CAPÍTULO TRES
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Wanda se acababa de levantar, estaba un poco confusa ya que el despertador le había sonado muy temprano, se iba a volver a dormir pero un recuerdo se le pasó por la cabeza. El trabajo en la oficina.
Rápidamente se levantó y corrió a la ducha, ahí se desvistió y se empezó a duchar lo más rápido posible.
-¡Oye Siri, llama a David!- gritó Wanda desde la ducha.
-Llamando a David- respondió el teléfono.
Los pitidos sonaron y David contestó.
-Dime Wanda- dijo algo adormilado el chico.
-¡Tienes que llevarme a trabajar, me lo dijiste!- gritó ella, saliendo de la ducha y acercándose al teléfono.
-Es verdad, en quince minutos estoy ahí.
-¡Diez!- exclamó la chica, y David colgó, Wanda rápido fue a por su ropa. Se vistió cómodamente y se peinó dejando su cabello suelto.
Fue hacia la cocina y se puso zumo de naranja en una baso, se lo bebió y agarró su bolso para después salir corriendo escaleras hacia abajo.
Llegó hasta la portería y ahí espero a David, tardó como dos minutos en llegar. Ella subió y David condujo.
-Voy a subir contigo- dijo David sin dejar de mirar la carretera.
-De acuerdo, puedes estar conmigo hasta que sean y cuarto, que es cuando viene el señor Barnes.
-Pero yo quiero verlo- se quejó David.
-Y lo verás, seguramente te lo cruces.
-Eso espero.
Por fin llegaron al gran edificio, entraron y David se quedó asombrado por la gente que había.
-Vamos, no te quedes ahí parado- se quejó Wanda jalando a su amigo del brazo.
-Vale- los dos andaron hasta el ascensor, el cual estaba completamente vacío.
Subieron e iban a pulsar el botón para subir pero dos hombres entraron algo apurados al ascensor, Wanda al darse cuenta de quien era se disculpó de inmediato.
-Oh, perdón señor Barnes, no lo vi venir- dijo Wanda, James la miró de arriba abajo ignorando al chico que la acompañaba y a su amigo, que le acompañaba a él.
-No pasa nada- sonrió James dejando algo incomoda a la castaña, la cual apartó la mirada de inmediato.
Faltaban cuatro pisos por subir y el ambiente se puso tenso por parte de Wanda. A James se le veía relajado, estaba apoyado en la pared, al lado suyo se encontraba un rubio de ojos azules, era alto y bastante musculoso, vestía con un traje muy parecido al de James, este chico miraba mucho a David, el cual se encontraba al lado de Wanda, David podía notar la mirada del rubio clavada en él.
Las puesta del ascensor se abrieron y James y su compañero salieron dejando a Wanda y David solos en el ascensor.
-¿Nos vemos luego?
-Sí, para cenar- dijo David y se acercó a los interruptores.
-De acuerdo- Wanda salió del ascensor y miró por última vez a David.
-Está bueno- David sonrió levantando las cejas y pulsó uno de los botones haciendo que las puertas del ascensor se cerraran.
Wanda comenzó a andar hacia el despacho de su jefe, tocó la puerta y entró.
-Señor Barnes, ¿necesita algo?- preguntó Wanda, en la oficina se encontraba él y su compañero rubio.
-Sí, haz veinte fotocopias de este papel y con ayuda de Steve los rellenas- ordenó el castaño, Wanda miró al rubio y este le sonrió. La castaña se acercó a la mesa y agarró el papel.
-Te acompaño a la impresora- dijo Steve y comenzó a andar hasta la puerta, ahí la abrió y dejó pasar a la castaña.
Los dos se dirigieron a la zona de las impresoras. Ahí Wanda se dispuso a fotocopiar el papel que James le había dado.
-¿Como te llamas?- preguntó el rubio, este tenía una voz bastante relajada.
-Wanda, tu Steve, supongo- respondió la castaña, el rubio asintió.
Wanda acabó de hacer las fotocopias y se dirigió junto a Steve a su mesa de trabajo. Los dos se sentaron y comenzaron a rellanar los papeles.
-¿Quien era el chico de antes?- soltó el rubio, Wanda frunció el ceño.
-Él... un gran amigo- respondió la chica algo nerviosa.
-¿Sois pareja?
-Para nada, David es demasiado gay para ser pareja- Wanda rió y el chico la siguió.
-Yo también soy gay- dijo Steve, y Wanda sonrió, pocos segundos después se le ocurrió una idea.
-¿Te doy si número?
-Ay, sí por favor- Steve rió nervioso y Wanda agarró un pequeño trozo de papel. Comenzó a escribir y al terminar se lo dio a Steve, en el ponía el número de David, -David se llama, ¿no?
-Sí- Wanda sonrió y agachó la mirada para seguir rellenando papeles.
Las horas de trabajo terminaron y Wanda recogió sus cosas. Iba a subir al ascensor junto a otros compañeros pero la voz de Barnes se escuchó, este le llamaba.
-Dígame señor Barnes- Wanda se posicionó delante de él.
-¿Le apetece ir a cenar?- preguntó James, Wanda se puso nerviosa.
-Yo... tengo otros pla...- el teléfono de Wanda comenzó a sonar. -Dime David- dijo Wanda respondiendo la llamada, estuvo dos escasos minutos hablando con David por teléfono y poco después colgó.
-¿Que era lo que tenía?- preguntó James sonriendo.
-Nada, sí puedo cenar con usted- dijo la chica y James sonrió, sus mejillas se marcaban.
-Le espero a las diez en el restaurante que está al lado de este edificio, no tarde- le susurró James a Wanda, a la castaña lo pelos se le erizaron y sus piernas flaquearon.
En el apartamento de Peggy se encontraba David. Este estaba reparando las bombillas del aseo, era todo un manitas el chico. Iba a colocar unos cables cuando su teléfono comenzó a sonar.
-¿Quien es, Peggy?- preguntó David desde el aseo, la mujer se acercó al teléfono, lo agarró y se lo acercó al chico.
-Desconocido- David agarró el teléfono.
-Que raro- respondió a la llamada- ¿si?
-Hola, ¿David?- habló un hombre con agradable voz.
-Si soy yo, ¿quien habla?
-Soy Steve, nos hemos visto esta mañana en el ascensor de la oficina del señor Barnes- respondió Steve.
-A sí, eras su acompañante, ¿que quiere?
-¿Te gustaría cenar esta noche?- David se sorprendió, el no esperaba que ese hombre fuera gay, tampoco podía asegurarse de que fuese gay, a lo mejor solo era sobre trabajo.
-Vale- respondió finalmente David.
-A las diez paso a por ti, mándame tu dirección por WhatsApp- el chico colgó y David bloqueó el teléfono.
-¿Quien era?- preguntó Peggy.
-Un chico me han invitado a cenar y está bueno- respondió algo sorprendido David. Peggy sonrió.
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