Liam no podía evitarlo. Nunca se le había dado bien esperar, y el suspenso que rodeaba a la familia Malik estaba empezando a afectar a todo el mundo a su alrededor. Las pocas ocasiones en las que se había cruzado con alguno de los hermanos había visto tensión en sus rostros, y Nancy todavía no había vuelto a trabajar. Estaban muy afectados por la situación y lo único positivo del tema era que Zayn, Keaton y Kristin habían empezado a trabajar juntos.

Liam había aceptado que estaba enamorado de Zayn y eso significaba que quería que fuese feliz. Y quería hacer algo por él antes de marcharse.

Por muchas vueltas que le diera, la actitud de Eleanor no le terminaba de cuadrar. Y si bien Hector, había examinado la información enviada por sus abogados, Liam tenía la sensación de que se les estaba escapando algo. Había aprendido de niño que las personas se comportaban de tres maneras cuando las sorprendían mintiendo: o confesaban la verdad, oactuaban como si no les importase, o se ponían agresivas. Y a él algo le decía que el comportamiento de Eleanor encajaba en la tercera opción.

Según la información proporcionada, Eleanor y Douglas se habían casado el 1 de julio y Fletcher había nacido siete meses después, lo que significaba que Fletcher era aproximadamente un año y medio mayor que Zayn y Keaton, y que iba a quedarse al frente de la empresa.

Liam tomó una decisión. Aunque eso significaba comer sopa de lata durante el resto del mes, iba a contratar a un detective privado. Sentía que se lo debía a los Malik. A Douglas, que siempre lo había animado a mejorar, Keaton, a pesar de todo, y, en especial, a Zayn, que después de todo lo ocurrido, se merecía lo mejor.

Una semana después recibió un informe de la detective privada que había contratado. Liam empezó a leerlo y se preguntó si había sido una pérdida de tiempo y de dinero. Hasta que llegó a las últimas páginas y sintió un subidón de adrenalina. Sin esperar más, tomó el informe y se dirigió al despacho de Douglas.

—Stella, ¿está Zayn dentro? –preguntó a la secretaria.

—Sí, pero está reunido con Keaton, Kristin y Hector en estos momentos.

—Perfecto. Necesito hablar con todos ellos.

Sin esperar a que Stella lo anunciara, abrió la puerta y entró. Cuatro cabezas se giraron hacia él y Stella apareció corriendo detrás y se disculpó.

—No pasa nada, Stella. Es evidente que es importante. ¿Nos podrías traer algo de café?—le respondió Zayn.

—Por supuesto. Enseguida vuelvo.

Liam esperó a que Stella hubiese cerrado la puerta antes de hablar. —Siento llegar así, pero acabo de averiguar algo importante y necesito contarles.

—Siéntate, Liam. Y explícate.

—Gracias—respondió él sonriendo.

—Desde el principio, tuve la sensación de que había algo en Eleanor que no me cuadraba. Tuve la sensación de que estaba intentando ocultar la verdad.

Liam dejó el informe de la detective encima de la mesa, delante de ellos, y fue hasta la última página.

—Que era menor de edad cuando se casó con Douglas.

Hector se inclinó hacia delante y leyó el documento.
—Sí, eso es cierto, pero en el estado de Virginia, con el permiso de los padres, uno se puede casar legalmente siendo menor de edad.

—Pero Eleanor no tenía el permiso de sus padres—insistió Liam.

—Según los documentos que nos han presentado sus abogados, sí que lo tenía. Al parecer, su madre firmó el permiso –comentó Hector.

—No es posible. Su madre estaba en Monte Carlo, con su marido, el padre de Eleanor. Hicieron un viaje de seis meses por Europa y no estaban en Virginia cuando se hizo la solicitud de matrimonio.

—¿Quieres decir que ese certificado no es válido? –preguntó Kristin emocionada.

Liam asintió y esperó a que Hector terminara de leer el informe.

—Eso parece –consintió este—. Según este informe, Eleanor sobornó al ama de llaves de la familia para que fingiese ser su madre. Un grafólogo ha comprobado que la firma de la solicitud no es la de la madre de Eleanor.

—¿Y por qué haría algo así? –preguntó Keaton sorprendido.

—No lo sé, pero, según lo que ha averiguado la detective, Eleanor solo tenía diecisiete años cuando se enteró que estaba embarazada. El ama de llaves ha fallecido, pero la detective ha podido hablar con su hija. Al parecer, la mujer vivió toda su vida con miedo a que su jefa se enterara de que la había suplantado. Además, tenía la costumbre de beber brandy durante el trabajo y Eleanor la amenazó con contárselo a su padre si no la
ayudaba.

Liam tomó aire antes de continuar. —Eleanor pensaba que, si ya estaba casada con Douglas, sus padres no podrían hacer nada al respecto y, dado que estaba embarazada, tendrían que aceptar a Douglas también, a pesar de que ellos querían que se casase con el hijo de unos amigos suyos, que era diplomático.

—Hasta me está dando pena. Debía de estar desesperada para hacer lo que hizo –comentó Kristin. —Según la hija del ama de llaves, los padres de Eleanor la desheredaron al volver de Europa y, cuando fallecieron, se lo dejaron todo a una organización benéfica.

—Y a juzgar por el interés que tiene en los bienes de papá, parece que todavía pretende resarcirse de aquello –dijo Keaton.

Hector se aclaró la garganta antes de hablar. —Me parece que la clave aquí es qué el único matrimonio válido es el de Douglas y Nancy.

—Lo que significa que Zayn es la persona que va a ocupar el lugar de papá en Malik Developments.

—Sí, y que esa mujer y sus hijos no tienen nada que reclamar –añadió Keaton con vehemencia.

Zayn se echó hacia atrás en su sillón y Liam se sintió aliviado al ver que empezaba a relajarse.

—Voy a redactar una carta para los abogados de Eleanor Malik pidiendo que abandonen la reclamación del cuerpo de Douglas y su participación en el negocio de aquí. Sin duda, tendrán que comprobar la información recabada por Liam Payne. La cuestión ahora es si ustedes quieren reclamar parte del negocio que su padre tenía en Virginia.

—¿Podríamos hacer eso? –preguntó Keaton.

Hector se encogió de hombros. —Supongo que sí, respetando siempre el testamento de Douglas.

—¿Pero queremos que Fletcher, Mathias y Lisa pasen por lo que hemos tenido que sufrir nosotros?–preguntó Zayn.

—En absoluto –le respondió Keaton—. Al fin y al cabo, somos familia, nos guste o no.

Zayn miró a su hermana.

—Yo tampoco le veo ningún sentido –admitió Kristin.

—En ese caso, estamos los tres de acuerdo –sentenció Zayn, dirigiendo su atención de vuelta a Hector—. Por favor, que quede claro que, siempre y cuando ellos abandonen sus demandas, nosotros tampoco reclamaremos ninguno de los bienes de nuestro padre en Virginia. E informa a Eleanor de que honraremos los deseos de nuestro padre de ser enterrado aquí, en Seattle.

Todos se pusieron en pie y Hector dio la mano a los hermanos antes de dirigirse a Liam.

—Imagino que puedo llevarme esta copia del informe.

—Por supuesto.

—Gracias. Sin este trabajo todo habría salido de manera muy diferente, para todos. Le debemos una.

—No, yo se lo debía a todos. Tenía que hacer algo.

Zayn separó los labios para decir algo, pero Liam sacudió ligeramente la cabeza para detenerlo.
—Entonces, sabiendo que la empresa es nuestra, ¿están dispuestos los dos a dirigirla conmigo? –les preguntó a
sus hermanos.

—¿Acaso no lo estamos haciendo ya? –le contestó Kristin.

—Pero no como yo quería hacerlo. Ha llegado el momento de que los tres asumamos realmente el control de Malik Developments.

—¿Y cómo vamos a hacerlo? –inquirió Keaton con escepticismo.

—Encontraremos la manera –le aseguró Zayn—. Ahora, lo mejor será ir a ver a mamá y contarle las novedades.

—Buena idea –dijo Kristin—. ¿Vienes con nosotros, Liam? Al fin y al cabo, esto ha sido gracias a ti.

—No, todavía tengo cosas pendientes esta tarde, pero tengo que decir que me alegro de que vayan a trabajar los tres juntos. Buena suerte.

—¿Tú vienes con nosotros, Zayn? –le preguntó Keaton.

—Antes me gustaría hablar con Liam. Adelantese. Nos veremos allí.

Cuando se quedaron solos, Liam contuvo las ganas de abrazarlo y apoyar la cabeza en su pecho, de levantar el rostro y besarlo. Había tomado la decisión de marcharse porque la situación ya era demasiado dolorosa para él.

—No sabes cuánto te agradezco que nos hayas traído esa información–le dijo Zayn—. Y quiero pedirte, por favor, que no te marches. Te prometo que encontraremos una solución.

—No podemos, Zayn. Cuando yo estoy, tu relación con Keaton no es la misma, y tú te mereces mucho más.

Y, dicho aquello, se dio la media vuelta y se marchó de su despacho y de su vida. Para siempre.