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🌸 Capítulo 01.

🌸 Capítulo 01.

"Soy Kim Taehyung. ¿Y quieren saber cómo terminé enredado en esta loca situación?"

~~~

Volvamos al principio, tres días antes.

Regresaba a casa después de largas horas de trabajo, listo para recostarme en el sofa, pero cuando entré, me encontré con mi madre en el sofá, acompañada de un hombre elegantemente vestido. Ambos parecían estar inmersos en una conspiración, rodeados de papeles y con una laptop encendida en la mesa.

—Buenas tardes, ¿Usted debe ser Kim Taehyung?. — preguntó el hombre, poniéndose de pie y extendiendo su mano con una sonrisa. — Soy Choi Jun.

—Buenas tardes señor Choi, sí, soy Kim Taehyung. —respondí, con una mezcla de intriga y confusión mientras estrechaba su mano, preguntándome qué diablos estaba pasando.

—Hola, hijo. — me saludo con un beso en la mejilla. —Él señor Choi es uno de los reclutadores de una importante academia de danza, y parece que trae buenas noticias. —anunció mi madre con entusiasmo.

—¿De verdad?. —pregunté, levantando una ceja con escepticismo mientras intentaba descifrar la situación.

—Sí, joven Kim. La academia de danza donde estudias nos ha enviado varios videos con algunos de tus trabajos. — reveló el hombre, con una sonrisa enigmática.
—Y déjeme decirle que hemos quedado encantados.

-—¿Ah, sí?. —pregunté mientras me sentaba en el sofá y miraba la pantalla de la computadora con curiosidad.

El hombre también se acomodó. —Nos gustaría ofrecerle una beca completa, con todos los gastos pagados. —dijo sin más preámbulos.

Traté de mantener la calma y no mostrar emoción, aunque por dentro estaba celebrando como si me hubiera tocado la lotería. —Interesante. —respondí, fingiendo indiferencia.

—Esta es la academia donde estudiará. —me informó, señalando la pantalla de la laptop.

—Pero... esta academia no es de mi ciudad. —señalé, confundido.

—No, señor Kim, la academia se encuentra en Seúl. —explicó.

De repente, mi pequeño cachorro entró corriendo a la sala y saltó sobre mis piernas. —¡Tannie!. —lo saludé, acariciándolo mientras él pasaba su lengua rasposa por mi rostro. —No voy a aceptar la beca, gracias de todos modos. —declaré sin rodeos.

—¿¡Qué!?. —preguntó mi madre, su voz temblaba como si estuviera al borde de desmoronarse.

—No puedo dejarte sola, mamá. —expliqué con voz apagada, sintiendo un nudo en la garganta. —Aunque suene tentador, sé que me necesitas más que nunca.

—No, hijo, no arruines tu futuro por mí. Yo estaré bien. Podremos hablar por teléfono todos los días y te visitaré cada dos meses, lo prometo. —dijo mi madre, con los ojos llenos de lágrimas.

Un suspiro pesado escapó de mis labios mientras luchaba contra las lágrimas. —¿Estás segura de esto?. —pregunté, aferrándome a mi cachorro, que le gruñía por lo bajo al hombre como si intuyera algo malo en el aire.

—Sí, hijo, estoy segura. Si rechazas esta beca por mi culpa, jamás podré perdonarme. —dijo mi madre con voz entrecortada.

Mil dudas daban vueltas en mi cabeza. Desde que tengo uso de razón, siempre hemos sido mi madre y yo. Jamás conocí a mi padre; según ella, murió antes de que yo naciera. La vida no nos ha sido fácil. Ella siempre trabajó duro para sustentarnos. Dejarla sola me resultaba increíblemente difícil, pero aún así sabía que tenía razón. Se trataba de mi futuro.

Después de varios minutos de analizar la situación en silencio, el hombre volvió a hablar. —Su madre contará con una ayuda económica de parte de la academia. —me explicó como si estuviera leyendo mis pensamientos, y sentí un leve rayo de esperanza.

—Lo ves, hijo, todo estará bien. —afirmó mi madre con ternura y una hermosa sonrisa en sus labios.— Hazlo por mí y conviértete en un gran bailarín famoso. —añadió, con los ojos llenos de lágrimas.

—Así lo haré, mami. —prometí, baje a mi cachorro y nos pusimos de pie para abrazarnos con fuerza, como si quisiera grabar ese momento en mi memoria para siempre.

—Solo hay un problema —intervino el hombre, y giré mi rostro para mirarlo. —Las clases ya comenzaron, así que deberás venir a la academia conmigo ahora mismo.

—¿Qué?. —pregunté, sin entender, todo estaba pasando muy rápido.

—No importa, Tae, ve y prepara tus cosas. —dijo mi madre, pasando tiernamente su mano por mi espalda—. Todo estará bien —añadió con confianza.

—Solo lleva lo esencial. En la academia te proporcionaremos todo lo necesario para que vivas cómodamente y sin preocupaciones. —explicó el hombre.

—De acuerdo, pero tengo una pequeña petición. —dije, mirándolo con determinación.

El hombre me miró con curiosidad. —¿Cuál?

—Tannie vendrá conmigo —declaré, mirando hacia abajo donde mi pequeño cachorro gruñía al hombre con desconfianza.

El hombre entreabrió los ojos y miró a Tannie con precaución. —De acuerdo. —respondió finalmente.

Con una gran sonrisa en mi rostro, me dirigí a mi habitación y empecé a preparar un poco de ropa para el viaje. Después de varios minutos, revisé para asegurarme de tener todo lo necesario. —Cepillo de dientes, billetera, celular, ropa, mis libros, algunas cosas de higiene personal, algunas fotos con mi mamá. — enumeré en voz alta, como si estuviera haciendo una lista mental.
—¡Ah! Me falta la comida y la correa de Tannie. —dije levantándome de un salto. Antes de salir de mi habitación, le eché una última mirada con nostalgia, como si de alguna manera supiera que no volvería a verla.

Caminé tranquilamente hacia el comedor en busca de las cosas de mi cachorro, observando al hombre que parecía algo ansioso. En ese momento pensé que tal vez estaba impaciente porque yo estaba tardando mucho, pero no me importó. No sabía cuándo volvería a mi hogar, así que me tomé mi tiempo para prepararme para el viaje.

Después de varios minutos, tomé a mi cachorro en mis brazos y con ansiedad y un poco abrumado por todo, dije: —Ya estoy listo.

—Perfecto. —respondió el hombre, levantándose rápidamente.

Mientras él subía mis cosas al lujoso auto negro, yo saludaba a mi madre, que no dejaba de llorar de emoción. —Te amo, hijo, jamás te olvides de eso. —dijo entre sollozos.

—También te amo, mami, pero no llores. En dos meses nos vemos de nuevo. —intenté consolarla.

—Lo sé, solo prométeme que no harás muchas travesuras. —dijo con una sonrisa temblorosa.

—¡Mamá!. Ya soy un adulto, me comportaré como tal. —respondí intentando sonar convincente. Aunque en el fondo no estaba tan seguro de eso.

—De acuerdo. —respondió, no muy convencida. —Recuerda llamarme en cuanto llegues.

—Sí, mamá. —prometí, dándole un último abrazo antes de subir al vehículo.

La saludé con la mano desde la ventanilla. —Nos vemos pronto. —dije, sin saber que eso no iba a ocurrir.

El señor Choi iba a mi lado mientras el chófer subía lentamente el vidrio de las ventanillas, ocultando el exterior como si quisiera protegernos de algo desconocido. Una sensación de inquietud se apoderó de mí mientras observaba el oscuro paisaje fuera del auto. —No se preocupe, señor Kim, el auto está equipado con aire acondicionado. —me dijo intentando tranquilizarme el señor Choi. Luego, con un gesto sutil, me ofreció una pequeña botella de agua.

—Gracias. —murmuré, aceptando la botella. El líquido fresco descendió por mi garganta seca, pero la sensación de alerta no disminuyó.

Poco después, mis párpados comenzaron a pesarme, como si una sombra invisible me susurrara al oído que cerrara los ojos y me rindiera a la oscuridad. Sentí la mirada del señor Choi sobre mí, una mirada cargada de un misterio que no podía descifrar. Sacó su móvil y mantuvo una conversación en voz baja, pero pude distinguir las palabras. —Lo tengo señor, y definitivamente es él.

La última cosa que escuché antes de caer en la oscuridad fue su voz susurrante: —Que descanses, bello doncel. —Y entonces, todo se volvió negro.

No sé cuántas horas duró el viaje o cuanto tiempo permanecí dormido, pero cuando desperté ya no estaba en el vehículo. Abrí lentamente los ojos y me encontré en una habitación que parecía demasiado lujosa para ser la de una academia de danza. La cama en la que estaba era grande y cómoda, y las cortinas que cubrían las ventanas parecían estar hechas de una tela demasiado costosa.

Con cuidado, intenté incorporarme. Arrastré mi cuerpo hasta el borde de la cama con lentitud, mi cabeza aún daba vueltas. Me senté y observé a mi alrededor, tratando de entender dónde me encontraba.

Finalmente, me puse de pie y me acerqué a la puerta. Di un paso hacia adelante y una voz profunda me habló. —Buenas tardes, señor Kim. Espero que haya descansado bien. —dijo, apoyando su mano en mi pecho y empujándome suavemente de nuevo hacia la habitación. La tensión en el aire era palpable, y sentí un escalofrío recorrer mi espalda mientras me preguntaba qué estaba sucediendo.

—¿Dónde estoy?. —pregunté, con miedo.

—En la mansión de los Jung. —respondió el hombre con una sonrisa, aunque su expresión no lograba disipar mi inquietud.

—¿En la mansión de quién?. —pregunté, con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho. —¿Esto no es la academia de danza?. —agregué, confundido, mientras el hombre me guiaba de vuelta a la cama.

—En la mansión de los Jung. —repitió él con calma, como si estuviera acostumbrado a esta situación. —Por favor, espere aquí en su habitación. En unos momentos vendrán a verlo y responderán todas sus inquietudes. —añadió, asintiendo antes de retirarse y dejarme solo en esa habitación, mientras yo me sentía más confundido que Adán en el día de las madres.

Una semana antes...

—Señor Jung, creo que lo encontré. Es un joven, y revisando sus archivos médicos, es un doncel. — informó el hombre, entregando una carpeta con información y fotos de Kim Taehyung.

—¿Podría ser él?. —preguntó Jung al aire, mientras examinaba la foto del joven con detenimiento. —Busca la manera de traerlo, y si se resiste, tráelo a la fuerza. — ordenó con determinación.

—De acuerdo, señor Jung.  —respondió el hombre, poniéndose de pie y haciendo una reverencia antes de retirarse de la oficina.

—Tú me darás un heredero.  —susurró Jung, pasando su dedo por la foto del doncel con una sonrisa en su labios.

Unas horas antes...

El señor Choi tomó al doncel en sus brazos en forma nupcial y lo recostó en uno de los sofás de la sala, mientras el chófer luchaba con el pequeño pomerano que quería morderlo.

—¡Ash! Qué molesto animal. —se quejó Jung DoHwan, frunciendo el ceño con frustración. —Enciérralo en una jaula. —ordenó al chófer. El hombre salió de la sala con el pequeño ladrando a sus talones, dejando tras de sí un rastro de caos momentáneo.

Jung Hoseok se colocó de cuclillas para observar el rostro del doncel con detenimiento. Sus manos acariciaron con suavidad las rosadas mejillas del joven, mientras sus ojos oscuros brillaban con una mezcla de fascinación y excitación. —Si es un Kim, su sangre huele igual a la de su padre. —afirmó en un susurro. —Es muy hermoso. —agregó, dejando entrever un destello de admiración en su voz.

—Al fin tendrás un heredero. —comentó su padre con una sonrisa, como si la realización de sus ambiciosos planes estuviera a punto de desplegarse.

Hoseok llevó al doncel en sus brazos hasta una de las habitaciones de la mansión, donde lo depositó con cuidado sobre la cama.

—Cuida de él. — le ordenó a uno de sus empleados, quien asintió solemnemente antes de quedarse vigilando al joven.

Descendió a la sala con una sonrisa de satisfacción. —Le avisaré a los clanes de mi boda. —informó a su padre, con una chispa de felicidad en sus ojos.

—Solo guarda el secreto de que es el hijo de Kim. Si se entera de que tenemos a su amado tesoro en nuestras manos, se desatará una pelea sin fin. —advirtió su padre con seriedad.

—De acuerdo. —asintió Hoseok, antes de salir rumbo a la oficina para llevar a cabo su tarea.

La noticia de la boda se propagó rápidamente entre todos los clanes.

En la casa de los Kim...

—¿De nuevo va a casarse?.  —preguntó Namjoon en tono irónico. —Patético.

—Amor, tú estás tranquilo porque tu futuro heredero está asegurado en el vientre de tu hermano. —dijo Jin, pasando su mano por el hombro de su amante con una sonrisa burlona en los labios.

—No pienso ir, sus bodas aburren. —declaró con firmeza, mostrando su desinterés por el evento.

Jin deslizó su mano por la camisa de su amado, acariciando su pecho con ternura. —Tu padre se va a enojar. —susurró, llevando sus labios hasta el cuello de su amante con un gesto impropio pero tentador.

—Mmm, no me importa. —murmuró suavemente, entregándose al placer de las caricias. —En un año voy a casarme con mi hermano y me importa un carajo si ellos no vienen.

—Como quieras, mi amor. —susurró Jin, dejando un rastro de besos sobre la piel suave y delicada de su amante.

En la casa de los Jeon...

—Ya perdí la cuenta de las veces que se casó Hoseok. ¿Tan desesperado por un heredero está?. —habló con ironía el líder de su clan, dejando entrever su escepticismo.

—Al parecer es lo que más anhela. —respondió su amigo y mano derecha, Min Yoongi, con un tono de resignación en la Voz.

—Su problema es que elige débiles y patéticas mujeres del clan Kim, creyendo que es la "heredera". —hizo el gesto de las comillas con sus manos. —Solo él podría creer en ese estúpido rumor. —añadió el líder con un dejo de desdén.

—Esta vez no es una mujer.—informó Yoongi. —Es un doncel.

Jungkook soltó una risa nasal, junto a una sonrisa ladina. —Iré a la boda solo por curiosidad. —afirmó.

"Los rumores, como dicen, a menudo esconden verdades."


~Los vampiros.

Existen diferentes tipos de vampiros: los puros y los transformados por la ya conocida mordida en el cuello.

Los puros son aquellos que nacen de una mujer humana y de un vampiro. Estos embarazos son extremadamente raros, ya que la mayoría de las veces la madre muere junto con su bebé. Sin embargo, en ocasiones excepcionales, el bebé logra sobrevivir, alimentándose poco a poco de la sangre de su madre. Aquellos que sobreviven tienen lo mejor de ambos mundos: la capacidad de disfrutar de la luz del sol y una casi inmortalidad. Digo "casi" porque, si les clavan una estaca en el corazón, adiós inmortalidad.

Jeon Jungkook, Kim Namjoon y Jung Hoseok eran de esos afortunados, vampiros puros y líderes de sus clanes. Se rumoreaba que sus poderes eran insuperables, capaces de desafiar incluso a los más antiguos y poderosos vampiros.

Pero algo extraño sucedió hace veintiún años atras. El líder de los Kim, JaeWook, dejó embarazada a una humana. Eso no era inusual, pero lo que sí lo fue es que tanto la mujer como el bebé sobrevivieron. El niño parecía ser totalmente humano, algo que jamás había ocurrido antes entre la cruza de un vampiro y un humano.

Kim JaeWook creía que el bebé era algo extraordinario y común como un simple humano. Decidió ocultar a la madre junto al bebé y el género del mismo. Pero todo cambió cuando supo que su hijo era un doncel.

Entonces empezó a creer que su hijo sería una fuerte fuente de fertilidad, ya que su genética era diferente a todas. Este nuevo giro en los acontecimientos despertó una intriga y un misterio aún mayores en el mundo de los vampiros, donde las alianzas y las rivalidades se tejían con hilos de sangre y poder.

Jung Hoseok había intentado tener un heredero en incontables ocasiones, pero siempre era el mismo desenlace: tanto la madre como el bebé morían.

Hasta que llegó el rumor del bebé diferente del clan Kim. El error de Kim JaeWook fue ocultarlo, ya que se crearon sinfines de historias y creencias alrededor de aquel bebé. El rumor más fuerte era que el bebé había nacido mujer, creyendo que su fertilidad era única al tener en su sangre el ADN de los vampiros.

De ese modo, Hoseok había dedicado sus últimos tres años a buscar esposa en el clan de los Kim. Hasta que unos meses atrás, alguien expandió el rumor de que la heredera no era una mujer, sino un heredero hombre y doncel.

Así, Hoseok cambió su búsqueda y finalmente encontró a aquel niño de aquella historia. La búsqueda del heredero que tanto anhelaba parecía estar llegando a su fin, pero lo que desconocía era que el destino aún tenía muchas sorpresas reservadas para él y para el misterioso doncel.

Para Kim Namjoon, la noticia de que su hermano era un doncel y que sería su esposo había sido la mejor de su vida. Él amaba a su hermoso vampiro y amante desde hacía cincuenta, Kim SeokJin. Así que ahora su heredero estaba asegurado. La fastidiosa tarea de tener un heredero con una humana estaba fuera de su tranquila vida, y ahora podía concentrarse en su amor, sin importarle la felicidad de su hermano y futuro esposo.

Para Jeon Jungkook, la situación era totalmente diferente. Él aún no buscaba heredero, ya que era el menor de todos los clanes. Jungkook tenía tan solo cuarenta años de vida, aunque se veía de veinticinco y así sería el resto de su existencia. Aún disfrutaba de su soltería y el tener un heredero no le quitaba el sueño.

Prefería vivir la vida al máximo, disfrutando de las fiestas y de la buena vida que su posición como líder de su clan le proporcionaba. Para él, el amorío y la libertad eran sus prioridades, y no se sentía presionado por las expectativas de tener descendencia.


Para los vampiros puros, los humanos se dividían en tres categorías distintas. Una de ellas era para engendrar herederos, donde se seleccionaban cuidadosamente a las mujeres o donceles que serían capaces de llevar a cabo esta importante tarea. Otra categoría era la fuente de su alimentación, aquellos cuya sangre proporcionaba el sustento vital para los vampiros. Y por último estaban los empleados, aquellos humanos que servían en diferentes capacidades en los hogares o dominios de los vampiros.

Es importante destacar que solo los vampiros puros tenían la capacidad de dejar embarazadas a las mujeres o donceles. Los vampiros comunes, por otro lado, no tenían esta habilidad. No era cuestión de elección, sino una limitación biológica que los distinguía claramente de sus contrapartes puros.

Para mantener el equilibrio entre los clanes y los humanos, cada clan tenía asignados sus territorios, lo que ayudaba a evitar conflictos entre ellos y a mantener la paz en la región. Esta división territorial también servía para regular las interacciones entre los vampiros y los humanos, manteniendo un delicado equilibrio entre ambos mundos.

Sin embargo, hubo un individuo que rompió esta regla establecida: Hoseok, en su desesperada búsqueda por encontrar al heredero de los Kim. Afortunadamente para él, nadie había descubierto aún su infracción, pero el riesgo de ser descubierto siempre pendía sobre su cabeza. La transgresión de Hoseok había desafiado el orden establecido y podría tener consecuencias impredecibles para el futuro de los clanes y de la sociedad vampírica en general.


~Taehyung.

Recorrí la habitación en busca de mis pertenencias, pero no encontré nada. Además, noté que mi móvil había sido quitado. De repente, recordé a mi cachorro. —Tannie. —susurré con preocupación. Me acerqué a la puerta y levanté mi voz: —¿Dónde está mi cachorro?. —grité sin recibir respuesta. —¡Quiero a mi mascota!. —volví a gritar, pero el hombre del otro lado me ignoraba. Decidí cerrar mis puños y comencé a golpear la puerta con determinación. —¡Quiero a mi cachorro!. —insistí con firmeza entre golpe y golpe.

Hasta que la puerta se abrió, di un paso hacia atrás y me crucé de brazos mientras movía la punta de mi pie con impaciencia.

—Te agradecería que dejaras de gritar. —me dijo un hombre que parecía tener unos cuarenta años.

—¿Dónde está mi cachorro?. —pregunté ignorando sus palabras.

El hombre suspiró y rodó los ojos. —El animal está en una jaula. —respondió.

Llevé dramáticamente mi mano al pecho. —Mi Tannie no es un animal, y exijo que lo saquen de esa jaula. Él no está acostumbrado a esos tratos. —dije con firmeza antes de abultar los labios.

El hombre se masajeó la sien. —Mi hijo es alérgico a los animales. —explicó.

—¿Perdón?, Para su información, los perritos Pomerania son hipoalergénicos, ideales para personas con asma o alergias. Así que las alergias de su hijo me valen madres. —respondí con certeza en mis palabras.

—De acuerdo, irán a buscar a tu cachorro, pero por favor baja la voz, en esta casa nos gusta el silencio. —me explicó con semblante serio.

—Oh, vaya, ¡qué fiestas más emocionantes deben ser las suyas!. —respondí con una sonrisa irónica.

—¡Ay, no! En serio, serás mi yerno. —dijo con un suspiro exasperado.

Solté una carcajada. —¿Yo qué?.  —pregunté entre risas, como si estuviera actuando en una comedia absurda.

—¡Deja de reírte!. —me ordenó, su voz resonando en la habitación como un trueno repentino, y mi sonrisa se desvaneció al instante. —No tienes modales ni elegancia, comportarte por favor, eres el futuro esposo del líder Jung Hoseok.

—Por eso estoy aquí, para casarme con su hijo.— susurré. —Me engañaron. —y mis ojos llenos de lágrimas.

—Sí, estás aquí para casarte con mi hijo. —me confirmó con un gesto cansado.

— Acaso su hijo no puede simplemente buscar una pareja como una persona normal, ¿verdad?. — pregunté con sarcasmo, como si estuviera haciendo una observación obvia pero ridícula. —¿Por qué yo?. — pregunté mientras una lágrima solitaria rodaba por mi mejilla.

— Es por tu sangre. — tan solo dijo el hombre frente a mí.

— ¿Mi sangre?. — pregunté confundido. — Mire señor, no tengo ni idea de cómo está compuesta la sangre, pero seguramente lo único diferente que tiene mi sangre en estos momentos es el gas del refresco que me bebí hoy a la mañana en mi trabajo.

Una suave risa nos interrumpió, miré hacia la puerta y un hombre más joven estaba apoyado en el umbral con sus brazos cruzados y una radiante sonrisa en sus labios.

El señor Jung se giró para verlo y preguntó. — ¿Estás seguro de esto?. — le dijo señalandome con su mano.

— Sí, papá, me encanta. — respondió el joven con seguridad.

—¿Oh, tú debes ser el secuestrador de jóvenes? — me acerqué a él, mirándolo fijamente.

—No te secuestré, tú viniste por voluntad propia. —me respondió con calma.

—Engañado. —afirmé con un suspiro. —Entonces, ¿puedo irme?. —pregunté, tratando de encontrar una salida.

—No puedes irte. —respondió con una risa juguetona. — Y yo no te engañé, tu madre sabía la verdad.

Abrí mi boca sorprendido, llevando mis manos a mi pecho. —Fui engañado por la mujer que me llevó nueve meses en su vientre. —murmuré, sin poder asimilarlo del todo.

—Ahora descansa, mañana será tu presentación en los clanes. — me informó con suavidad, mientras una mezcla de nerviosismo y emoción recorría mi ser.

—¿Clanes? — pregunté intentando comprender la magnitud de lo que se avecinaba. Él asintió con una sonrisa.

Mi cachorro entró a la habitación corriendo, y me agaché para recibirlo, sintiendo su cálido cuerpo contra el mío. Lo abracé con fuerza, buscando calma en su presencia, mientras los hombres se retiraban de la habitación, dejándome solo con mis pensamientos y emociones revueltas.

Del otro lado de la habitación.

—Si sobrevive al embarazo, por favor, contrata a alguien para que le enseñe modales. — le dijo el señor Jung a su hijo, quién asintió con la cabeza.

~

Después de todo lo ocurrido, me encontraba despojado de mi vida, sumido en una maraña de engaños. Lo único que aún conservaba de lo que alguna vez fue mi mundo era mi fiel compañero de cuatro patas. Abrazado a él, entre lágrimas y con el corazón roto, me dejé llevar por el sueño.

Al otro dia.

—Buen día, futuro señor de Jung. — me susurró aquel secuestrador de donceles.

Abrí los ojos con fastidio mientras mi cachorro se bajaba de la cama.

— Te traje el desayuno, debes alimentarte bien. — me aconsejó, apoyando en la cama una bandeja llena de comida.

— ¿Para qué? — pregunté, tapando mi rostro con la frazada. No tenía ganas de levantarme.

— Para que nuestro bebé nazca sano y fuerte. — me respondió.

Solté una pequeña carcajada mientras destapaba mi rostro y me sentaba. —¿Bebé?. No pienso tener una de esas cosas. Mi único bebé es Tannie.

De pronto, la sonrisa de aquel hombre desapareció. Me agarró con fuerza de la muñeca y me miró a los ojos, sentí panico y mi semblante cambio abruptamente — Vas a darme un heredero quieras o no. —me dijo en tono amenazante. — Ahora come. — me ordenó, se levantó de la cama y salió de la habitación muy molesto.

Mi respiración era irregular, nunca antes había sentido tanto miedo. En ese momento supe que debía escaparme de ese lugar.

Intenté comer algún bocado, pero debido a los nervios que me consumían, me resultó casi imposible. Por suerte, Tannie estuvo ahí para ayudarme.

Varios minutos después, Hoseok regresó a la habitación. — En unas horas será tu fiesta de presentación a los clanes, y mañana será nuestra boda. — me informó con su semblante serio.

—¿Mañana, tan pronto? — pregunté, sintiendo un nudo en la garganta.

Soltó un suspiro de molestia. — Sí, mañana. —afirmó.

—¿Qué son los clanes? — volví a preguntar, recordando que no me había respondido el día anterior.

—Cuando estemos casados, te explicaré todo. — su tono era calmado, pero su mirada me llenaba de inquietud. Luego se sentó en el borde de la cama, yo lo observaba con temor, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza. — Lo siento por haber elevado la voz, fuiste elegido por una razón. — me explicó suavemente mientras llevaba su mano a mi vientre. Me sorprendió su gesto, no supe cómo reaccionar, pero sabía que si quería escapar, debía sacar a relucir mis dotes actorales.

Mientras él acariciaba mi vientre sobre mi ropa, lo mire con una tierna sonrisa en mis labios. — Intentaré ser un buen esposo para ti. — murmuré, colocando mi mano sobre la suya.

—Así me gusta, que seas sumiso y adorable con tu esposo. — su respuesta me heló la sangre. Todo lo que podía pensar en ese momento era en escapar de aquel lugar lleno de locura...


🌸 Hola Dulces obsesionadas por el Taekook KookV.

🌸 Espero que les haya gustado el capítulo.
Les recuerdo que muchas de las ideas son de ustedes las lectoras del grupo de WhatsApp Dulces obsesionadas. Como por ejemplo la de los hermanos que se casaban por el linaje de sangre 🤭.

🌸 En el próximo capítulo aparecerá nuestro guapo vampiro, Jungkook 🤭.

🌸 Gracias por leer mi loca historia. Los quiero muchoooooo.

🌸 Nikki 🌸

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