13-REVELACIONES
Bueno, antes de que empecéis a leer... Aviso que este ya no se actualizará hasta el domingo. ¿Y por qué? Pues porque no he podido resistirme a subir este capítulo y ver vuestras reacciones en dos momentos clave.
Os actualizaré un amor de otro planeta el viernes o el sábado. Pero esta, hasta el domingo, nada.
Este capítulo he terminado de escribirlo hace apenas 10 minutos, así que está calentito calentito, y creo que es el más largo de todos hasta ahora. Así que....
QUIERO COMENTARIOS, QUIERO VOTOS, Y QUIERO OPINIONES. Si no, no habrá capítulo 14 hasta el miércoles jajaaj.(ya me mantendré ocupada con lo que sea para resistir la tentación de subíroslo. Que al final, me hace más ilusión a mí subirlo, que a vosotras el que esté subido jaja)
Que este, me ha costado un poco bastante escribirlo. Vais a reíros, vais a emocionaros y seguramente, más de una va a arrepentirse de cosas dichas en capítulos anteriores jajaja. Bueno, no me enrollo más y os lo dejo.
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KARA
Dos días después, me levanté temprano. Preparé el desayuno y fui a despertar a Lena.
-Kara: Lena, amor... Vas a llegar tarde al trabajo.
-Lena: Cinco minutos más...
-Kara: Son las siete y media. ¿No tenías una reunión?
-Lena: Mierda... - dijo levantándose de un salto.
-Kara: Tranquila. Ya tienes el desayuno y yo llevaré a Katie al colegio.
-Lena: Gracias, cielo – dijo besándome – Voy a ducharme...
Mientras Lena se duchaba fui a buscar a Katie y le di el desayuno. Luego estaba terminando de vestirla, cuando Lena apareció a la carrera en la cocina.
-Kara: ¿A qué hora era la reunión?
-Lena: A las nueve y media, pero tengo que estar allí antes para prepararlo todo.
-Kara: Tienes tiempo, amor... - dije, acercándome a ponerle bien el cuello de la chaqueta. Acaricié su rostro y la noté muy caliente-Lena, ¿te encuentras bien? Creo que tienes fiebre.
-Lena: No puedo faltar a esa reunión... – dijo mientras se tomaba el café.
-Kara: Eh, amor... - dije, cogiendo su rostro entre mis manos y mirándola a los ojos. Los tenía algo vidriosos –Oye, cuando termines la reunión te vienes a casa, ¿me oyes?
-Lena: Tengo mucho trabajo, Kara.
-Kara: Estás enferma, Lena. Podrán pasar un día sin ti. O dos. O los que hagan falta.
-Lena: Tengo algo importante que hacer después de la reunión. En cuanto lo acabe, vendré a casa.
-Kara: Te quiero aquí antes de comer... - dije, tocando su rostro de nuevo – No me gusta que te vayas así... Pide al chófer que te lleve. Ni se te ocurra conducir.
-Lena: Está bien...
-Kara: Por favor, ten mucho cuidado, amor... - dije abrazándola con fuerza. Tenía una extraña sensación. Algo iba a pasar, pero no sabía el qué. Sólo sabía que no podría ser nada bueno.
-Lena: Seguramente no sea nada...
-Kara: Si mañana sigues así, iremos a ver a Alex.
-Lena: Vale... Tengo que irme...
-Kara: Sí... - dije mirándola coger sus cosas y salir.
A las ocho y media salí de casa para dejar a Katie en el colegio. Decidí ir caminando para dar un paseo. De vuelta a casa, mi móvil empezó a sonar. Era un mensaje de Sarah pidiéndome que quedásemos en veinte minutos en una cafetería cerca de su oficina. Guardé el teléfono y me dirigí hacia allí. Entré y miré alrededor. Sarah aún no había llegado, así que me senté y pedí un zumo de naranja, un vaso de leche y un par de bollos. Me moría de hambre.
-Sarah: Lo siento, estaba ocupada – dijo poco después, sentándose frente a mí.
-Kara: No importa... ¿Pasa algo?
-Sarah: Tengo algo para ti... – dijo, tendiéndome una carpeta con varias fotografías y notas escritas a mano. – Lo siento, no he tenido tiempo de pasarlo a ordenador.
-Kara: No importa... Pero creo que te has confundido de carpeta, Sarah, ¿Quién es... Megan Williams?
-Sarah: No, no me he confundido. Ese es el verdadero nombre de la tal Leslie Willis.
-Kara: ¿Usa un nombre falso? ¿Por qué?
-Sarah: Sigue mirando.... Ahí, esa foto, ¿reconoces a alguien? – dijo, señalándome a una chica en una foto de grupo.
-Kara: ¿Esa es Lena...? Ahí tendrá... ¿cuántos, quince años?
-Sarah: Más o menos, sí...
-Kara: No entiendo nada...
-Sarah: ¿ves a esa chica de ahí? – señaló a otra en primera fila.
-Kara: ¿La morena con nariz de urraca?
-Sarah: Sí... Es Leslie. Bueno, Megan.
-Kara: ¿Esa es ella? ¿En serio? Dios, esa chica ha debido operarse hasta las orejas, no hay quien la reconozca.
-Sarah: Cuando busqué información sobre Leslie Willis, no encontré nada. Pero la seguí y conseguí su huella. Gracias a un amigo que tengo en la policía, conseguimos averiguar su verdadero nombre, así que investigué a partir de ahí. Al parecer, ella y Lena fueron compañeras de clase en el colegio y el instituto. Megan estaba loca por Lena, pero ella no le hacía caso.
-Kara: No me extraña... ¿La has visto? Parece un buitre...
-Sarah: Al parecer no era por su aspecto por lo que Lena no se interesaba en ella. Si no por la clase de persona que era y es... por lo que se ve. Pude hablar con varias de las chicas que salen en esta foto y todas coincidían en lo mismo. No dejaba de perseguir a Lena para que saliera con ella, pero Lena siempre le decía que no. La tal Megan por lo visto, siempre decía que algún día conseguiría conquistar a Lena Luthor y entonces, le haría pagar todo el daño que le hizo al negarse a salir con ella.
-Kara: Entonces, Lena....
-Sarah: Lena posiblemente ni sepa quién es y haya sido engañada, igual que tú. Es más, empiezo a dudar de que pasara algo entre ellas esa noche. Si Lena estaba tan borracha...
-Kara: Tengo que ir a decírselo a Lena. – dije, revisando todo lo que ponía en la carpeta. Informes médicos de operaciones, fotografías, notas, trabajos...
-Sarah: ¿Quieres que te lleve?
-Kara: Te lo agradecería... - dije, algo nerviosa.
-Sarah: Primero termina de comerte eso. Yo me tomaré un café...
-Kara: ¿Cómo has conseguido todo esto en sólo seis días? ¿Has dormido? Si no has dormido, Alex me matará...
-Sarah: He dormido. Tengo un ayudante nuevo. Se llama Oliver. Suele encargarse del turno de noche.
-Kara: Bien...
Cuando yo me terminé mi desayuno y Sarah su café, fuimos en su coche hasta L-corp. Fui revisando la información que me había dado Sarah. Al parecer, Megan se había dedicado a robar en casas y la policía la buscaba. Me despedí de Sarah cuando se detuvo y subí al despacho de Lena. Sam no estaba y una mujer me dijo que estaba reunida y que esperase un poco, pero algo llamó mi atención. Esa voz... La persona con la que Lena estaba reunida... Me acerqué un poco y miré a través de la puerta entreabierta. Leslie...
Me aparté, como si me hubiesen golpeado. Lena me había prometido que no volvería a verla y que cortaría todo el contacto con ella. ¿Me había vuelto a engañar? Me apoyé en la pared, sintiendo cómo me faltaba el aire.
-Sam: Kara... - dijo acercándose - ¿Estás bien? Ven, siéntate.
-Kara: Lena...
-Sam: Parece que está reunida con alguien. Lo siento, fui a llamar un momento a la niñera para preguntar por Ruby y pedí que me sustituyeran.
-Kara: Leslie... - dije, empezando a llorar.
-Sam: ¿Qué...? ¿Esa bruja, aquí...? Oye, tranquila... Respira, vamos... La sacaré de aquí a patadas.
Entonces escuchamos que el tono de la conversación entre Lena y Leslie subía hasta convertirse en gritos.
-Lena: Te juro Leslie, que si dices algo, una sola palabra, te...
-Leslie: ¿Qué harás, Luthor? ¿Harás que me maten? ¿Por decir que te cuelga un pene entre las piernas? ¿Serías capaz de llegar a eso?
-Lena: No tienes ni idea de lo que podría hacer por no perder a mi esposa...
-Leslie: ¿Kara...? ¿Esa mujer que se cree a la primera de cambio que has intentado engañarla acostándote con otra?
-Lena: ¿Cómo...?
-Leslie: Fue muy fácil hacerle creer que entre tú y yo pudo haber algo.
-Lena: No te entiendo...
-Leslie: Por favor, Lena... ¿En serio crees que habría podido pasar algo esa noche? Pero si no te tenías ni en pie. En cuanto llegamos al hotel, te quité la ropa para acostarme contigo, es cierto. Pero yo no te rechacé al verte. Más bien al contrario. Te deseé más que nunca. Pero tú sí me rechazaste a mí. – dijo, golpeando la mesa - ¡Me rechazaste... OTRA VEZ! Decías que no podías hacerle eso a tu mujer, que la querías demasiado, que teníais una hija y que no podías hacerles algo así a ninguna de las dos.
-Lena: ¿Otra vez...? ¿De qué hablas?
-Leslie: Después de rechazarme, te derrumbaste sobre la cama y te quedaste profundamente dormida. Cuando te despertaste, no recordabas nada de lo ocurrido. Así que fue fácil engañarte y decirte que te había rechazado porque me dabas asco. Dios... Ver tu cara de dolor en ese momento fue... maravilloso. Tantos años esperando el poder vengarme de ti y tus rechazos... No sabes el placer que se siente al saber que, si quiero, puedo destrozar toda tu vida de un plumazo. Tu carrera, tu matrimonio, tu vida entera...
En ese momento, entré y le di un puñetazo a Leslie en la mandíbula, con tanta fuerza, que ella cayó al suelo y yo maldije en voz baja. Me había hecho daño en la mano sana. A este paso, Katie tendría que ayudarme de verdad a comer.
-Lena: ¡KARA!
-Kara: Me dijiste que no volverías a verla....
-Lena: Le dije que viniera para intentar convencerla de que no dijese nada de mi secreto a la prensa...
-Kara: Sam, por favor, llama a seguridad y a mi abogada. Aquí tienes el número. Dile que venga lo más rápido posible. – dije anotándolo y dándoselo. Luego me volví hacia Lena y dejé la carpeta sobre la mesa.
-Lena: Kara, cariño, esa noche no... Fui yo quien rechazó a Leslie, fui yo quien...
-Kara: Lo sé, lo he oído todo... - cogí su rostro entre mis manos. Lena estaba temblando, muy nerviosa – Tranquila, mi vida...
-Lena: Yo no...
-Kara: Esa mujer te ha engañado. No se llama Leslie Willis. Se llama Megan Williams...
-Lena: ¿De qué me suena ese nombre?
Cogí la carpeta y se la tendí a Lena, enseñándole la fotografía que me había enseñado Sarah y señalándole a Megan.
-Lena: ¿Ella...? No puede ser... Estuvo años intentando que saliera con ella. Pero no me gustaba ni cómo era, ni sus compañías... Era una persona horrible. Y lo sigue siendo, por lo que veo. Juró que se vengaría algún día, pero... Kara, llevo años sin saber de ella. Desde que terminamos el instituto. Yo...
-Kara: Siento haber dudado de ti, mi vida. Otra vez.
-Lena: ¿Otra vez?
-Kara: Cuando he llegado, y he escuchado su voz... Pensé que... Me habías prometido que no volverías a verla y...
-Lena: Debí decirte lo que iba a hacer. Pero temía que te enfadaras. Sólo quería que no dijera nada. Estaba dispuesta a darle una buena suma de dinero, pero ella...
-Kara: Lo siento.... – dije besándola. En ese momento, dos hombres de seguridad entraron – Tumbadla en el sofá y que no salga de aquí.
-Lena: Haced lo que os dice... - dijo, con tono cansado. La miré y vi que sus ojos seguían vidriosos y estaba más caliente que esa mañana.
-Kara: Ven, siéntate... - dije llevándola a su silla- Tienes que irte a casa...
-Lena: Estoy bien...
-Kara: No, no lo estás, estás ardiendo.
-Lena: ¿Para qué has pedido a Sam que llame a Maggie?
-Kara: Para que le deje bien clarito a Leslie, o Megan, o como se llame lo que puede pasarle si se va de la lengua... - dije, preocupada por Lena. –Y de paso, a ver si se anima y la invita a un café.
-Lena: ¿Un café?
-Kara: Maggie está coladita por Sam. ¿No te lo dije?
-Lena: No...
-Kara: Mierda, se me olvidó. Te juro que no lo hago a propósito.
-Lena: Eres un verdadero despiste andante, cielo... - dijo, poniendo su mano sobre mi mejilla.
Me quedé con ella hasta que Maggie llegó.
-Maggie: ¿Qué pasa, a qué viene tanta urgencia?
-Kara: Maggie... Necesito que te encargues de dejarle bien claro a esa mujer, que si revela algún secreto de la vida privada de Lena, será su ruina.
-Maggie: ¿Qué secreto? – me miró – Necesito saber de qué se trata. Puedo redactar un informe de confidencialidad sobre el tema y hacer que lo firme. Si lo rompe, el precio que tendría que pagarle a Lena sería demasiado alto.
-Kara: Es algo muy personal, Maggie.
-Lena: Díselo, Kara... Si va a ocuparse de esto, es justo que lo sepa.
-Kara: ¿Estás segura...?
-Lena: Maggie no dirá nada a nadie, ¿verdad, Maggie?
-Maggie: Por supuesto.
-Kara: Está bien... - dije, mirando a los de seguridad – Esperen fuera y aléjense de la puerta.
-Maggie: ¿Tan serio es?
-Kara: Mucho... -Dije, acercándome a su oído y hablando muy bajo par que los de seguridad no se enterasen.
-Maggie: ¡¿Qué Lena tiene qué?!
-Kara: ¡Genial, Maggie, dilo más alto, creo que en china no te han oído!
-Maggie: Perdón, perdón... ¿Eso es verdad? – miró a Lena - ¿Las dos cosas...? ¿Y las dos... funcionan? Quiero decir... Joder, al menos una de ellas es obvio que funciona. Tú estás embarazada – me señaló.
-Kara: Nadie debe saberlo, Maggie. Sólo su familia, la mía, los médicos que suelen atenderla, y ahora tú, sabemos su secreto. Bueno, y... "esa de ahí" – señalé a Leslie, que seguía inconsciente.
-Maggie: Joder...-Dijo, sin dejar de mirar a Lena – Pues no se te nota nada... Lo disimulas bien. ¿Seguro que no es una broma? A lo mejor si lo...
-Kara: No vas a verlo. Lena no va a enseñarte nada. Así que quítatelo de la cabeza.
-Maggie: ¿Cómo sabes que iba a decir eso?
-Kara: Porque te conozco desde que era una niña y tú intentabas convencer a Alex de que se colase contigo en el vestuario de los chicos en el instituto para ver quién la tenía más grande y así decidir a quién invitarías al baile de fin de curso.
-Maggie: ¿También sabes eso?
-Kara: Por dios, Alex siempre me lo cuenta todo...
-Maggie: Maldita Alex... Vale, entonces, tengo que redactar un documento en el que se comprometa a no decir nada sobre... Bueno, sobre lo que tiene Lena ahí abajo. Si dice algo, deberá pagarle a Lena... ¿cuánto, un millón?
-Kara: Tres...
-Maggie: ¿Tres?
-Kara: Así se lo pensará dos veces antes de abrir la boca.
-Maggie: Vale, ¿puedo hacerlo en tu ordenador, Lena?
-Lena: Sí, claro, coge una silla y ponte con ello... - dijo.
-Kara: Cuando lo haga y esa garrapata lo firme, nos vamos a casa – dije, acercándome de nuevo a ella, preocupada. Me agaché frente a ella y la miré. Estaba sudando – No debiste venir hoy a trabajar.
-Lena: Esa reunión era importante...
-Kara: ¿Pasa algo Maggie? – pregunté, al verla mirar a Lena.
-Maggie: Tengo una duda... De verdad, necesito saberlo.
-Kara: ¿Cuál?
-Maggie: Lena... Ya que tienes... Las dos cosas... ¿puedes dejarte embarazada a ti misma?
-Kara: ¡Maggie, por dios! ¡No, no puede, no es un caracol! Joder, esas cosas no se le ocurren ni a mi hermana. ¿Se puede saber de dónde sacas esas preguntas? –Miré a Lena - ¿No puedes, no?
-Lena: No, que yo sepa.
-Kara: Anda, redacta eso rápido. Lena no está bien, quiero llevármela a casa – dije seria.
-Maggie: Sí, perdona. –Dijo, empezando a teclear rápidamente . Cinco minutos después, tras decir que ya lo tenía, lo revisé y Maggie imprimió varias copias. – Listo.
-Kara: Bien... - dije acercándome a Leslie -¡Eh, bella durmiente, despierta y levanta el culo de ese sofá!
-Leslie: ¿Pero qué...? – dijo, despertándose asustada y mirando para todas partes.
-Kara: Escúchame bien, Megan...
-Leslie: ¿Perdón?
-Kara: No te hagas la estúpida conmigo. Sé quién eres... Escúchame. Voy a darte unos papeles para que los firmes. Si se te ocurre contarle a alguien el secreto de Lena, tendrás que pagarle a mi esposa tres millones, ¿me entiendes?
-Leslie: ¿Y de dónde voy a sacar eso?
-Kara: Eso no es problema mío. Pero si tan difícil lo ves, lo mejor será que no digas nada. ¿De acuerdo? Nunca, a nadie... Así que, aparte de Lena, sus padres y yo, eres la única que lo sabe. Si alguien se entera, sabremos enseguida quién se ha ido de la lengua.
-Leslie: ¿Y yo qué gano con eso?
-Kara: Ahorrarte tres millones, la cárcel, y que nosotras no digamos quién eres realmente, Megan.... Por cierto, creo que la policía te buscaba por varios robos en casas y tiendas, ¿no? No diremos nada, a nadie. Y tú tampoco. Si te vas de la lengua, nosotras también. Les diremos que Leslie Willis, es en realidad Megan Williams. Una ladrona operada de arriba abajo, pero con el mismo aliento de rata muerta de siempre.
-Leslie: Dame esos malditos papeles.... – dijo, firmándolos en cuanto se los di.
-Kara: Este es para ti... Y si se te ocurre volver a molestar a Lena, el puñetazo de hoy no será nada con lo que te haré entonces.
-Leslie: ¿Es una amenaza?
-Kara: Es una advertencia... - dije, abriendo la puerta y avisando a los dos hombres de seguridad – Llevárosla. Y que no vuelva a entrar a este edificio.- Después volví hasta Lena – Maggie, ¿me ayudas a llevarla al coche?
-Maggie: Sí...
-Kara: Gracias – dije, cogiendo mi bolso y el de Lena. Cada una la sujetó por un lado y fuimos con ella hasta el ascensor. Sam vino corriendo a ayudarnos al verla.
Cuando llegamos al aparcamiento, Mike, el chófer, corrió hacia nosotras.
-Mike: Señora Luthor... ¿Qué le pasa? – dijo, cogiéndola en brazos para llevarla hasta el coche.
-Kara: Gracias Mike. Tiene fiebre. Nos vamos a casa.
-Mike: ¿No vamos al hospital?
-Kara: Sólo es fiebre... Llamaré a mi hermana para que vaya a casa. – dije, abrochando el cinturón de seguridad de Lena y luego el mío.
-Mike: Bien, iré lo más rápido que pueda.
-Kara: Gracias... Sam, por favor, cancela todos los planes de Lena para los próximos días.
-Sam: ¿Cuántos días?
-Kara: Una semana.
-Sam: Hecho.
-Kara: Maggie, ¿ya está todo listo para el juicio?
-Maggie: Sí...
-Kara: Perfecto... Entonces tómate unos días libres. Te los mereces.
-Maggie: Gracias.
-Kara: Ah, y... -dije, dándoles algo de dinero – Iros las dos a tomar un café, os lo habéis ganado.
-Sam: Gracias... Llamaré luego para ver cómo está Lena.
-Kara: Claro... Vamos Mike.
Mike arrancó y abracé a Lena, pegándola a mí.
-Lena: No... - dijo apartándose.
-Kara: ¿Qué pasa, amor?
-Lena: No te acerques tanto. Podría contagiarte...
-Kara: Lena, mi vida, no me im...
-Lena: Estás embarazada, Kara, a mí sí me importa...
-Kara: Está bien... - dije besando su frente y sonriéndola – Ni enferma dejas de preocuparte por mí, ¿eh?
-Lena: No me beses...
-Kara: Le diré a Winn que me acerque un traje de los que usamos en el laboratorio cuando usamos productos tóxicos. Así podré estar a tu lado.
-Lena: Kara...
-Kara: Era una broma, cielo.... Voy a llamar a Alex – dije sacando el móvil.
Cuando llegamos a casa, Mike subió a Lena en brazos y la dejó sobre la cama. Cuando se fue, desnudé a Lena y le cambié la ropa. Estaba completamente sudada. Alex no tardaría en llegar. Y Lillian tampoco. Después de llamar a Alex, la llamé a ella. Si Lena no iba a dejar que me acercase a ella, al menos esperaba que dejase que lo hiciera su madre. También le pedí a Alex que recogiera a Katie del colegio.
Cuando terminé de cambiarla, le puse el termómetro y me quedé cerca de ella. Todo lo cerca que me permitía al menos.
Cuando llamaron a la puerta, fui a abrir.
-Alex: ¿Dónde está?
-Kara: En la habitación. Tiene mucha fiebre. Y ha empezado a toser...
-Alex: Espera aquí, no te conviene estar con ella mucho tiempo, Kara.
-Kara: Ya lo sé... - dije, molesta.
-Katie: ¿Y mami?
-Kara: Está malita, cielo.
-Katie: ¿La vas a curar, tía Alex?
-Alex: Lo intentaré, ¿vale?
-Katie: Sí...
Alex entró en el cuarto y salió algo después.
-Kara: ¿Y bien?
-Alex: Se ha pillado una buena gripe.
-Kara: La tuve mucho tiempo esperando en el lago...
-Alex: ¿Te estuvo esperando desnuda?
-Kara: No, vestida...
-Alex: Puede haberlo pillado en cualquier parte. Creo que en L-Corp hay varios empleados afectados, así que... es más probable que haya sido ahí. Te mandaré unas pastillas y un jarabe para que se lo des...
-Katie: ¡No, tía, pastillas no!
-Alex: ¿Por qué no, cariño?
-Katie: No quiero que a mami le crezcan más bebés en la tripa. Mamá ya tiene dos...
-Alex: ¿Cómo? – dijo riéndose.
-Kara: Le dijimos que iba a tener dos hermanos y... se nos fue de las manos.
-Alex: A saber qué le contasteis. Quiero oír esa historia...
Iba a responder cuando sonó de nuevo el timbre.
-Kara: Lillian... – dije al verla – Pasa, está en la habitación.
-Lillian: ¿cómo está, qué le pasa?
-Alex: Gripe... Estará bien en unos días. No dejes que Kara ni Katie entren en esa habitación. No podemos arriesgarnos a que ninguna de las dos se contagie.
-Lillian: No lo harán....
-Alex: Bien. Me voy, tengo que seguir trabajando...
-Kara: Gracias Alex...
-Alex: No te preocupes, estará bien en unos días. Aprovecha para descansar tú también.
-Kara: Sí...
-Alex: Te llamo esta noche – dijo marchándose.
-Lillian: Voy con Lena...
-Kara: Voy a hacer la comida para Katie, son casi las dos de la tarde, ¿quieres comer?
-Lillian: Claro...
-Kara: Bien.
Me puse a hacer la comida mientras Katie veía los dibujos sentada en el sofá. Llamé a Lillian, que comió con nosotras y le di un plato para Lena.
Katie volvió a ver los dibujos y yo me senté a su lado, con el portátil, las revistas que había traído de los laboratorios y las notas que había tomado el otro día.
Me puse a releer los artículos, anotando algunas palabras en mi cuaderno. "células madre", "placenta" "líquido amniótico" "posibles curas para muchas enfermedades" "poco estudiadas" "pocos recursos" "investigaciones muy costosas" Vi que Katie se durmió y cerré el ordenador. Fui al cuarto y abrí la puerta, mirando a Lena desde allí.
-Kara: ¿Cómo está?
-Lillian: Se ha dormido.
-Kara: ¿Ha comido algo?
-Lillian: Sí. Pero sólo cuando le he dicho que lo habías preparado tú... - dijo sonriéndome.
-Kara: No me gusta verla así... Parece tan...
-Lillian: ¿Débil?
-Kara: Frágil... Lena no es débil, Lillian. ¿Sabes? Ella nunca intentó acostarse con esa mujer...
-Lillian: ¿cómo?
-Kara: Fue una trampa. Lena, incluso habiendo bebido tanto como lo hizo, fue capaz de rechazarla y negarse a traicionarme. Es más fuerte de lo que todos creemos. Incluso en sus peores momentos.
-Lillian: Explícame eso de que fue una trampa... - dijo mirándome. Suspiré y se lo conté, mirando a Lena de vez en cuando – Sí, recuerdo a esa chica. Era peor que una garrapata. No hacía más que pegarse a Lena. Y las compañías que tenía... A Lena no le gustaban nada. Y a mí tampoco.- Acarició el pelo de Lena con suavidad y en ese momento me entraron ganas de sacar a Lillian del cuarto a patadas, por atreverse a tocar así a Lena. Esa mujer era mía. Y su pelo, también.
-Kara: No me lo puedo creer... Tengo celos de mi propia suegra- dije, en voz baja.
-Lillian: ¿Pasa algo?
-Kara: No, nada. Voy a... Darme una ducha. – dije, saliendo y cerrando.
Después de la ducha, me fui de nuevo al salón y me quedé dormida con Katie.
LENA
Cuando me desperté, no me encontraba demasiado bien. Kara tuvo que despertarme, algo que no solía ser normal. Fui a ducharme rápidamente y cuando bajé, Kara ya estaba terminando de vestir a Katie.
Kara se acercó y me colocó bien la chaqueta, tocando mi rostro después
-Kara: Lena, ¿te encuentras bien? Creo que tienes fiebre.
No, no me encontraba nada bien. Pero no podía faltar a esa reunión. La había cambiado ya dos veces. No podía hacerlo una tercera.
Después de que Kara me insistiera en que volviese a casa antes de comer, y de que Mike, el chófer, me llevará, salí hacia L-Corp.
Entré en el despacho y lo preparé todo para la reunión. Cuando el inversor con el que iba a reunirme llegó, le pedí a Sam que nadie nos molestara.
La reunión duró menos de lo que esperaba, pero se me había hecha eterna. Por suerte, tomé la precaución de grabar toda la conversación, ya que ahora mismo era incapaz de recordar casi nada de lo que habíamos hablado.
Le había dicho a Kara que después de la reunión tenía algo que hacer. Mi idea era llamar a Leslie y tratar de convencerla de que no dijese nada sobre mí a la prensa. Para ello, estaba dispuesta a darle una buena suma de dinero.
Aproveché que la reunión terminó antes para mandarle un mensaje y pedirle que se reuniese conmigo en L-Corp.
Apenas tardó quince minutos en llegar. Tenía un terrible dolor de cabeza y en ese momento pensé que llamarla había sido una muy mala idea. Cuando Leslie entró, le pedí de nuevo a Sam que no nos molestasen.
-Leslie: Lena... ¿A qué debo el honor de haber sido invitada a tu despacho?
-Lena: No estoy para tonterías, Leslie, así que seré directa. Dime cuánto quieres por no contar nada sobre mí a la prensa.
-Leslie: ¿Perdona?
-Lena: ¿Cuánto dinero quieres por no decir nada sobre mi condición?
-Leslie: No quiero dinero... Te quiero a ti, Lena.
-Lena: Sabes que eso no puede ser. No voy a traicionar a Kara. No después de que haya decidido perdonarme.
-Leslie: Dime una cosa, ¿para qué voy a pedirte una cantidad de dinero, si estando contigo podré tener todo lo que quiera?
-Lena: Tú y yo no vamos a estar juntas. Quiero a Kara, y quiero a mi hija. Y no voy a perderlas por tus tonterías.
-Leslie: Entonces tendré que llamar a la prensa y contarles todo lo que sé sobre ti.
En ese momento, ya no pude contenerme más y levanté la voz.
-Lena: Te juro Leslie, que si dices algo, una sola palabra, te...
-Leslie: ¿Qué harás, Luthor? ¿Harás que me maten? ¿Por decir que te cuelga un pene entre las piernas? ¿Serías capaz de llegar a eso?
-Lena: No tienes ni idea de lo que podría hacer por no perder a mi esposa...
-Leslie: ¿Kara...? ¿Esa mujer que se cree a la primera de cambio que has intentado engañarla acostándote con otra?
-Lena: ¿Cómo...?
La conversación fue volviéndose cada vez más interesante y Leslie me contó lo que ocurrió de verdad aquella noche. Entonces, yo no había traicionado a Kara. Nunca intenté acostarme con Leslie. Una sensación de alivio me invadió, y en ese momento, vi entrar a Kara y golpear con tanta fuerza a Leslie que la dejó inconsciente.
-Lena: ¡KARA!
-Kara: Me dijiste que no volverías a verla....
-Lena: Le dije que viniera para intentar convencerla de que no dijese nada de mi secreto a la prensa...
Vi que Kara dejó algo sobre mi mesa y traté de explicarme, pero ella me dijo que lo había oído todo. Estaba muy nerviosa. No quería que Kara pensara lo que no era al ver a Leslie allí. Pero ella cogió mi rostro entre sus manos para tratar de tranquilizarme.
Luego me dio lo que había dejado sobre la mesa, una carpeta, con información de Megan Williams, una antigua compañera de colegio e instituto a la que acabé cogiendo un asco tremendo y de la que me alegré de no volver a saber nada de ella. Me sorprendió saber que Leslie, era realmente Megan. Estaba muy cambiada. Se había cambiado su color de pelo castaño a rubio. Se había operado la nariz, y varias cosas más, estaba segura.
Poco después vi llegar a Sam y Kara le pidió que llamase a seguridad y a su amiga Maggie.
Yo me encontraba cada vez peor, y sentía que me estaba subiendo la fiebre.
-Kara: Ven, siéntate... Tienes que irte a casa...
-Lena: Estoy bien...
-Kara: No, no lo estás, estás ardiendo.
-Lena: ¿Para qué has pedido a Sam que llame a Maggie?
-Kara: Para que le deje bien clarito a Leslie, o Megan, o como se llame lo que puede pasarle si se va de la lengua... Y de paso, a ver si se anima y la invita a un café.
-Lena: ¿Un café?
-Kara: Maggie está coladita por Sam. ¿No te lo dije?
-Lena: No...
-Kara: Mierda, se me olvidó. Te juro que no lo hago a propósito.
-Lena: Eres un verdadero despiste andante, cielo... - dije, poniendo mi mano sobre su mejilla.
Cuando Maggie llego, ella y Kara empezaron a hablar. Maggie dijo que debería saber cuál era mi secreto para redactar un informe de confidencialidad. Al parecer, debía especificar qué era lo que no podía contar. Acepté que Kara se lo contara, pues sabía que Maggie era de total confianza. Aunque a veces estuviese un poco loca.
-Maggie: ¡¿Qué Lena tiene qué?!- la escuché gritar.
-Kara: ¡Genial, Maggie, dilo más alto, creo que en china no te han oído!
-Maggie: Perdón, perdón... ¿Eso es verdad? – Me miró- ¿Las dos cosas...? ¿Y las dos... funcionan? Quiero decir... Joder, al menos una de ellas es obvio que funciona. Tú estás embarazada – señaló a Kara.
Hablaron un poco más y mientras Maggie redactaba el documento, Kara se quedó a mi lado, cuidándome.
-Kara: ¿Pasa algo Maggie? – pregunté, al verla mirarme.
-Maggie: Tengo una duda... De verdad, necesito saberlo.
-Kara: ¿Cuál?
-Maggie: Lena... Ya que tienes... Las dos cosas... ¿puedes dejarte embarazada a ti misma?
-Kara: ¡Maggie, por dios! ¡No, no puede, no es un caracol! Joder, esas cosas no se le ocurren ni a mi hermana. ¿Se puede saber de dónde sacas esas preguntas? –Kara me miró, como si dudara - ¿No puedes, no?
-Lena: No, que yo sepa.
Después de que Maggie tuviera listo el documento, Kara despertó a Leslie y tras una discusión y un aviso por parte de Kara, Leslie firmó y se fue. Miré a Kara. Ella no solía enfadarse. Y si no fuera, porque me encontraba realmente mal, juro que la habría subido sobre la mesa de mi despacho y le habría hecho el amor allí mismo. Doce veces. O más.
Luego entre Kara, Maggie y Sam me ayudaron a ir al coche. Mike, al vernos, se acercó y me cogió en brazos, metiéndome en el coche con cuidado.
Kara me abrochó el cinturón de seguridad y luego se puso el suyo.
Durante el camino a casa, Kara me abrazó, pegándome a ella, aunque me aparté rápidamente.
-Kara: ¿Qué pasa, amor?
-Lena: No te acerques tanto. Podría contagiarte...
-Kara: Lena, mi vida, no me im...
-Lena: Estás embarazada, Kara, a mí sí me importa...
-Kara: Está bien... - dijo besando mi frente y sonriéndome – Ni enferma dejas de preocuparte por mí, ¿eh?
-Lena: No me beses...
-Kara: Le diré a Winn que me acerque un traje de los que usamos en el laboratorio cuando usamos productos tóxicos. Así podré estar a tu lado.
-Lena: Kara...
-Kara: Era una broma, cielo.... Voy a llamar a Alex.
Cuando llegamos, Mike volvió a cogerme en brazos y me llevó hasta la cama, dejándome allí con cuidado. Kara me ayudó a cambiarme y me puso el termómetro. Quiso quedarse cerca, aunque no le permití que se acercase demasiado. Seguramente tuviera gripe, ya que tenía a varios empleados de L-Corp enfermos y, si se la pegaba, Kara lo pasaría fatal, ya que debido a su embarazo no podría tomar ninguna medicación y tampoco quería poner en peligro a los bebés ni a Katie. Kara debería cuidarla mientras yo estuviera enferma, y las defensas de Katie eran bajas debido a su enfermedad, una gripe sería terrible para ella. Iba a dolerme en el alma estar sin ellas varios días, pero prefería eso, a verlas mal por mi culpa.
Alex llegó poco después, me revisó y confirmó mis sospechas. Tenía gripe.
Algo después, vi a mi madre entrar en la habitación. Me contó que Kara estaba muy preocupada y que estaba de mal humor por no poder quedarse conmigo. La verdad, adoraba a mi madre, pero yo también hubiese preferido tener a Kara como mi enfermera esos días.
Luego mi madre dejó un plato de comida a mi lado. No tenía hambre, pero al saber que Kara se había molestado en prepararlo, comí un poco. Ya debía sentirse bastante mal por tener que quedarse fuera, para que encima yo rechazase su comida. Además, me encantaba su comida.
Me quedé dormida poco después, y juraría que había escuchado a Kara en la habitación. Aunque también podría haberlo soñado.
No sabía el tiempo que había pasado cuando me desperté. Miré el despertador de la mesilla vi que marcaba veinte de febrero y las tres y cuarto de la mañana. Había estado dos días en los que no me había enterado prácticamente de nada. Posiblemente, por la fiebre. Tenía la boca seca, así que decidí levantarme para beber agua. Al poner me de pie, casi vuelvo a caerme sobre la cama al ver una figura completamente blanca sentada frente a la cama.
-Kara: Lena, amor, soy yo, tranquila...
-Lena: ¿Kara...? ¿Qué llevas puesto?- dije, mirándola. Llevaba uno de esos trajes de papel con gorro, unos guantes, mascarilla...
-Kara: Siento haberte asustado. Pero quería ver que estabas bien. Tu madre se ha quedado dormida en el sofá.
La miré y me eché a reír. Desde luego, sólo a Kara podían ocurrírsele esas cosas.
-Lena: Estoy mejor, cariño... Pero no puedes quedarte.
-Kara: Lo sé...
-Lena: ¿Cuánto llevas ahí?
-Kara: Sólo dos minutos... ¿Dónde ibas, necesitas ayuda?
-Lena: Sólo quería un poco de agua, tengo la boca seca.
-Kara: Quédate ahí, yo te la traigo... - dijo saliendo y volviendo poco después, con un vaso y una jarra de agua – toma.
-Lena: Gracias... - dije cogiendo el vaso y bebiendo.
-Kara: ¿Quieres más?
-Lena: Sí... - Kara me sirvió y me bebí el vaso casi de un trago. Después de dos vasos más la miré. Parecía preocupada - ¿Va todo bien, cariño?
-Kara: Sí, es que... Parece que la prensa se ha enterado de que estoy embarazada... Ayer, cuando quise ir a comprar algo de leche porque no quedaba, había un montón de periodistas en la puerta. Me puse muy nerviosa y... tu madre tuvo que salir, porque no me dejaban ni entrar en casa. Asustaron a Katie y tuve un pequeño ataque de ansiedad, pero ya estoy bien.
-Lena: Cielo... - dije mirándola. Sabía cómo odiaba Kara que la prensa estuviese pendiente de nuestras vidas.
-Kara: Alguien de nuestro entorno tiene que habérselo contado, Lena. Pero no sé quién. Confío plenamente en nuestras familias, en nuestras amistades... Y no tenemos ningún empleado en la casa, aparte de...
-Lena: Mike. ¿Crees que puede haber sido él
-Kara: Bueno, me pediste que no me acercase a ti porque estaba... es posible que... Además ha encontrado, hemos ido con Mike. El día del zoo, cuando fuimos a la ecografía...
-Lena: Veremos qué hacer al respecto. Ahora vete, cielo, no quiero que enfermes...
-Kara: ¿De verdad estás mejor?
-Lena: Creo que me ha bajado la fiebre...
-Kara: Algo de mejor cara sí que tienes... - dijo, besándome en la frente – Te quiero... Katie está deseando que te pongas bien para que juegues con ella.
-Lena: Dadme sólo unos días...
-Kara: Claro... - dijo saliendo sin hacer ruido.
Sonreí y volví a tumbarme, tapándome y quedándome dormida.
KARA
Lena llevaba ya dos días enferma. Había estado casi todo el tiempo durmiendo por la fiebre. Pero esa noche, parecía que la fiebre estaba empezando a bajar, según Lillian. Katie estaba enfadada porque no podía ver a Lena y yo también estaba de mal humor. No me gustaba tenerla tan cerca y no poder darle ni un simple beso. Esa noche, después de cenar, fui a acostar a Katie y luego fui a uno de los cuartos de invitados, donde me estaba quedando mientras Lena se recuperaba.
Me levanté de madrugada a beber agua y vi que Lillian se había quedado dormida en el sofá viendo la televisión. Subí al laboratorio y cogí un traje de papel, una mascarilla y unos guantes. Ya no aguantaba más sin ver a Lena. Además, si me pillaban, no podrían decir que no había puesto medios para no intentar contagiarme de gripe.
Me puse lo que había cogido y, sin hacer ruido, entré en el cuarto, cerrando con cuidado. Me senté en la silla que había junto a la cama y observé a Lena. Parecía estar mejor. AL menos, no sudaba tanto. En esos dos días, Lillian tuvo que cambiar las sábanas dos veces porque Lena las dejaba empapadas. No llevaba ni dos minutos allí cuando vi que Lena se levantaba. Al verme, se asustó y tuve que tranquilizarla.
Cuando se calmó, me dijo que iba a por algo de agua y salí a buscarla. Regresé con un vaso y una jarra, y tras servirle un par de vasos, que Lena bebió rápidamente, Lena me miró.
-Lena: ¿Va todo bien, cariño?
-Kara: Sí, es que... Parece que la prensa se ha enterado de que estoy embarazada... Ayer, cuando quise ir a comprar algo de leche porque no quedaba, había un montón de periodistas en la puerta. Me puse muy nerviosa y... tu madre tuvo que salir, porque no me dejaban ni entrar en casa. Tuve un pequeño ataque de ansiedad, pero ya estoy bien.
************************FLASHBACK*********************************
Me había levantado temprano y fui a preparar el desayuno. Vi que apenas quedaba leche, así que la dejé para Katie y fui a vestirme para ir a comprar. Avisé a Lillian, que seguía con Lena
-Katie: ¡Mamá, ¿dónde vas?
-Kara: Voy a comprar leche, cielo, no tardo.
-Katie: ¿Puedo ir contigo? Por fa....
-Kara: Tienes que desayunar y vestirte...
-Katie: Pero no tardo... Anda, mamá...
-Kara: Está bien... - dije sirviéndole su vaso de leche. Mientras se lo tomaba, aproveché y apunté más cosas que había que comprar.Cuando se lo bebió, la vestí y nos dirigimos a la puerta. Salimos y, después de un par de pasos, un montón de periodistas se nos echaron encima, sacando fotos y, como siempre, intentando meternos los micrófonos por el oído.
-Periodista 1: Señora Luthor, ¿es cierto que está usted embarazada de nuevo? ¿Cómo se encuentra?
-Periodista 2: ¿Qué dice su esposa, está feliz con la noticia?
-Katie: Mamá... - dijo asustada, agarrándose a mi pierna.
-Kara: Tranquila cielo – dije abrazándola – Por favor, déjennos pasar, la están asustando.
-Periodista 1: ¿De cuánto está, señora Luthor?
-Periodista 2: ¿Cuándo se enteraron?
Uno de los periodistas nos golpeó, sin querer, y Katie se asustó aún más, empezando a llorar.
-Katie: ¡Mamá!
-Kara: Tranquila, cariño... ¡¿Quieren tener cuidado?!
-Periodista 3: ¿Qué esperan que sea, otra niña, o un niño?
-Katie: ¡Mamá, vamos a casa!
Miré a mi alrededor, pero era incapaz de ver dónde estaba el coche. Sólo veía cámaras de fotos, de vídeo, teléfonos y un montón de gente rodeándonos, empujándonos y empujándose unos a otros.
-Kara: ¡Tengan cuidado, maldita sea! – grité, escondiendo la cara de Katie contra mi cuerpo.
Katie seguía llorando, los periodistas empujando... Empecé a marearme y sentí que me costaba respirar. No escuchaba nada a mi alrededor. Miré a Katie, que me miraba aterrada. Saqué mi teléfono y marqué el número de Lillian, apoyándome en mi hija. Sentía que iba a caerme al suelo.
La vi salir poco después, gritando y amenazando con llamar a la policía. Sentí que alguien me sujetaba. Miré y vi a una de las periodistas a mi lado, sujetándome, mientras otra estaba agachada intentando calmar a Katie, que seguía llorando.
Lillian cogió a Katie y las dos mujeres me ayudaron a entrar en casa, llevándome hasta el sofá, donde me recosté, intentando respirar con normalidad. Vi que las mujeres decían algo, aunque no las escuché, luego me sonrieron y se marcharon. Vi cómo Lillian les daba las gracias y cerraba la puerta. Luego vino hacia mí con un vaso de agua. Katie se había sentado a mi lado y se agarraba a mí como una lapa.
-Lillian: Kara... Vamos, bebe un poco, ya está, se han ido... - apartó el pelo de mi rostro y me tendió el vaso. Me senté en el sofá y bebí, tranquilizándome poco a poco.
-Kara: ¿Cómo se han enterado? – protesté, abrazando a Katie - ¿Estás bien, cielo?
-Katie: Sí mamá, ¿y tú?
-Kara: Sí...
-Lillian: ¿Estás segura?
-Kara: Sí... - miré hacia la cocina – No tenemos leche.
-Lillian: Llamaré a Lionel y le diré que la traiga. – dijo, hablándome con suavidad.
-Kara: Tampoco tenemos huevos, ni cereales, ni...
-Lillian: Le diré que traiga todo lo que haga falta. Cálmate, vamos....
-Kara: Katie... - dije mirándola, poco después. Con el susto, se había quedado dormida de tanto llorar.
-Lillian: Sigue sin gustarte....
-Kara: ¿Qué?
-Lillian: Los periodistas. Sigues sin acostumbrarte después de tantos años.
-Kara: No quiero que se metan en nuestra vida privada. No me importa hablar con ellos sobre el trabajo. Pero nuestra vida privada es eso, privada. Y odio que asusten a Katie... ¿Es que no se dan cuenta?
-Lillian: Hablaremos con ellos... Ve a tumbarte un rato.
-Kara: No... Voy a seguir con mi investigación arriba. Me llevo a Katie. ¿Cómo está Lena?
-Lillian: Sigue con fiebre. Pero Alex dice que esos medicamentos deberían bajársela en uno o dos días. Por lo visto son muy fuertes. Pero, ¿qué te voy a contar, si tú los has fabricado, verdad?
-Kara: Sí... - dije cogiendo a Katie y subiendo al laboratorio. Dejé a Katie sobre la pequeña cama que tenía allí y me puse a leer los apuntes que tenía sobre la mesa.
*********FIN FLASHBACK***********
-Kara: Alguien de nuestro entorno tiene que habérselo contado, Lena. Pero no sé quién. Confío plenamente en nuestras familias, en nuestras amistades... Y no tenemos ningún empleado en la casa, aparte de...
-Lena: Mike. ¿Crees que puede haber sido él
-Kara: Bueno, me pediste que no me acercase a ti porque estaba... es posible que... Además ha encontrado, hemos ido con Mike. El día del zoo, cuando fuimos a la ecografía...
-Lena: Veremos qué hacer al respecto. Ahora vete, cielo, no quiero que enfermes...
Lena estuvo cinco días más en cama. Estábamos a veinticinco de Febrero. Faltaba menos de una semana para el juicio contra Maxwell Lord y estaba muy nerviosa. Durante esos cinco días, me mantenía ocupada llevando a Katie al colegio y recogiéndola, saliendo con ella al parque, centrándome en la investigación cuando ella se quedaba dormida o viendo dibujos... Alex y Sarah se la llevaron un par de tardes para que jugara con sus primos y mi madre y Lionel vinieron para ayudar a Lillian a cuidar de Lena.
Ese día, Alex había venido a examinar a Lena. Yo estaba en el salón con mi madre, Lillian y Lionel.
-Eliza: Kara, cielo, alegra esa cara...
-Kara: Es que no aguanto más sin verla...
-Lillian: Sabes que está mejor... como mucho estará uno o dos días más en cama.
-Kara: ¿Está mejor? La pobre debe haberse aburrido muchísimo ahí dentro, sola....
-Lillian: ¡Oye, que estaba conmigo!
-Kara: Lo sé, me refería a... Da igual.. – dije, apoyándome en el sofá, y soltando un bufido.
-Eliza: ¿Tú cómo vas, mis nietos te están dando mucha guerra?
-Kara: Demasiada... Por suerte, ya llevo dos días sin tener que ir corriendo a vomitar, pero ahora no dejo de comer, parezco una lima. Tengo hambre a todas horas... Y mis pechos siguen creciendo, me da la impresión de que van a explotar...
-Eliza: Ven aquí... - dijo abrazándome y pegándome a ella – A veces eres como una niña, ¿lo sabías?
-Kara: Yo no soy una niña... - dije, haciendo un puchero.
-Eliza: ¿Ah, no...? – dijo riéndose y acariciando mi vientre. –Creo que no tardará en empezar a notarse...
-Kara: ¿Tú crees?
-Eliza: Son dos... A lo mejor se nota antes...
-Lena: Eso espero... Porque estoy deseando ver cómo crecen nuestros pequeños ahí dentro. – dijo entrando en el salón, seguida de Alex.
Miré a Alex, como una niña esperando que le diesen permiso para abrir un regalo de navidad.
-Alex: Os permito estar en la misma habitación, pero no podéis tocaros.
-Kara: ¡¿QUÉ?! ¡¿Ahora qué pasa, tiene la peste?!
Alex empezó a reírse, igual que mi madre, Lillian y Lionel.
-Alex: Anda, bésala, que lo estás deseando.
Me levanté casi de un salto y corrí hacia Lena, sujetando su rostro entre mis brazos y besándola con fuerza durante varios minutos.
-Alex: Eh, eh, que corra el aire. Respirad, vamos... - dijo apartándonos – Madre mía, parecen ventosas....
-Kara: ¿Estás bien, amor...? – dije mirándola fijamente a los ojos.
-Lena: Sí... Kara, ¿estás llorando...?
-Kara: ¡Es que te he echado mucho de menos!
-Lena: Si te pones así porque no puedes verme por una gripe, no quiero ni imaginar cómo estarías si me muero.
-Kara: No digas eso ni en broma – Me aparté rápidamente.
-Lena: Eh, cielo... ¿qué pasa? – dijo, sujetándome por el mentón y haciendo que la mirase – Kara...
-Kara: No vuelvas a decir eso, ¿me oyes?
-Lena: Pero si sólo era una...
-Kara: Prométemelo, Lena.
-Lena: Vale, lo prometo...
-Katie: ¡Mamiii! – gritó, corriendo hacia ella.
-Lena: Hola, mi vida, ¿cómo estás, te has portado bien?
-Katie: Sí, he estado ayudando a mamá...
-Lena: ¿Ah sí, con qué?
-Katie: A recoger los juguetes, hacer el desayuno...
-Lena: Me parece estupendo.
-Katie: Y te he hecho muchos bujos, voy a buscarlos! – dijo, corriendo y volviendo poco después con un montón de papeles.
-Lena: Son un montón... Gracias cariño. Luego los vemos, ¿vale?
-Katie: Vale...
-Lena: Sigue jugando...
De nuevo, corrió hacia su habitación y yo cogí la mano de Lena, llevándola hasta el sofá. La hice sentarse y me recosté sobre ella, haciendo que me abrazara.
-Kara: Ahora sí estoy cómoda.
-Alex: Tengo que irme. Sarah y yo vamos a llevar a Ian y a Laurel al acuario. ¿Queréis que nos llevemos a Katie?
-Lena: Sería genial... - dijo, besándome en la cabeza – Coge dinero de mi bolso. Empezará a pediros cosas, pero no le compréis muchas. Que elija sólo una. Dos como mucho. Y compradles algo a mis sobrinos también, lo que quieran.
-Alex: De acuerdo... ¡Katie!
-Katie: ¿Sí, tía Alex?
-Alex: ¿Quieres venir al acuario?
-Katie: ¿A ver los peces?
-Alex: Sí...
-Katie: ¿Con Ian y Laurel?
-Alex: Claro...
-Katie: ¡Mamá, mami, ¿puedo?!
-Kara: ¿Vas a portarte bien y a obedecer a tus tías?
-Katie: Sí...
-Lena: No empieces a pedirles cosas.
-Katie: Vale... ¿Pero puedo comprar un muñeco o un peluche?
-Kara: Pero sólo uno...
-Katie: ¡Gacias! – dijo, corriendo a abrazarnos. Después, se marchó con Alex, tras coger su mochila, en la que siempre llevaba su medicación, por si acaso.
Lillian y Lionel se fueron poco después, tras decir que habían quedado a comer con unos amigos.
La última en irse fue mi madre, que quiso dejarnos algo de comida preparada antes de marcharse a casa.
Cuando nos quedamos solas, me acurruqué entre los brazos de Lena.
-Lena: ¿Quieres hacer algo?
-Kara: Sólo quedarme así...
-Lena: Me parece bien...
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