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🌸 Capítulo 06.

🌸 Capítulo 06.


—Tienes tres horas. Si no vuelves, voy a escaparme —lo amenazó Taehyung, con determinación en sus ojos.

—¿Qué? —preguntó Jungkook, esbozando una sonrisa.

—Lo que escuchaste, tienes tres horas. Y si no regresas, me escaparé.

Jungkook soltó una risa suave. —Tenemos un trato —respondió, apretando suavemente la mano del doncel antes de ayudarlo a subir al vehículo.

Los sentimientos de miedo y determinación se entremezclaban en el aire mientras el vehículo arrancaba. La misión de proteger a Taehyung y mantenerlo a salvo se había vuelto aún más urgente y personal para Jungkook.

🌸🌸🌸

Taehyung, junto a Jungkook y Andrea, viajaban en la parte de atrás del vehículo. Andrea abrazaba con fuerza una sartén que había agarrado antes de subir al auto, sus nudillos blancos del agarre. Jimin iba de acompañante y el chófer seguía las indicaciones del líder de los Jeon con atención. Los cinco se dirigían a una de las discotecas nocturnas de los Jeon, el ambiente era tenso y cargado de preocupación.

Jungkook, con una expresión decidida, tomó su móvil y marcó a una de sus empleadas.

—Hola, señor Jeon —contestó la mujer, suspirando enamorada al escuchar su voz.

—Lorena, dile a Angi que deje el camarín, que lo voy a necesitar. Que por esta noche use otro —ordenó sin rodeos, mientras pasaba su dedo índice por la palma de la mano del doncel, buscando tranquilizarlo.

—Sí, señor. De inmediato sacaré a Angi de su camarín. —Jeon cortó la llamada, volviendo su atención a Taehyung.

Luego le envió órdenes a su padre a través de su móvil, asegurándose de que los empleados limpiaran la mansión y eliminaran cualquier rastro que Taehyung pudiera haber dejado. Su mente trabajaba frenéticamente para asegurarse de que nada pudiera delatar su escondite.

—Jungkook —llamó por lo bajo el doncel, su voz temblando—. ¿Los Jung son los que me están buscando?

—No son los Jung, bonito. Prometo explicarte todo cuando esto acabe. Luego volverás a la mansión —respondió, apretando con suavidad la mano de Taehyung para darle seguridad.

—¿Cuántas personas me buscan y por qué a mí? —Taehyung abultó sus gruesos labios, su mirada llena de incertidumbre.

—Son muchas al parecer, y porque tú... —Jeon lo tomó suavemente del mentón, obligándolo a mirarlo a los ojos—. Simplemente porque creen que eres diferente.

—¿Diferente? —preguntó Taehyung en un sutil susurro, sus ojos llenos de preguntas.

—¿Cómo diferente? —preguntó Jimin, mirándolos por encima del hombro, su curiosidad evidente.

—Aún no entiendo exactamente por qué todos creen que eres diferente, pero pronto voy a averiguarlo — le respondió a Taehyung, ignorando a Jimin. Jungkook se inclinó un poco más cerca, susurrando—: Para mí, eres especial.

Las mejillas del doncel se tornaron rojas, apartando despacio su mirada. Sus ojos brillaban con intensidad. Jungkook alzó una mano y acarició suavemente la mejilla de Taehyung, haciendo que el doncel cerrara los ojos por un instante, disfrutando del contacto.

—¡Oh! Gracias por ignorarme, hermanito —resopló Jimin, molestó. Luego miró a Andrea—. ¿Por qué llevas una sartén a un club nocturno, acaso vas a cocinar? —preguntó levantando una ceja.

Andrea negó firmemente con la cabeza. —Es para proteger a Tae.

—¿Con una sartén? —Andrea asintió con una sonrisa—. De acuerdo, pequeña Rapunzel, como tú digas.

—¿Dudas del poder de mi sartén? Si quieres, puedo probarla en tu cabeza —dijo Andrea, su tono serio a pesar de la sonrisa.

—No, definitivamente no dudo del poder de tu sartén —dijo Jimin con una sonrisa, y volvió su mirada hacia el frente, mientras el vehículo avanzaba por las calles oscuras.

Jungkook no le prestaba atención a nada ni a nadie; toda su atención estaba puesta en Taehyung. Tomaba su mano con más firmeza a cada segundo. Sabía que estaban a pocos minutos de llegar, y aunque el líder de los Jeon se veía tranquilo por fuera, por dentro sentía una tormenta. Debía dejar en manos de otro el cuidado de su hermoso doncel, y no le agradaba ni un poco.

El vehículo frenó frente al club y Jungkook ayudó a Taehyung a bajar. —Mantente cerca de mí —dijo, mirando profundamente en los ojos del doncel antes de besar el dorso de su mano con delicadeza.

Taehyung asintió, sintiendo un cálido escalofrío recorrer su cuerpo por el contacto.

Mientras entraban al club, la mano de Taehyung nunca se soltó de la de Jungkook, y cada paso que daban parecía afianzar más la conexión entre ellos. En el interior, las luces y la música eran ensordecedoras, pero para Taehyung y Jungkook, parecía que solo existían ellos dos en ese momento.

Una de las empleadas se acercó a Jungkook con una gran sonrisa.

—Señor Jeon, bienvenido. —De pronto su ceño se frunció al ver a Jungkook tomado de la mano con alguien más.

—Hola, Lorena. ¿Angi ya dejó el camarín? —preguntó Jungkook, mirando cuidadosamente el lugar para confirmar que no hubiera nadie sospechoso.

Lorena, la encargada de los bailarines de la discoteca, era una mujer bajita pero de carácter fuerte, con cabellos negros y ojos café. Su semblante se volvió serio al ver a Taehyung y miró con disgusto al doncel.

—¿Quién es él? —preguntó, frunciendo el ceño—. ¿Acaso es un nuevo bailarín?

—No es un bailarín. Solo asegúrate de que nadie se acerque al camarín de Jimin y Angi. Ellos se quedarán allí por unas horas —le explicó Jungkook, señalando a Taehyung, Andrea y Jimin antes de seguir su camino.

La mujer se cruzó de brazos y bufó molesta mientras los veía alejarse.

Entraron al camarín, donde había dos camas de una plaza, un gran reloj, un tocador lleno de maquillajes y algunas perchas con delicados y pequeños trajes sexys. Jimin cerró la puerta una vez que todos estuvieron adentro.

Jungkook se giró hacia Taehyung, su expresión suave y protectora.

—Este es un lugar seguro. Lorena cuidará que nadie se acerque. —Acarició la mejilla de Taehyung con ternura—. Te prometo que estarás bien aquí.

Taehyung asintió, aunque sus ojos todavía mostraban un rastro de preocupación. Andrea se acercó a él y lo abrazó suavemente, tratando de ofrecerle consuelo.

El semblante de Jungkook cambió, y alejó a Andrea sin remordimientos ni sutileza.

—Andrea, cuídalo, pero sin abrazos —dijo tranquilo, pero con un tono que claramente sonaba a una advertencia. La mujer asintió.

—¿Estás seguro de que Jimin no va a morderme? Este lugar está lleno de vampiros —preguntó Taehyung, mirando desconfiado al pelirosa que lo observaba sentado en una silla con una sonrisa.

—No tengo permitido morder, solo los líderes nos autorizan —le explicó Jimin con calma.

—Así es, bonito, nadie va a morderte. —"Si alguien te toca, voy a matarlo con mis propias manos," pensó Jeon. Luego, se dirigió a Andrea—. Si alguien entra, golpéalo con tu sartén.

La mujer asintió con determinación.

—Y tú, Jimin, cierra la puerta por dentro y guarda la llave. Solo a mí me abrirás —ordenó Jungkook con firmeza.

—Entendido, jefe —respondió Jimin en tono de broma, llevando su mano a su frente en un gesto de saludo.

—Gracias, Jungkook —murmuró Taehyung, apretando la mano de Jungkook una vez más antes de que él se dispusiera a salir.

—Regresaré pronto, lo prometo —dijo Jungkook, pasando una última vez su mano por la cálida mejilla del doncel, su voz cargada de emoción. Luego, se dirigió hacia la puerta, listo para enfrentarse a lo que viniera, pero con la determinación de proteger a Taehyung a toda costa. Antes de salir, le dedicó una última mirada llena de afecto, como si quisiera grabar en su mente cada detalle del rostro del doncel antes de enfrentarse al peligro.

Jungkook salió del camarín y escuchó el sonido de la llave al girar del otro lado, lo que le hizo suspirar con pesadez.

—¿Qué sucede, señor Jeon? ¿Por qué trajo a ese joven? —preguntó curiosa Lorena, sacándolo de sus pensamientos.

—Eso no te importa. Solo vigila que nadie se acerque aquí —le ordenó, antes de abandonar el lugar.

—¿Quién es el nuevo? —preguntó llegando por detrás Angi, una de las bailarinas encargadas de encontrar a las víctimas adecuadas.

—No seas chismosa, Angi. Ve a prepararte para tu show —respondió Lorena, tratando de mantener la calma.

—No me gusta el camarín de DoSan, huele horrible —se quejó la bailarina, cruzándose de brazos en actitud desafiante.

—Escucha bien, pequeña quejona. El señor Jeon ordenó que dejes tu camarín, así que deja de quejarte y ve a prepararte —replicó Lorena con firmeza.

La mujer sacudió su cabello en forma coqueta. —De acuerdo, pero como recompensa, quiero un show extra —exigió, con una sonrisa de satisfacción dibujada en su rostro.

—Hecho. Ahora sal de aquí —respondió Lorena, deseando terminar la conversación lo antes posible. Angi se retiró con una sonrisa, complacida por haber obtenido lo que quería.

🌸

En el camino de regreso a su mansión, Jungkook llamó a Min con urgencia en su voz.

— Jungkook, ¿cómo va todo? —preguntó, con la mirada fija en la carretera mientras acariciaba al cachorro que descansaba plácidamente en sus piernas.

—Por ahora todo tranquilo.

—¿Qué necesitas? —respondió Min, preocupado por la tensión en la voz de Jungkook.

—Lleva al cachorro a tu casa y espera mi llamada. Necesito asegurarme de que esté a salvo —ordenó Jungkook, con determinación.

—Entendido. Los Kim no tardarán en llegar. ¿Y Taehyung? —preguntó Yoongi, esperando una respuesta tranquilizadora.

—Lo llevé a la discoteca Eclipse. Creo que es el lugar más seguro por ahora —explicó Jungkook, confiando en su decisión.

—Es arriesgado, pero confío en ti. Nos vemos en unas horas —respondió Yoongi antes de cortar la llamada.

🌸

Mientras tanto, los Kim iban camino a lo de los Jeon. JaeWook estaba absorto en sus pensamientos, tratando de entender cómo su hijo había logrado escapar de la mansión de los Jung. Consideraba la posibilidad de que los Jeon tuvieran alguna conexión con la fuga de Taehyung y estaba decidido a descubrir la verdad.

Namjoon, por otro lado, estaba al borde de la explosión. La idea de perder a su futuro esposo lo llenaba de frustración y desesperación. No quería ni pensar en la posibilidad de tener que buscar otro futuro esposo o esposa para asegurar la continuidad de su linaje. Solo deseaba encontrar a Taehyung, para volver a estar junto a su amado Jin lo antes posible.

En la mansión de los Kim, Jin yacía recostado en la cama, sumido en una mezcla de preocupación y desánimo. Los tacones de Mey resonaban en las escaleras, rompiendo el silencio que inundaba la habitación.

—Vamos, mi Jin bello, ¿otra vez deprimido por el bruto de Nam? —inquirió Mey con tono comprensivo mientras se acercaba a su lado.

—No es solo eso, Mey. No sabes cuánto deseo darle un heredero a mi amado, pero no puedo. Somos vampiros, y estoy tan secos como el desierto de Sáhara —suspiró Jin, dejando escapar un peso que llevaba en el corazón.

Mey se sentó a su lado, tomando su mano con ternura. —Mi Jin amado, no digas eso. No estás seco, simplemente ya no eres un doncel. Deberías estar feliz, Nam prefirió tenerte a su lado el resto de su vida que perderte por un hijo.

—¿Y si se enamora de su hermano? —inquirió Jin con los ojos llenos de lágrimas, expresando sus temores más profundos.

—Eso no va a pasar. Él tiene ojos solo para ti, su hermano es solo un simple trámite —aseguró Mey, tratando de infundirle esperanza.

—¡Ay, Mey! Eso suena horrible —exclamó Jin, dejándose caer al borde de la cama, aferrándose a la mano de su amiga como si fuera su única fuente de consuelo.

—Es la verdad —dijo Mey, levantando sus hombros en un gesto de resignación.

—Y si, peor aún, su hermano no aparece, y debe acostarse con humanos una y otra vez hasta que al fin tenga al niño —musitó Jin, dejando que sus preocupaciones se desbordaran.

—Jin, las reglas se hicieron para romperse. Y si Nam realmente no desea estar con nadie más, debería hacerlo —razonó Mey, tratando de ofrecerle una perspectiva optimista.

—No es tan fácil, malditas tradiciones —bufó Jin, reflejando su frustración y descontento.

—Sí lo es, mira —dijo Mey, poniéndose de pie con determinación y apoyando las manos en su cintura. —Solo debe decir: Escuchen, pedazos de babosos, no quiero un pinche mocoso. Voy a casarme con el vampiro más hermoso de esta tierra, así que coman moco —exclamó con una mezcla de humor y resolución, desatando una oleada de risas entre ambos.

🌸

Taehyung seguía mirando la puerta por donde se había ido Jungkook.

—Nadie va a entrar, deberías descansar —aconsejó Jimin, tratando de calmar al doncel.

El rubio se sentó al borde de la cama mientras examinaba las vendas en su mano. De repente, levantó la vista y observó el reloj que marcaba las once y veinte de la noche.

—¿Cómo te llamas y de dónde vienes? —preguntó Jimin, intentando entender la situación.

Taehyung levantó su rostro para mirar a Jimin. —Me llamo Kim Taehyung, y soy de un pequeño pueblo al sur —respondió, aún algo desconfiado.

—Mmm, a ver si entendí, ¿eres del Clan de los Kim? —indagó Jimin.

—¿Por qué todos preguntan eso? No, al menos no que yo sepa —respondió Taehyung, confundido por la insistencia en esa pregunta.

—Yo creo que sí lo eres, por algo Jungkook te ocultó aquí —reflexionó Jimin, acercándose al rubio—. Es más, creo que ellos te están buscando —añadió, analizando la situación.
—¿A caso eres el famoso heredero oculto? —inquirió Jimin, con cierta intriga.

—No sé de qué hablas, ¿heredero de qué? —respondió Taehyung, perplejo ante la idea.

Jimin hizo un movimiento brusco acercándose al doncel, lo que provocó que Taehyung se asustara y tomara la almohada de inmediato para defenderse, golpeándolo involuntariamente en el rostro.

—¡Ay! ¿Por qué me golpeas otra vez? —se quejó Jimin, pasando su mano por su rostro adolorido.

—No conoces el concepto de espacio personal, no me gusta que te acerques tanto —advirtió Taehyung, sosteniendo la almohada en alto, preparado para otro posible ataque.

—Okey, comprendo, nada de acercamientos bruscos —asintió Jimin, recostándose en una de las paredes y mirando fijamente a Taehyung, quien seguía protegiéndose con la almohada.

—Ni suaves, nada de acercamientos y punto —reiteró Taehyung, firme en su postura.

—Entendido —concedió Jimin, captando el mensaje.

—¿Por qué Jungkook se detuvo? —preguntó Jimin al aire, desconcertado por la situación.

—No sé de qué hablas —respondió Taehyung, sintiendo la curiosidad del pelirosa.

—Con tu herida. Al parecer, tu sangre lo atrae demasiado, y aún así se detuvo —explicó Jimin, tratando de desentrañar el misterio.

Taehyung encogió los hombros, intrigado por la revelación.

—Voy a contarte un pequeño secreto —anunció Jimin.

El doncel levantó su vista para prestar atención a lo que iba a decir Jimin, intrigado por el relato que estaba por escuchar.

—Existe una leyenda muy antigua —comenzó Jimin, su voz envuelta en misterio y melancolía—. Cuenta la leyenda que el sol y la luna se enamoraron, una pasión prohibida que desató el caos en el mundo. Decidieron unirse, pero su amor desequilibró el equilibrio natural, sumiendo la mitad de la tierra en una oscuridad eterna y la otra mitad en un brillo perpetuo.

El doncel asintió, absorbiendo cada palabra con atención.

—Los humanos que vivían en la noche se vieron transformados por la penumbra en seres de la noche, vampiros sedientos de sangre. Mientras que aquellos que permanecían bajo la luz del día, se consumían lentamente por la falta de descanso y la desesperación. Entonces, en un acto de sacrificio y dolor, el sol y la luna decidieron separarse, renunciando a su amor para restaurar la armonía en el mundo.

—¿Me estás contando cómo nacieron los vampiros? —preguntó Taehyung, cautivado por la narración.

—No, déjame continuar —respondió Jimin, capturando la atención del doncel. Este asintió con curiosidad y se inclinó hacia adelante, anhelante por conocer más detalles—. La luna, consumida por la culpa, fracturó su alma y la envió a la tierra, otorgando una parte de sí misma a ciertos humanos. Los vampiros, al encontrarse con estos seres imbuidos del poder lunar, se veían irremediablemente atraídos por su esencia.

Andrea suspiró con admiración, fascinada por la historia que se desarrollaba frente a ella.

Jimin continuó con voz suave y envolvente: —Pero el sol también llevaba el peso de la culpa en su corazón. Entonces, en un acto de redención, hicieron una promesa: cada cierto tiempo, se encontrarían en el firmamento. En ese momento, la luna fracturaría su alma delante del sol, enviando sus fragmentos a la tierra para proteger a los humanos de los vampiros con el poder de su amor. A su vez, el sol fracturaría su alma para entrar en los vampiros, permitiéndoles ver la luz del día y sentir el calor humano, restaurando así el equilibrio que su amor había roto.

El corazón del doncel palpitaba con suavidad, como una melodía ansiosa, mientras sus oídos capturaban cada palabra del relato, como si fueran las notas de una canción que le susurraba secretos al alma.

—En cada eclipse —prosiguió Jimin, su voz impregnada de un misterio sagrado—, nace un vampiro puro, una criatura de la noche destinada a vagar entre las sombras, y un humano bendecido con una fracción del alma de la luna, una chispa divina que lo conecta con el cosmos y lo eleva por encima de los mortales. Dice la leyenda que estos seres suelen ser únicos, hermosos y destinados, unidos por el amor eterno de la luna y el sol.

Un silencio reverencial envolvió la habitación, como si el peso de los siglos descendiera sobre ellos, cargado de secretos antiguos y verdades ocultas. Cada palabra de la leyenda resonaba en el aire, tejiendo un tapiz de magia y romance que envolvía a los presentes.

Taehyung apartó su mirada, como si temiera desvelar los secretos que yacían ocultos en lo más profundo de su ser. Sus ojos, oscuros como la noche, reflejaban el brillo de las estrellas, guardando un secreto ancestral que esperaba ser revelado en la penumbra de la noche eterna.

Cada palabra de Jimin resonaba en la cabeza del doncel, tejiendo un eco persistente de misterio y maravilla.

—No entiendo. ¿Qué tengo que ver yo con tu historia? —preguntó Taehyung, su voz teñida de confusión y escepticismo.

—Fácil, tú tienes una parte del alma de la luna —explicó Jimin con una sonrisa tranquila, como si fuera la verdad más simple del mundo.

Taehyung soltó una risa nasal, llena de incredulidad.

—No lo creo. Lo único diferente en mí es que soy un doncel. ¿Por qué el alma de la luna entraría en alguien tan... simple?

—¿Simple? —Andrea levantó la voz en un tono de indignación—. ¿Acaso te has visto al espejo? Tae, eres hermoso. Tu sonrisa irradia luz, y tus ojos brillan con una intensidad única. Definitivamente, tienes la chispa de la luna.

—Lo único definitivo es que ustedes dos están locos —bromeó Taehyung, volviendo a mirar la hora—. Mejor vamos a descansar un poco.

Se acostó, abrazando la almohada. En silencio, con los ojos cerrados, comenzó a analizar aquella leyenda, sus pensamientos enredándose con la idea de ser parte de un amor cósmico y eterno.

🌸

En la mansión de los Jeon

Jungkook revisaba todo meticulosamente. No quería que lo descubrieran por nada del mundo, y si llegaba a pasar, estaba dispuesto a enfrentarse a los Kim y a los Jung. Todo por un doncel.

Mientras revisaba, sus pensamientos se llenaban de imágenes de Taehyung, su mirada profunda y su sonrisa que iluminaba su mundo. No iba a permitir que nadie lo alejara de su lado. Por más que los Kim fueran el clan más grande, su anhelo de estar junto al doncel era tan intenso que no le importaba nada.

—Señor Jeon, los Kim están a pocos metros —le informó uno de los empleados.

Jungkook asintió, respiró profundo y caminó hacia los sofás. Se acomodó y trató de verse lo más natural posible, aunque su corazón latía con fuerza, motivado por el deseo de proteger a Taehyung a toda costa.

Pocos minutos después, el timbre de la entrada sonó. Jungkook inhaló profundamente una última vez y esbozó una sonrisa natural. Los empleados hicieron pasar a los Kim, y los Jeon los recibieron con cortesía. Luego, los invitaron a la sala y todos se acomodaron en los lujosos sofás.

—Bienvenidos, es un gusto volver a verlos —dijo Jungkook, recostándose con aparente relajación.

—Muchas gracias. Espero que sepan disculparnos por esta visita tan apresurada —dijo JaeWook, con un leve temblor en la voz.

—No hay ningún problema —respondió Jungkook, haciendo una señal con la mano a un empleado. Este se acercó con una bandeja de copas de sangre, y los invitados tomaron una copa cada uno. Jungkook giró su copa lentamente, observando cómo la sangre se movía en espirales dentro del cristal.

—Iré al punto, Jeon. Alguien secuestró a mi hijo y mató a su madre —dijo JaeWook, su voz quebrándose ligeramente. Jungkook entrecerró los ojos como si no comprendiera de qué hablaba.
—Y no los estoy acusando. Sé que tú, Jungkook, eres una persona que evita los problemas —añadió JaeWook.

—Pero algo lo trajo aquí. Si tiene alguna duda sobre mí, puede revisar la mansión —respondió Jungkook sin dudarlo, cruzando una pierna sobre la otra con una serenidad desconcertante.

Kim levantó su mano, pero se arrepintió de inmediato. —No revisen nada —les ordenó a sus empleados, bajando su mano con un suspiro.

—Señor Kim, si desea puede hacerlo. Sabe muy bien que odio los conflictos, y el que nada debe, nada teme —le dijo Jungkook, mirándolo directamente a los ojos con una calma que parecía inquebrantable.

—Lo sé, Jeon. Es muy amable de tu parte, pero prefiero creer en tu palabra. —La actitud tranquila de Jungkook hacía que Kim no sospechara de él. —La realidad es que creo que los Jung secuestraron a mi hijo, pero que él se escapó —Jungkook y su padre prestaban atención a cada palabra, asintiendo ligeramente. —También creo que alguien lo ayudó a escapar.

Jungkook ni se movió; no mostraba ni el más mínimo rastro de nervios. —¿Por qué cree eso? —preguntó, arqueando una ceja con curiosidad.

Namjoon decidió responder, inclinándose hacia adelante con un destello de ira en sus ojos. —Porque aquel lugar parece la cárcel de Alcatraz. Un simple humano no podría escapar solo.

"Simple, Tae, tú eres el simple idiota", pensó Jungkook mientras lo miraba con una leve sonrisa.

—Jungkook, tú fuiste a la presentación del esposo de Hoseok. ¿Podrías decirme cómo era? —insistió JaeWook, su tono más implorante.

—Sí, fui para no ser descortés. La realidad es que me aburren sus presentaciones; ya perdí la cuenta de cuántas veces se casó —respondió Jungkook, levantando ligeramente los hombros. Todos asintieron con una sonrisa. —No presté mucha atención, pero le diré lo que recuerdo. El joven era rubio... —fingió intentar recordar, mientras por su memoria pasaba el rostro de Taehyung. —Delgado, y no recuerdo mucho más. Lo siento.

Kim sacó su móvil y se acercó a Jungkook, mostrándole una foto. —Voy a mostrarte una foto. ¿Podrías decirme si era él?

—Voy a intentarlo —respondió Jungkook, inclinándose ligeramente hacia adelante para mirar la pantalla. Kim se acercó con su móvil. —Mmm, no sé, no estoy seguro. Es que yo me retiré antes por un problema en uno de mis clubes nocturnos —dijo, devolviendo el móvil con una expresión de disculpa.

—Si llegas a verlo, te pido por favor, Jungkook, que nos avises. Él es mi futuro esposo y quien me dará un heredero —explicó Namjoon, su tono lleno de frustración.

Jungkook levantó su rostro, mirando a JaeWook. Quería gritarle e insultarlo porque querían obligar a Taehyung a casarse y tener un hijo, pero solo observó los ojos de Kim en silencio por unos instantes, tomando un sorbo de su copa para calmarse.

—No se preocupen. Si llego a saber algo de él, les informaré de inmediato —dijo, mirando la foto del doncel en el móvil de Kim una última vez. Rápidamente miró la hora y comenzó a sentirse algo inquieto. "Las dos de la mañana", pensó, notando un ligero temblor en su mano que rápidamente controló.

Los Kim parecían muy cómodos en la mansión de los Jeon. En el ambiente no se sentía la más mínima tensión, como si se tratara de una simple reunión social. Jungkook había logrado engañar a los Kim, pero ahora tenía otro problema: su travieso doncel, que lo había amenazado con escaparse.

Jungkook intentaba mantener la calma, pero su mente volvía constantemente a Taehyung. Sabía que Jimin había cerrado la puerta con llave y que Andrea no lo dejaría salir del camarín. "¿O sí?", pensó, con una leve preocupación que le hacía tamborilear los dedos sobre la copa.

El tiempo pasaba lentamente. Jungkook intentaba concentrarse en la conversación con los Kim, pero su mente estaba dividida. Sonrió y asintió en los momentos adecuados, aunque internamente contaba los minutos.

Varios minutos después, miró su móvil. Este marcaba las dos y veinte. Su preocupación aumentó. "¿Estará Taehyung bien? ¿Seguirá allí?", se preguntaba mientras intentaba no mostrar ningún signo de nerviosismo. Cada segundo que pasaba parecía alargarse, y Jungkook deseaba poder terminar con aquella reunión para asegurarse de que su doncel estaba a salvo.

🌸

Taehyung se giró lentamente, sus ojos se posaron en el reloj. Eran las dos y veinte. Observó a Jimin, quien se había dormido en la silla, dejando la llave descansar sobre su pierna. Luego miró a Andrea, abrazada a la sartén, emitiendo pequeños ronquidos que parecían susurros de un sueño profundo.

Con movimientos cuidadosos, Taehyung se sentó al borde de la cama y se puso de pie suavemente. Con la agilidad de un felino, tomó las llaves de la pierna de Jimin. Luego, con extremo cuidado, le quitó la sartén a Andrea, quien soltó un leve quejido, sumergida en algún sueño lejano.

Colocó la llave en la puerta y, con mucho sigilo, la giró. Abrió la puerta con delicadeza y asomó su rostro. Nadie vigilaba del otro lado.

Comenzó a caminar entre la multitud, el ritmo de la música era fuerte, envolvente. Las luces cambiaban de color a cada instante, creando un caleidoscopio de sombras y brillos. El lugar parecía tener varias pistas de baile diferentes, cada una vibrando con una energía única. Taehyung se movía con destreza, su corazón latiendo al compás de la música, mientras intentaba mantenerse invisible en medio del bullicio.

Una de las bailarinas en particular llamó su atención. La mujer bailaba sensualmente entre los asientos de los clientes, sus movimientos hipnóticos atrayendo todas las miradas. Taehyung se quedó inmóvil observándola, aferrándose a la sartén como si fuera su única ancla en aquel mar de luces y sonidos.

—¿Tú eres el nuevo? —le preguntó un joven, haciendo que el doncel diera un pequeño salto del susto.

—¿Qué? —preguntó confundido y asustado.

—Sí, debes ser tú —afirmó el joven, tomándolo del brazo y llevándolo a unos pasillos donde la música se sentía más baja. —Ahora entiendo por qué te dejaron para el final, eres muy hermoso, aunque no pareces un vampiro —dijo el joven, observándolo con detenimiento.

Taehyung se soltó del agarre, deteniendo sus pasos. —¿De qué hablas?

—¿Tú eres el nuevo bailarín?

Una gran sonrisa apareció en los labios del rubio. —Sí —susurró, abrazando su mentira con entusiasmo.

—¿Y tu ropa, dónde está? —preguntó el joven, mirándolo de arriba a abajo.

—Ni idea —respondió Taehyung, disfrutando de la confusión.

—Lorena se va a enojar si no estás listo para tu show, así que seré buen compañero y te prestaré algo de mi ropa.

—Gracias —respondió con entusiasmo.

Una vez dentro del camerino, Taehyung no pudo evitar preguntar: —¿Quién era la mujer que bailaba tan bien?

—Ella es Angi, una de las favoritas del señor Jeon.

Taehyung se cruzó de brazos, con notable fastidio preguntó: —¿De Jungkook?

—No, no, el señor Jungkook no tiene favoritos —respondió el joven sin mirarlo, mientras buscaba alguna prenda entre las perchas. —Jimin y Angi son los favoritos del señor JiHo, el padre del señor Jungkook —dijo, entregándole una prenda.

—Aaah —dijo Taehyung, más tranquilo al tomar la prenda.

El joven tomó la sartén que Taehyung había apoyado en la cama y la observó con una ceja levantada.

—¿La sartén es parte de tu outfit? —preguntó en tono de broma, esbozando una sonrisa.

Taehyung sonrió tímidamente, sus mejillas sonrojándose levemente.

El vampiro notó que Taehyung no se vestía y frunció el ceño con comprensión. —Creo que aún no te sientes cómodo para cambiarte frente a mí, así que te dejo solo. Si la ropa no te queda, elige algo tú —dijo señalando el perchero lleno de prendas variadas. —No tardes mucho. Te espero aquí afuera.

—De acuerdo, gracias de nuevo —respondió Taehyung, sonriendo con amabilidad.

El joven vampiro le devolvió la sonrisa y se dirigió a la puerta. Taehyung lo observó salir, escuchando el leve clic cuando la puerta se cerró detrás de él. Soltó un suspiro de alivio y comenzó a examinar la prenda que le habían dado, sintiendo la suave tela entre sus dedos.

🌸

En la mansión de los Jeon, Jungkook volvió a mirar su móvil, eran las dos y media. Un sentimiento de urgencia se agitaba en su pecho.

— Disculpen mi falta de respeto, pero debo ir a arreglar un asunto en uno de mis clubes —dijo, esbozando una sonrisa tranquila, aunque por dentro sentía que iba a explotar si no se aseguraba de que Taehyung seguía en aquel camerino—. Si desean, me pueden acompañar.

—¡Ah! No, gracias, nosotros debemos volver a nuestro territorio. Realmente estábamos tan a gusto que no noté lo tarde que era —respondió JaeWook, levantándose de su asiento.

—Permiso —Jungkook hizo una reverencia cortés—. Espero verlos pronto y con mejores noticias.

Jungkook salió con una calma aparente. Sabía que los Kim no aceptarían su invitación; ellos preferían alimentarse en su propio territorio y eran demasiado correctos para frecuentar un club nocturno.

Apresuró sus pasos hacia la salida. El chófer lo esperaba en el vehículo y, al verlo, encendió el motor. Apenas Jungkook se subió, el chófer aceleró.

Varios minutos después, los Kim también se marcharon de la mansión Jeon sin ninguna sospecha. Toda su ira estaba enfocada en los Jung, convencidos de que ellos eran los culpables.

Sin embargo, Hoseok, por otro lado, había dirigido su furia hacia los Jeon, sospechando que ellos se habían llevado a Taehyung.

Pero eso es una historia que se desarrollará más adelante...

🌸

Jungkook observaba por la ventanilla con la mirada perdida, sus nervios eran un hervidero que amenazaban con enloquecerlo. No había cumplido su palabra, y eso era lo que más le molestaba. De pronto, el vehículo se detuvo bruscamente.

—¿Qué sucede? ¿Por qué te detienes? —preguntó con irritación creciente.

— Lo siento, señor, parece que hubo un accidente y el tránsito está cortado —explicó el chófer, con una nota de nerviosismo en su voz.

—Retrocede de inmediato —ordenó Jungkook, pero un policía les hizo señas para que no se movieran.

— Mierda —murmuró con frustración, desabrochándose el cinturón de seguridad de un tirón—. Cuando salgas de aquí, ve directamente al club —le indicó antes de salir del vehículo.

Comenzó a correr bajo la pálida luz de la luna, sus pasos resonaban en el pavimento. Su corazón palpitaba con una fuerza casi dolorosa en su pecho. Necesitaba verlo, asegurarse de que Taehyung estaba bien. Cada sombra y cada sonido parecían alargarse interminablemente, reflejando su urgencia y su miedo.

Jungkook entró al club, abriéndose paso entre la multitud sin preocuparse por los cuerpos que chocaba a su paso. Su mente estaba fija en ese camarín. Llegó frente a la puerta, respiró profundamente en un intento de calmarse, y apoyó su mano en el picaporte, girándolo con suavidad. Apenas la puerta se abrió, comenzó a respirar agitadamente, sintiendo que todos sus miedos lo golpeaban de golpe. Abrió la puerta de golpe y encontró a sus empleados dormidos, pero el doncel, su doncel, no estaba.

—¡Jimin! ¡Andrea! —gritó furioso, su voz resonando con eco en el pequeño espacio.

Ambos despertaron sobresaltados, sin entender lo que sucedía. Jimin bostezó y se estiró, todavía somnoliento.

—¿Qué pasa? ¿Por qué gritas? —preguntó, tratando de enfocar su visión.

—¿Y mi sartén? —murmuró Andrea, aún medio dormida, palpando alrededor de ella.

—Idiotas, tenían una sola tarea, cuidar a Tae. ¿Dónde está él? —exigió, sus ojos rojos de ira y preocupación.

Ambos giraron rápidamente sus rostros hacia la cama donde debería estar Taehyung, encontrándola vacía.

—¡Jimin! —se quejó Andrea, su voz llena de desesperación.

—Voy a matarlos. —gritó Jungkook, su furia palpable—. ¡Ya! Busquen a Tae y rueguen que se encuentre bien, o no pasarán de esta noche. —Los amenazó con voz gélida.

Jimin y Andrea se levantaron rápidamente y salieron del camarín, sus corazones latiendo con miedo.

Jungkook se dirigió al guardia de la puerta, su mirada ardiente de determinación.

—¿Has visto a un joven rubio, de gran sonrisa y ojos color café, salir del club? —preguntó, su voz cortante.

El guardia negó con la cabeza.—Nadie con esas características ha salido, señor.

—Entonces debe seguir aquí adentro. —dijo al aire, tratando de calmarse.

Lorena, sin notar el alboroto, se acercó coquetamente al azabache. —Señor Jeon, qué gusto verlo de nuevo. —Intentó apoyar su mano en su pecho, pero Jungkook la tomó de la muñeca antes de que pudiera tocarlo.

—Te dije que cuidaras que nadie se acercara al camarín de Jimin. —dijo, tensando su mandíbula, su mirada perdida entre la multitud.

—¿Señor, qué pasó? —preguntó asustada, viendo la furia en sus ojos.

—El joven que vino conmigo ha desaparecido. Búscalo de inmediato o al amanecer verás al sol. —La amenazó, y Lorena, pálida de miedo, corrió a buscar a Taehyung, su corazón latiendo desbocado.

🌸

Taehyung eligió con una gran sonrisa una camisa blanca casi transparente, que le quedaba algo suelta, dejando algunos botones de arriba abiertos para mostrar parte de su pecho. El tejido suave se deslizaba sobre su piel con cada movimiento, y una brisa imaginaria parecía acariciar su figura.

Complementó su atuendo con un pequeño short negro brillante, que realzaba la curva de sus caderas con elegancia. Cada paso que daba, el tejido se movía con gracia al compás de su caminar.

Por último, seleccionó un collar dorado con un pendiente del rostro de un tigre. Pasó sus delicados dedos por la pequeña joya, sintiendo el frío metal contra su piel cálida. El colgante brillaba bajo la tenue luz del camerino, añadiendo un toque de audacia a su conjunto.

Frente al espejo del camerino, ajustó los detalles con precisión, tratando de infundirse confianza. Observó su reflejo por un momento, notando un destello de determinación en sus ojos oscuros. Estaba listo para enfrentarse a lo que fuera que el destino tuviera preparado para él.

Taehyung tomó una profunda bocanada de aire antes de asomarse por la puerta, donde encontró al joven esperándolo apoyado en una de las paredes. Sus palabras salieron tímidas y apenas audibles, casi ahogadas por el latido acelerado de su corazón: —Estoy listo.

El joven lo recibió con una sonrisa tranquilizadora. —Perfecto, justo a tiempo para tu show —respondió, tomando el brazo de Taehyung y guiándolo fuera de la habitación. Una vez en el pasillo, lo examinó con admiración. —¡Wow! Luces espléndido. Estoy seguro de que tendrás muchos admiradores.

Taehyung sentía que sus manos temblaban de los nervios mientras se dejaba llevar. —Mejor vamos antes de que me arrepienta —murmuró, sintiendo que su corazón latía con fuerza y rapidez, como si quisiera salir disparado de su pecho.

Mientras tanto, Jungkook recorría el lugar con nerviosismo.

Por otro lado, Jimin, Andrea y Lorena buscaban a Taehyung, rogando por su aparición segura. Sus rostros reflejaban un evidente miedo ante la incertidumbre que les invadía.

De repente, las luces de uno de los escenario se apagaron, sumiendo la sala en una oscuridad expectante, y el presentador tomó el micrófono con un gesto solemne, anunciando una sorpresa especial para esa noche que mantenía a todos en vilo.

Jungkook se detuvo, con las manos temblando y el corazón palpitando desbocado, mientras escuchaba atentamente, consciente de que lo que estaba por suceder podría cambiarlo todo. Sus dedos se apretaban con fuerza, presagiando lo que estaba por venir.

—Presentamos a un nuevo,  extraordinario y hermoso bailarín —anunció el presentador, y en ese momento las luces del escenario se encendieron lentamente, revelando a Taehyung sentado en una silla, con el rostro ligeramente inclinado hacia atrás y las piernas estiradas, emanando una aura de misterio y elegancia.

Jungkook apenas pudo contener un susurro atónito: —¡Dios mío! —sintiendo que su corazón latía con más fuerza que nunca, a punto de desmayarse ante la impactante visión de su doncel en el escenario.


🌸 Hola Dulces obsesionadas por el Taekook/KookV.

🌸 ¡Aaaah!. ¿Como creen que va a reaccionar Jungkook? 🤭
Los leo.

🌸Les presento a las nueva integrante de la historia. 🤭 Nuestra pequeña villana enamorada de Jungkook.
Lorena. Thv8595
Y la bailarina sepsy, Angi.🤭jeontae84

🌸Se me cuidan. Los quieroooooo muchoooo.

🌸 Nikki 🌸

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