Childhood memories, 3.
Happy Christmas Eve day!
Era 24 de diciembre y el pequeño Ni-Ki estaba realmente emocionado, después de muchas súplicas, por fin este año pasaría la Nochebuena y Navidad con su querido Sunsun.
Se encontraba tomando las manos de sus padres mientras daba suaves saltitos de alegría, esperando a que el señor y la señora Kim abrieran la puerta de la casa tras haber llamado al timbre.
Y de una vez por todas, la puerta se abrió. Deslizó su mirada hacia arriba encontrándose con la agradable pareja Kim saludándoles a él y a sus padres.
Tenían una amplia sonrisa dibujada en sus rostros y un gorro de Navidad cada uno.
La señora Kim llevaba un hermoso vestido negro con terminación en tablones en el que se podía ver una línea dorada que rodeaba el final del vestido. Era un vestido con tirantes y escote en forma de V.
Su madre por el contrario llevaba un vestido rojo, también con tablones y que terminaba a la misma altura más o menos, cuatro dedos por encima de las rodillas. El suyo tenía mangas cortas anchas y un lazo blanco en la parte de atrás a la altura de la cintura.
Los maridos de ambas iban prácticamente iguales. El señor Kim con un traje azul marino, zapatos y corbata del mismo color y la camisa blanca debajo; el señor Nishimura usaba el mismo traje, corbata y zapatos pero en color negro, su camisa al igual que la del señor Kim era blanca.
Tenía envidia de los adultos, el también quería vestirse de esa manera tan hermosa y elegante. ¿Y qué llevaba él? Os preguntareis. Pues el pequeño Riki iba con unos pantalones negros anchos y un tierno jersey blanco de pelo sintético con capucha de oso polar.
Por más que les tuviera aprecio a los señores Kim, solo había una cosa en ese momento que Riki quisiera hacer: ir dentro de la casa a jugar con Sunoo.
Sin embargo, debía tomarlo con calma y ser educado, después de todo es gracias a que los señores Kim accedieron que podía estar ahí hoy.
Tras entrar al interior de la casa dulcemente decorada con luces de colores y otros adornos navideños las dos parejas adultas comenzaron una animada charla.
Ni-Ki solo esperaba ansioso a que le dieran el permiso para ir con Sunoo, ya que no quería interrumpir la conversación de los mayores.
Cuando los Kim se dieron cuenta de inmediato le dijeron que Sunoo estaba en su cuarto esperándole para jugar y pidieron perdón por no habérselo dicho antes.
El pequeño niño de gafas, tras hacer lo que posiblemente fueron más de 10 rápidas reverencias salió disparado hacia la habitación de su mejor amigo.
Ni siquiera se detuvo a llamar a la puerta, sencillamente la abrió y tras ubicarle en la cama corrió hacia él lanzándose sobre este.
—¡Sunsun!— Gritó emocionado Ni-Ki mientras se aferraba al chico de cabellos negros. — ¡Feliz Nochebuena! Te extrañé mucho mucho.
—¡Nini!— Devolvió el grito el niño mayor. — Feliz Nochebuena para ti también, igualmente te extrañé mucho.
Comenzó a repartir pequeños besitos en las mejillas del pequeño para después comenzar a hacerle cosquillas, acción la cual desencadenó una guerra y enormes carcajadas que resonaban por toda la habitación.
Sunoo y Ni-Ki podrían haber cumplido ya 13 y 11 años respectivamente, pero poco les importaba eso, ellos seguían siendo muy niños dentro.
El chico coreano iba vestido con una camisa roja unos pantalones vaqueros que tenían unos tirantes que pasaban sobre sus hombros. Riki había visto a mucha gente vestir cosas así, y realmente nunca le había gustado como quedaba, pero a él le parecía que quedaba realmente hermoso en Sunoo.
Estuvieron jugando y dándose mimos por un largo tiempo hasta que la cena estuvo lista y pudieron bajar a comer con los adultos.
Mientras cenaban y charlaban la televisión estaba puesta. En ella ahora se reproducía un programa especial de Navidad.
Los dos menores miraban este con curiosidad, el presentador iba con una caña que tenía al final una especie de planta rara. La ponía sobre las personas y estas se daban besos.
—Mami.— Habló Ni-Ki. — ¿Por qué esas chicas se besan si han dicho que solo son amigas? No son pareja como tú y papá o los señores Kim.
—Verás hijo, ¿has notado la planta de bolitas blancas? Eso es un muérdago. La tradición dice que cuando dos personas se encuentran juntas debajo de uno de estos deben darse un besito.
Tras la explicación de la señora Nishimura ambos pequeños abrieron su boquitas soltando un suave y largo 'oh'.
Una vez la cena terminó los adultos decidieron que ya era hora de que los niños fueran a dormirse, puesto que eran ya las doce menos cuarto pasadas.
Los dos subieron al piso de arriba, donde estaba la habitación de Sunoo y pasaron al baño de su habitación para lavar sus dientes.
Después de esto ambos se pusieron sus pijamas. Riki tenía allí unos cuantos porque bastante seguido se quedaba a dormir con Sunoo, igual Sunoo tenía varios pijamas en la casa del rubio.
Ambos se acostaron con la luz apagada en la cama del chico mayor. Tras desearte buenas noches el silencio inundó la habitación.
—Nini...—Susurró Sunoo. —¿Tú puedes dormir?
Se escucho un suave "No" como respuesta y poco después pudieron escuchar un ruido proveniente de fuera seguido de bastante luz.
Ambos pequeños se levantaron con curiosidad y miraron por la ventana. Cuando fijaron su visita en el cielo pudieron ver fuegos artificiales. Eran las doce ya, lo cual significaba que ya era Navidad.
Los dos estuvieron un rato embobados hasta que Ni-Ki sintió suaves toques en su hombro. Miró al mayor quien señaló a la parte de arriba de la ventana con un ligero rubor en sus mejillas y una pequeña sonrisa.
El japonés pasó a tener las mejillas completamente rojas al ver la planta de aquel extraño programa sobre sus cabezas.
Ambos se miraron y se acercaron hasta que sus labios se rozaron en un pequeño pico inocente.
—Feliz Navidad Nini...
—Feliz Navidad Sunsun.
Merry Christmas <3
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