Chilhood memories, 2.
—Nini, ¿otra vez llorando? ¿Qué ocurre esta vez?
Sunoo, con ahora 9 años de edad, se acercó a su pequeño mejor amigo, quien nuevamente estaba llorando. Riki era muy sensible, tanto emocional como físicamente.
—Déjame adivinar, ¿volviste a caerte? Eres muy torpe Nini. ¿Dónde te golpeaste esta vez?
El niño rubio negó con la cabeza y se lanzó a abrazar a su mayor, escondiendo su carita en el cuello del azabache.
Sunoo no dijo nada, simplemente correspondió al abrazo dejando a Ni-Ki llorar tanto como necesitara.
Y así pasaron unos largos treinta y siete minutos, en los que el mayor cantaba para el contrario, repartiendo suaves caricias en su cabello y dejando pequeños besitos en sus mejillas. Hasta que por fin, Ni-Ki se sintió capaz de hablar de hablar.
—Solo una semana SunSun, solo una, yo no quiero. Yo quiero estar contigo, no quiero lejos de ti.
—¿Te irás de viaje por una semana? Está bien Nini, tranquilo, no es tanto. Podremos hablar por teléfono todos los días, no estés triste.
—No Sunsun, eso no.— Los ojitos del pequeño volvieron a cubrirse de lágrimas. —En una semana mami y papi me llevarán de vuelta a Japón. No sé cuando volveré a ver a SunSun, y yo no quiero, no quiero irme. SunSun, deja que me quede contigo, no dejes que me lleven.
El rubio miró hacia arriba para ver al chico coreano. Estaba más pálido de lo habitual, sus ojos parecían haber perdido ese brillo especial que siempre tenían de golpe. ¿Había escuchado bien? Quería pensar que escuchó mal. Prefería mil veces ir al hospital a que le hicieran un chequeo de esos que tanto odiaba antes que alejarse de su amigo.
—SunSun, di algo, por favor...
La voz del japonés salió en un susurro quebrado que hizo que Sunoo reaccionara al instante.
—Tranquilo Nini, eso no pasará, no te irás, no lo permitiré. Te esconderemos en mi armario, yo te llevaré comida y jugaremos juntos cuando mami y papi salgan de casa.
Ni-Ki asintió de rápidamente mientras sus mejillas eran acunadas entre las suaves y pequeñas manos de Sunoo.
—Mis ganas de estar a tu lado nunca mermarán Nini, no me alejaré de ti.
—¿Qué es mermarán?
Preguntó el pequeño en voz baja sorbiendo su naricita.
—Viene de mermar, significa hacerse pequeño o disminuir.
—Entonces, mis ganas de estar con SunSun tampoco mermarán nunca. Te quiero mucho mucho.
—Y yo a ti Nini, mucho más.
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