-Estoy horrible.-susurro tapándome la cara,le escucho reír.

-Estás sexy,siempre lo estás.-me abraza.

-Eres un mentiroso,Nate.-tiro de su brazo para que entre y cuando lo hace,cierro la puerta.

-No estoy mintiendo.-se sienta en la cama.

-¿Que te trae por aquí?.-pregunto con curiosidad.

-Tú.-responde sonriendo.-Te echaba de menos.

-Pensaba que no querías ni verme.-me encojo de hombros.

-Ya,eso...-se calla.-Fui un idiota.-admite.

-Siempre eres un idiota.

-Oh..-se hace el ofendido.-No sabía que pensabas eso de mi.

-Te quiero.-susurro colocando una pierna a cada lado de su cintura.

-¿Sabes que en esta posición podrías sacarme lo que quisieras?.-pregunta cerca de mis labios.

-Ahora solo quiero una cosa.-digo con una sonrisa.

-¿Y que es?.

-A ti.-respondo haciéndole sonreír.

La puerta de la habitación se abre dejando ver a mi madre.

-Oh,lo siento.-dice riéndose.

-Mamá.-ruedo los ojos.

-No os preocupéis,he visto demasiado.-Nate comienza a reírse.

-¿Que quieres?.

-Es Justin,insiste en que tiene que verte.

Siento como mi novio me aparta con cuidado y sale con rapidez de la habitación.

-¡Nate!.-digo corriendo detrás suya.

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