y no fue hasta la noche, en que pudimos respirar con tranquilidad. Me senté en la soledad del pasillo respirando con fuerza, masajeando mi cuello con agotamiento hasta que veo de reojo como alguien se sienta a mi lado. Me quedo en blanco cuando la volví a ver.

A pesar de todo lo que se había vivido en solo unas horas, ella se había mantenido tan fresca como si nada. Esa hermosa cabellera negra, que luego la vi suelta, estaba recogida en un moño desordenado sobre su cabeza con varios mechones sueltos. Pero no perdía la belleza, me sentí hipnotizado desde el primer momento.

Y desde el comienzo...

Desde que conecté los ojos con ella, supe que estaba enamorado.

-Siento haberte gritado hace un rato-me miraste con una sonrisa apenada y de alguna forma, no sé porque mis nervios aumentaron.

Tal vez fue por haberme dado cuenta de lo que sentía, o por tu propia sonrisa-N-no te preocupes, tenía razón.

-Eres el nuevo neurocirujano-más que una pregunta fue una clara afirmación, yo solo pude asentir ante ella-Buen comienzo para tu primer día de trabajo.

Di una media sonrisa ante su broma-El mejor.

-Sophia Bell Thompson-me dio su mano y yo la miré con el corazón latiendo en mis oídos, temí que lo escuchara de lo fuerte que palpitaba.

-Charlie Smith.

Ese primer día está marcado en mi memoria y lo estará, siendo imposible de borrar.

Fue una montaña rusa de emociones, la felicidad, la tristeza juntándose para unirme y romperme el corazón.

Porque más tarde ese mismo día, supe que la mujer de la que me había enamorado estaba casada.

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Sophia

Aun en contra de todas mis palabras, Charlie me hizo todo tipo de estudios y me obligó a permanecer en la habitación bajo observación. Quise irme poniendo a mi hijo por delante, porque es cierto que no podía dejarlo solo. Pero él me dijo que se hará cargo de la situación, yendo a buscarlo a la escuela y que de paso ya había hablado con la señora que vive a mi lado explicándole la situación.

Así que no pude hacer más nada que acatar sus órdenes. La noche ya había llegado cuando llegué a mi habitación luego del "paseo" que di. Charlie me dijo que me quedara en el hospital, no especificó en dónde. Además, no podía estar tranquila sin saber de los pacientes. Por suerte todos, ya estaban en observación, la pequeña estaba con su padre y el caso del Neumotórax dormía luego de la cirugía.

Y ahora parecía que era mi turno de dormir luego de que la enfermera me diera un calmante.

Miro la luna que alumbra la noche... con esa imagen mis ojos se van cerrando.

Hace diez años atrás

Una de mis estaciones favoritas es el invierno, en especial por la nieve que pinta el paisaje. Cuando vivía aun con mis padres, disfrutaba ver la nieve caer desde mi habitación mientras tomaba algo caliente. Cuando salía a dar un paseo, lo puro que parecía el ambiente es de las razones porque siempre he escogido el invierno sobre las demás estaciones.

Esa tarde que salí a pasear, parecía tan común como toda mi vida lo había sido. Escondí mi cabellera azabache con un abrigo de capucha roja y aseguro mis guantes negros para protegerme del frío. A pesar de que esa estación fue la más baja que se había registrado ese año, nada me impedía disfrutarlo. Por suerte, no era una niña débil y enfermiza por lo que me permitía esos lujos.

Caminé medio kilómetro de mi casa hasta el parque en el cual siempre jugaba desde que era una niña, en donde había un árbol mucho más viejo que mis padres, que ha estado en pie desde que tengo uso de razón.

Me detuve a medio camino cuando pasé por debajo del árbol al sentir un sonido algo extraño. Me quedé en silencio para asegurar que no es mi idea, hasta que lo volví a escuchar. Miré hacia arriba que es de donde viene el sonido, unos impresionantes ojos verdes me recibieron. El pequeño gatito maulló de nuevo sobre la rama claramente asustado de la altura.

-Oh, pobre animalito-murmuro para mí misma tocando la corteza del árbol.

Miro al alrededor y el paisaje está desolado por lo que la idea que se estaba gestando en mi cabeza no era ni buena, ni la más sensata. Antes de pensarlo más ya estaba escalando el árbol. No era la mejor escaladora, pero más joven si lo hacía de vez en cuando. Ignoremos el hecho de que varias veces mi trasero tocó el suelo. Pero mejor era no pensar en eso cuando estaba escalando.

El minino no se había movido de lugar, por el momento mi cuerpo se mantenía estable. Para el colmo, no soy tan ligera como para no tener cuidado. Fueron minutos, pero para mí fueron eternos cuando me senté en la rama con ambas piernas a los lados y el pequeño animal en mis brazos.

-Todo está bien pequeño, no te preocupes.

Ahora lo divertido era como bajaba de ahí.

No tuve mucho tiempo de averiguarlo cuando unos ojos marrones se cruzaron con los míos. Me quedo congelada ante su figura alta y musculosa, a pesar de que se veía de mi edad. Una mandíbula marcada al igual que sus facciones fue lo que más me llamó la atención. Una media sonrisa nacía en su boca dejándome ver el indicio de un par de hoyuelos.

-Hola-su voz es la que rompe el silencio.

-Hola ¿Eres nuevo por aquí?

-Sí, vine por trabajo, pero no sé si me quedo mucho tiempo-sentí como sus ojos estudiaban cada parte de mí y por alguna razón que no conocía, me ponía nerviosa-¿Cómo llegaste ahí arriba?

-Fue fácil, ahora...

-Tienes que buscar como bajar-él termina mis palabras y sin poderlo evitar me echo a reír junto con él.

Es cuando noto que su sonrisa es en verdad preciosa-Soy Xaver Bell.

-Sophia... Sophia Thompson.

Cuando él me dio esa sonrisa tan bella, no sabía que iba a ser la persona que me rompería para siempre.








Hola mis hermosos soñadores.

perdonen la demora de este capítulo. fue muy complicado escribir la escena del accidente, era la primera vez que lo hacía, en especial cuando Sophia tomó acción como doctora.

me dejan saber que les pareció en los comentarios. ¿Que les parece lo de Charlie? ¿Se esperaban que estuviera enamorado desde el comienzo de Sophia?

ya vimos a Xaver como algo más que un cadáver, ¿Que tal?

espero con ansias su estrellita y sus comentarios. no olviden que los quiero mucho

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