Paulo se acerco a la pequeña y conversaron un rato. Pasaron unos minutos y Paulo se despidió de ella, luego se escondió en un rincón oscuro mientras apretaba con fuerza sus orejas.

Paulo: No puedo... No puedo... No puedo hacerles eso... *se abraza a si mismo* Yo no soy así... No quiero lastimarlos... Solo quiero una familia... Solo quiero... Amor... *se tapa la cara mientras lloraba desesperado* PORQUE NO PUEDO PARAR CON ESTO!? *sus ojos tornaban negros con fucsia* Jeje... Jeje... No puedes... Parar esto... Es parte de ti... Yo soy parte de ti... *vuelven a su color normal* Que? Como que tu eres parte de mi? *solo hubo silencio*

Se paro, se limpio la cara, y camino hacia su clase.

Julio sospechaba demasiado de ese conejo. Lo miraba de ves en cuando pero nada pasaba. Pensó que solo era otro moleston como Fernando (familiar de Carla Rubio alv), y lo dejo tranquilo.

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Esa noche no podía dormir. Ese tipo de sus sueños lo inquietaba tanto que no podía controlar su respiración. Otro de sus ataques... Si estaba demasiado nervioso, asustado, o algo parecido, podía calmarse. Su respiración, sus latidos, se aceleraban tanto y se reía con locura. Hubo una vez que salió de su habitación y casi mataba al gato de su abuela.

Paulo se abraza tan fuerte que se lastimaba, pero no le importaba... Al parecer le gustaba...

Podía seguir con su plan de esta forma? Tal vez si... Pero quien sabe... Solo ella lo sabia.