Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6-LILLIAN

Bueno, esto empieza a ponerse interesanter, y yo voy a ponerme exigente :D Quiero mínimo 50 comentarios para subiros el próximo.

No os pido comentar cada párrafo, pero sí las partes o cosas que os hayan gustado, quiero ver vuestras reacciones.Saber si os "llegan" las cosas. Si os hacen reír, llorar...


Así que ale, a comentar o no habrá capítulo 7 jajaja

**************************************************************************************


KARA

Cuando desperté, seguía entre los brazos de Lena. No sabía el tiempo que llevaba durmiendo, pero estábamos solas, o eso parecía.

-Kara: Hola...

-Lena: Eh, hola dormilona... - dijo sonriéndome - ¿Dormiste bien?

-Kara: Sí... ¿Dónde están Alex y Sarah?

-Lena: Te quedaste dormida y pensaron que sería mejor dejarte descansar. Se fueron a casa y se llevaron a Katie. La traerán luego.

-Kara: Vale... - dije mirándola. Estaba centrada en su teléfono - ¿Con quién hablas?

-Lena: Con mi amante... Aproveché que estabas dormida para hacerlo.

-Kara: ¿La pelirroja de ojos verdes? ¿O la castaña de ojos marrones? No, espera, la otra rubia de ojos azules.

-Lena: Casi... -dijo riéndose.

-Kara: Hablas con tu madre, ¿no?

-Lena: Sí... Se pasará dentro de un rato a tomar un café.... – dijo dejando el móvil sobre la mesa.

-Kara: ¿Tenemos tiempo...? –dije, moviéndome y metiendo la mano dentro del pantalón de Lena.

-Lena: Pues... Dijo que tardaría una hora o así.

-Kara: Entonces sí, tenemos tiempo...

-Lena: ¿Ahora, cariño? Sí que te ha sentado bien la siesta...

-Kara: Vamos a la habitación... - dije levantándome y tirando de ella.

-Lena: ¿Es que no te cansas?

-Kara: ¿De ti? Nunca...

-Lena: Creo que vas a tener que desmayare más a menudo. Estás que no paras, cielo...

-Kara: Deja de hablar y vamos a la cama, tu madre suele ser muy puntual....

-Lena: Está bien... - dijo riéndose.

Una hora después, estábamos de nuevo vestidas, duchadas y con ropa limpia.

-Kara: Me encanta cómo hueles... - dije, oliendo su pelo. Me encantaba el champú que usaba Lena.

-Lena: Lo sé... - dijo mirándome.

Iba a responderle cuando llamaron a la puerta y fui a abrir.

-Kara: Lillian, hola... - dije abrazándola.

-Lillian: Kara... Vaya, qué sorpresa encontrarte en casa.

-Kara: Sí, necesitaba un poco de descanso y tiempo con mi familia.

-Lillian: Eso es nuevo... - dijo mirándome y entrando, dirigiéndose hacia Lena – Hola, cariño, ¿Cómo estás?

-Lena: Hola mamá...

-Lillian: ¿Dónde está Katie?

-Kara: Con mi hermana... La traerán dentro de un rato. ¿Quieres un café?

-Lillian: Sí, gracias... - dio mientras se sentaba.

Fui a la cocina a preparar el café y, mientras se hacía, miré a Lillian.

Nuestra relación siempre había sido buena, pero hoy la notaba algo distante. Y no me gustaba. Adoraba a esa mujer. Era cariñosa con Lena, con Katie, conmigo.... Pero la Lillian que tenía delante en esos momentos, me hizo recordar algo.

***********RECUERDO KARA**************

Estábamos en el cementerio, en el funeral de Lena. Estaba de pie, mirando el ataúd. Alex y mi madre estaban cada una a un lado mío, sujetándome, mientras Sarah tenía a Katie en brazos.

La familia de Lena estaba enfrente de mí. Lillian, Lionel y Lex... Estaban destrozados. En los ocho años que Lena y yo llevábamos juntas, nunca les había visto llorar, a ninguno. Miré a Lillian y traté de sonreírla, pero lo único que recibí de su parte fue una mirada fría.

Cuando la gente empezó a marcharse, me acerqué a Lillian para hablar con ella, pero ella me evito y fue a hablar con algunos amigos de la familia Luthor. Entonces me quedé en mi sitio y alargué la mano, acariciando el ataúd de Lena. No pensaba irme hasta que todo hubiese acabado. Y con todo, me refería a que no me marcharía hasta que el agujero donde Lena descansaría estuviera totalmente cubierto.

-Kara: No voy a dejarte sola... - susurré.

-Lex: Ya lo hiciste... - dijo, pasando por mi lado sin mirarme, alejándose.

-Alex: Kara, vamos. Katie está cansada.

-Kara: No voy a irme, aún no. Llévala contigo.

-Alex: Kara...

-Eliza: Yo me quedo con ella...

-Alex: Le diré a Sarah que se vaya a casa con los niños, yo me quedo aquí.

-Kara: No hace falta...

-Alex: Sí, sí hace falta.

En ese momento, vi a Lillian acercarse.

-Kara: Lillian... - dije, intentando coger su mano.

-Lillian: Deberías haber sido tú... - dijo, apartando la mano y deteniéndose a mi lado. – Ella no lo merecía.

Agaché la cabeza, sin poder contener las lágrimas.

-Kara: Lo sé...

-Lillian: De nada te sirve llorar ahora. Eso no va a traerla de vuelta.

-Eliza: Lillian, eso no es justo. Kara no tiene la culpa de...

-Lillian: ¿De que mi hija está muerta? Sí, sí la tiene... - dijo alejándose.

-Alex: Kara... - dijo abrazándome – No le hagas caso. Está dolida, no lo dice en serio, tranquila...

-Kara: ¿Podéis dejarme sola unos minutos, por favor?

-Alex: ¿Estás segura?

-Kara: Sí...

-Eliza: Estaremos cerca... - dijo besándome en la frente y alejándose con Alex.

No sé el tiempo que estuve allí, de pie, mirando cómo metían el ataúd en el agujero y lo cubrían de tierra. Ni siquiera me di cuenta de que ya no quedaba nadie excepto Alex, mi madre y yo. No quería irme, quería quedarme allí, con ella. No podía dejar de llorar, las lágrimas me salían a mares. Pero entonces me di cuenta de que no eran sólo lágrimas. Estaba lloviendo y no me había dado cuenta.

-Alex: Kara, vamos... - dijo acercándose a mí.

Las primeras semanas fueron horribles. No podía dormir, no podía comer... La echaba mucho de menos.

Y la situación con la familia de Lena no mejoraba las cosas. Me odiaban. Todos ellos. Sólo pasaban de vez en cuando para ver a Katie, pero evitaban hablar conmigo y, cuando lo hacían, sólo era para recordarme lo mala esposa que había sido durante el último año antes de la muerte de Lena.

Las pocas palabras que Lillian me dirigía eran como puñales clavándose en mi pecho hasta la empuñadura. Palabras que se me quedaban grabadas a fuego en la cabeza, en la piel, en el corazón y en el alma. Palabras que no podía olvidar ni borrar aunque quisiera.

Cosas como:

"Nada de esto habría pasado si hubieses sido una mejor esposa" "No debiste dejarla irse así" "Pasó el peor año de su vida por tu culpa" "Te quería demasiado como para darse cuenta de que le estabas haciendo daño"

Lo peor de todo, es que Lillian tenía razón.

Así que me centré en Katie, en cuidar de mi hija, lo único que me quedaba de Lena. Aunque ver a Katie me dolía. Tenía los ojos de Lena, y mirarla era una tortura. Pero era mi hija, no podía apartarla de mí, no podía ignorarla. Estaba enferma, me necesitaba. No sabía el tiempo que podría seguir disfrutando de ella, pues cada vez estaba peor. Sabía que la terminaría perdiendo, como a Lena. Pero al menos, intentaría que su vida fuese lo más feliz posible. Se lo debía a Lena.

Pero justo cuando pensaba que la cosa no podía ir a peor, Lillian pidió la custodia de Katie. Dijo que yo no estaba capacitada para cuidar de mi hija.

No podía creerme que Lillian hiciese algo así. Le dijo al juez que los últimos tres años apenas había dedicado tiempo a mi hija y que tenía miedo de que Katie acabase como Lena, por no prestarle la suficiente atención.

Fue entonces cuando tuve que presentar toda mi investigación ante el juez, demostrándole que todo ese tiempo intentaba encontrar una cura para mi hija, o que al menos, el tiempo que le quedase, lo pasara con el menor sufrimiento posible.

Por suerte, la jueza que llevaba el caso era amiga de Laurel, la hermana de Sarah y eso ayudó bastante. Incluso habló con Katie para preguntarle si quería quedarse conmigo, si estaba a gusto, si estaba bien, o si prefería irse con su abuela. Katie dijo que quería quedarse conmigo. Pero Lillian era insistente y se negaba a que me quedase con mi hija. Tan convincente, que estuve a punto de perder la custodia de Katie.

La decisión final se tomó cuando, un día, en pleno juicio, Katie tuvo una de sus crisis. Lillian no sabía cómo reaccionar, se quedó mirando cómo Katie lloraba de dolor, sin poder moverse si quiera de donde estaba. En cambio yo, reaccioné rápido. Le di a Katie su medicación y me tiré con ella al suelo, abrazándola y pegándola a mi pecho hasta que se calmó.

Al parecer, eso fue suficiente para demostrar que estaba bastante capacitada para cuidar de Katie, al contrario que Lillian, que no sabía qué hacer.

Era cierto que normalmente Katie sufría esos dolores por las noches, pero los nervios del juicio y la pérdida de Lena la tenían algo nerviosa y su situación médica empezó a agravarse. Lillian nunca había visto así a Katie. Cuando tenía que quedarse en el hospital, solían tenerla bastante medicada para que no sufriera, así que Lillian siempre la veía más o menos tranquila.

Al parecer, eso también hizo reaccionar a Lillian, que decidió retirar la petición de custodia, a cambio de poder pasar más tiempo con Katie, algo que nunca le negué, en ningún momento.

*******FIN RECUERDO KARA************

De pronto noté unos brazos rodeándome y de nuevo volví a la realidad.

-Lena: Eh, el café ya está cielo. No va a servirse solo... - dijo, besándome.

-Kara: Perdón...

-Lillian: Os veo muy contentas hoy. Sobre todo a ti, Lena.

-Lena: Eso es porque tengo la mejor esposa del mundo. A veces es un desastre, pero es lo que la hace tan encantadora... - dijo besándome de nuevo.

-Lillian: ¿Entonces las cosas van mejor?

-Lena: Sí...

-Lillian: Bueno, supongo que mañana Kara volverá a centrarse en su trabajo.

-Kara: No. Lo cierto es que voy a trabajar aquí en casa. No utilizamos el ático para nada. Tiene buena iluminación, buena ventilación... Es un buen sitio para instalar un pequeño laboratorio.

-Lillian: ¿Un laboratorio, en casa, con Katie? ¿No será peligroso?

-Kara: Estará cerrado con llave cuando no se use.

-Lena: Kara no es estúpida, mamá. – dijo, tendiéndole un café.

-Kara: Quiero pasar más tiempo con mi familia.

-Lillian: Eso está bien. Ya iba siendo hora de que te dieras cuenta de que las tenías medio abandonadas. – dijo, bebiendo de su café.

-Lena: ¡Mamá!

-Kara: No, Lena, tu madre tiene razón. Os he tenido muy descuidadas. Pero eso va a cambiar...

-Lillian: ¿Y cuándo vais a darme más nietos?

-Lena: Mamá, por favor...

-Lillian: ¿Qué? Lleváis seis años casadas y sólo tenéis a Katie. Mira tu cuñada, ya tiene dos y seguro que pronto os sorprende con otro primo para Katie.

-Kara: ¿Alex? No, creo que con dos tiene bastante... - dije riéndome.

-Lillian: Tú me prometiste mínimo cinco nietos Kara, y a este paso, seréis abuelas antes de intentar ir a por el segundo.

-Lena: Mamá, la estás agobiando. Y Kara necesita estar tranquila.

-Kara: ¿Te prometí cinco?

-Lillian: Mínimo... - dijo, guiñándome un ojo. Vaya, eso era una buena señal.

-Kara: Bueno, quizás dentro de unos meses nos pongamos a ello.

-Lillian: ¿En serio? Eso sería maravilloso...

-Kara: Sí, lo sería. Lena lo está deseando.

-Lillian: ¿Y tú no?

-Kara: Sí, claro, también. Pero Katie... Está empeorando y...

-Lillian: Entiendo... Demasiado estrés para sumarlo a un embarazo ahora.

-Kara: Sí, algo así...

-Lena: Te avisaremos cuando estemos preparadas para ello, mamá...

-Lillian: De acuerdo... No voy a insistiros más.

-Lena: Estás tomándote la píldora, ¿verdad? – susurró en mi oído.

-Kara: ¿Qué?

-Lena: Bueno, últimamente vas tan a saco, que no hemos usado ninguna protección, Kara. Y dijiste que querías esperar seis meses antes de intentarlo...

-Kara: Ah, sí... Sí, tranquila.

-Lena: Bien... - No la hagas caso, ya sabes cómo es... - dijo, dándome una palmadita en el trasero.

-Kara: ¡Oye, que está tu madre delante!

-Lillian: Os veo realmente bien... De verdad. Esto es lo que quiero para vosotras. Para las dos.

LENA

Después de que Alex y Sara se marcharan, llevándose Katie para que pasara más tiempo con sus primos, mi móvil empezó a vibrar. Intenté alcanzarlo sin despertar a Kara y vi que era mi madre.

Decía que iba a pasarse un rato a tomar un café y a vernos. Lo cierto era que últimamente se pasaba muy a menudo.

Desde que le conté que Kara estaba centrada en su trabajo y apenas nos prestaba atención a Katie o a mí, mi madre pasaba por cada tres veces a la semana.

Mi madre adoraba a Kara. Mi familia en general lo hacía. Su relación con ella era maravillosa, era como una hija más para ellos. Pero desde que les dije que Kara pasaba la mayor parte del tiempo en los laboratorios, su actitud con ella había cambiado. Estaban algo tirantes. Por mucho que yo quisiera disimular ante ellos lo mal que me sentía con el comportamiento de Kara, mi familia siempre acababa dándose cuenta.

Hacía tan sólo tres días mi madre me había dicho que si Kara no empezaba a reaccionar y a darse cuenta de lo mal que yo lo estaba pasando, ella misma se encargaría de decírselo. Lo cierto era que no quería que discutieran, pero desahogarme con mi madre sobre la situación por la que estábamos pasando, me ayudaba un poco. Eso, y centrarme en Katie.

Cuando Kara se despertó, yo aún estaba hablando con mi madre. Kara empezó a bromear preguntando si hablaba con mi amante, así que le seguí la corriente. Hacía mucho que no la veía así, y eso me gustaba. Kara solía ser alegre y divertida. Le gustaba bromear, y me encantaba verla reír, así que aproveché la ocasión.

Cuando le dije que mi madre se pasaría por casa, a Kara le pareció bien.

Cuando mi madre llegó, fue Kara quien abrió y la saludó con un abrazo, no correspondido por parte de mi madre. Mi madre se sorprendió de ver a Kara en casa, y empezaron a hablar. Kara se defendió bastante bien de los pequeños "ataques" que mi madre le lanzaba y yo traté de hacerle entender, sin palabras, que la situación entre Kara y yo había mejorado.

-Lillian: Os veo realmente bien... De verdad. Esto es lo que quiero para vosotras. Para las dos.

-Lena: Sí, estamos muy bien.

-Kara: Las cosas cambiarán mucho a partir de ahora. No dejaré a Lena y a Katie solas tanto tiempo.

-Lillian: Me lo creeré cuando lo vea, Kara. Igual que lo de mi segundo nieto.

-Lena: Mamá, deja de presionarla.

-Lillian: No la presiono, pero Kara tiene mucho tiempo que recuperar. Al menos ya no tienes esa mirada de perro abandonado que tenías estos últimos meses, Lena.

-Lena: Mamá...

-Kara: No, tu madre tiene razón. No me he portado bien contigo, ni con Katie. Esto supondrá un retraso en mi trabajo, pero mañana mismo empezaré a organizar el ático para instalar el laboratorio allí. Me llevará mínimo un mes entre pedir permisos y adaptarlo todo, pero no importa. Mientras, podemos ir al cine con Katie, o salir a cenar alguna noche las dos solas. Te debo una celebración de cumpleaños en condiciones.

-Lillian: Le debes muchas cosas, Kara.

-Kara: Sí, bueno, algunas cosas ya se las estoy devolviendo cada vez que tenemos un rato para nosotras, ¿verdad, amor?

-Lena: ¡Kara!

-Kara: ¿Qué? Tu madre parece interesada en saberlo todo sobre nosotras... Sólo la mantengo informada. Tendrás otro nieto, Lillian, pero no antes de seis meses.

-Lillian: ¿Seis meses? Bueno, tampoco es tanto. Pero antes pusiste a Katie de excusa.

-Kara: No la puse de excusa. Sólo dije que está empeorando. Y seguirá haciéndolo. Eso es algo que no depende de mí. Pero quiero dedicar tiempo a mi hija antes de centrarme en un embarazo, Lillian.

-Lillian: Sí, lo entiendo. Y me parece bien – dijo sonriéndola. – Me alegra ver que te has dado cuenta de las cosas a tiempo, Kara. Y que quieres cambiarlas. Habría sido una lástima que las cosas entre vosotras hubiesen acabado mal.

-Kara: Sí...

-Lillian: Por cierto, Lena, ¿le has dicho a Kara lo de la presentación?

-Kara: ¿Qué presentación?

-Lena: Oh, sí... Dentro de tres semanas presentamos un nuevo robot de rescate en L-Corp.

-Kara: Cierto, ese proyecto que os ha llevado tres años. ¿Por fin cumplen con todo lo necesario?

-Lena: Y más. Hemos conseguido que puedan acceder a casi cualquier sitio y levantar grandes pesos para rescatar a personas que hayan quedado atrapadas tras un terremoto, un derrumbe o una explosión.

-Kara: Eso es genial...

-Lena: La haremos en las instalaciones de L-Corp. ¿vendrás?

-Kara: Claro que sí, amor. Allí estaré, te lo prometo. – dijo besándome- No pienso perdérmela.

-Lena: Gracias.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro