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Pañales y ninjas


Genos abrió la puerta del apartamento con un poco de dificultad, en una mano llevaba sujeto a Saitama y en la otra unas cuantas bolsas cargadas de productos que le ayudarían a lidiar con su maestro aquellos días.

Al salir del laboratorio se había visto obligado a ir a comprar ropa, pañales y principalmente un chupete, ya que la imagen del bebé usando su dedo como tal le perturbaba un poco.

A decir verdad ir de compras había sido una odisea.

"Salió del laboratorio y anduvo con el bebé en brazos hasta el centro de la ciudad, donde la gente andaba de un lado a otro y estaba todo lleno de tiendas.

Su único pensamiento era llegar a casa, investigar todos los datos habidos y por haber sobre el cuidado de bebés y pensar con tranquilidad que haría.

Una mirada le sacó de sus cavilaciones. Una señora con un moño en la cabeza le miró de reojo, esta era de mediana edad y sus primeras arrugillas le surcaban la frente gracias al ceño fruncido que le dedicaba.

Genos decidió ignorarla acostumbrado a la mirada de los curiosos por la calle, pero cuando otro grupito de mujeres les dedicó una mirada desdeñosa no pudo evitar preguntarse qué ocurría. Tardo un par de segundos en darse cuenta de que la respuesta iba en sus brazos.

El bebé estaba dormido, con la cara apacible y su dedo metido en la boca, estaba rodeado por el mono de obrero para cubrir el cuerpecito desnudo.

El mono de obrero.

Llevaba a un bebé cubierto con un mono de obrero, tosco, sucio y con bandas reflectante.

No es que Saitama estuviese molesto con eso o pudiera arañarse, pero la gente de su alrededor no sabía que no era un bebé común.

Genos miró ahora con recelo a la gente mientras intentaba localizar alguna tienda de ropa infantil. Lo que menos necesitaba era alguna especie de servicios sociales que intentaran quitarse a su preciado sensei de los brazos.

Encontró una tiendecita pequeña de aspecto destartalado al final de la calle y entró sin pensarlo mucho.

―Buenos días caballero, ¿Qué desea?

El cyborg miró a la dependienta, una muchacha rubia con el pelo cortado a la altura de las orejas, y luego miró al bebé.

―Creo que es evidente.

La chica crispó un poco su sonrisa ante la respuesta cortante y salió del mostrador para ponerse frente a él.

―Caballero me refería a que tipo de ropa ¿Algún complemento? ¿Patucos?

Genos vuelve a mirarla esta vez un poco más calmado sin tener ni idea de nada.

La chica parece comprender la situación.

― ¿Sabe la talla al menos? Caballero, no quiero ser entrometida pero me veo obligada a preguntarle su situación. Ceo que coincide conmigo en que su aspecto es bastante sospechoso.

Y tiene razón, Genos es un cyborg adolescente y lleva a un bebé envuelto en harapos.

Antes de que la muchacha pueda sacar sus propias conclusiones el rubio usa su don de palabra y se "inventa" una historia sobre la marcha.

Básicamente le cuenta su traumática historia del cyborg loco y como perdió a su familia, todo esto añadiendo a Saitama como su hermanito pequeño. La historia tiene un par de lagunas, como la imposibilidad de que su madre muriera hace años y "Sai-chan", como lo ha llamado ahora, no tenga ni uno. Pero la capacidad de Genos de producir kilométricas secuencias de palabras casi sin respirar y con una rapidez apabullante hace que la dependienta no pregunte nada más.

En su lugar le dedica una mueca enternecida y hace un gesto con los brazos para que le pase el bebé.

Genos se lo piensa unos momentos y se lo acaba pasando intentando confiar en que Saitama no acabara arrancándole un brazo o algo.

―Ven aquí pequeñín ¡Anda, mira cuanta pintura! ¿Te gusta pintar, ricura?

La chica arrulla a Sai-chan que ahora está despierto y le mira con los ojos muy abiertos.

Con cuidado le saca del montón de ropa sucia y le observa.

―Creo que la talla dos.

Y así es como Genos acaba sentado en una sillita enana mientras la dependienta le prueba mil y un modelitos a su sensei.

Al final acaba llevándose unas cuantas camisetas, todas decoradas con ositos y otras prendas básicas.

La dependienta se despide de el en la puerta mientras le indica donde puede comprar pañales, leche y otras cosas que necesitaría.

Entonces Genos se encamina hasta el susodicho comercio, esta vez con Saitama vestido de una forma decente y con un chupete normal que le ha regalado la dependienta.

Después de un par de minutos de caminata llegan al sitio, es una especie de centro comercial con la fachada de color pastel y un gran cartel.

"TODO PARA TU BEBÉ―OFRECEMOS SERVIVICIO DE GUARDERÍA"

El cyborg mira el eslogan pensativo y entra en el edificio mientras piensa.

"¿Debería dejar a sensei en una guardería?"

Y entonces pasa junto a una de las tiendas que hay.

Esta tiene el escaparate muy colorido y lleno de muñecos y peluches.

A Saitama le llama la atención.

Balbucea y agita el bracito mientras lo estira ante tanto color.

Y Genos se da cuenta de esto en el momento que el cristal del escaparate se rompe en pedacitos.

Genos lo mira un poco pasmado mientras comprende lo que ha pasado y piensa en una explicación que suene lógica parta cuando la gente empiece a preguntar.

Efectivamente el dependiente de la tienda sale espantado ante el estropicio, Genos empieza a disculparse haciéndose un poco el tonto, algunos curiosos empiezan a rodear la escenita.

Y nuestro pequeño "Sai-chan" que ha estado callado por la sorpresa del cristal roto hasta entonces llora.

Pero llora como si le estuviesen matando y teniendo en cuenta de que el bebé del que hablamos es Saitama, todos los escaparates empiezan a estallar.

Es el tópico de la típica gorda de la opera rompiendo una copa con su canto.

Y así es como Genos se ve obligado a salir corriendo de allí, con el niño llorando en brazos, sembrando la destrucción por donde pasa.

Estoy casi segura de que ha dejado sordo a más de uno ¿Qué vosotros no habéis escuchado el llanto desde vuestra casa? Eso es la sordera.

Genos sigue corriendo a toda velocidad hasta llegar a la deshabitada, apacible e ideal ciudad z.

Como para dejar a Saitama en una guardería. No vendrían los servicios sociales, vendría el ejército, el FBI y si me apuráis hasta la NASA.

Y por eso acaba comprando lo que le faltaba por comprar el supermercado medio destrozado que todavía tiene las agallas de abrir en ciudad Z."

Por fin estaba en casa, caminó al cuarto que hacía las veces de salón, comedor y dormitorio, dejó a Saitama sobre uno de los almohadones que estaban en el suelo, se sentó junto a él y suspiró un poco abatido.

Por ridículo que sonase estaba dispuesto a batirse a hostias con el que hiciese falta pero un bebé era demasiado para él.

Observó al susodicho bebé que ahora gorjeaba feliz junto a él, la carrera parecía haberle divertido (A un humano normal le hubiese hecho soltar hasta la última papilla).

Saitama le devolvió la mirada y le dedicó una pedorreta sacando la lengua.

Y digamos que algo se ha derretido en el metafórico corazón de Genos, ya que este se levanta ahora revitalizado, cogiendo una de las bolsas de la compra y encaminándose hacía la cocina para descubrir cómo prepararle un biberón a su sensei.

――――――

El día de Sonic había sido bastante movidito, se había dedicado a saltar de un lado a otro por el bosque, había meditado varias horas bajo una cascada y había practicado su puntería con los kunai contra un pobre muñeco de paja que no tenía culpa de nada.

En fin, cosas típica de ninja que hacen los ninjas.

Y siempre que Sonic se tira el día cual saltimbanqui de un lado al otro, sudando y atacando enemigos invisibles acaba donde siempre.

Espiando un poco el barrio de Saitama para saber que se cuece en torno a su némesis.

Y es así como el ninja usa su velocidad para encaramarse en el balcón de Saitama para mirar sin ser visto.

"La casa parece tranquila, ese apestoso robot está en la cocina y el bebé está jugando"

Un momento.

"EL BEBÉ ESTA JUGANDO"

Hay un bebé sobre uno de los cojines de la salita, tiene la cara redonda y el pelo negro que despunta desafiando un poco a la gravedad.

Sonic salta desde el balcón y acaba sobre uno de los árboles que quedan aún erguidos en la calle, se queda pensativo ¿Saitama está casado y tiene hijos? ¿Será su hermano? Porque ese crio sin duda se parece a él.

Pensando que a lo mejor la mente le ha causado una mala pasada vuelve a subir al balcón.

Efectivamente allí hay un bebé.

Lo mira detenidamente mientras que el niño coge el mando de la televisión que está por allí tirado y empieza a aporrearlo contra el suelo mientras se ríe.

A Sonic le hubiese parecido mínimamente tierno si el mando no se hubiese hecho trocitos y el suelo donde lo había golpeado no se hubiese abollado.

"NOMEJODASQUELAFUERZAESHEREDITARIA"

Con la emoción del momento abre la ventana que le separa del infante con la intención de mirarle más de cerca.

Entonces nota como Genos le ha notado.

También nota como acaba llevándose al niño en brazos mientras huye de allí.

――――――

La verdad es que no sabe porque ha hecho eso, seguro que Genos y Saitama ahora le están siguiendo la pista y él no quería eso.

No porque no le excite una buena pelea, sino porque solo estaba de reconocimiento. Sabe de sobra que aún no puede superar a Saitama, para eso le falta un par de meses de entrenamiento (según él).

Aunque a Genos sí que puede partirle la cara cuando quiera, de eso está más seguro.

Y también está el leve motivo de que ha secuestrado a un pobre niño y eso está totalmente fuera de su código de honor.

Él puede ser un mercenario, un ex convicto, un alborotador e incluso un nudista espontaneo.

Pero no un roba-niños.

Así que ha decidido esconderse en el bosque, en ese en el que le gusta tanto saltar de un lado a otro.

Sabe que es inevitable que le acaben cazando pero estando allí tiene más posibilidades de esconderse durante más rato.

Llega a una de las ramas del árbol más frondoso que conoce, dentro tiene improvisado un minicampamento que es más un nido gigante que otra cosa.

Se sienta allí y sitúa al bebé frente a él, que parece aburrido a pesar de que Sonic ha usado su máxima velocidad hasta llegar allí.

"Vaya con el niño" piensa Sonic, "no sabe hablar y aun así me insulta".

Sonic suspira y el niño comienza a mirarle con atención. La mirada es muy penetrante.

Demasiado parecida a la de Saitama cuando está a punto de dejarle en ridículo.

Sonic decide devolverle la mirada como mejor sabe, con una expresión de loco que acojonaría a cualquiera.

Pero el niño no se asusta, en su lugar le sonríe y se acerca gateando hasta el ninja.

―Oye tú, no te acerques.

Y no es que tenga miedo del bebé, es que no tiene ni idea de cómo tratarlo.

Una vez cuido de un jabato, le puso nombre y todo, pero duda de que el trato deba ser parecido.

Aunque yo creo que sí debería tenerle algo de miedo.

Saitama se acerca a él balbuceando, llega a la altura de sus piernas y da un par de palmadas buscando su atención.

Y si la primera que ha sido en el muslo le ha dolido como un tiro imagínate como le habrá dolido la segunda que ha dado concretamente en...

DIN DIN DIN ¡BINGO!

Sonic, disfruta de este bebé porque desde hoy tú nunca vas a tener la capacidad de hacerlos.

Si es que antes eras capaz.

Sonic suelta un grito nada masculino, en otro momento se habría quedado callado, pero le ha pillado totalmente de sorpresa y con la guardia baja.

――――

En otra parte del bosque tenemos a Genos, preocupado y con problemas.

Hay tanta vida en el puñetero bosque que sus sensores no son capaces de detectar al bastardo de "Speed of Sound Sonic (LOL)", pero él va a encontrar a su sensei aunque tenga que quemar todos los arboles de uno en uno.

Es una pena y tal, pero si no lo hace él ya lo hará un meteorito o algo. Son cosas que pasan constantemente.

Entonces cuando está a punto de calcinar el primer árbol que ve, escucha un grito agudo que resuena por todo el bosque.

Quizá el ninja no tiene otra cosa que hacer hoy que molestar a gente inocente.

Se desplaza a una velocidad de vértigo hasta el lugar de donde proviene el grito. Para su sorpresa no hay ninguna damisela en apuros, en su lugar encuentra a Sonic hecho un ovillo mientras se retuerce y a su sensei junto a él aplaudiendo entusiasmado.

Sumándole que están en un nido gigante es una escena realmente cómica.

―Devuélveme a...

―LLEVATELODEAQUIPORFAVOR

Sonic no le deja acabar y hace un gesto con la mano para que se vayan.

Hoy nuevamente Sonic ha perdido su ya manchada dignidad y parte de su hombría.

Genos recoge a Saitama de su posición en el suelo sin quitarle la vista de encima al ninja que aún sigue retorciéndose en el suelo.

Mira a su sensei usando sus escáneres oculares, no hay nada fuera de lugar.

Nada fuera de lugar aparte de que Saitama empieza a patalear molesto y estirando los bracitos en dirección a Sonic.

―Saitama sensei, no puedes "decir" esto en serio.

Ante el pataleo cada vez más insistente Genos se ve obligado a sentarlo donde estaba y este gatea casi rectando hasta donde esta Sonic.

Llama su atención dándole una palmadita (esta vez juguetona y no con la fuerza de una bala) en la pierna y cuando Sonic se gira para ver qué demonios pasa y por qué no le dejan solo con los trozos rotos de su dignidad casi se ve el verdadero horror cruzando por sus ojos.


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