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05

Bajó del auto emanando poder, vistiendo elegante, siempre de traje negro adornado con unas pringas brillantes y camisa blanca. Al poner un pie en aquel sitio, su alfa se removió inquieto, sintiendo algo extraño.

Su lobo se removió dentro de él, era un experto en dominar sus sentidos, pero esto era diferente.

No lo pudo ignorar, fue extraño, no era un mal presentimiento o algo que fuera parecido a eso. Apretó la mandíbula para intentar que la sensación desapareciera.

Hoseok y Yoongi iban detrás de él, el mar de gente parecía abrirle paso al alfa en cada paso que daba. Necesitaba llegar hasta donde se encontraba el idiota de George. El alfa lo esperaba con aquella omega en su regazo, al verlo ella se mordió el labio y sonrió.

El ego de Jungkook subió dos escalones más cuando al pasar, todos giraban al verlo ¡Y diablos! ¿quién jodidos no lo haría?

A simple vista le pareció un buen lugar, elegante y sofisticado. Una omega los guió a uno de los niveles altos del bar.

Al llegar un alfa lo recibió y al instante lo odió, maldito hijo de puta que estaba a punto de lamerle las bolas. Jungkook no demostraba emoción, ni gesto alguno.

─Bienvenido, Señor Jeon. Es un gusto tenerlo por acá.

Serio, el alfa solamente hizo un asentimiento con la cabeza como respuesta. Sus ojos analizaron cada parte del club, expectante observó la planta baja, aún no empezaba la tan esperada presentación.

La ambientación del bar estaba destilando deseo, pasión y erotismo, había algunos servidores con diminutas prendas caminando de aquí para allá.

Alguien les llevó una charola con licor y algunas botanas, George le hizo una seña a Jungkook para que se acercara a él y a la rubia que estaba sentada en su regazo.

─Llegaste ─vociferó con emoción.

─¿Tú crees? ─preguntó con ironía─. ¿Cuándo empieza toda la mierda? Estoy perdiendo tiempo.

─Relájate, Jeon.

─La polla es lo que necesito relajar, realmente espero que valga la pena o tu cráneo me servirá como soporte de papeleo.

George tragó nervioso.

La omega sonrió con coquetería─. Si lo deseas, yo te puedo ayudar con eso.

Jungkook se relamió los labios.

No mentiría, la chica era guapa y atractiva, pero no era de su gusto, aunque a su orgullo de alfa le encantaba que le rogaran─. No estoy tan desesperado.

─¡Oh, vamos! ─ella exclamó, acercándose contoneando las caderas para llamar su atención─. La puedes relajar en mi boca ─señaló su entrepierna, dejando salir su olor para seducirlo.

El alfa subió la mirada hasta los ojos de la omega. Serio, se relamió los labios─. Tentador.

─¿Sabes? No tengo ropa interior puesta ─susurró cerca de su oído.

Yoongi se acercó sigiloso, siempre cuidaba que no cualquier tipo de persona se involucrara con el mafioso─. Jefe...

El alfa giró su rostro, pero con la vista en la omega─. ¿Qué sucede? ─su voz empezó a tornarse algo grave, la omega estaba bombardeándolo con su olor.

─Esto está por iniciar.

─Gracias por informarme, Yoongi ─chasqueó la lengua, empezando a sentirse irritado por tanto olor y más por lo empalagoso de la omega─. Aléjate ─exigió, ajustando su traje.

La omega viró los ojos, sintiéndose molesta, pero se quedó sentada junto a él, dejando salir su aroma en pequeñas cantidades para lograr mantenerlo cerca.

Jungkook escuchó que el dueño del Bar parloteaba con dos alfas que llegaron hace rato, suspiró hastiado de todo.

Las luces se apagaron, su lobo se inquietó de nuevo, una leve música empezó a sonar y el ambiente cambió rotundamente. Pensó en aprovechar y darse un buen polvo con la rubia que parecía empezar a lubricar estando junto a él. La omega estaba a punto de besar su mandíbula cuando un reflector iluminó el pasillo.

Su instinto le hizo girar y ver, la chica puso la mano sobre su muslo, empezando a acariciarlo, su toque iba subiendo más y más.

Para el alfa de ojos oscuros de pronto todo se detuvo a su alrededor. Un hermoso chico salió iniciando el acto, y su lobo se idiotizó completamente. La rubia continuó con su toque, llegando hasta su prominente erección. Ahogando un jadeo, empujó sin cuidado a la rubia para quitarla de encima.

Jungkook se puso de pie, ignorando los lloriqueos de la omega para así acercarse al palco y ver mejor.

Se sintió flotar, era tan atrayente.

─Diablos... ─masculló ante la belleza que observaba.

Se relamió los labios y más de un miembro le palpitó en el cuerpo.

No pudo apartar la vista del escenario, fue imposible hacerlo. Era hermosamente hipnotizante.

Algo dentro de él se encendió, sus primitivos instintos lobunos rogaron en aullidos ir por aquel omega y reclamarlo como suyo, porque ese bello chico era su omega, su jodido destino estaba a unos cuántos metros.

Mío ─su lobo exigió, amenazando con salir.

─¿Qué mierda le sucedía? ─calló su interior, reprimiéndose así mismo.

Lo admiró caminar por toda la pista, parecía estar flotando, lucía simplemente magnífico y ese ser divino parecía no darse cuenta de que todas las miradas estaban puestas sobre él.

Una ola de celos le invadió cuando notó a todos verlo y comérselo con la mirada, a lo lejos escuchaba estupideces sobre aquel omega, algunos halagos y otras eran palabras inmundas, refiriéndose a lo que podrían hacer si ese lindo castaño estuviera en sus sucios y asquerosos brazos.

Sus manos se apretaron en el duro material del barandal-. ¿Qué diablos le estaba pasando?

No fue consciente de todo lo que aconteció a su alrededor, porque su vista estaba en un solo lugar... Y era en aquel omega de piel lechosa, pintada con algunos tatuajes, cabello castaño, rostro angelical; con un jodido y espléndido cuerpo, no pudo detallarlo más por la lejanía, pero rastros de su aroma llegaron a sus fosas nasales. Sus ojos se tornaron oscuros y llenos de deseo. No apartó su vista en ningún momento.

Y ya que estaban jugando a los ángeles y demonios; sí, el pecado era condenable, y él estaba dispuesto a vivir en el mismo infierno por tentaciones tan dulces como los apetecibles labios de ese lindo omega.

A lo lejos escuchó a un idiota tener la osadía de reclamarlo─. ¡Pero qué imbécil! ─pensó, dándose la vuelta para encararlos.

Enfurecido, se acercó. Pasó tirando una botella de vino cuando escuchó a un alfa pretender hacerlo su omega.

Así que salió con aires de superioridad, emergiendo de la oscuridad e imponiendo su gran presencia. Su alfa marcaba territorio para dejar en claro quién era el ser más poderoso de todos.

Ladeó la cabeza, haciendo crujir sus huesos para ir a plantarse delante de aquellos tres idiotas. A lo lejos notó cómo Hoseok se tapó la boca para cubrir la carcajada que amenazaba con salir.

El estúpido alfa se atrevió a dirigirle la palabra─. ¿Qué mierda sucede contigo? Ese vino era de los buenos ─señaló con enojo la botella en el piso.

Se acercó con arrogancia.

─Al parecer no tienes buen gusto en todo, eso es una mierda y cuida cómo te diriges a mí, otros han muerto por menos que eso ─habló con tono dominante.

El alfa mayor retuvo al imbécil de su hijo para que no cometiera una tontería. Leandro, conocía a ese alfa.

El lame bolas se puso de pie para ir hasta donde él estaba─. Señor Jeon, disculpe el arrebato.

─El maldito de George me trajo para hablar de negocios y sólo he estado escuchando puras estupideces ─reclamó con molestia.

Mike, apenado, lo presentó con los otros. El alfa mayor se presentó, resultó ser que el alfa trabajaba para una de sus zonas y él no tenía completo conocimiento, después se encargaría de saber todo sobre ese alfa y el idiota de su hijo.

─Señores, les invito a no perderse de los detalles, estamos llegando a lo mejor ─Mike se acercó, interrumpiendo la conversación.

Se sentaron, acomodándose en sus lugares, notando cómo la perversión era la que estaba comandando todo el ambiente.

Un grupo de bailarines se acercó hasta donde el alfa estaba, con movimientos incitadores y sensuales intentaron atraerlo.

Pero más de tres pares de ojos estaban puestos sobre aquel omega. Para Jungkook era imposible dejar de verlo, algo le hacía querer estar rodeándolo. Era como si una fuerza invisible lo estuviera atrayendo.

No se percató cuando George y la omega se marcharon con los bailarines, tampoco cuando el estúpido hijo de Leandro desapareció.

Aún con los omegas y esa alfa tocándose frente a él, no pasó desapercibida la sonrisa en el rostro de Leandro, sonrisa que iba dirigida para aquel omega, su omega.

Por un momento perdió de vista al castaño. Inquieto buscó la silueta del lindo chico. Bufó molesto, pues ahora una omega caminaba contoneándose hasta donde él estaba. Jungkook no dejó de buscar, su semblante se relajó cuando con pasos presurosos vio de nuevo al omega. Su alfa aulló al notar que se dirigía a la zona donde ellos se encontraban.

El omega se quedó parado por unos instantes en la cúspide de las gradas, buscando a quién era su jefe. Sus ojos bailaron por todo el lugar, ahora podía verlo mejor, era malditamente hermoso.

Sus ojos eran mieles, y parecían brillar. Sus labios tentadores y apetecibles, mandíbula perfecta y un perfil pronunciado, cuello pálido, donde sus manos quizás podrían lucir mejor que cualquier collar o gargantilla.

¡Y por la jodida mierda! Esas piernas encajarían perfectamente rodeando su cintura o sobre sus hombros...

Inhaló, sintiendo nuevamente el leve aroma que emanaba de ese lindo castaño; cerezas. Pero no entendía por qué lo ocultaba.

Movió la cabeza para verlo mejor, por unos segundos que en realidad parecieron una eternidad. Sus miradas se encontraron, el omega con vista seria y concentrada fijó sus ojos en él; por un momento trastabillo cuando se encontraron con sus ojos negros.

El omega se quedó inmóvil, viéndole directo. El alfa pudo notar cómo pasó la saliva por su garganta. Entreabrió sus lindos y apetecibles labios, dejando escapar un poco de aire, parecía que desde donde se encontraba podía escuchar su corazón latir frenético.

Le fue imposible quitar su atención de él, y su momento glorioso fue interrumpido cuando el idiota de Mike chasqueó los dedos para llamar su atención.

─Jimin, ¿qué mierda sucede contigo?

El omega salió de su ensoñación, llegando hasta donde su jefe.

─Perdona, ¿en qué te puedo ayudar?

─Park, ¿recuerdas al señor Leandro? ─Su jefe señaló al alfa mayor.

─Sí, eso creo ─respondió, con una sonrisa recta.

─Hola, lindura, ¿cómo estás? ─saludó galante.

─Muy bien, señor, gracias, ¿desean tomar algo? ─Su voz se escuchaba un tanto rasposa.

El alfa mayor le sonrió─. No, cariño, por ahora estoy bien, y no me llames 'señor', me haces sentir viejo, sólo dime Leandro, por favor ─pidió, admirando su perfil.

El omega le regresó la sonrisa por cortesía, viendo a su jefe ponerse un poco incómodo por lo que sucedía a sus espaldas. Kimi parecía estar dispuesta a lanzarse a las piernas de aquel alfa.

─¿Por qué no tomas asiento y me platicas un poco más de ti? ─El mayor se dirigió al omega.

─Le agradezco, pero debo seguir trabajando. Si gusta puedo llamar a alguno de mis compañeros para que le hagan compañía ─sugirió amable.

El alfa ladeó el rostro, la sonrisa no se iba de su rostro, era todo un caballero.

─Jimin, no seas grosero y acepta la invitación de Leandro ─Su jefe demandó con molestia.

─Pero... ─El omega intentó refutar.

─Pero nada, sólo siéntate, maldición ─espetó, intentando ocultar su molestia.

Todo se vio interrumpido cuando escucharon el nombre de Jimin, alguien le estaba gritando con insistencia mientras el alfa azabache se alejaba del oído de la omega que le llamó. Ella, embriagada por el potente olor del mafioso, acató la orden.

El omega se puso de pie con el mandato de su jefe, enviándolo a atender.

─Fue un gusto verlo, señor, espero tenga una buena velada.

Se despidió del mayor y sin más, se encaminó a donde un grupo de compañeros se encontraban tratando de levantar al alfa para llevárselo a la zona de arriba.

Para Jimin fue imposible quitarle los ojos de encima mientras que los demás intentaban llamar su atención tocando, besando su rostro, y Kimi le bailaba de forma provocativa.

Algo en el ojimiel se incendió. Retuvo el deseo de aventar a todos lejos de él, su estúpido omega lo reclamó desde que sus miradas se encontraron.

─Jimin, ¿cierto? ─la voz grave del alfa se escuchó, sus destellantes ojos no dejaban de observarlo,

Jimin vio cómo se mordía la punta de la lengua, intentando reprimir su deseo.

Tendría a ese omega en sus manos, claro que sí.

Para el omega, escuchar su nombre salir de ese guapo alfa fue como un canto celestial que lo conducía al cielo mismo, pero era más que obvio que ese alfa era del tipo de personas que chasqueaban los dedos y tenía a todos rendidos a sus pies, pero con él no lo lograría. Por supuesto que no, y más con todos restregándose a su alrededor de esa forma, para Jimin fue repulsiva la vista.

Kimi detuvo su baile, sintiéndose enfadada, no entendía cómo era posible que el mafioso no le prestara un poco de atención. Se volteó, siguiendo la mirada del alfa. Al notar a Jimin, se cruzó de brazos aún más furiosa.

─Así es ─respondió al alfa con algo de seriedad.

Guardaría la compostura, debía ser profesional.

─Lindo nombre ─comentó, fijando su mirada en su boca. Lo analizó detenidamente, relamiéndose los labios.

─¿Le puedo ayudar en algo? ─preguntó exasperado y algo nervioso, porque muchos ojos estaban puestos sobre él.

Otros clientes le hacían señas para que se acercara a tomar órdenes, por lo regular esa no era su zona, y tener al lindo omega cerca era lo que más deseaban.

Yoongi y Hoseok veían curiosos la escena mientras comían algunos frutos secos. Sus miradas danzaban atentos al castaño, a los omegas danzantes y en la alfa que estaba de un lado del omega, ya con sus manos sobre su pierna.

─¿Señor? ─Jimin preguntó irritado y un poco incómodo.

El alfa intentó ponerse de pie, pero Kimi se posó frente a él, inclinándose para enseñar su busto y distraerlo─. ¿A dónde cree que va, señor?

Jimin bufó cuando el alfa no le respondió, se dio la vuelta para ir a atender otras mesas cuando escuchó de nuevo su grave voz─. ¿Me trae algo de tomar, omega? ─pidió, en tono bajo y seductor.

El castaño torció los ojos cuando le dio la espalda, bajó nuevamente para ir por algunas bebidas.

El pobre no sabía que el alfa quería hacerlo caer en su juego, y el omega no estaba para soportar tonterías.

A Jungkook ningún omega en este jodido mundo se le resistía.

Jimin subió de nuevo, pero ahora venía acompañado: Taehyung y un beta iban de su lado con algunas cosas. Pasaron con Mike y Leandro, dejando unas bebidas, luego fueron a las demás mesas para de último llegar donde estaba el alfa de ojos negros.

El omega lo ignoró cuando lo llamó en un par de ocasiones, aún estaba con sus compañeras resfregándose sobre su cuerpo. No le gustaba la escena, así que simplemente se hizo de vista perdida dejando pasar un poco de tiempo.

Vio cuando el alfa intentó alejarse de los bailarines, quiénes ahora estaban más calmados. Cuando dejó las bebidas sobre la mesa, se lanzaron a servir y empezar a tomar.

El alfa seguía con la mirada sobre el omega─. ¿No gustas? ─ofreció ladino cuando terminó de colocar todo.

─No gracias, no bebo.

─Entonces... ¿Algo de compañía? ─se relamió los labios.

─¿Más? ─vio a su alrededor con obviedad─, pero si gusta puede solicitar a alguno de los chicos, esa no es mi área, señor.

─Jungkook, soy Jungkook, ¿seguro que no quieres tomar asiento? Sería una lástima para mí... digo para ti, luces tan agotado ─suspiró, moviéndose hacia un lado, haciendo lugar para que el omega se sentara junto a él.

El alfa, sin disimular tan siquiera un poco, se quedó embobado con el tatuaje en medio de su abdomen, la cadena que abrazaba su pequeña cintura brillaba, atrayendo toda la atención.

─Sí, muy lamentable su situación ─comentó el omega, pensando que el alfa era algo petulante.

─Ni que lo menciones ─raspó su lengua sobre sus dientes frontales─. Parece ser un buen sitio ─intentó sacar conversación, notando el desinterés del castaño.

─Así es, bienvenido si es su primera vez ─pasó un mechón de su cabello detrás de su oreja, queriendo cortarlo y huir de ahí.

El alfa empezaba a desesperarse un poco, nunca nadie le hizo rogar, pero le encantaba la actitud del omega.

─Gracias, ¿llevas mucho tiempo trabajando aquí? ─inquirió, cruzándose de piernas mientras quitaba unos botones de su camisa para mostrar su pecho─. Perdona, hace mucho calor.

─Algo ─lo ignoró aburrido. 

El azabache se sorprendió, los omegas a su lado parecían desmayarse con ese acto y, sorprendentemente, no causó nada en el omega. Con sólo un movimiento suyo los demás caían rendidos a sus pies, y él sólo parecía más irritado.

El alfa frunció el ceño cuando notó a un rubio acercarse al omega, susurrando algo cerca de su oreja. Algo raro sucedió dentro de él cuando lo vio esbozar una pequeña sonrisa dirigida a ese alfa idiota.

El castaño regresó su atención al alfa─. Señor, no deseo ser grosero, pero debo continuar.

─Espero seguir viéndote ─habló algo decepcionado.

La respuesta del castaño se quedó en sus pensamientos, se dio la vuelta y se marchó a seguir trabajando. 

Ese omega lo atrapó sin duda, cualquier otro hubiera caído rendido delante de él, sabiendo quién era y el poder que emanaba, no quitó la vista de él en ningún instante.

Jungkook se puso de pie, siguiendo los pasos de Jimin-. Un pequeño ángel tentador, pero qué dulce agonía, es la puta tentación ─habló a lo bajo, admirando todo el ser del omega, era tan perfecto... Tan perfecto para él. Hizo señas a Hoseok para que estuviera pendiente del chico.

El castaño bajó junto a Taehyung sin percatarse de que cierto omega lo siguió de cerca.

El rubio, algo molesto, reñía a su amigo─. Jimin, ¿qué demonios te sucede?

─¿A qué te refieres?

─Ese alfa es uno de los más peligrosos e importantes de todo este puto país. 

─¿Y qué tiene que ver eso conmigo? ─graznó ofendido.

─¿No notaste como te veía? Era claro que te estaba coqueteando.

─Pues no me interesa, parece que tiene el ego tan grande que no le cabe en su enorme cabezota.

─Sólo ten cuidado, ese hombre grita peligro por todos lados.

El omega le sonrió y Taehyung se acercó para abrazarlo, de nuevo sintió esa penetrante mirada. Cuando volteó el rostro, encontró al alfa desde la cima, observándolo con el rostro serio e inquisitivo.

Jimin viró los ojos y lo ignoró.

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