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5| Lo que éramos y lo que seremos.



Ashley Wood

—¿Qué carajo acaba de pasar?

—Espérate bro, recién ando agarrando señal. —dice Thomas, levantando sus manos hasta su frente— Esta mierda me ha jodido la cabeza, tengo muchas preguntas.

—Me alegra no ser la única en ese estado —comenta Kalesi.

—Diablos, Ashley ¿Porqué tuviste que abrir tu linda boca? —se queja Ariel, con su rostro fruncido— Ya los habías convencido de pasar la noche, se supone que Dalesa iba a abrazarme hasta quedarme dormido. —se remueve, haciendo una especie de berrinche— Ah, no me hagas caso, Wood, no tienes la culpa de nada, solo estoy ebrio, dolido y un poco excitado.

—¿Excitado? —Bralow frunce su ceño— Tengo miedo de preguntar, pero lo haré ¿Por qué diablos estas excitado en una situación así?

—Si dices que es por el beso entre Ashley y Franchesco, vomitaré, están advertidos —amenaza Thomas.

—Wacala, por supuesto que no, mi Ashley es de mi Dereck, jamás me alegraría de algo así.

—¿Alegrar? Pensé que estabas excitado —puntualiza Kalesi.

—Sinónimos, cariño ¿Cómo es que mis amigos son amigos de ustedes? Incultos.

—¡Oye! —Thomas lo golpea— No es mi culpa que tenga TDA.

—Ya deja de auto diagnosticarte, Thomi, lo tuyo es incompetencia y no un trastorno.

En otro momento estaría riéndome, pero mi cuerpo está tan tenso que temo que ante cualquier movimiento brusco me romperé en pedazos. Estoy fuera de todo, escuchando, pero sin hacerlo verdaderamente. Absorta del resto de mis amigos por la única razón de que mi enfoque esta al cien por ciento en la puerta de entrada, por donde ha desaparecido Adrián junto a Dereck.

Un completo chiste, el maldito acontecimiento del año.

Al principio no lo creí, lo juro, pensé que estaba alucinando por todas las feromonas que he soltado a lo largo de la noche, pero por supuesto que esto es real. Aun puedo visualizar como Adrián le dictamina una orden a Dereck y después observar como él lo sigue sin rechinar como un completo perrito faldero.

Él jamás haría eso.

Jamás le daría el gusto.

Ellos no tienen tema de conversación.

No deben estar juntos.

Y aun así lo que verdaderamente provoca que mis nervios estén casi convulsionando es ver la confianza en la mirada de Dereck. En mi vida lo había visto con tanto descaro, diversión y seguridad. Es como si se estuviera alistando para una guerra donde todo el mundo sabe que perderá la batalla, pero tan solo porque no saben que tiene un arma poderosa en su poder, una que le permite destrozar con todo lo que se le cruce.

¿Lo malo? Es que el arma no viene en forma de un objeto, sino en palabras, exactamente cuatro. Tan basto, tan insignificante, pero a su vez tan malditamente valioso.

Nuestro secreto me esta asfixiando.

Ya no lo soporto, han pasado tres meses y aunque sé que Dereck me dio su palabra de no comentarle a nadie sobre lo nuestro, es inevitable que tenga dudas porque lo conozco y sé que si Adrián presiona lo suficiente, podría soltar todo.

Suelto una risa nerviosa y cubro mi rostro con mis manos.

¿Por qué estoy tan nerviosa? ¿Por qué mi presión ha bajado y tengo miedo de algo que es totalmente irrelevante en la vida de Adrián? ¿Es tan malo que se entere? ¿Realmente esa es mi preocupación o mis miedos van a un nivel mucho más profundo? Casi irracional.

"Deja de mentir y acéptalo, Ashley"

Su voz retumba en mi oído con fuerza, tan realista que me estremezco de cabeza a pies.

"Dios, no sabes cuántas ganas tengo de escucharte decir la verdad"

Es como si estuviera a mi costado susurrándome todas mis verdades de la manera más caótica posible, como si penetrara cada poro de mi piel y me llenara completamente de su elixir, siendo tan duro y feroz como tan solo él sabe hacerlo.

Una locura.

—Ashley, —llama Thomas— no es por ser chismoso ni celoso, pero quien era ese.

—¿Ese? —aun sigo aturdida.

—Adrián Irman —aclara Kalesi.

—¿No lo escuchaste? Es su maldito muso, —se jacta Bralow— la inspiración de todos sus crímenes atroces.

Antes de que su hermana se me adelante, golpeo su abdomen con la misma fuerza de sus palabras.

—Dale duro, mi amor. —apoya Ariel, dándole un golpe más torpe y débil— ¿Tu mamá no te enseño que no se debe mentir? Mi Ashley no es una acosadora y si lo fuera, sería solo de Dereck obviamente.

—Mmm, lo dudo.

Suspiro, sabiendo en el fondo que el trío no va a parar hasta exprimirme de información. Son chismosos, incluso Bralow le gana a Thomas, solo que lo oculta con mucha habilidad y sus técnicas para conseguir lo que quiere va más de amenazas que de una petición amable.

—Tuvimos un relación en el pasado, —digo en voz alta, agradecida de que no se noten mis expresiones duras— por si no ha quedado claro, no terminamos en los mejores términos.

—¿Ex? —Kalesi frunce su ceño— Pero te conozco como cinco años y jamás has tenido pareja.

Mantengo mi sonrisa en alto.

—Es porque fue mi primera relación, termine con él unos meses antes de mudarme aquí. —resumo sin muchos detalles— Ariel y Dereck lo conocen porque todos estudiamos en el mismo instituto, fue algo de mi adolescencia y les aseguro que esta totalmente superado, así que si no les importa, no hagan suposiciones tontas.

—No me vas a venir con ese cuento, Ashley. —me corta Bralow— Sé lo que vi y ese hombre esta irremediablemente loco por ti.

Estaba.

Al igual que yo.

Mis tontas emociones se juntan en una explosión de adrenalina, generando que mi corazón se acelere a tal punto que tengo que soltar un profundo suspiro ¿Exagerado? Bueno, últimamente estoy en un limbo dónde la meta es presionarme, exprimirme hasta soltar todo.

Sin embargo, no estoy loca. La razón principal de mi desenfreno es por Bralow. Claro, esperaría ese tipo de comentarios por parte de Ariel o Thomas, pero ¿Bralow? No, en absoluto. No es un hombre reconocido por su humor, que cabe resaltar que si existe, pero es tan negro y difícil de entender que fácilmente lo confundirias con un atropello. Es auténtico, en el sentido de que no te va a suavizar las cosas, no importa cuánto duelan, simplemente irá directo al grano. Así que sí, no puedo culparme por una emoción que florece al denotar la fuerza de sus palabras, tanta seguridad y verdad que me descoloca.

—No tienes idea de lo que estás diciendo. —susurro, relamiendo mis labios al sentirlos repentinamente secos— Volteemos la página y sigamos, —propongo— nuestros planes no serán arruinados.

Los cuatro se miran entre sí y niegan.

—Yo había visto este tipo de drama en Netflix, pero jamás en la vida real así que déjame vivir mi momento, Wood —Thomas me muestra una de sus mejores sonrisas convencedoras sin éxito alguno.

—Disculpa, pero yo soy el único autorizado para llamarla por su apellido, es mi toque, mío —defiende Ariel.

—Ya empezó el traumadito... Pero como sea, sigamos con el interrogatorio. —Bralow me lanza una mirada llena de picardía— ¿Te sigue gustando ese tipo?

—No —respondo con seguridad.

—¿Importa? —interviene su hermana— El hombre se acuesta con mujeres comprometidas, no merece a Ashley.

Mis impulsos reaccionan, es algo mecánico que me motiva a defenderlo. Sin embargo, justo al último segundo recuerdo que sé la verdad porque escuche una conversación intima en secreto. Siendo una autentica acosadora. Además, si tengo en cuenta de que ya piensan que algo pasa entre Adrián y yo, si abro mi boca, me considerarán tan inestable como Ariel.

—¿Y? —arremete Bralow— El hombre podría meterse en tantos agujeros como quiera, pero al final del día solo desea a una y esa, para desgracias de los sueños de Ariel, es nadie menos que Ashley Wood —levanta un vaso de licor y lo toma en mi nombre.

—Eso no esta bien, no es correcto, si Adrián quisiera estar con ella, debería ser un hombre y luchar por ella.

—Dereck lo hace —con un descaro, Ariel finge una tos y repite la misma frase dos veces.

—Hermanita, tu opinión es irrelevante. Tu mundo rosa no es como el de nuestra querida amiga. Ashley piensa distinto ¿No es así? Apuesto de que estarías satisfecha si al final del día, Adrián solo sigue adorándote a ti y nadie más que a ti.

—Y yo soy quien debe ir al psiquiátrico. —jacta Ariel con sarcasmo— Puto eufemismo.

Otra vez me pierdo.

"El hombre podría meterse en tantos agujeros como quiera"

Querer y poder son cosas totalmente diferentes. La frase de resuena en mi mente con mucho más significado del que me gustaría admitir porque una cosa es saberlo y otra muy distinta es verlo con tus propios ojos.

Imagine a Lara y Adrián besándose, tocándose y amándose sin descanso. Fue tan rápido que ni siquiera me daba cuenta de las cosas que yo misma creaba y planteaba, tal vez fue un mecanismo de defensa que pensaba que si entre más reafirmaba el pensamiento de que Adrián superó toda nuestra historia, yo me iba a sentir con menos curiosidad por su vida y por consiguiente, dejar atrás la culpa que cargo.

Hace unas horas paso de estar soltero, siendo un completo desconocido y así de rápido lo idealice como un hombre comprometido, tan solo para que la burbuja estalle y volver de nuevo la inicio.

Caótico.

Extrañamente, para bien o para mal, con Adrián jamás puede ser algo normal.

Analizo todas mis actitudes y todos los pensamientos que tuve a lo largo de la noche y solo puedo llegar a la conclusión de que mi idea de estar como un roble con respecto a él, es una deliciosa mentira.

No, no se trata de celos, pero definitivamente no soy le indiferente ¿Quema, arde? Tampoco, es un asombro que se representa con un ligero cosquilleo, algo tan basto que tengo la seguridad de poder frenarlo ante cualquier señal de quiebre.

Si Adrián hubiera venido con todo este huracán hace cuatro años, otra sería la historia. Hubiera explotado, me hubiera dolido, mis celos se expondrían al tratar de pagarle con la misma moneda y definitivamente no hubiera retrocedido cuando supe del anillo. A pesar de que su cercanía ha sido un choque fuerte, me siento orgullosa de haber mantenido mi voluntad a flote, aunque admito que algunas veces creía que me perdía totalmente.

«Apuesto de que estarías satisfecha si al final del día, Adrián solo sigue adorándote a ti y nadie más que a ti»

—Ey, Ashley ¿Estás con nosotros? —Bralow pasa su mano al frente de mi rostro.

—Por supuesto —respondo, alcanzando una botella de licor y dándole un gran sorbo. Por alguna razón siento un calor extraño en el pecho— ¿Decías algo?

—Estábamos hablando de la suerte del otro tipo ¿Cómo es que llamaba? Franchesco, creo.

—Me beso a la fuerza —jacto, sintiéndome totalmente indignada.

Bralow abre los ojos y niega.

—Carajo, Ashley, no, estás entendiendo mal. —aclara— Estaba a punto de ir por ti, pero el golpe que le diste me dejó impresionado, dejaste marcado toda su asquerosa cara.

—Confirmo, no somos unos idiotas que nos quedaríamos mirando como otro hombre fuerza a nuestra amiga, pero carajo, te hemos educado tan bien que reaccionaste rápido y le diste su merecido. —Thomas silva— ¿Te imaginas si Dereck hubiera estado ahí? Ni todas las plegarias del mundo hubieran salvado al sujeto

Sin querer, una sonrisa roza mis comisuras.

—No se que hará mi amigo cuando se entere que Franchesco te beso...

—¿Qué acabas de decir? —una voz resuena en todo el ambiente, seguidos de unos pasos que retumban con fuerza— Repite esa mierda, Ariel.

Trago saliva.

Inmediatamente mi mente empieza a crear posibles escenarios dónde casi todos determinan que nada de esto saldrá bien. Sin embargo, aunque un parte de mi esta consiente, otra no puede evitar pensar en la platica que acaba de tener.

¿Su enojo es por lo que acaba de escuchar o algo más sucedió y solo estaba esperando el momento adecuado para explotar?

Retengo un suspiro.

La ansiedad gana terreno. A pesar de ello, sujeto toda mi valentía y levanto mi barbilla para poder conectar con sus ojos negros.

Molestia.

Celos.

Lo que más destella es su ceño fruncido que aumenta con el pasar de los segundos. La mirada triunfante se va esfumado y en su lugar se ha acentuado una capa fría de incredulidad, que me anuncia la cantidad de problemas en las que estoy metida.

Sus mejillas se encuentra con un ligero color rojizo debido a la furia recorriendo por sus venas. No está descontrolado, se mantiene a raya y por más que no quiera hacerme una víctima de sus dagas, no puede evitar mirarme como la villana.

Sus pasos firmes suenan y resuenan, trayendo promesas y reclamos consigo.

No creo que pueda controlar su boca, no en ese estado, así que antes de que nuestros amigos se enteren de todas las cosas que les hemos estado ocultando, me levanto y lo arrastro conmigo hasta la puerta, justo al lado de una pared que separa los ambientes.

Se deja llevar, pero en cuento salimos del radar, ya no soy quien tiene el poder.

—¿Es verdad? —toma mi brazo entre sus tensos dedos y me apega a su cuerpo— Joder, dime la verdad, Ashley.

—Te lo iba a contar cuando todos estemos más calmado ¿Sí, Dereck? Todo fue un malentendido, te aseguro...

—¿Tú crees que me importan las circunstancias? Dime ¿Te beso? Sí o no.

—Sí.

A penas la afirmación sale de mis labios, Dereck me suelta y redirige su camino a la salida sin decirme nada porque con tan solo verlo puedo ver sus intenciones dañinas.

No puedo culparlo, si la situación fuera al revés, yo estaría igual o peor que él. Sin embargo, no es el caso y si no manejo la situación con cuidado, cualquier intento de querer guardar nuestro secreto va a ser tirado a la basura. Además, agrandar el asunto lo veo innecesario, especialmente cuando tengo todo aclarado.

Dereck ni siquiera me da la oportunidad de explicar y cuando menos me doy cuenta, ya tiene sus dedos enroscados en la manilla. Está a punto de girarla, solo a milésimas de segundos antes de que me interponga en su camino y ruegue.

—Hablemos.

—Apártate —ordena.

—¿En serio me crees tan idiota como para no haberle dado su merecido? —pregunto, tratando de hacer que entre en razón— Soy mejor que eso y lo sabes, no hagamos de esto algo grave.

Su mano se traspasa a mi hombro y lo apoya contra la puerta. No es brusco, tiene cuidado de no dañarme. Aseguro mis piernas en su lugar por si su intención es empujarme, pero en cuanto observo como su rostro se acerca para rozar nuestras narices y aspirar todo mi oxígeno, tiemblo.

Puedo sentir su necesidad.

—No me hagas moverte. —insiste— Franchesco necesita saber que no estás sola, suficiente tengo con soportar con que nuestras amistades crean que estás soltera.

La respiración se me va. Sus palabras me caen como un balde de agua fría para todo el fuego en el que he estado ardiendo y una vez que todo vuelve a la normalidad, un pinchazo de dolor se impregna en mi pecho.

Por favor, no rompas tu palabra.

No tengo tiempo para pensar o tratar de manejar la situación simplemente porque Dereck se esfuerza en que me mantenga solo y para él. Sus dedos suben por mi cuello, permitiéndome sentir su lucha contra la tentación de someterme, pero tras unos segundos mantiene una caricia amarga, provocando que pequeños choques eléctricos vibren en mi piel.

—¿Dijiste que esto no es grave? —mueve su cabeza en negación— Discúlpame por enloquecer cuando otro te ha besado cuando he sido yo quien te ha estado rogando un simple roce.

Un incómodo revoltijo se instala en mi estómago.

—¿Estás juzgándome por algo que no fue mi culpa? Entiendo que estés molesto, pero...

—¿Culparte? —suelta una risa hipócrita— Oh, Ashley, estás equivocada. Si de verdad quisiera martillarte estaría hablando de todas las malditas miradas que has compartido con Adrián, sin contar el hecho de que él ha logrado tocarte más que yo en dos putos años.

Duele.

Realmente duele.

No obstante, no tengo la oportunidad de deshacer todo ese dolor en su pecho, ya que un fuerte empujón se extiende desde mi espalda, haciendo que mi cuerpo salga expulsado hacia adelante. Los brazos de Dereck me capturan al instante, aunque esté molesto, me mantiene pegada a él y por la presión ejercida, dudo mucho que desee soltarme.

Dos pasos más adelante, volteo hacia la puerta y con una interrogante en todo mi rostro, observo como Lara aparece en escena, con sus ojos azules llenos de una inexplicable preocupación que nace en Dereck y acaba en mí.

—Lo siento, no sabía que alguien estaba aquí —dice, achicando sus párpados— ¿Interrumpo algo?

Nos despegamos o mejor dicho, me tiro para atrás.

—Sí —alega Dereck.

—No es el mejor momento, —le informo al ver su incomodidad— ¿Se olvidaron de algo? —pregunto, mirando a los costados para ver si aún hay rastro de alguna maleta.

—Oh no, las cosas ya están listas, solo vine para poder aclararte algo.

—¿A mí? —ha sonado tonto, pero la sorpresa ha ganado.

—Sí, lo que pasa es que Adrián...

—No me interesa, sea lo que sea, no me importa —interrumpo con rapidez, tratando de mantener mi voz lo más amable posible.

—Pero...

—Ya la escuchaste. —alega Dereck— Déjame adivinar ¿Acaso te envío a solucionar su lío? —rie con falsedad— Lo lamento, pero ya estamos cansados de su mierda.

Lara abre los ojos, impresionada, pero rápidamente se transforma en unos filosos cuchillos que exigen respeto.

—En primer lugar, bájale el tono a tu voz porque no te hecho nada y cualquier problema que tengas con Irman, no tiene nada que ver conmigo. Segundo, nadie me ha enviado, he venido sola porque a diferencia de mi prometido yo si tengo decencia humana y no permitiré que otros salgan dañados por mis actos. —suspira, volteando conmigo— No me interesa si te importa o no, esto lo hago por mi así que me escucharás lo que tengo que decirte por las buenas o las malas.

—Lara, —su nombre sale con un esfuerzo disimulado— No es necesario, créeme, así que puedes estar con la consciencia limpia, aquí no hay ninguna víctima.

—La segunda víctima aquí serás tu si es que Franchesco decide cumplir su palabra de hacerte su esposa. —se jacta con rencor— No te conozco, pero como dije, no soy un monstro. Así que aquí empiezo; lo que estuviste oyendo es cierto, Adrián hizo de todo por ayudarme y te prometo que jamás nos hemos acostado, besado o cualquier cosa romántica. De hecho a las justas me abraza a mí o a cualquier otra mujer, no le gusta el contacto físico. La relación que tenemos se basa netamente en una amistad.

—Para, —ruego— no me compete —mis palabras no van acorde con el gran peso invisible que abandona mi cuerpo.

—Déjame terminar. —levanta una de sus manos para proseguir— Quiero a Adrián, me ayudó cuando todos me dieron la espalda así que de parte mía, lamento si de alguna forma te hice sentir mal, sé que no te conozco y tal vez esto sea demasiado ridículo, pero no seguiré arruinando a terceros para salvar mi pellejo. —suspira— Eso es todo.

Asiento, sin tener la capacidad de poder decir alguna cosa porque realmente temo ir por asuntos que no están a mi alcance y que ciertamente dañarían a personas que estimo.

Sin embargo, Lara se mantiene quieta, observándome con presión mientras que Dereck mueve su pierna derecha con impaciencia. Ambos crean un ambiente en el que se me es imposible respirar, cosa que es terriblemente fatídico ya que entre todas las personas del mundo, Dereck Orwell es mi mayor confidente.

Me retiro, camino tan rápido que Dereck tiene que trotar para alcanzarme. Ni siquiera me doy cuenta a dónde voy, solo trato de huir para volver a sentir el aire fresco, sin embargo, cuando menos me doy cuenta, una mano se posa en mi antebrazo y me jala para atrás.

—Explícame todo lo que esa mujer ha dicho —enfrenta, sin importar que los demás posiblemente nos escuchen— ¿Hacerte su esposa? ¿De qué me estoy perdiendo?

—Es lo que he tratado de explicarte —murmuro— ¿Me vas a dejar hablar esta vez?

—Te escucho.

Le cuento todo. Desde que Ariel mancho su camiseta hasta que regreso y le informe que iba a hablar con Adrián, claro, por supuesto que tuve que ser honesta con la situación, de que lo espíe y que me descubrió para después recién poder charlar.

Omití los sucesos que pasaron adentro de ese cuarto cerrado y al ver que tampoco insistió en el tema, doy por finalizado mi discurso.

—¿A qué diablos está jugando? —pregunta, pero parece más algo para así mismo que para mí— No lo entiendo.

Me odia.

—¡Oigan, tortolitos! —la voz ebria de Thomas resuena— ¿Ya se reconciliaron? —mi ceño se frunce— Espero que no porque no quiero oír ruidos en la... —se oye un ruido seco— ¡Auch! No me pegues, Bralow.

Frunzo mi ceño.

¿Qué acaba de decir? Hay algo en la forma, el tono de voz en que lo ha dicho que me hace levantar unas sospechas que atacan directamente a mi corazón.

—Cuando está ebrio crea un mundo alterno dónde Dereck y yo estamos juntos —le informo con un gesto tranquilo.

—¿Qué? —parpadea anonadada, luego mira a su hermano en busca de una verificación a mis palabras.

—Mundo alterno dice —percibo un tono de burla en Bralow.

Casi de inmediato, Dereck se reclina y masajea sus manos ¿Qué lo pone nervioso?

Lo prometió, me lo juro por lo más sagrado en el mundo, no es posible que me haya fallado, no después de todo este tiempo.

—Discúlpate si quieres mi calor, Ashley.

—No.

—¿No?

—No. —afirmo— Si tú no quieres, tengo a Dereck, Bralow o Ariel. Me mira por unos segundos y termina por bufar con unos ojos que lloran por no salirse con la suya.

—Diablos, Orwell tenía razón, te has vuelto muy engreída desde que...

Dereck deber ver algo en mi rostro ¿Decepción? Tal vez, sin embargo, cualquier cosa que observé, lo motiva a despojarse de toda su ira y doblegarse.

—Te lo puedo explicar —habla rápido, tanto que su desesperación me golpea.

Ya sabe que lo sé.

—Se los dijiste, —la decepción en mi voz no le hace justicia a mis sentimientos— realmente lo hiciste.

Sus pupilas se dilatan y abre sus labios para poder decir algo, pero la presión en su garganta se lo impide ¿Cuan consiente debes estar de haber fallado como para no tener fuerzas para defenderte? No lo sé, pero Dereck sin duda tiene un amplio currículum sobre ello.

Junto mis labios en una fina línea y señalo con mi cabeza la dirección del dormitorio, en un clara señal de tener un momento a solas.

Me comprende, una vez que me muevo, él me sigue detrás en completo silencio junto a una densa capa de incomodidad.

Al llegar, abro la puerta y solo entonces me permito derrumbarme, a la par que todos los recuerdos del pasado me caen de golpe y sin ningún tipo de anestesia.

Fue exactamente hace dos años cuando nuestra historia empezó.

¿Quién dio el primer paso? Yo.

¿Quién lo termino? Yo.

Fue algo raro. Sabía que las dudas no eran normales, no cuando llevábamos conviviendo tres años, pero solo basto la interrogante perfecta para poder dar el siguiente paso: ¿Por qué no?

Simple, tan poderoso.

Y la verdad es esa ¿Por qué no podíamos estar juntos? ¿Por qué intentaba reprimir mi deseo? No era amor, estaba segura, pero la última vez que me enamore empezó de una manera tan caótica que estaba dispuesta a intentarlo y ver lo que el destino le preparaba.

Llegué a estar tan comprometida con Dereck que sin darme cuenta, había dejado atrás a Adrián, ya no estaba al pendiente de sus notificaciones y cuando lo hacia, ya no me importaba y dejaba que se esparciera junto a la basura. Dereck jamás se dió cuenta de aquello, pero eso ya no es importante.

Por esas épocas, Dereck estaba saliendo con una mujer. Aunque si soy totalmente honesta, solo eran un par de individuos que se encontraban para mantener relaciones, la única mujer con la que repitió sus encuentros y la detonante para despertar ese deseo de reclamo por Dereck.

Es que Dios, solo tenía que mirarlo para saber que en algún momento mis rodillas iban a ablandarse y doblarse por él.

Y caí, me entregué a voluntad.

Fue como un sueño, lo bueno y perfecto que es Dereck es casi irreal. Explicar con palabras lo importante que es en mi vida es imposible, hemos atravesado tanto, vivido, nos conocemos a tal punto que por primera vez en mi vida, pude crear una conexión tan poderosa como la que tenía con mi hermano Jeremy.

Por eso mismo, estaba hecha un lío. Perderlo no estaba en mis planes ¿Pero si me rechazaba o si no funcionábamos?

¿Era claro que Dereck sentía algo por mi? No, en definitiva no. Me organizaba citas a escondidas, según él era divertido así que las posibilidades de que todo saliera mal era grande. Su primer trabajo como cupido fue en vacaciones del nuestro segundo año de universidad  ¿Cómo salio? Absolutamente mal, Dereck termino golpeando al hombre porque intento sobrepasarse conmigo, desde ahí fue muy selectivo.

¿Era lo suficientemente valiente como para perderlo después de un inminente rechazo? No, al menos no de una forma tan tonta, pero entre la razón y el corazón, siempre he tenido debilidad por mis sentimientos, así que esos y otros factores me llevaron a tomar la decisión de besarlo y declarar mis sentimientos ocultos.

Sonrío al recordar esa noche.

Estaba lloviendo a cantaros y el clima pronosticaba truenos. Recuerdo haberlo llevado a la sala para poder conversar de un tema importante, sin embargo estaba tan nerviosa que no podía dejar de sonreír y cuando él empezó a preocuparse por mis calificaciones en la universidad, me abalance a su cuerpo, tome su cuello y junte nuestras bocas en el preciso instante en que un relámpago golpeaba la tierra.

Un sueño.

Uno del que pronto me despertaría.

Lo tome por sorpresa, esperaba que me apartará para conversar, pero en lugar de eso seguimos besándonos hasta acabar en la cama.

A la mañana siguiente hablamos, bueno, solo un poco y luego seguimos descargando toda nuestra frustración sexual. Acordamos mantener una relación, una real y sin problemas.

Y lo hicimos, claro que lo hicimos.

Pero la felicidad duró poco.

Exactamente dos meses.

¿El problema?

Dilemas sin tratar.

No le habíamos dicho a nadie de lo nuestro, queríamos que fuera algo seguro antes de gritarlo a los cuatro vientos ya que Dereck entendía a la perfección mi miedo de que algo saliera mal. Sin embargo no nos ocultábamos, salíamos a la calle juntos, nos besábamos en los centros comerciales, nos posteamos cosas cariñosas, pero al siempre estar unidos, la mayoría pensaba que era algo normal.

Pero justo antes de nuestro aniversario de nuestro tercer mes, una invitación para una reunión de ex alumnos del instituto nos llegó.

Tomamos la decisión de soltar la bomba ahí.

Mis amigas iban a estar felices, lo sabía, nuestros viejos conocidos igual. Estaba contenta por todo, pero en cuanto una persona afirmo su asistencia, todo fue yendo en picada.

Era consiente de que vería a Adrián, no tenía problemas, estaba preparada mentalmente por si su desprecio aparecía, no iba a dejar que problemas del pasado arruinen mi presente, que en ese momento era nada menos de Dereck Orwell.

Ojala mi mismo desinterés hubiera contagiado a mi pareja, ya que desde ese momento, comenzó la cuenta regresiva.

En todo el trayecto para llegar al instituto, Dereck empezó a cambiar y no, no fue para bien.

Justo había terminado una semana intensa de exámenes y estaba agotada, a las justas pudimos subir al avión y en lo único que pensaba era en dormir para llegar con buen semblante, pero Dereck tenia diferentes planes. 

No dejaba de mirar su celular, no quería soltar mi mano a pesar de que se me había adormecido y tampoco dejaba de hacer preguntas acerca de como me sentía con nosotros o cualquier cosa.

Nunca fue una pareja posesiva, todo era paz y ternura con su toque de picardía característico. Era satisfactorio, no quería más ni menos. Sin embargo, ese día, Dereck saco a relucir toda su posesividad a tal punto que me asfixio.

No fue bonito.

No porque no me gustará, sabía que amaba ese reclamo porque con Adrián estaba conforme con todo lo que me daba. Pero lo que Dereck me hizo experimentar fueron las mismas sensaciones que Luke implemento.

Era sofocante.

A pesar de ello trate de comprenderlo, estaba temeroso por Adrián, por las viejas emociones que podrían surgir así que solo trate de seguirle la corriente y dejarle en claro que no había otro hombre en mi vida.

Él fue mi todo.

No obstante, al llegar, después de unas copas de champagne, empezamos a recorrer las instalaciones y la nostalgia me invadió. Empecé a soltar un par de lagrimas en las gradas de la cancha de futbol. Ese lugar albergaba recuerdos hermosos como horribles, me golpeo, pero de la misma forma me hizo más fuerte. 

Dereck no lo entendió.

Creyó que era por Adrián.

Y esa fue la primera rajadura.

Empezó a cuestionarme, a dudar de mis sentimientos. No importo cuantas veces le aclara que mi mente estaba en otro sitio, simplemente se cerro y de pronto las lagrimas pasaron a cambiar de significado.

Trate, Dios sabe lo mucho que intente que nada me afectará, sin embargo, con todo el alcohol que teníamos encima era difícil, manejar nuestros impulsos fue imposible.

Llore al defenderme.

Él presiono.

Todo se derrumbó en un chasquido de dedos.

Rompimos esa noche.

Al regresar al departamento todo se sentía irreal. 

No hablamos hasta dos días después y cuando llego el día, lloró para que podamos regresar. 

No acepte.

Lo ansiaba más que nada, pero si algo pude rescatar de todos sus gritos fue que Dereck no había arreglado sus temas con el pasado. 

Yo fui a terapia.

Él jamás.

No sano todos los años que Luke lo maltrato, no pudo perdonarse por descuidar a Dalesa y sin duda alguna, su autoestima estaba en el suelo con respecto a Adrián, interiormente se culpaba por los años que me trato mal ya que en otro paralelo, tenía la certeza de que si nada de eso hubiera pasado, yo me hubiera enamorado primero de él y no de otro.

¿Lo peor? Es que puede tener razón, él pudo ser primero, él pudo ser mi todo. A pesar de todo, no se lo dije, pero tampoco me cerré.

Le hice ver lo que tenía que trabajar y aunque al principio no aceptaba y se excusaba de que estaba bien, después de dos meses comprendió que tenía deudas pendientes.

Fue a terapia.

Ya no éramos pareja, después de la ruptura nos mantuvimos como amigos y lo apoye en todo su proceso. Nos mantuvimos como los fieles confidentes que somos y mi miedo de no recuperar nuestra complicidad quedó en el olvido, faceta que pasamos nos hizo más fuertes.

Estuvimos bien.

Sin ninguna novedad

Así que, cuando me propuso para volver a intentar un "nosotros" haces tres meses, todo se revolvió en mi ser.

Ya nada era igual.

No sentía ese cosquilleo del principio que me animo a arriesgar todo.

Ya no lo veía con ojo de amor.

Y lo más importante, había vuelto a mis viejas costumbres 

Me tomo medio año recaer. Seis meses en que estaba recuperada de mi ruptura con Dereck, antes de volver a estar al pendiente de Adrián.

No fui consiente, el proceso fue lento y cuando menos me di cuenta, ya había reactivado las notificaciones junto con el despertar de mi curiosidad.

Dereck estaba al tanto y no le importaba. Cuando me descubrió sentí que podía hacerle algún daño, pero me dejó en claro que no. Además, retomo su labor de organizarme citas a ciegas. Fue divertido, pero ninguno me interesaba, nadie despertaba ese sentimiento de adrenalina y en su mayoría eran hombres que temían decir algo incorrecto por las amenazas que Dereck les hacia antes de las citas.

Así que sí, no tenía ningún indicador de que Dereck seguía sintiendo algo. Me tomo por sorpresa su propuesta, pero de la manera más madura, me negué.

No iba a dañarlo.

No le iba a dar falsas esperanzas.

No iba a joder todo su avance.

¿Su respuesta?

❝—Esta bien, Ashley. Sé todo lo que haces, no te pido que regresemos ahora, solo te pido que me des la oportunidad de conquistarte. —abro mi boca para refutar— Sin besos, ni sexo. —aclara— Solo tu y yo. Quiero empezar conquistando tu corazón y después tu cuerpo. —toma mi mano entre las suyas— No te pido que cambies tu rutina, puedes salir con otros hombres si lo deseas.

—¿Cómo sé que no acabaremos cómo la última vez?

—Porque ya estoy bien.

—Sé que solucionaste tus problemas con Luke y tu culpa por Dalesa, pero...

—Confío en ti, Ashley.

—Tengo curiosidad por él —no había necesidad de decir su nombre.

—Lo sé.

—Si tengo la oportunidad, me gustaría volver a entablar una amistad con él.

—Estoy bien con eso.

—Tengo mucha curiosidad por su vida.

—¿Sigues queriéndolo?

—No. —aseguro.

—¿Estas cerrada a una relación?

—No le temo al amor.

—¿Y por qué no lo intentamos? Una última vez, dame eso y prometo que no te arrepentirás. 

—No creo que pueda volver a quererte de esa forma —sincero.

—Nunca lo sabrás si lo intentas.

—¿Quieres que me arriesgue?

—Apuesta todo por mi, Ashley. —ruega— Hazlo y verás que será la mejor decisión de tu vida. 

Caí.

Dereck Orwell me convenció tras unas largas horas de charla, fue duro, pero nunca dude de su palabra. Sin embargo, como dije, quería ir con cuidado y con la honestidad por delante. Por eso mismo, acordamos cuatro reglas:

1. Ningún contacto físico sexual (Si algo he aprendido de Luke Brown es que la relación de amigos con beneficios jamás acaba bien. Además no es algo que vaya con nosotros. Dereck merecía más que un simple enredo de sabanas y yo soy demasiado sentimental como para sostener ese vinculo, soy todo o nada)

2. Mantenerlo en secreto (Dereck habló mucho ese día, pero necesitaba la confirmación con hechos ¿Y qué mejor demostración de que no me quiere por un tema de ego o una fantasía pasada, que no importarle gritar a los cuatro vientos que le estaba abriendo la puerta a mi corazón?)

3. Ser honestos sobre nuestros sentimientos (No importa qué, si alguien me parecía interesante o si él se cansaba de esto, tenemos que contarlo)

4. Si en cuatro meses sigo con mis sentimientos igual, todo se iba a acabar y seguiríamos como antes (Él quería seis meses, yo tres, así que llegamos a un acuerdo justo. No podíamos pasarnos toda la vida en el juego)

Ya pasaron tres y todo sigue igual. 

No siento nada.

Nada romántico.

—¿En serio, Ashley? —su voz retumba en el pequeño espacio— ¿Es tan malo que todo el mundo sepa que estamos juntos? ¿Tanto te avergüenza ser mía?

Entiendo a lo que se refiere, pero haberle dado pase verde no significa que soy suya, al menos no en el sentido en el que sus palabras lo transmiten.

No respondo, simplemente me siento la borde de la cama y cubro mi rostro con ambas manos.

—No. —ruge— Ni te atrevas a llorar ¿Me oíste? No lo hagas.

—No hagamos esto por favor, —murmuro— no de nuevo.

—¿Hacer qué? —presiona.

—Creer que no eres suficiente para mí porque si las cosas fueran distintas, sabrías que no hay otro hombre que quiera tanto como a ti. —admito— Pero no importa cuántas veces lo diga ¿No? No interesa cuántas veces lo intentemos, no vamos a poder avanzar. —levanto la mirada y veo su frustración— Así que acéptalo, Dereck. Te ofrezco algo más valioso que una relación, te entrego mi amor de hermana, te doy todo de mí, mis defectos, mis virtudes, mi fidelidad, soy tuya. 

Mis palabras lo golpean con tanta fuerza que creo que rompe esa pequeña burbuja donde estaba ya que sus facciones decaen sin frenos. 

En silencio, Dereck avanza y se coloca a mi lado, hundiendo la cama y rozando nuestros hombros en el proceso. No lo miro, dejo que tenga su proceso y mientras tanto me ocupo de regular mis latidos al igual que desintegrar la tristeza. 

No necesito una respuesta a mi confesión, Dereck puede tener defectos y ser impredecible, pero cuando se trata de nosotros, sé que no hay sorpresas. Sé que sabe que tengo razón.

Un suspiro profundo proveniente de mi lado me hace voltear y por alguna razón él ya tenía sus ojos puestos en mí.

—Desde que me mentiste sobre la llamada que le hiciste a Dalesa, algo ha cambiado. —revela, ganándose un suspiro mío. Su tono es más calmado— Luego vino él y la forma en como lo miraste... Dios, no tienes idea de lo mucho que extrañaba esos ojos, ese brillo que alguna vez me perteneció.

—Te juro...

—Lo sé, lo sé —me corta— ¿Solo curiosidad? Sí, claro.

—Dereck...

—Me reuní con Adrián después de ti ¿Quieres saber lo que paso? 

Endurezco mi mandíbula y miro al suelo ¿Qué diablos me esta pasando? 

—No, estoy bien así.

Dereck gira su cabeza a un lado y sonríe sin ánimos, casi con incredulidad, pero en cuanto se devuelve a mí, mantiene su gesto neutro.

—¿Qué paso entre ustedes? —interroga— ¿De qué podrían haber conversado para que él actué de la forma en que lo hizo? Lograste desestabilizarlo en segundos, Ashley ¿Te das cuenta de lo poderosa que eres?

Reprimo un jadeo.

¿Por qué la pregunta no va para Adrián? Quiero decir, sin embargo me callo y analizo su única cuestión verídica: 

¿Qué pasó entre nosotros?

 No lo sé

¿Cómo puedo explicar algo que ni siquiera yo misma puedo tener claro? ¿Cómo se describe nuestro encuentro? ¿Cómo ponerle un nombre a algo tan... No tengo palabras, no cuando Adrián Irman esta involucrado. 

Cuando me descubrió espiando su conversación pensé que iba a estallar contra mí, pero no. Me arrastro, me oculto de todos y nos puso en una situación donde ambos estábamos terriblemente expuestos. Temblé, no lo niego, estaba tan aterrada por su próxima acción, pero en cuanto las primeras palabras salieron de su boca, me perdí.

Note su picardía, su fuerza, todo. 

Trate de mantenerme a raya, exigiendo explicaciones, sin embargo su presión me aplasto. Fue como si nunca hubiéramos terminado, como si todos estos años se hubieran desvanecido en el tiempo y todas nuestras emociones siguieran intactas, olvidándonos de todo el daño echo. Un reinicio, un dejavu de nuestro comienzo. Su juego fue peligroso, sus miradas intensas casi me penetran y su brillo, que duro a penas unos segundos, me hizo aceptar mi turno y jugar la partida. 

¿Su ataque?

Ninguno. Huyo, tiro todas sus piezas y pronunció:

El problema Ashley, es que no me interesa formar ningún tipo de vinculo contigo.

¿Le creí? 

La respuesta sigue en el aire, ya que mi mente no dejaba de repetir sus oraciones pasadas.

...Además estoy al tanto de que no has dejado de temblar desde que lo viste porque muy dentro de ti sabes que si él quisiera podría tenerte a sus pies así como tú a él.

¿Con que versión me quedo?

—Si eso no es obsesión, no sé que podría serlo, total ¿Quién mejor para hablar que yo? Que pase obsesionado por tres años de una mujer que jamás se percató de mi presencia. —su mano se alza para tocar mi barbilla, pero al último segundo se arrepiente y retrocede.

¿A qué Adrián escojo? ¿Al que es conmigo en privado o el que le da la cara al mundo? Y lo más importante ¿Por qué no puedo deshacerme de esta curiosidad? Ya lo vi, verifique que esta relativamente bien, no puedo cambiar su resentimiento por mi error en el pasado, lo entiendo ¿Entonces? ¿Qué me falta para despejarlo de mi vida? ¿Qué estoy esperando? 

—Ya veo. —susurra Dereck, relamiendo sus labios— Terminemos con esto otro día, Ashley.

—Prometimos nunca irnos molestos.

—Prometimos muchas cosas, Ashley, pero ahora no me importa.

Mi corazón se detiene.

—¿Qué acabas de decir?

No hay respuesta, solo sacude sus manos en su pantalón y se levanta rápido, dándome la espada y comenzando a caminar a la salida.

No.

Mil veces no.

—Siempre te fui sincera, siempre te hablé con la verdad, te abrí mi corazón y a pesar de que no te correspondía, tu lo aceptaste. —hablo rápido, erradica— No te culpo, lo juro Dereck, entiendo tus sentimientos, pero de igual forma te pido que no me culpes, sabíamos que podía salir mal, me arriesgue por ti y tu por mi, dimos nuestra palabra de que nada nos separaría. —no importa cuánto lo intente, mi voz termina por delatar mi vulnerabilidad— Tu y yo hasta el final ¿Lo recuerdas? 

Se detiene, con su espalda dándome la cara, pero jamás voltea.

Toma un suspiro y continúa su camino.

Vamos, Orwell. Creo en ti.

—Quédate —susurro.

—Otro día, te lo prometo, pero hasta entonces, mantengamos distancia. —mis facciones decaen—Hoy no es el día para esta conversación, mariposa —dice justo antes de desaparecer por la puerta.


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Pero bueno, que capitulito 💨

Tengo que hacer mi pregunta de rigor ¿Qué les pareció? Ojito, la funa no vale eh 🧐👊🏻 (bueno, tal vez un poquito jajaja) Como les comenté en mi Instagram, estuve batallando con un capítulo y sí, fue este, quería que todo quedará EXAGERADAMENTE claro y aunque a veces me digo que pude hacerlo mejor, es lo que hay, ni modo.

No se olviden de dejar su voto, comentario y seguirme para estar al tanto de las nuevas noticias ❤️.

Me retiro con una última pregunta:

¿Han cambiado de Team?

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