1.-
Vacío, triste, sólo... Así se sentía Zack después de lo que sucedió con Rachel.
Era de tarde, el primer aniversario desde su muerte solía visitar la tumba de Ray cada mes para dejarle flores y no caer en una locura que Rachel se había encargado de aliviar durante el tiempo que estuvo con él.
Sólo que... Mientras más veía esa tumba, más se arrepentía.
Era invierno, los días eran más fríos que la noche así que Zack antes de salir, guardó un poco de dinero en los bolsillos de su abrigo lo suficiente para comprar su cena y las flores de Ray.
Salió y cerró la puerta, siempre solía llevar una foto de Ray en su abrigo para recordarse lo idiota que fue al cumplir una promesa sin desearlo.
Comenzó a caminar hacia la iglesia que estaba en cerca del cementerio donde se encontraba la tumba de Ray.
A Zack no le gustaba mucho entrar a aquel lugar ni visitar la tumba ya que se acumulaban todos sus sentimientos haciendo que quisiera matar a todo el mundo. Por lo general cada que iba a verla primero iba a la iglesia se sentaba un poco mientras miraba la foto de ella y hablaba sobre todo lo que sentía, la culpabilidad, arrepentimiento, tristeza. Incluso le costaba dormir, cada vez que cerraba los ojos la veía ahí junto a él.
Comenzaba a volverse una lamentable obsesión.
Entró a la iglesia y se sentó en una banca que quedaba hasta en frente mientras se recargaba en el respaldo de esta.
—Sería genial tener una segunda oportunidad... —murmuró y después negó riéndose de la misma tontería que el mismo había dicho —Al final si resulté siendo un monstruo...
No podía evitar llorar, las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos como una salvaje cascada que amenazaba con inundar el lugar. Cuando pensaba en Rachel, sus últimas palabras peor aún su última expresión era como mil agudas enterradas en su cuerpo, era demasiado doloroso.
Pero una palabra apareció en su mente "Ya no." Pues nunca más podría volver a abrazarla, los pensamientos negativos de lo mas podrido de su ser comenzaban a invadirlo como una ola de oscuridad.
Y así fue como con la foto de la causante de tan gran dolor, hizo que comenzara a llorar en agonía, agonía de ya no tener a la tan anhelada Rachel. La primera chica de su vida, la primera chica que no lo consideraba un monstruo sino un humano más, un humano más con la gran capacidad de amar... Eso era lo que Ray pensaba de él.
No es que Zack esté loco u obsesionado... Es que ella fue la persona con la que aprendió a amar, básicamente una luz para él.
Entre tanto llanto un aguacero lo sacó de sus pensamientos, dobló la foto y volvió a guardarla en su abrigo. Entre tantas penas y dolores recordó que no había comprado flores para Rachel así que se levantó tratando de olvidar sus penas y salió de ahí, aún limpiándose las últimas lágrimas que habían de sus ojos.
Pero chocó con una persona, inmediatamente le iba a gritar que se fijara, que viese por donde caminaba y dejara de molestar a las personas pero... Pero grande fue la sorpresa, que Zack se quedó paralizado, atónito mirando a la chica que se encontraba en el suelo por el choque de hace unos momentos.
Era la chica por la que tanto lloraba, Rachel estaba frente a él.
Un fuerte impulso lo hizo simplemente abrazarla, con fuerza, como si fuera la primera vez.
—¿Quién eres? —esas palabras hicieron que casi se le parara el corazón a Zack, el abrazó sólo duró un par de segundos más antes de que Rachel intentara separarlo de ella.
—La persona a la que le pediste que te matara —bromeó mientras se paraba y le daba la mano a ella para ayudarla.
Pero ella lo rechazó, se paró y de una última mirada pronunció: «No debo hablar con extraños, lo lamento.» Para después entrar a la iglesia.
Zack estaba confundido, no sabía si era un sueño o simplemente una mala pesadilla, le dio una fuerte patada al piso...
—¡Vaya mierda de sueño! —pronunció mientras volvía a entrar a la iglesia, lo intentaría nuevamente.
Al parecer Rachel no lo reconocía, así que si preguntaba por alguien del edificio descubriría que es lo que sucedía con ella, quería enmendar sus errores... O no cumplir su juramento.
Cuando entró vio como estaba de rodillas con los ojos cerrados y las manos juntas con los dedos entrelazadas... Parecía estar rezando.
Zack se sentó a su lado dio un leve suspiro y preguntó;
—¿Recuerdas a Eddie?
Ella abrió los ojos y volteó a verlo.
—¿Aún sigues aquí?... No tengo idea de quien es Eddie.
Bien, bien.
Zack recordó que cuando estaba en el B1, el cual era el piso de Rachel vio una parte de su historia... Danny la conocía desde hace ya un tiempo ya que el era su terapeuta así que ya tenía formulada su siguiente pregunta.
—¿Y a Danny?
—¿El doctor Danny? Sí... ¿qué eres de él?
—Un conocido suyo... —Zack sonreía mientras miraba otro lado, le daban ganas de (ahora sí) matarlo.
—Tengo que irme —dijo ella mientras se paraba —tengo terapia mañana, así que debo de dormir temprano.
Zack se paró rápidamente.
—¡Te acompaño! —dijo mientras se paraba con rapidez colocandose al lado de ella.
—¿Sabes a dónde voy?
—No... Pero no quiero que vayas sola, hay muchas personas malas allá afuera... Eh.
—¿Tú no eres una de ellas?
Zack negó muchas veces.
—¿Cómo te llamas? —preguntó Rachel mientras comenzaba a caminar, Zack iba siguiéndole.
—Zack.
Ray se detuvo dejando a Zack entre confundido y preocupado, lo miró a los ojos. No se había dado cuenta pero los ojos de Rachel estaban oscuros, completamente sin vida, aburridos... A diferencia de la última vez que la vio era algo extraño.
—Zack... —murmuró ella y él respondió —lo lamento, sólo fue un mareo...
Volvió a caminar y Zack la siguió para nada convencido. Cuando llegaron a una cafeteria Rachel le agradeció que la acompañara y le dijo que no sería necesario hacerlo más adelante.
Zack sin otra opción aceptó, se dio cuenta de que era de noche y definitivamente estaba muy confundido con todo lo que había pasado.
Regresó a casa, pero se dio cuenta que las luces estaban prendidas y tenía una decoración diferente a como lo recordaba, eso incluso hizo que se confundiera aún más.
No estaba de humor para matar a nadie, mucho menos al saber que se había quedado sin hogar y que tendría que vivir afuera.
Poco le importó y entro a la casa, se dirigió a la cocina, escuchando los molestos ruidos que hacían las personas que se encontraban teniendo sexo en la sala. Estaban tan concentrados en ello que ni siquiera escucharon cuando Zack entró se quitó el abrigo y lo debo en el piso.
La mujer gritó al ver a Zack, su pareja más estúpido no pudo ser y se sintió el rey del mundo al escuchar su grito.
Zack suspiró y se acercó al tipo el cual aún no se había dado cuenta, cuando el tipo iba a cuestionarle a su pareja que tenía Zack simplemente enterró el cuchillo en su espalda repetidas veces, causándole un gran pavor al ver la expresión del hombre que se encontraba encima de ella, igual escupía sangre por la boca.
El hombre cayó sobre la alfombra, revelando el asqueroso cuerpo, repulsivo que tenía, Zack casi vomita encima de ella.
—P-puedo hacer lo que quieras... —comentó ella aún temblorosa con lágrimas cayendo de sus ojos —Puedo ofrecerte mi cuerpo...
—¡Tu cuerpo es lo más asqueroso que he visto! —cuestionó Zack enojándose aún más —Te daré 3 segundos para correr.
1... La chica estaba paralizada sin saber que hacer, 2... Se levanto rápidamente y agarró su ropa, 3... Antes de que pudiera correr Zack hizo lo mismo que con el tipo de hace un momento.
—Si no hubieran hecho tanto ruido esto no hubiese pasado —suspiró mientras se dirigía a la cocina para ver que podía comer, estaba totalmente hambriento.
Abrió el refrigerador...«Cerveza, cerveza, cerveza, cerveza. ¡Oh! Esta es mi favorita.» Dijo mientras sacaba una soda que se encontraba hasta el final y la abría para después tomarle un poco y dejarla en el mueble de al lado.
Cerró el refrigerador y abrió la alacena, vio una bolsa de chips y las tomó para después abrirlas comer un poco y dejarlas en el mismo lugar que donde la soda.
—Parece que este tipo es pobre —frunció el ceño al ver la poca comida que había.
Agarró las chips y la soda para después salir por la puerta trasera.
Comenzó a caminar pasó por el parque pensando en que haría con Rachel ahora que no recordaba prácticamente ni a Eddie.
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