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Murmullos. Era lo único que se lograba escuchar en la habitación. Los sirvientes de la residencia Coral, que habían sido convocados para una reunión importante, cotilleaban entre ellos.

A pesar de que el motivo de la reunión no se había dicho de forma oficial, los chismes no tardaron en llegar, pues se rumoreaba que dos jóvenes hermanas habían sido contratadas para trabajar en la mansión; la primera, como sirvienta, mientras que la segunda estaba siendo entrenada por Cyril para convertirse en guardia cuando sea mayor.

Había pasado un tiempo desde la última vez que el conde contrató a un sirviente. Antes solo estaban Cyril, el segundo al mando después del conde, y Hilda, la más antigua entre los sirvientes, ya que eran los únicos en los que el conde confiaba plenamente, pero pronto se dió cuenta de que no podía tener solo dos subordinados en la mansión de Coral Ridge por lo que empezó a contratar a más gente.

Los sirvientes no eran muchos, pero eran los suficientemente ruidosos como para no darse cuenta de cuando la nueva empleada y el conde Reinhold Piel entraron por la puerta.

Allí, parada junto al conde, se encontraba una chica joven, de no más de trece años; Cabello marrón, como el chocolate, y los ojos rojizos. La muchacha miraba a los demás empleados de Coral Ridge, analizandolos: eran más ruidosos de lo que ella esperaba.

El conde giró su tranquila mirada para ver a la muchacha, la cual hizo lo mismo al sentir la mirada del mayor.

-¿Quieres empezar?- Preguntó el mayor y la joven asintió. El inmediatamente aclaró su garganta y pronunció:- Silencio.- Ni siquiera tuvo que gritar, tan solo aumentar un poco el tono en su voz y ya todos los murmullos se habían callado.

La menor miró asombrada como todos los presentes se callaban, y eso le dejo en claro una cosa: la autoridad del conde no era de adorno.

-Como ya sabrán gracias a los inevitables chismes, hay una nueva empleada que trabajará en la residencia de los Piel- Puso su mano en el hombro de la chica a su lado.- Ella es Amber, y va a estar trabajando con ustedes desde ahora en adelante, así que espero que la traten con el respeto que merece

Las miradas inmediatamente se posaron sobre Amber, la cual se sentía un poco incómoda al sentirse tan observada.

-Mucho gusto, soy Amber. Me esforzaré para ganarme su respeto-Dijo Amber, haciendo una pequeña reverencia.

Los demás sirvientes miraban a Amber de pies a cabeza, algunos sonreían y otros simplemente asentian, pero todos la saludaban en silencio.

-¡Hola! ¡Hola!

Todos menos una.

Una sirviente de piel morena que estaba sentada en el fondo sacudía su mano frenéticamente mientras saludaba en voz alta a su nueva compañera, aunque al sentir las miradas juzgadoras de todos sobre ella y ver como el conde masajeaba sus cienes, se encogió en su asiento.

El conde se aclaró la garganta, obteniendo por segunda vez la atención de los presentes.

-Normalmente le pediría a Hilda que le mostrará la residencia a Amber y que la instruya como es de costumbre-Habló el conde- Pero ella se encuentra ocupada en estos momentos, así que necesito a un voluntario que esté dispuesto a instruir a Amber

Varías manos fueron levantadas, pero solo la más alta y ruidosa ganó.

-Ela- El conde señaló a la morena que estaba en el fondo, no pudo evitar sonreír al ver el entusiasmo que tenía Ela.

-¡Sí!-La nombrada se levantó de su asiento y camino alegremente hacia Amber, tomandola de la mano cuando estuvo lo suficientemente cerca.-Soy Ela ¡Es un gusto en conocerte!-Dijo con un tono alegre.- Ahora vamos ¡Tengo tantas cosas que enseñarte!

El conde iba a agregar algo más, pero en cuanto abrió la boca Ela ya había salido corriendo, llevándose a Amber con ella.

Ela se llevó a Amber al piso de abajo, donde dio inicio a la lección. Empezó diciéndole las reglas, después le mostró los alrededores. También le contó como el conde ODIABA la suciedad y que por esa razón los sirvientes tenían que ser muy cuidadosos con la limpieza. Más tarde, la lección estaba por acabar, pero de repente Ela se detuvo en seco y volteo a ver a Amber con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¡Ah! ¡Casi se me olvidaba!-Exclamó la morena y tomó a Amber de la mano, llevandosela a un jardín lleno de hermosas rosas multicolor.- ¡Tadaa~! ¡Estas son las flores de Eviona!

-Hm, estás rosas están en la entrada principal-Dijo Amber mientras se agachaba, acariciando los hermosos y suaves pétalos de las rosas.- Son realmente hermosas, nunca había visto unas flores tan coloridas

-Así es-Asintió orgullosa Ela, aunque pareció preocuparse un poco cuando vio a Amber acercar su mano tanto a las flores.- Pero ten cuidado con la menta ¡Es muy peligrosa!-Chilló mientras señalaba una especie de musgo color verde florecente.

-Uh...-Amber retiró con cuidado su mano, que estaba peligrosamente cerca de la menta. Acto seguido se paró y miro a Ela.-Entiendo, tendré más cuidado la próxima vez

Ela sonrió cálidamente.

-¡Eso es, de los errores se aprende- La morena alzó su puño con orgullo.

Amber no pudo evitar reír, Ela le recordaba bastante a su hermana, y eso le hizo preguntarse ¿Que estará haciendo ella en estos momentos?

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-Esto... Es realmente agotador...-Suspiro cansada una chica peli-negra, acostada en el pasto con un montón de flechas alrededor suya.

Ambar se encontraba derrotada, Cyril la había hecho entrenar exhaustivamente ese día. Para ella, Cyril y el conde eran como el agua y el aceite: El conde era gentil y calmado, algo estricto, por supuesto, pero no más de lo necesario; Mientras que Cyril era todo lo contrario, era rudo y bastante, bastante estricto, aunque podía ser amable si se lo proponía, pero eso era como ver a alguien domésticar a un águila rayo: casi imposible.

Ambar cerro sus ojos púrpura por unos instantes, queriendo disfrutar la tranquilidad del momento, pero los abrió en cuanto escuchó pasos acercándose. Cuando los abrió, se sentó rápidamente en la hierba, esperando ver a un Cyril gruñón listo para ordenarla entrenar más, pero en su lugar vio como una chica de cortos cabellos negros se acercaba bailando hacia ella.

-Hola-Se paró frente a Amber, sonriendo.- Tu debes ser la nueva ¿No? Me llamo Daniela ¡Gusto en conocerte!-Dijo mientras extendía su mano a Ambar.

Ambar parpadeó por unos segundos, antes de corresponder su saludo.

-Ah, si...-Dijo, en su voz se podía notar lo agotada que estaba.- Soy Ambar, también es un gusto en conocerte

Daniela se sentó en el pasto junto a Ambar, la brisa acariciaba sus rostros y jugaba con sus pelos.

-Cyril te hizo entrenar mucho ¿No?-Preguntó, a lo que Ambar asintió.- ¡Ah, el es un bruto! ¡No entiendo como el conde le tiene tanta confianza a ese salvaje!-Exclamó, haciendo un ademán molesto con sus manos.

Ambar soltó una carcajada.

-Por cierto- Habló Ambar.- Planeaba ir al jardín principal a ver las flores luego del entrenamiento ¿Te gustaría venir?

Daniela sonrió ante la propuesta y asintió.

-¡Claro!

Ambas muchachas se dirigieron al jardín principal, riendo y charlando en el camino. Pero cuando ya habían llegado Daniela la paró en seco y la hizo esconderse detrás de una pared junto a ella.

-¡¿Que sucede?!- Preguntó con preocupación Ambar, desconcertada por el extraño comportamiento de su amiga.

Daniela le puso un dedo en los labios, pidiéndole que hiciera silencio. Después señaló al conde, el cual estaba hablando con una hermosa chica morena.

-¿Quien es ella?-Preguntó Ambar.

-Es una curandera que vino hace unos días, el conde la trajo para que lo ayudará con su insomnio y dolores de cabeza-Respondió Daniela.- Su nombre es Anna Angeline

-¡¿Eh?! ¿Como la reina?- Preguntó con sorpresa Ambar.

-Si, pero con la diferencia de que esta si merece ser reina-Dijo Daniela mientras seguía mirando.- Ella es amable, tierna y bondadosa. Si la tuviéramos como reina, las cosas en Trespia serían mucho mejor

-Ah... Ya veo- Ambar miro a la chica.- Y... ¿Porque nos escondemos?

-¿Que no es obvio?-Dijo Daniela- ¡Tan solo observa como el conde la mira!

Ambar miro y, efectivamente, el conde parecía totalmente embobado con la belleza de la chica.

-Definitivamente está enamorado

- ¡Sipi! Pero luego está ese hombre de allá- Dijo Daniela mientras señalaba a un chico de cabello rubio platinado, Ambar ya lo había visto en el campo de entrenamiento, pero no sabía con exactitud quién era.- Vino junto a Anna Angeline, es algo así como su guardaespaldas... ¡Aunque estoy segura de que también está enamorado de ella! ¡Solo basta con ver lo molesto que se ve cuando el conde está con ellos!

-Eres muy chismosa-Dijo Ambar con una sonrisa.

-¿Cuando no?- Daniela respondió divertida.

-Aqui estaban ustedes dos.-Ambas chicas se congelaron al escuchar la voz de Cyril a sus espaldas.- A entrenar.

~⁠♪ ⁠~⁠♪~⁠♪

-¿Estas segura de esto, Daniela?- Preguntó dudosa Ambar, ella y Daniela se dirigian hacia la habitación del conde..- Tal vez se enoja...

-¡Tonterias!- Dijo Daniela.- No se enojara, el no es así

Cuando llegaron finalmente a la habitación, tocaron la puerta.

-Adelante-Se escuchó la voz del conde detrás de la puerta.

Daniela abrió la puerta, entrando energéticamente a la habitación mientras que Ambar entraba de manera más dudosa.

-¡Señor~!-Dijo Daniela de manera divertida.

-¿Daniela, Ambar?-El conde, quien estaba escribiendo en su diario, se vió ligeramente sorprendido, probablemente esperaba que fuera la curandera que trajo recientemente con su nuevo remedio.- ¿Necesitan algo?-Preguntó, su rostro se suavizó lentamente.

-Si- Dijo Daniela mientras se acercaba.- ¡Necesitamos que le dé urgentemente un aumento de sueldo a Kyrios!

El conde alzó una ceja, desconcertado por tal petición.

-Me temo que no puedo hacer eso.-Hablo el conde.

-¡Por favor señor!- Daniela hizo un puchero y ojos de perrito- Su esposa dio a luz recientemente... ¡Necesita alimentar a su hijo!

La cara del conde cambio enseguida, pensó por unos momentos antes de contestar:

-¿Es eso así?-El conde mira su diario.- Entonces está bien, mañana le daré un aumento en su sueldo.

Daniela chilló feliz, dando saltitos y aplaudiendo. Ambar iba a preguntar algo pero entonces alguien golpeó la puerta.

-Adelante-Dijo el conde, y Anna Angeline entró a la habitación con una especie de té en sus manos.

La curandera miro desconcertada a las dos jóvenes, pero antes de que pudiera decir algo Daniela arrastró a Ambar fuera de la habitación.

-¿Vez? Te dije que no se iba a enojar-Dijo Daniela mientras caminaban por los pasillos.

- ¿Daniela?- Una voz conocida para la nombrada sonó a sus espaldas, y al voltear a ver vio a una asombrada Ela.

-¿Ela?- Respondió la contraria.

-¡Ambar!- Amber apareció con una gran sonrisa.

-¡Amber~!-Ambar exclamó con alegría al ver a su hermana y rápidamente se lanzó a abrazarla.

Mientras las hermanas se abrazaban en un bonito reencuentro, Daniela y Ela solo las miraban con curiosidad.

-¿Son hermanas?- Preguntó Ela.

-¡Claro!- Respondió Amber mientras abrazaba fuertemente a su hermana.

-¿Ustedes no lo son?-Agregó Ambar.

-¿¡Qué?! ¡Claro que no!-Exclamó Daniela, casi ofendida.- ¿Que te hace pensar eso?

Ela le dio palmaditas y ligeras caricias en la espalda a Daniela, y enseguida la contraria se relajó.

-Bueno ¿No son ustedes muy parecidas?- Respondió Ambar, señalando como ambas chicas se parecían no solo físicamente, si no que también eran igual de extrovertidas.

- ¡Hmp!- Daniela desvío la mirada.-Es solo por el peinado...-Murmuró-De todas formas ¿Que hacen despiertas?

-Hilda nos pidió ayuda con algunas cosas-Respondió Amber.-¿Y ustedes?

-Fuimos a- -Ambar quería responder a la pregunta, pero Daniela le tapó instantáneamente la boca con su mano.

-¡Eso no importa!- Dijo Daniela, sabía que si les decían la verdadera razón Ela la regañaria y le daría una larga y aburrida charla del porque no deberían de molestar al conde por cualquier cosa.- Es tarde ¿No? Deberíamos irnos a dormir, podríamos meternos en problemas si nos descubren

-¿Y a ti desde cuándo te importa meterte en problemas?-La interrogó Ela, mirándola con sospecha.

-¡Ela!

Ambas hermanas rieron ante el comportamiento de sus amigas.

-Entonces... Ojalá nos volvamos a ver-Dijo Ambar, sonriéndole a su hermana.

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Sarada--Uzumaki Mejor tarde que nunca ಥ ͜⁠ ⁠ʖ⁠ ಥ

Pido una disculpa por publicar el One-shot justo cuando ya terminó la fecha límite.

Lo que pasó es que ayer cuando llegue del liceo tuve que terminar y entregar una tarea que vencía ese día, por lo que se me acortó el tiempo.

El One-shot está basado en El corazón de Trespia, una historia de Romance Club que me encanta 🙏

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