Narusasu
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El día estaba nublado y parecía que el cielo se caería en cualquier momento, suspiro por enésima vez esa tarde fría y húmeda que se presentaba en sus ojos cansados de tanto llorar al recordar viejos pasajes de su vida los últimos meses.
Pronto escucho el timbre, nunca imaginé que alguien lo viera a estas horas con tremenda tormenta que se estaba presenciando afuera.
Se levantó con pesadez tratando de limpiar los residuos de lágrimas que se hallaban secas en sus mejillas rojas por la soledad de no tener a nadie con el.
La puerta se abrió lentamente con cuidado de que no fuera un ladrón o algo peor.
- otra vez tu.
Las lágrimas se hicieron presentes de nuevo, frente a el la imagen era deplorable de por si, un hombre con un traje hecho de telas finas y caras totalmente empapado por la lluvia fuera de su casa.
Sin esperar mas lo hizo entrar tenia que meterle en la cabeza que el no era su juguete, no importándole tanto la manera en que lo haria.
Aquel joven hombre lo veía de manera preocupada, sus ojos eran tan azules como el cielo y tan profundos como el océano, su cabello rubio todo empapado y hecho un lío completamente.
No duro mucho para darle una toalla y mandarlo a darse una ducha, no quería que el rubio sufriera una pulmonía, después le dio ropa limpia y seca para que se la pusiera, esperando en la cocina estaba preparando un té para su indeseada visita.
Pronto vio al rubio salir con la camisa y el pantalón de pijama que le había dado hace apenas algunos minutos.
Volvió a suspirar, no deseaba tenerlo ahí con el pero no importaba necesitaba aclarar las cosas pronto, el no era un juguete que el rubio pudiera hacer a su antojo.
- sea lo que sea que quieras decir habla ahora “dobe”, vete de mi casa y de mi vida para siempre.
Sus ojos oscuros mostraban su caracterizada mirada seria, lastimada por varias dagas y llenas de odio, que se hacia mayor por aquel a quien tenía enfrente.
Estaba con la guardia en alto cuidando de que el rubio no lo distrajera, sabia que tenia planes muy solidos para hacerlo caer en sus manos con solo unas simples palabras.
- se lo he dicho todo a Hinata y le he pedido el divorcio.
De todo lo que creyó poder escuchar ya sean promesas falsas, palabras de amor, hasta que le pidiera matrimonio, esas eran las que menos esperaba que le dijera.
- y como se la a tomado?.
Respiro hondo como pensando en sus próximas palabras luego puso una cara de infinita tristeza al parecer no era otra de sus innumerables mentiras.
- no lo se ¡maldición! Me fui de ahí antes de verla llorar, Sasuke se que es sido un maldito contigo pero dejadme por favor quedarme esta noche, no quiero encontrarme con ella, por lo menos no hoy.
El de ojos ónix suspiro otra vez, ¿Acaso el rubio lo creía idiota? Como si fuera a creerle esa base de patrañas después de todo, el mismo le enseño que no debía de confiar en el, sus promesas de divorcio, sus promesa de ir de vacaciones a París hace apenas un mes, el ya no le creía nada y menos cuando escucho a Naruto teniendo sexo con su otra secretaria, desde ese día se prometió que nunca mas le creería, por que el no era plato de segunda mesa.
Cuantas veces no se sintió mal al ver a esa hermosa mujer de pelo azulado oscuro y ojos lilas besando a Naruto y este correspondiéndole sabiendo de por si que el estaba casado con ella.
Sufrió mucho cuando le prometió unas vacaciones en París y todavía el compro los mejores boletos para el avión y hospedaje, para que después se fuera con la secretaria.
Lo espero por horas en su departamento, lo llamo por varios minutos, y después de una semana y media, escucha a la maldita presumiendo del bellísimo hotel donde se había hospedado.
Le había reclamado y este solo le había dicho que era su amante y no su esposa y que solo estaba pasando un pequeño buen rato con alguien.
- y tu crees que te voy a creer esas idioteces, ahora dime la verdad Naruto.
Pedía la verdad, la necesitaba, sabia que después de escucharla volvería a caer como siempre lo hacía.
Tenia 36 años y Naruto apenas llegaba a los 26 años, el ya era mayor aunque no se le notara directamente, era un desempleado que la mitad de su vida estuvo estudiando como burro solo para terminar un una empresa que era experta en lavado de dinero y por azares del destino término siendo el secretario de el presidente de las compañías Namizake Uzumaki.
No tardo mucho en caer en sus redes, no habían pasado ni 6 meses cuando un par de besos y el mejor sexo de su vida con un joven 10 años menor que el lo hiciera caer un sus garras.
Y lo que fue peor era que cayo enamorado como una adolescente de este.
- es la verdad Sasuke, desde que renunciaste las cosas se han salido de control, sueño contigo y no se me para con nadie mas, estoy desesperado hace 3 semanas que no puedo tener sexo con nadie y si sueño contigo la tengo tan dura como roca, creo que yo también me enamore.
Así que era eso, el hecho de no poder tener eso. La sangre se subió a su cabeza de repente y la ira mezclado con el dolor de ser un objeto mas pare el rubio se hicieron presentes.
- eres un sínico Naruto ¿que pasara con tu esposa y la empresa? ¿Que pensaran de ti? Tu prestigio se ira al caño por estar con un hombre y que este sea mayor que tu.
No quiera ser contra el, hacerlo entrar en razón aunque eso era perderlo.
- últimamente eso me a dejado de importar, solo quiero estar contigo, respecto a Hinata fue una buena esposa pero nunca la ame, es muy bella lo acepto pero no me causa ni siquiera una quinta parte de lo que tu causas en mi.
Estuvo a punto de flaquear, de lanzarse a sus brazos y dejar el orgullo atrás, de volver amar y volver a sufrir.
Por suerte recapacitó antes de eso, respiro hondo y decidió poner fin a esa discusión tan estúpida a su parecer.
- sigo sin creer en lo que me dices, lo siento pero no te creo, tu mismo dijiste que solo era tu amante y que solo me limitara a hacer mi “trabajó” y ¿que crees que hice? renuncie, no estoy dispuesto a volver pasar por lo mismo.
- y no lo harás Sasuke, cuando mi divorcio este completo tu y yo nos vamos a casar, adoptaremos dos hermoso niños parecidos a nosotros, tu cabello y mis ojos los imaginas Sasuke, un niño y una niña.
Miro al rubio como su este estuviera loco, sus ojos lucían desesperados y llenos de dolor por su perdida.
Sintió algo parecido a la lastima... Pero no daría marcha atrás a lo que se prometió... Por lo menos no ahora.
- suena muy lindo Naruto pero no.
Este al escucharlo se largo a llorar amargamente y se puso de rodillas frente a Sasuke.
Mientras lloraba lo abrazaba de las piernas tratando de que este lo perdonara no le importaba lo humillado que se viera ahora, se sentía tan estúpido y bastardo.
Sasuke solo lo veía con pena al parecer eso era mas que una simple actuación.
- Sasuke te amo, por favor perdonadme, te prometo que huiremos de aquí hacia otro país, te llevare a Venecia como lo querías, ¿recuerdas?
Dos, tres, cuatro segundos que pronto se convirtieron en largos e interminables minutos de silenció, solo escuchaba su llanto y el pequeño sollozo de Sasuke, sus esperanzas del perdón de su azabache se veían lejanas, pronto sintió unos brazos extrañamente cálidos rodearlo suavemente.
Y ahí Sasuke perdió por completo contra el, tal vez se arrepentiría o tal vez no, pero no soportaba llorar de forma tan lastimera al hombre que amaba.
T
al vez no tuvieron el mejor comienzo o el mejor final, pero sin duda sabia que ese arrepentimiento era sincero.
- ¿me lo prometes?
Pronto el rubio empezó a llorar de nuevo aunque esta vez eran por sentimientos mezclados.
Con solo tres simples palabras su vida se vio brillante con una suave luz lunar.
Se prometió a si mismo que nunca haría llorar de nuevo a Sasuke, verlo sonriendo con un niño y una niña caminando a su lado, por el resto de sus vidas, seria el mejor esposo para Sasuke, el que se merecía.
- te lo juro mi amor, te lo juro. Cuando te ví por primera vez quede encantado contigo, eras tan serio y tan bello que quede embobado en lo oscuro de tus ojos.
El azabache lo miro con ternura, tal vez era un bruto pero era el bruto que amaba.
- hum tal vez no fue tan malo que estuvieras en la puerta.
S
Sonrió, una simple sonrisa que ilumino es mundo de Naruto en una fricción de segundo.
- tal vez no, desde hoy solo tu y yo, solo NaruSasu.
Río sin ganas por los sentimientos de esa noche, tal vez de vez en cuando sus promesas eran tan vacías.
- ¿de donde sacaste eso dobe?
El dobe que amaba le repitió una voz en su cabeza, revoloteo ojos, ahora esa voz era inoportuna.
- una pequeña abreviatura de la pareja perfecta que somos.
Ahí solo comenzaba su nueva aventura juntos y ambos lo sabían, por ello tienden a existir las segundas oportunidades oportunidades.
🍜
¿Les gusto? Espero que si me costo horas hacerla es un one-shot de mi pareja preferida.
Si quieren continuación me dicen.
😋😋😋😋
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