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🌸 Capítulo 08.

🌸 Capítulo 08.

Un suspiro escapó de los labios de Taehyung, sintiendo un cálido cosquilleo recorrer su piel al sentir la mirada penetrante de Jungkook. En un gesto lleno de deseo y anhelo, mordió con suavidad su labio inferior, provocando un leve corte. Un jadeo se escapó de sus labios al sentir el ligero dolor, mientras una gota de sangre recorría su labio.

Jungkook sintió el aroma de aquella pequeña gota, cerró los ojos mientras un suave gemido escapaba de sus labios. Al abrirlos nuevamente, estaban de un rojo intenso, reflejando el deseo y la sed que Taehyung había despertado en él...

~~

Las manos de Jungkook comenzaron a temblar, el aire se volvió más denso y pesado, y su corazón latió frenético. Bajó al doncel de sus caderas, pero mantuvo su cercanía.

Apenas un susurro entrecortado se deslizó por sus labios.

—¿Por... por qué hiciste eso? —preguntó tragando grueso, luchando por mantener el control.

Taehyung, con una mezcla de inocencia y provocación, mordió de nuevo suavemente su labio inferior nuevamente, provocando que una segunda gota recorra su labio.

—Sé que te gusta mi sangre, solo quiero agradecerte —respondió en un tono que combinaba la sensualidad con la inocencia, sus ojos grandes y sinceros mirando fijamente a Jungkook.

El vampiro sintió un conflicto interno entre el anhelo de protegerlo y el instinto primitivo que lo instaba a saciar su sed. Sus manos seguían temblando, y sus colmillos se alargaron ligeramente. Con una mezcla de frustración y anhelo, apretó los puños, luchando contra la necesidad de morder.

—No puedo hacerlo, podría lastimarte —murmuró, intentando alejarse, pero el doncel lo tomó del brazo.

—Si no lo haces, le daré las gracias a tu amigo, el de piel blanca —susurró Taehyung con una sonrisa traviesa, moviendo lentamente su mano para limpiar aquella gota con su pulgar. Pero en un movimiento rápido, Jungkook lo detuvο, tomándolo por la muñeca.

La intensidad del momento los envolvía, el deseo latente entre ellos creando una atmósfera cargada de tensión. Jungkook acercó el pulgar de Taehyung a sus labios, rozando la piel con una mezcla de ternura y fervor, su mirada fija en la del doncel.

—No provoques lo que no puedes controlar —dijo con voz ronca, luchando por mantener el control, pero sabiendo que estaba peligrosamente cerca de perderse en la tentación que Taehyung representaba.

—Está bien, le daré las gracias a tu amigo —respondió Taehyung, resignado, y se dio vuelta para alejarse, pero Jungkook no se lo permitió, atrayéndolo hacia su cuerpo con un movimiento decidido.

Lo alejó del vehículo y, en un impulso lleno de pasión y furia, apoyó con fuerza la espalda del doncel contra un oscuro y frío muro. Taehyung comenzó a respirar agitadamente, sintiendo una mezcla de miedo y excitación. Sus ojos se encontraron, y la intensidad del momento los envolvió.

—No le vas a agradecer a nadie —dijo Jungkook, mirándolo fijamente a los ojos, su voz cargada de celos y una latente posesión. Los músculos de su cuerpo se tensaron, y su agarre en los brazos de Taehyung se volvió firme pero no doloroso, un claro mensaje de dominio y protección.

Taehyung, con el corazón acelerado, levantó una mano temblorosa y la posó en el pecho de Jungkook, sintiendo los latidos rápidos del vampiro bajo sus dedos. La tensión entre ellos era palpable, y el doncel no pudo evitar dejar escapar un suspiro tembloroso.

—Jungkook... —susurró, su voz un eco de la mezcla de emociones que lo inundaban.

El vampiro respiró profundamente, tratando de calmar la tormenta interna que lo consumía. Acarició con suavidad la mejilla de Taehyung, sus dedos trazando líneas invisibles sobre la piel del doncel.

—Eres mío, Taehyung. Solo mío —declaró, su voz más suave pero cargada de determinación y posesión, sus ojos ardientes reflejando la intensidad de sus sentimientos.

Con un movimiento decidido y lleno de pasión, Jungkook levantó a Taehyung, subiéndolo a sus caderas. El doncel se aferró a los hombros del vampiro, sus cuerpos ahora tan cerca que podían sentir el calor del otro. Jungkook sostuvo firmemente a Taehyung, su agarre seguro y protector.

Sus miradas se encontraron, y en ese instante, el mundo se desvaneció a su alrededor. Jungkook se inclinó hacia adelante en un movimiento rápido y desesperado. El doncel cerró sus ojos, sintiendo un torbellino de emociones que recorrían su cuerpo. Sus labios rozaron los de Taehyung con una suavidad que contrastaba con la intensidad del momento, enviando una oleada de calor por sus venas. El primer contacto fue un choque de emociones y deseos contenidos, un preludio cargado de tensión. Taehyung sintió su corazón acelerarse, su respiración volverse errática, y un hormigueo eléctrico recorrer su piel.

Jungkook saboreó la gota de sangre en los labios de Taehyung, soltando un suave jadeo ahogado, deleitándose con el sabor metálico mezclado con la dulzura del beso. El doncel aferró sus dedos con fuerza a los hombros de Jungkook, entregándose completamente al momento. El beso se profundizó, cargado de pasión y tensión, sus labios moviéndose con urgencia y deseo. Taehyung sentía un ardor en su piel, una chispa que se encendía en cada contacto. Jungkook exploraba cada rincón de la boca de Taehyung, como si quisiera memorizar cada detalle, como si su vida dependiera de ello. Sus manos se colaron entre la tela, acariciando con pasión la suave y cálida piel del doncel, cada caricia intensificaba la conexión entre ellos, dejando claro que no había vuelta atrás.

Taehyung correspondió con igual fervor, sus manos deslizándose por el cuello de Jungkook, enredándose en su cabello. Los suspiros y jadeos llenaron el aire, un testimonio de la pasión que compartían. Cada caricia, cada roce, era un fuego que avivaba su deseo. El tiempo pareció detenerse mientras se besaban, cada segundo intensificando el deseo y la necesidad que sentían el uno por el otro. Jungkook apretó aún más su cuerpo al del doncel, anhelando fusionarse en un abrazo eterno. Pero de pronto, todo control se desvaneció. Jungkook, abrumado por la pasión y el deseo, clavó sus colmillos en los suaves labios del doncel.

Taehyung soltó un gemido, una mezcla de placer y dolor que recorrió su cuerpo. Cerró los ojos, entregándose al éxtasis del momento, sintiendo cómo la sangre fluía entre ellos, uniendo sus almas en un vínculo ancestral.

Apretó con fuerza la cintura del doncel, dejando sus dedos marcados en la suave piel, perdiendo todo control sobre su propio cuerpo. Sabía que debía detenerse, pero cada gota que tocaba su lengua era como una droga, haciendo que su cuerpo rogara por más. El sabor metálico de la sangre lo envolvía, embriagándolo en una vorágine de placer y deseo desenfrenado.

El doncel clavó sus uñas en los hombros de Jungkook, su cuerpo arqueándose ante la mezcla de sensaciones. Cerró los ojos con fuerza, entregándose al éxtasis del momento, mientras un fuerte jadeo escapaba de sus labios entreabiertos.

Jimin y Andrea, que observaban a la distancia, comprendieron que algo estaba mal. Bajaron del vehículo con urgencia, preocupados por lo que estaban presenciando.

Cada caricia de los labios de Taehyung era como una descarga eléctrica que recorría el cuerpo de Jungkook, despertando cada fibra de su ser. Sus manos se aferraban con ansiedad a la cintura del doncel, sintiendo la suavidad de su piel bajo sus dedos mientras lo empujaba contra la pared. Cada gemido que escapaba de los labios de Taehyung encendía aún más el deseo en Jungkook, quien se dejaba llevar por la vorágine de sensaciones que lo envolvían.

La presión de sus colmillos contra los labios de Taehyung era una mezcla de placer y frenesí, sus sentidos se embriagaban con el sabor metálico de la sangre mezclada con la dulzura de aquellos besos prohibidos. El corazón de Jungkook latía con fuerza, bombeando adrenalina pura por sus venas mientras se dejaba llevar por el éxtasis del momento.

A pesar de los intentos de Jimin por llamar su atención, Jungkook estaba absorto en el placer que solo Taehyung podía provocarle. Cada caricia, cada gemido, cada suspiro alimentaba la llama ardiente que ardía en su interior, consumiéndolo en una vorágine de deseo desenfrenado.

— ¡Jungkook, vas a lastimarlo! — gritó Jimin, su voz llena de desesperación mientras intentaba detener al vampiro, cuyos sentidos parecían embotados por el éxtasis del momento.

El grito de Jimin resonó en sus oídos como un eco distante, pero Jungkook estaba inmerso en un mundo donde solo existían él y Taehyung, donde el placer y el deseo lo consumían por completo. Sin embargo, la suave caricia de Taehyung lo sacó momentáneamente de su trance, haciendo que sus ojos se encontraran con los del doncel.

En ese instante de conexión, la realidad pareció cobrar forma nuevamente. Los colmillos de Jungkook retrocedieron ante el toque cálido y tranquilizador de Taehyung, quien con una ternura que cortaba el aliento, acarició su mejilla con suavidad. La presión en los labios del vampiro se desvaneció gradualmente, y en su lugar quedó un beso delicado y cuidadoso, como una caricia para sanar las heridas causadas por el frenesí del momento anterior.

Finalmente, Jungkook se separó ligeramente, pero mantuvo sus frentes aún tocándose, compartiendo el mismo aire cargado de emoción. Ambos respiraban con dificultad, sus corazones latiendo al unísono en el eco del momento compartido. En los ojos de Jungkook aún brillaba la intensidad del amor, la pasión y el deseo que lo consumían.

Taehyung acunó entre sus manos el rostro de Jungkook, sintiendo la calidez de su piel bajo sus dedos. Cuando sus miradas se encontraron, el doncel pudo ver el amor puro que se reflejaba en los ojos del vampiro, un amor que lo envolvía y lo protegía. A pesar de la tristeza que podía percibir en la mirada de Jungkook por lo ocurrido, Taehyung le ofreció una tierna sonrisa, expresando con ella toda la gratitud y el cariño que sentía en su corazón.

—Gracias. —susurró Taehyung, dejando que sus labios rozaran los del vampiro en un suave gesto de afecto, como sellando un pacto de amor.

El vampiro sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de Taehyung, y sus ojos se llenaron de pesar al ver las lágrimas en los ojos del doncel. Aunque aún no entendía cómo había perdido el control, Jungkook se sentía responsable de haber lastimado a Taehyung. La idea de haber causado dolor al ser que más adoraba llenaba su corazón de angustia y remordimiento.

—Lo siento tanto, bonito. —susurró con voz entrecortada, acariciando con ternura el rostro del doncel. Sus ojos se encontraron, y en ese instante, Jungkook pudo ver el amor y la comprensión en la mirada de Taehyung, lo que solo intensificó su sentimiento de culpa.

Él sabía que debía controlarse, que debía proteger al doncel a cualquier costo, pero en ese momento, la intensidad de su conexión lo había sumergido en un mar de emociones abrumadoras. Taehyung despertaba en él un mundo completamente nuevo, lleno de pasión, ternura y una profundidad de sentimientos que nunca antes había experimentado.

Jimin y Andrea se deslizaban entre las sombras, cuidando cada paso para no llamar la atención de Jungkook, quien se encontraba inmerso en su propia burbuja emocional con Taehyung.

—¡Quiero volver a ver al bailarín rubio! —exclamó un hombre, mientras los guardias del club lo arrastraban fuera del establecimiento.

El grito del hombre se perdió en la distancia, pero resonó en los oídos de Jungkook. Sintió un ligero estremecimiento por el tono de exigencia en la voz. —Debemos irnos —dijo Jungkook con suavidad, bajando a Taehyung de sus caderas. Tomándose de la mano, comenzaron a caminar apresuradamente hacia el vehículo.

En ese momento, Jungkook percibió la presencia de Andrea y Jimin, que avanzaban con cautela hacia el auto. Frunció el ceño, sorprendido por su presencia fuera del vehículo. —¿Qué hacen fuera del auto? —preguntó, desconcertado por su presencia.

Jimin mintió rápidamente con una sonrisa traviesa, mientras sus pasos apresurados resonaban en el pavimento. El corazón le latía con fuerza, pero trató de mantener la compostura.

—Andrea quería hacer pipí —mintió Jimin, con un gesto inocente que intentaba disimular su nerviosismo.

—¿Y tú por qué bajaste? —preguntó Jungkook, observando con detenimiento las reacciones de sus amigos, desconfiando de las palabras del pelirosa.

—Para sostenerme el sartén —respondió Andrea, apoyando la mentira de Jimin con una sonrisa cómplice. Jungkook negó con la cabeza, no muy convencido, pero decidió dejarlo pasar por el momento.

Los cuatro entraron al vehículo donde esperaba el chófer. El interior del automóvil estaba iluminado por una luz suave, que creaba una atmósfera acogedora.

—¿A dónde vamos? —preguntó Jimin mientras se colocaba el cinturón de seguridad, su voz temblaba ligeramente por la tensión del momento.

—A la casa de Yoon —respondió Jungkook sin mirarlo, concentrado solo en el doncel.

—¡No, yo no voy nada a la casa de ese gato amargado! —exclamó Jimin, quitándose el cinturón y apoyando la mano en el picaporte de la puerta, su expresión era un claro reflejo de su negativa.

—Vas a ir o te arranco la cabeza —amenazó Jungkook, su tono de voz era firme, pero había un destello de diversión en sus ojos, sabía que Jimin no se atrevería a desafiarlo.

—Por eso digo que sí voy —contestó Jimin, volviendo a colocarse el cinturón de seguridad, resignado ante la autoridad del vampiro.

—¿Puedes hacer eso? —preguntó Taehyung, sorprendido por la respuesta de Jungkook.

—Sí, bonito, puedo hacerlo y con una sola mano —explicó Jungkook con una sonrisa, tratando de mantener el tono ligero a pesar del ambiente tenso que los rodeaba.

—Wow, quisiera tener tu fuerza —respondió Taehyung, apoyando su cabeza en el hombro de Jungkook, quien llevó su mano al bello rostro del doncel, acariciándolo con ternura.

Jungkook no respondió a aquel comentario, su corazón latió con un leve temor al pensar en convertir a Taehyung en vampiro. No era una opción que estuviera dispuesto a considerar por el momento.

La noche avanzaba lentamente, la luna brillaba con una intensidad mágica, y el aire cálido envolvía la escena con una atmósfera casi irreal.

Para Jungkook y Taehyung, su encuentro, que había comenzado de manera tan inusual, se transformaba ahora en una aventura nueva y diferente, una mezcla de misterio y emoción. Cada momento compartido estaba cargado de una tensión dulce y electrizante, como si el destino mismo los hubiese unido en una danza ineludible.

A pesar de las pocas horas que habían pasado juntos, ambos se sentían irremediablemente atraídos, sus almas resonaban en una frecuencia única, y la pasión que compartían era inexplicable. Sus cuerpos se atraían como imanes, impulsados por una fuerza que ninguno de los dos comprendía del todo.

Era una conexión profunda y misteriosa, una que desafiaba la lógica y la razón. El simple roce de sus manos, la intensidad de sus miradas, cada pequeño gesto era un recordatorio de que estaban destinados a encontrarse. Mientras el vehículo avanzaba por la silenciosa noche, el mundo exterior parecía desvanecerse, dejando solo el latido de sus corazones sincronizados en un compás perfecto.

Jungkook miró a Taehyung con una mezcla de adoración y desconcierto, preguntándose cómo alguien podía desatar en él una tormenta de emociones tan intensas. Taehyung, por su parte, se sentía igualmente embriagado por la presencia de Jungkook, su protector y su enigma, un ser que despertaba en él un deseo tan profundo como inexplicable.

La noche era su cómplice, y bajo el amparo de la luna, sus almas entrelazadas exploraban un territorio desconocido, un viaje que apenas comenzaba, cargado de promesas y secretos por descubrir.

🌸

Al llegar a la casa de Min, Jungkook sostuvo firmemente la mano del doncel, quien temblaba de emoción ante la perspectiva de volver a ver a su fiel compañero peludo. Jimin se encontraba de brazos cruzados con una clara expresión de fastidio, mientras que Andrea abrazaba su sartén con una sonrisa; para ella, todo era una nueva aventura, después de años sin salir de la mansión de los Jeon.

Caminaron por el jardín y, pocos minutos después, Yoongi abrió la puerta.

El cachorro dio un ladrido a la distancia, captando el aroma de su dueño. Taehyung se puso de cuclillas, las lágrimas brotando de sus ojos por la emoción. El cachorro corrió hacia él, meneando su cola con frenesí.

—¡Tannie bebé! —saludó Taehyung entre lágrimas, mientras el cachorro lamía sus mejillas con entusiasmo. Lo tomó en sus brazos y ocultó su rostro en el peludo cuello del cachorro—. Te extrañé tanto —susurró entre sollozos.

El reencuentro estaba cargado de una profunda emoción; cada caricia, cada lágrima, y cada lamida eran testimonio del vínculo irrompible entre Taehyung y su leal compañero. La sensación de alivio y felicidad inundó el aire, mientras el doncel y su cachorro se reencontraban después de un tiempo que había parecido eterno.

Jungkook se agachó a la altura del doncel, y con suavidad, pasó su mano por la cabeza del cachorro.

—Hola, pequeño —susurró con una sonrisa cálida. El perrito inclinó su cabeza y olfateó la mano del vampiro, luego pasó su rasposa lengua aceptándolo.

Taehyung sorbió su nariz por la emoción, incapaz de contener las lágrimas que se desbordaban por sus mejillas. Su amigo peludo estaba de nuevo con él, a salvo, gracias a Jungkook y Yoongi. Se puso de pie, abrazando con fuerza a su cachorro, sintiendo el cálido cuerpo del animal contra su pecho. Jungkook se levantó a su lado, observando con una mezcla de ternura y satisfacción.

El doncel miró a Yoongi, sus ojos aún brillando con lágrimas.

—Gracias por rescatarlo —expresó, dando un paso hacia adelante con la intención de abrazar al vampiro en señal de gratitud. Pero antes de que pudiera acercarse más, Jungkook lo detuvo. Con un movimiento firme y posesivo, rodeó la cintura de Taehyung con su brazo, atrayéndolo hacia su cuerpo.

Taehyung sintió el fuerte agarre y el calor del vampiro a su espalda, su mentón apoyado en su hombro. Jungkook lo sostuvo con una mezcla de protección y celos.

—Él ya tuvo su abrazo, no necesita otro —le murmuró al oído, su voz baja y ronca. Taehyung pudo sentir el aliento cálido de Jungkook contra su piel, enviando un escalofrío de emoción y sorpresa por su cuerpo.

—Igual merezco otro abrazo, no fue para nada fácil rescatar al cachorro —dijo Yoongi en tono provocador, sus ojos fijos en Jungkook, tratando de descifrar lo que sucedía.

Jungkook apretó más fuerte la cintura de Taehyung, haciendo que el doncel soltara un suave gemido.

—Yo puedo darte ese abrazo, si quieres —respondió Jungkook en un tono amenazante, sus ojos brillando con una intensidad oscura.

—¿Sabes qué? Ya no quiero nada, con un gracias de lejitos me doy por pagado —contestó Yoongi, levantando las manos en señal de rendición.

—Ya suelta a ese pobre chico, que nadie va a robártelo aquí —intervino Jimin, mirando con enojo a Yoongi.

—Al menos ellos saben mostrar sus sentimientos —replicó Yoongi, lanzando una mirada acusadora a Jimin.

—Dejen sus problemas para después —les advirtió Jungkook en un tono firme, sus ojos aún clavados en Yoongi.

Taehyung giró la cabeza ligeramente, mirándolo por encima del hombro.

—Jungkook, tengo hambre —murmuró el doncel, sus labios rozando el oído de Jungkook. El vampiro sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al escuchar la suave petición de Taehyung.

Mientras tanto, Yoongi observaba detalladamente los labios del doncel, notando las pequeñas marcas que habían quedado tras el intenso beso con Jungkook.

—Yo voy a hacerte algo de comer —dijo Andrea, moviendo su sartén de forma divertida.

—¿Qué quieres hacer de comer? —la interrumpió Min con sarcasmo—. ¿Sangre hervida o al horno?

Andrea abrió los ojos con sorpresa, dándose cuenta de que estaba en la casa de un vampiro.

—Buen punto. Mejor pedimos comida rápida. Yo también tengo hambre, y sangre al horno no suena apetitosa.

—Uy sí, yo quiero una hamburguesa con papas fritas —dijo Taehyung, pasando su lengua por los labios—. Muero de hambre.

—Yo también —murmuró Jungkook, sin poder apartar la mirada de la boca del doncel.

—Que mi hamburguesa sea doble —acotó Andrea, sacando su móvil para hacer el pedido.

—Hagan el pedido rápido —dijo Yoongi, intentando aliviar la tensión—. Mientras tanto, pueden sentarse y relajarse.

Jungkook, todavía sosteniendo a Taehyung, lo guió hacia el sofá. El doncel se acomodó, abrazando a su cachorro con una sonrisa mientras Jungkook se sentaba a su lado, manteniendo una mano protectora en su cintura. Andrea y Jimin se sentaron frente a ellos, conversando animadamente mientras esperaban la comida.

El ambiente se relajó un poco, con el cachorro de Taehyung corriendo y jugando a su alrededor. Taehyung acariciaba suavemente las orejas de su cachorro, sus ojos brillando con una mezcla de felicidad y alivio.

—Es tan bueno tenerlo de vuelta —dijo Taehyung en voz baja, mirando a Jungkook con gratitud.

Jungkook sonrió y apretó suavemente la mano del doncel.

—Lo que sea para verte feliz, bonito —respondió con sinceridad.

Andrea y Jimin intercambiaron miradas, notando la conexión palpable entre los dos. Mientras tanto, Yoongi observaba desde una distancia, con una expresión mezcla de curiosidad y resignación.

—Espero que la comida llegue rápido —dijo Jimin, rompiendo el silencio—. Tengo la impresión de que esta noche va a ser larga.

—Sí, una larga noche —murmuró Yoongi, volviendo a concentrarse en sus propios pensamientos mientras el grupo se acomodaba, esperando con ansias el pedido de comida.

Varios minutos después, la comida llegó. Taehyung y Andrea se sentaron en el piso junto a una pequeña mesa ratona. Taehyung disfrutaba de su hamburguesa, formando un tierno puchero en sus labios.

—Mmm, deliciosa —suspiró sosteniendo su hamburguesa con ambas manos.

—Es la mejor hamburguesa que he comido en mi vida —acotó Andrea antes de darle un sorbo a su bebida.

Yoongi llamó a Jungkook con un leve gesto de cabeza, y el vampiro entendió de inmediato la señal. Ambos caminaron unos metros hasta quedar junto a un gran ventanal.

—¿Qué sucede, Jungkook? ¿Por qué estás actuando tan extraño? —preguntó Yoongi con evidente preocupación.

Jungkook inclinó su cuerpo hacia Yoongi y susurró:

—Creo que me enamoré.

—¿Cómo carajos? —dijo Yoongi, masajeando el puente de su nariz. Jungkook respondió levantando los hombros.
—Eso ya no importa —suspiró Yoongi con resignación—. ¿Entiendes en el problema que te estás metiendo?

—No me importa —respondió Jungkook, sus ojos fijos en Taehyung, soltando una pequeña risa al verlo comer—. Por él, todo vale la pena.

—Es el heredero de los Kim, Jungkook. Por favor, entiende que esto es muy grave.

—Esos malditos solo lo ven como una incubadora humana. No voy a permitir eso.

Yoongi se cruzó de brazos y se reclinó contra la ventana, mirando la luna.

—¿Y tú para qué lo quieres?

Jungkook miró a Taehyung con ternura, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y determinación.

—Para cuidarlo... —respondió suavemente—. Y para amarlo el resto de mi vida.

Yoongi observó a Jungkook por un momento, viendo la sinceridad en sus ojos. Suspiró y asintió lentamente.

—Entonces, más vale que estés preparado para todo lo que venga. Porque no será fácil.

—Lo sé —dijo Jungkook, sin apartar la mirada de Taehyung, quien seguía disfrutando su comida con una inocente alegría. En ese momento, Jungkook sintió una profunda convicción: haría cualquier cosa para proteger y amar a Taehyung, sin importar las consecuencias.

Al terminar de comer, Taehyung se reclinó hacia atrás, apoyando su espalda en el sofá y cerrando suavemente los ojos. Andrea, por su parte, seguía disfrutando de sus últimas papas fritas con una sonrisa de satisfacción.

—Creo que tu doncel tiene sueño —comentó Yoongi a Jungkook, quien giró rápidamente para ver a Taehyung.

Jungkook se acercó a él y se puso a su altura.

—Bonito, ven que te acompaño a la cama —susurró. Taehyung le dio una sonrisa cálida y se levantó con la ayuda del azabache.

Entraron juntos a la habitación de Yoongi. Taehyung se detuvo un momento, sus ojos brillando con un toque de vulnerabilidad.

—¿Te quedas conmigo? —preguntó en voz baja.

—Me quedaré siempre a tu lado —respondió Jungkook, pasando su mano por la cintura del doncel. Se acostaron en la cama, quedando uno frente al otro, sus miradas entrelazadas en un silencioso entendimiento. El pequeño Yeontan saltó a la cama y se recostó a los pies de ambos, como si también sintiera la paz de ese momento.

Taehyung suspiró, sus ojos llenos de un amor puro y tranquilo mientras se cerraban lentamente por el cansancio.

—Mañana voy a intentar escaparme —susurró con una tierna sonrisa.

Jungkook frunció el ceño, acercándose más al doncel, sus labios a escasos centímetros de los de Taehyung.

—¿Por qué? —preguntó, su voz un susurro íntimo.

—Para que cuando me rescates me vuelvas a besar —murmuró Taehyung, sus palabras cargadas de una dulce inocencia.

Jungkook sonrió suavemente, corriendo un mechón de cabello que caía sobre el rostro del doncel. Su mano acarició la mejilla de Taehyung con ternura, dejando una sensación de calidez a su paso.

—No necesitas escaparte para que te bese —susurró, su voz impregnada de una promesa silenciosa.

El corazón de Taehyung se aceleró con esas palabras, sintiendo una mezcla de seguridad y anhelo.

Jungkook no pudo contener más su deseo. Con movimientos delicados, se inclinó hacia Taehyung, sus labios rozando los del doncel con suavidad al principio, como una caricia fugaz.

Lentamente, Jungkook aprisionó por completo los labios del doncel en un beso apasionado, saboreando cada parte de aquellos labios carnosos, mientras su mano descendía hacia la cintura de Taehyung, deslizándose bajo la tela de su ropa con determinación.

Taehyung, rendido al deseo, envolvió una de sus piernas alrededor de las de Jungkook, quien respondió atrayéndolo con firmeza hacia su cuerpo. Las manos del doncel se deslizaron hacia el cuello del vampiro, mientras sus lenguas entrelazadas bailaban al compás de una melodía ardiente y seductora.

Rápidamente, la dulzura dio paso a una chispa de pasión que se volvía una llama incontrolable, y el beso se volvió más intenso. Jungkook acariciaba con pasión la piel de Taehyung como queriendo grabarla en sus manos, sus dedos explorando cada centímetro con avidez, sintiendo la calidez y suavidad de su piel bajo sus yemas. El doncel respondía con la misma entrega, sus manos aferrándose suavemente a los hombros del vampiro, buscando mantenerse cerca, como si temiera que aquel momento fugaz se desvaneciera entre sus dedos.

El doncel dio un gemido en los labios del vampiro, haciendo que los ojos de Jungkook se volvieran rojos.

—Mio, solo mio... —susurró Jungkook, su voz cargada de posesión y deseo, perdiendo una vez más el control en su cuerpo mientras se dejaba llevar por la pasión y la lujuria que ardía entre ellos.


🌸 Hola Dulces obsesionadas por el Taekook/KookV.

🌸Espero que el capítulo les haya gustado 🥰.

🌸 Los quiero mucho.

🌸 Nikki 🌸

💜💚💜

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