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Capítulo 7.

El día pasó lento para Ni-Ki, pero totalmente lejos de ser en un mal sentido. Llevaba años sin pasar tanto tiempo con Sunoo y estaba rebosante de alegría. 

Tuvo incluso la oportunidad de acompañarlo a su casa. ¿Y Heeseung? Bueno, habló con Riki, no le importó mucho, decidió ir con Jake a casa por esta vez.

Cuando se despidieron el chico rubio recibió un dulce beso en la mejilla por parte de Sunoo, dejándole nuevamente con las mejillas rojizas. Se preguntaba cuantas veces ya había terminado con su rostro teñido de rojo ese día, pero sabía que le faltaban dedos en las manos para contarlas.

Durante el camino hacia su casa estaba tan metido en sus pensamientos que casi se tropieza por un pequeño desnivel en el camino. A partir de ahí prestó más atención a su alrededor, por eso pudo notar a dos chicos del institutos no muy lejos de él. Si su vista no le fallaba, ya que no llevaba las gafas puestas, eran Jay Park y Yang Jungwon.

Jungwon hecho un pequeño manojo de nervios, pegado a una pared y con uno de los brazos de Jay a su lado pegado a la pared. La otra mano del chico mayor sostenía una flor que acercó al pequeño Won para que la cogiera, mientras se aproximaba a su oído para susurrarle algo.

Parecía una de esas escenas de película donde alguien acorrala a la persona que le gusta en la pared.

No duró mucho tiempo ahí y se marchó a su casa. ¿Y si él probara a hacer algo así para Sunoo? ¿Se pondría nervioso? Claramente la pregunta refiriéndose a sí mismo, no estaba seguro de poder aguantar mucho tiempo tan cerca del chico de cabellos azabache sin que le entraran los nervios.

Por eso mismo hacía las cartas anónimas. Sí, las cartas. Una al día. Todos los días...

—¡Mier- Diablos! ¡La carta de hoy! No la hice, ¿cómo voy a dársela ahora? No es tan tarde, no son ni las seis de la tarde, pero diantres, ¿cómo se supone que voy a dársela? ¡Ya no estamos en el instituto!

—Pensaba que lo habías acompañado a casa, ¿te repito su dirección?

Una mano se posó en el hombro de Ni-Ki, quien no supo reconocer la voz. Ahogando un grito en su interior se giró bruscamente, hacíendose casi caer.

  —Woah, bro, calma. ¿Qué te pasa Nishimura, has hecho algo malo?

—¿Jake...? ¿Dónde está Heeseung hyung? 

—Lo dejé en su casa, yo sí me acuerdo de la dirección, ¿necesitas que te la diga también?

La burla se notaba en su voz.

—Mira, Nishimura ''Ni-Ki'', no me caes bien, y lo sabes, pero haces feliz a Sunoo así que qué remedio. Ya la cagaste dando a entender que sabes quien hizo las cartas, ¿no? Pues solo ve y dile que te pidieron llevársela. Pensaba que eras más listo, pero cuando se trata de Sunoo eres un merluzo apocopado. ¿Mola, eh? Me lo ha enseñado Hee. En fin, yo me largo. 

El chcio rubio se quedó quieto viendo al australiano alejarse, ¿qué diablos?

Cualquiera se preguntaría, ¿qué le hizo Ni-Ki a Jake? Bueno, es una larga historia, pero en resumidas cuentas, cuando volvió a Corea y decidió que tal vez era tiempo de volver a entrar en la vida de Sunoo, pensó en pedirle ayuda a Jake Shim. 

¿Y eso por qué? Porque Jake y Sunoo ya eran mejores amigos para ese entonces, y él se enteró de esto.

La cosa es que se le ocurrió la brillante idea de empezar su conversación con Jake diciendo: ''Hola, disculpa, ¿Jake, verdad? Mi nombre es Nishimura Riki, y verás, soy un antiguo amigo de Sunoo. Me gustaría volver a acercarme a él pero él no me recuerda y verás...''

Empezó a contarle todo. Jake se enfadó mucho, por muchas razones bastante comprensibles.

Número uno. Se acercó a él, sin conocerle de nada tratándole en informal y como si le conociera de toda la vida.

Número dos, comenzó a hablar de algo muy importante y totalmente privado de la vida de Sunoo, que ni siquiera el propio Sunoo sabía con un desconocido solo porque había oído por ahí que era su mejor amigo.

Número tres, si quería volver a hablar con Sunoo sin que este supiera que básicamente había borrado a Riki de sus recuerdos por un trauma causado por algo muy grave, lo mejor era sin dudas no contarselo a nadie y hablar directamente con Sunoo evitando el factor de que se conocían de antes.

Y había más, unas cuantas más, pero si nombraramos todas estaríamos horas.

Al final, Ni-Ki terminó volviendo a su casa, pensando en lo que el chico australiano había dicho y en la escena que había visto antes.

—No, así no, es demasiado empalagoso, diantres. 

El japonés hizo una bola con el papel entre sus manos y lo lanzó lejos. Había al menos 15 bolas por el suelo de su habitación. 

—Bien, vamos de nuevo, yo puedo...

Querido chico de mis sueños,

Hoy me he cruzado contigo más veces de lo usual. Eso me ha hecho estar especialmente feliz hoy. ¿Alguna vez has escuchado la palabra ''meraki''? Te ahorraré el trabajo de buscar en el diccionario por esta vez. Es hacer algo con amor y gusto, poner el alma en ello.  

En cada carta que te escribo puede aplicarse esa palabra, me esmero mucho para hacer cartas que puedan gustarte.

Hay una palabra más que me gustaría enseñarte, ''sisu'', supongo que tampoco la has escuchado nunca, ¿no?  Se define como extraordinaria determinación, coraje y resolución ante la adversidad. 

Bien, ahora pues, esto es lo que necesito yo. Porque no te voy a escribir más cartas de ahora en adelante.

¿Entregas la lista para tu tarea mañana, verdad? No necesitas que te escriba más estas palabras.

...

—Listo, esta es la buena.

Con una sonrisa el japonés saltó de su asiento, cogiendo unas flores de plástico de las que tenía decorando su escritorio y la carta. Salió corriendo de su casa, en dirección a la de el chico de sus sueños.

Tomó un gran respiro, ahora frente a la casa de Sunoo. Subió un par de escalones que le llevarían a subir hasta justo enfrente de la puerta, esta se abrió.

—Bueno SunSun, yo me voy ya, ¡nos vemos-..! Uh, vaya vaya, que sorpresa Nishimura... ¡Hey Kim Sunoo, tienes visitas! 

El australiano gritó hacia el interior de la casa para después salir dándole un par de palmadas en la espalda al japonés.

Giró su cabeza para ver como el chico se marchaba hasta que escuchó una suave voz llamarle.

—¿Riki? ¿Pasó algo?

Sunoo salió y cerró la puerta, quedandose de pie justo frente a esta. 

 El chico de gafas saludó con su mano libre lleno de nervios, rezando para no liarse al mentir sobre la carta y las flores que llevaba en su otra mano.

Iba a subir el último escalón, ya que hablarle desde abajo no quedaba muy bien pero, para sorpresa de nadie, se topezó. Cerró los ojos y extendío uno de sus brazos para frenar el impacto. Logró no caer gracias a que pudo apoyar su mano vacía en la puerta.

Abrió los ojos aliviado al ver que no había caído, pero el alivio de se fue rápido la ver que se encontraba en la misma posición que vio a Jay y Won hace unas horas, a escasos centímetros del rostro de Sunoo.

Pasó saliva notando como los colores subían a su rostro, al igual que al del azabache.

—¿Riki...? 

La voz del mayor salió en un susurro, los nervios en ambos notandose a kilómetros.

—Esto es para ti...

Fue lo único que tuvo valor para responder. Le extendió la carta y las flores, el chico las tomó, sin poder decir palabra.

Riki usó todo el valor que le quedaba en el cuerpo, que no es que fuera demasiado, para acercarse hasta el oído del mayor y susurrar un ''Buenas noches, Sunoo hyung'' antes de irse en un intento de ir rápido pero sin echar a correr.

El mayor estaba patidifuso, ¿en qué momento había decidido empezar a darle las cartas directamente? ¿Se había cansado de esconderse tras el papel?

—¡No- No es mía, yo...! ¡Adios!

Escuchó un tanto a lo lejos. Claro que no se había cansado de eso, pero se le olvido totalmente mentir. Ahora sí echó a correr, haciendo reir al azabache.

—¿Ahora me da flores también? No creo que conozca el significado de las flores, este chico...

Rió nuevamente entrando con la carta y el pequeño ramo de nomeolvides en la mano.

...

Bien, ahora pues, esto es lo que necesito yo. Porque no te voy a escribir más cartas de ahora en adelante.

¿Entregas la lista para tu tarea mañana, verdad? No necesitas que te escriba más estas palabras.

Te veo mañana el el cerezo que hay a tres calles del instituto. Debo hablar contigo cara a cara. 

Te quiere más de lo que imaginas,

—N.

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