Mis hermanos... bueno... eran unos "buenos hermanos" al darle a su hermanita menor las buenas noches. 

Ok, eso es lo que creen mis padres, pero no es muy cierto.

Ellos tres disfrutaban del jugarme bromas y tratar de ser los hermanos ejemplares y, por supuesto, es algo que a mi no me molesta, me parece lo más lindo del mundo.

Pero ahora mismo, esas sonrisas diabólicas que se daban entre si me estaban dando miedo.

- ¿Qué harán ahora?- dije asustada.

- Primero te haré ¡COSQUILLAS!- y así Kenneth se lanzó sobre mí y me hizo cosquillas hasta que el aire se hizo ausente de mis pulmones. Luego me dejaron para que respirara y dejaron que Kevin se hiciera cargo del "paso 2".

- Ok, ahora es turno de una historia de antes de que nacieras-  dijo Kevin- Cuando Kenneth y yo eramos pequeños siempre quisimos una hermana, pero recibimos a este- y señaló a Kendall, el cual lo golpeó en la nuca- ¿qué? Admite que después también querías una hermana- respondió en su defensa.- y entonces....- y continuó con la historia.

Luego de media hora de escucharlo me estaba dando sueño, no podía mantener abiertos los ojos, pero mi cuerpo no cedía a Morfeo.

- Esta niña, ¿aún no puedes dormir?- me preguntó Kenneth- Kendall, toma la guitarra que está detrás de su escritorio y toca alguna canción de cuna para que duerma.

Levanté la cabeza y mi mano para decirles:- No soy una bebé.

- No nos importa, aunque tengas 23 años seguirás siendo nuestra bebita. No se te olvide nunca- me dijo Kevin- Eres nuestra única hermanita, y más encima menor. Así que serás nuestra bebé por siempre.

Eso había sido lo más lindo que había oído. Era afortunada de tener una familia tan maravillosa.

- Bueno, no es una canción de cuna, pero es la que más le gusta- dijo Kendall y comenzó a tocar Cover Girl, mi canción favorita de su banda, aunque era larga la lista ésta iba a la cabeza.

 Sentía la música llenar cada rincón de mi cuarto, cada parte de mi memoria y sentidos se concentraban en escuchar las melódicas rimas de Kendall y cada nota que hacía con mi guitarra. Todo ello me envolvió junto con los brazos de Kenneth y Kevin a mi alrededor, a tal punto de llegar a perder la consciencia.

- ... My Cover Girl, oh oh oh oh oh... My Cover Girl...- terminaba Kendall con la canción por lo que logré oir antes de ser cegada por la inconsciencia total. Puedo sentir el cobijo de mis mantas y cómo cada uno me besa la frente para que al final la puerta se cierre y sueñe.

Dudo haberlo tenido algún sueño mientras dormía, al estar exausta o adormilada puedo olvidar lo ocurrido en la noche. Pero hay algo que definitivamente no olvidaré jamás.

Comienza el despertador con su horrible pitido matinal, justamente a las 7:00 AM.

 Cuanto odio a ese aparatejo estúpido.

Me enderezo y tomo el despertador entre mis manos para desactivarlo y decirle:

- Algún día conocerás esa pared, o esa ventana- lo miraba con odio entre mis manos- si aún estás aquí es porque no tengo de otra- y lo devuelvo a la mesita de noche hasta que mañana cumpla su trabajo diario.

Me desperezo en mi cama y prosigo a ponerme de pie. Me apresuré a ponerme ropa, porque, a diferencia de mis compañeras de la escuela, soy muy pudorosa. No me gusta estar desnuda frente a nadie ni nada, mucho menos un espejo, así que siempre me visto muy rápido.

Cuando terminé de vestirme, me peiné. En las mañanas es un caos total el peinarme, mis cabellos se enredan en el peine, por esa razón uso un cepillo y terminé con el cabello ordenado con una cinta blanca que cruzaba el diámetro de mi cabeza.

Estando lista bajé las escaleras. Pero algo no se veía bien. 

- Katelyn Nicole Schmidt German, ¿qué hace un chico afuera esperándote?- dijeron mis hermanos al unisono.

- ¿Qué?- dije pillada por sorpresa- No le dije a ningún chico que viniera por mí- les respondí.

¿Quien me estaba esperando afuera?