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Capítulo 8

Viernes, por fin viernes. Para bien o para mal el día había llegado.

Tenemos por un lado a Sunoo, que guardaba con cuidado su muy bien presentada tarea de lengua. Él desbordaba al igual que siempre alegría, pero, esta vez era distinto, era especial para él. Tenía esperanzas de que el chico con el que había comenzado a tener un pequeño crush, se le declarara por fin.

Por otro lado estaba Riki, quien nuevamente había dormido mal a causa de los nervios y las malas ideas que llenaban su cabeza, todas sobre rechazos y odio. Comenzaba a replantearse si realmente era buena idea confesarse ya. Solo había estado dándole cartas durante un par de días.

Esta vez no se cruzaron al ir de camino al instituto, si no que cada quien había acordado verse con su respectivo mejor amigo. 

—Heeseung...

El chico llamado se giró, viendo a su compañero japonés más pálido de lo habitual y con ojeras otra vez.

—Se ve que últimamente te gusta ir por ahí de vampiro, ya te vale. Esta vez sí traje maquillaje y barritas energéticas, vamos a que te sientes.

A Ni-Ki casi se le saltan las lágrimas de alegría al ver cómo su amigo se preocupaba por él. Y ya que las lágrimas no saltaron, lo hizo él, lanzándose hacia el coreano para abrazarle con fuerza.

Heeseung suspiró para después ir con Riki hacia el patio del instituto para que se sentara en un banco a comer y a taparse esas ojeras que tenía.

Por otro lado, Sunoo y Jake iban llegando al edificio, este último escuchando al azabache presumir con orgullo lo maravillosa que era su tarea y la nota alta que estaba seguro de que su profesor le pondría.

—¿No crees que las palabras son demasiado poco comunes como para que el profesor piense que hiciste trampa?

—¡Claro que no! E incluso si así fuera, le explicaré la situación al profe.

—Vamos, que vas a dejar en evidencia ante un profesor a un chico tímido que no tiene valor ni para hablarte a la cara, ya me imagino la vergüenza que va a pasar.

Jake dijo esto claramente sabiendo que Riki sí había tenido valor para hablar con él directamente, pero le haría el favor de hacer como si él no tuviera idea de nada.

—No digas tonterías Jake, estoy seguro de que no pasa nada. Por cierto, hablando del chico, ¿no te habrá dicho por casualidad Heeseung algo sobre él?

Se pegó más al chico australiano empujándole muy suavemente con su brazo un par de veces, incitándole a soltar información.

—¿Mh? No, claro que no. ¿Tan tonto lo consideras como para exponer al chico que tiene un crush en ti en frente de tu mejor amigo? Mi Heeseung es más inteligente de lo que tú te crees. Está estudiando para abogado, ¿a que no lo sabías? Es genial, ¿a que sí?

Y así es como siguió hablando del chico para evitar que Sunoo siguiera haciendo preguntas sobre Nishimura.

Las clases para Sunoo pasaron lentas, al menos hasta que llegó la clase de lengua. El profesor pidió a los alumnos que sacaran su tarea. Pasó por las mesas de los estudiantes poniendo una hoja debajo de otra cada vez que recogía la tarea de un estudiante.

Cuando el turno de recoger la de Sunoo la leyó un poco por encima para después colocarla arriba del montón de folios.

Sunoo estaba orgulloso de sí mismo y agradecido con el chico de las cartas, pensando que el profesor iba a elogiar la tarea que le había entregado.

Cuando acabó por fin de recoger todo, se sentó en su silla y dejó las hojas en su escritorio.

—Kim Sunoo, ven al frente de la clase, toma tu papel y léelo en voz alta para todos.

El chico se levantó con una sonrisa, haciendo lo que el profesor pidió. Se puso frente a todos y comenzó a leer todas las palabras que se había tomado el tiempo de ordenar en orden alfabético junto a sus definiciones.

Cuando terminó hubo un silencio absoluto por unos segundos hasta que el profesor por fin habló.

—Bien, ahora chicos, os pregunto, ¿vosotros de dónde creéis que han salido todas estas palabras?

Comenzaron a escucharse pequeños susurros que decían: diccionario, internet, libros avanzados y de idiomas...

La sonrisa de Sunoo iba desaparenciendo, eso no era así.

—Bien Kim, ¿puedes decirnos de dónde han salido estas palabras?

Estuvo a punto de mencionar las cartas, pero llegó a su mente lo que Jake dijo antes: ''Vamos, que vas a dejar en evidencia ante un profesor a un chico tímido que no tiene valor ni para hablarte a la cara, ya me imagino la vergüenza que va a pasar.''

—Estuve pasando mucho tiempo con Nishimura Riki y Lee Heeseung del club de literatura...

Fue salió de sus labios en su lugar. Un breve silencio apareció nuevamente.

—Hablaré con ellos en otro momento para ver si es realmente así. Por ahora, ve y siéntate Sunoo.

Caminó con ánimos bajos hasta su asiento, se sentía avergonzado. Solo quería que la clase terminase y el sonido de la campana que indicaba el recreo sonase de una vez por todas.

Cuando el timbre sonó para alivio de Sunoo, este salió el primero de la clase. Se apresuró a ir al baño. Se encerró en un cubículo comenzando a soltar algunas lágrimas que cruzaban con rapidez sus mejillas rosadas.

Trató de hacer el menor ruido posible cuando escuchó a alguien abrir la puerta del baño, entrar y cerrar la puerta nuevamente.

—Hey... Sunoo, ¿estás bien? Te vi de lejos y no parecías estar muy contento.

Reconoció la voz al instante. Como todos podrían imaginar, era el chico rubio con gafas del club de literatura y el que Sunoo quería creer, el chico de las cartas.

Abrió rápidamente la puerta del cubículo donde estaba, sorprendiendo a Riki cuando se lanzó a sus brazos, abrazándole y enterrando su cara en su hombro.

—Todos me estaban mirando como si hubiera hecho algo mal, el profesor pensó que mentí, me sentí muy mal Riki...

El japonés, a pesar de no entender absolutamente nada de lo que había pasado no tuvo que pensarlo dos veces antes de devolverle el abrazo al chico de sueños.

—Tranquilo Sun, ya pasó, estoy aquí, no sé bien qué ha pasado pero seguro que todo se aclara pronto, no llores.. ¡No, quiero decir! Llora tanto como necesites, yo no me iré de aquí hasta que estés más tranquilo o tú me lo pidas.

No sabía bien cómo consolar a alguien, pero leyó en algún lado que en vez de decirle a alguien que deje de llorar, es mejor decirle que lo haga tanto como lo necesite.

—Gracias...

Dijo en un suave susurro el mayor de los dos. 

A Ni-Ki le dolía ver a Sunoo llorar, era una de las cosas que deseaba evitar a toda costa, porque verle triste oprimía su corazón de forma dolorosa. 

''Me gustaría tanto poder protegerte de todo, todo lo malo que hay en este mundo SunSun... ¿Pero cómo voy a hacerlo, si yo también formo parte de lo malo? Espero que puedas perdonar mi egoísmo.'' 

Eso era lo que cruzaba la mente del rubio mientras veía al azabache llorar con el rostro enterrado en su cuello.

''Dime Sun, ¿podrías perdonarme alguna vez si supieras todo lo que pasó? ¿Podría tu frágil y dulce corazón soportarlo? No es que crea que eres débil, todo lo contrario, daría lo que fuese por ser tan fuerte como eres tú. Aun así, no creo que puedas volver a mirarme a los ojos de la misma manera si te contase lo que sucedió. Por eso me gustaría pedirte perdón, porque el pasado a tu lado será un secreto que me llevaré a la tumba, y solo yo podré gozar de los lindos recuerdos que nos pertenecen a los dos, solo yo podré llorar, recordando todo lo malo que ocurrió. Lo siento tanto, chico de mis sueños, lo siento de corazón.''

La campana había sonado hace un rato ya, con lo que ambos chicos volvieron a sus clases. Para suerte de Nishimura, su profesor de lengua era el mismo que el de Sunoo.

Pidió un momento al final de la clase al profesor para poder hablar con él sobre Sunoo y su tarea. Antes de que él mencionara las cartas, el profesor mencionó lo que el coreano había usado como excusa, y sin pensarlo dos veces el chico de gafas siguió con la misma. ''Esta última semana hemos pasado mucho tiempo juntos.'' ''Probablemente sacó muchas de cuando le hablé sobre libros.'' "Hubo un día en el que Heeseung le invitó al club y debió escuchar un montón''

Fue suficiente para que convencer al profesor, y Sunoo pudo ver lo que Ni-Ki hizo por él ese mismo día.

Había llegado por fin la tan esperada hora de la salida, y en cuanto Kim salió de su clase fue llamado por el profe.

Su hoja con los deberes le había sido devuelta. Tal como agarró el profesor la hoja para entregársela, lo que Sunoo vio fue un cero. Su respiración se cortó por momentos, pero la recuperó cuando tomó el folio y el profesor retiró su dedo.

10

Eso es lo que había escrito en la esquina superior derecha. ''¿Cómo?'' Se preguntaba él.

—Hablé con Riki y me explicó que lo que dijiste era realmente así. Enhorabuena Kim.

—¡Gracias, profesor! 

Fue lo último que pudo decir antes de que se marchase. Mientras, él se quedó mirando la hoja en medio del pasillo, mientras todos los alumnos pasaban a su alrededor, listos para irse a sus casas.

La sonrisa que tenía en su rostro no se quitaría con nada. Sin duda debía darle las gracias a Riki.

—Hey, chico, estás en Babia, ¿planeas quedarte aquí hasta la noche mirando la hoja, SunSun?

Miró hacia arriba, topándose con Jake, que era quien acababa de hablar, junto a Heeseung.

—Solo me distraje por un momento, estaba pensando en mis cosas, déjame. — Rió. —Heeseung hyung, ¿no sabrás por casualidad dónde está Riki? Debo hablar con él.

—¿Riki...? Oh, sí, se fue rápido hoy, dijo que tenía una cosa super importante que hacer. ¿Tú no harás algo hoy Sunoo?

Y ahí se le encendió la bombilla al menor por fin, ''¡Tengo que ir al cerezo!''

—De hecho, creo que yo también debo hacer algo super importante hoy, gracias, ¡nos vemos!

Tras decir aquello, salió corriendo fuera del instituto, dirigiéndose hacia el lugar que mencionó el chico de las cartas.

Por fin estaba ahí, frente al gran cerezo. Estaba ansioso, ¿dónde estaba él?

Se giró, mirando en dirección a la entrada del parque. Tal vez se había retrasado. Pero ese pensamiento se esfumó cuando sintió una venda colocarse suavemente delante de sus ojos, y unas manos rozando su rostro en el proceso.

Por el tacto de las manos pudo saber quien era. Que sus suposiciones fueran correctas le hacía feliz.

Escuchó unos pasos que fueron desde detrás de él hasta justo en frente. La mano de Riki tomó las suyas, dejando un papel en estas. Los pasos se alejaron nuevamente, esta vez más lejos que simplemente detrás de él.

Y es que el rubio al final no pudo tener el valor suficiente para decirle todo cara a cara, y tuvo que ocultarse detrás del árbol.

Cuando los pasos se detuvieron, Sunoo retiró de sus ojos la venda, mirando el papel. ''Por favor, antes de hacer nada, léeme.''

El de cabellos azabaches rió suavemente, lo que hizo que el corazón del chico al otro lado del árbol se acelerase y sus mejillas se tiñeran de un leve rojo.

Sé que dije que no más cartas, por eso, pido perdón, al final no conseguí el valor suficiente para decirte esto de frente.

Digamos que esto no es una carta, es solo una nota, ¿bien? Hazlo por mí y por mi corazón, que seguramente ahora mismo esté a punto de estallar.

La verdad es que tengo miedo de no ser lo que esperabas, porque yo no sé qué tipo de personas te gustarán, pero espero poder entrar en la lista de opciones al menos.

Me ''conoces'' desde hace apenas un par de días, por lo que no pretendo hacerte una proposición para ser pareja, no tan deprisa, no tan pronto. 

 Quisiera pedirte una oportunidad para llevarte a citas, para pasar las tardes contigo, para que me dejes hablarte y que me permitas poco a poco enamorarte.

Ahora mismo debo de estar en el lado contrario al cerezo, con una venda en mis ojos tal como la que te puse (espero realmente que no te asustases por ello, porque es un poco brusco por mi parte). Me gustaría que llegases hasta mí, que me mires y veas quien soy. Si no te parezco suficiente y no crees que merezca una oportunidad, te pido que te marches sin más.

Si por otra parte, decides que tal vez podrías aceptarme, retira la venda que me impide verte.

Te espero, gracias por venir hasta aquí, y por tomarte la molestia de leer.

—Eres sorprendentemente dulce y tierno, Ni-Ki...

El mencionado sintió que se le saldría en corazón por la garganta cuando escuchó su apodo.

Sintió la venda retirarse de sus ojos, pero ni siquiera tuvo tiempo de abrirlos cuando los labios de Sunoo ya estaban pegados a los suyos.

El calor llegó rápido hasta sus mejillas, estaba temblando ligeramente.

—Este, es por todas las cosas bonitas que me has dicho y las que me has hecho sentir.

Susurró el mayor sobre los labios del rubio cuando se separó, justo antes de volver a unir sus labios.

—Este, es por ayudarme con la tarea de lengua.

Un último beso, este más largo, con las manos de Sunoo descansando en las mejillas del menor.

—Y este, porque tus labios saben a fresa, chico de mis sueños.

Y le dedicó la sonrisa más dulce que Riki había visto en su vida.

Lo logró.

Fin.

¡Gracias por llegar hasta aquí!<3

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