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CAPÍTULO 5

Este es como una tipo perspectiva de Louis.

Disfruten...

Bajó del auto emanando poder, vistiendo elegante, siempre de traje negro adornado con unas pringas brillantes y camisa blanca. Al poner un pie en aquel sitio, su alfa se removió inquieto, sintiendo algo extraño.

Su lobo se removió dentro de él, era un experto en dominar sus sentidos, pero esto era diferente.

No lo pudo ignorar, fue extraño, no era un mal presentimiento o algo que fuera parecido a eso, apretó la mandíbula para intentar que la sensación desapareciera.

Zayn y Liam iban detrás de él, el mar de gente parecía abrirle paso al alfa en cada paso que daba. Necesitaba llegar hasta donde se encontraba el idiota de George. El alfa lo esperaba con aquella omega en su regazo, al verlo ella se mordió el labio y sonrió.

El ego de Louis subió dos escalones más cuando al pasar, todos giraban al verlo ¡Y diablos!, ¿quién jodidos no lo haría?

A simple vista le pareció un buen lugar, elegante y sofisticado, una omega los guio a uno de los niveles altos del bar.

Al llegar un alfa lo recibió y al instante lo odió, maldito hijo de puta que estaba a punto de lamerle las bolas. Louis no demostraba emoción, ni gesto alguno.

—Bienvenido Señor Tomlinson, es un gusto tenerlo por acá.

Serio, el alfa solamente hizo un asentimiento con la cabeza como respuesta, sus ojos analizaron cada parte del club, expectantes observó la planta baja aún no empezaba la tan esperada presentación.

La ambientación del bar estaba destilando deseo, pasión y erotismo, había algunos servidores con diminutas prendas caminando de aquí para allá.

Alguien les llevó una charola con licor y algunas botanas, George le hizo una seña a Louis para que se acercara a él y a la rubia que estaba sentada en su regazo.

—Llegaste. —vociferó con emoción.

—¿Tú crees? —preguntó con ironía—. ¿Cuándo empieza toda la mierda?, estoy perdiendo tiempo.

—Relájate, Tomlinson.

—La polla es lo que necesito relajar, realmente espero que valga la pena o tu cráneo me servirá como soporte de papeleo. —George tragó nervioso.

La omega sonrió con coquetería —si lo deseas yo te puedo ayudar con eso.

Louis se relamió los labios, no mentiría, la chica era guapa y atractiva, pero no era de su gusto, aunque a su orgullo de alfa le encantaba que le rogaran —no estoy tan desesperado.

—¡Oh, vamos! —ella exclamó acercándose contoneando las caderas para llamar su atención—. La puedes relajar en mi boca. —señaló su entrepierna dejando salir su olor para seducirlo.

El alfa subió la mirada hasta los ojos de la omega, serio se relamió los labios —tentador.

—¿Sabes?, no tengo ropa interior puesta —susurró cerca de su oído.

Liam se acercó sigiloso, siempre cuidaba que no cualquier tipo de personas se involucraban con el mafioso —jefe…

El alfa giró su rostro, pero con la vista en la omega —¿qué sucede? —su voz empezó a tornarse algo grave, la omega estaba bombardeándolo con su olor.

—Todo está por iniciar.

—Gracias por informarme, Liam. —chasqueó la lengua, empezando a sentirse irritado por tanto olor y más por lo empalagoso de la omega—. Aléjate. —exigió ajustando su traje.

La omega viró los ojos sintiéndose molesta, pero se quedó sentada junto a él, dejando salir su aroma en pequeñas cantidades para lograr mantenerlo cerca.

Louis escuchó que el dueño del Bar parloteaba con dos alfas que llegaron hace rato, suspiró hastiado de todo.

Las luces se apagaron, su lobo se inquietó de nuevo, una leve música empezó a sonar y el ambiente cambió rotundamente, pensó en aprovechar y darse un buen polvo con la rubia que parecía empezar a lubricar estando junto a él, la omega estaba a punto de besar su mandíbula cuando un reflector iluminó el pasillo.

Su instinto le hizo girar y ver, la chica puso la mano sobre su muslo empezando a acariciarlo, su toque iba subiendo más y más.

Para el alfa ojiazul de pronto todo se detuvo a su alrededor, un hermoso chico salió iniciando el acto y su lobo se idiotizó completamente, la rubia continuó con su toque llegando hasta su prominente erección ahogando un jadeo, empujó sin cuidado a la rubia para quitarla de encima.

Louis se puso de pie ignorando los lloriqueos de la omega, para así acercarse al palco y ver mejor, se sintió flotar, era tan atrayente.

—Diablos… —masculló ante la belleza que observaba, se relamió los labios y más de un miembro le palpitó en el cuerpo.

No pudo apartar la vista del escenario, fue imposible hacerlo. Era hermosamente hipnotizante.

Algo dentro de él se encendió, sus primitivos instintos lobunos rogaron en aullidos ir por aquel omega y reclamarlo como suyo, porque ese bello chico era su omega, su jodido destino  estaba a unos cuántos metros.

Mío. —Su lobo exigió amenazando con salir.

¿Qué mierda le sucedía? —Calló su interior reprimiéndose así mismo.

Lo admiró caminar por toda la pista, parecía estar flotando, lucía simplemente magnífico y ese ser divino parecía no darse cuenta de que todas las miradas estaban puestas sobre él.

Una ola de celos le invadió cuando notó a todos verlo y comérselo con la mirada, a lo lejos escuchaba estupideces sobre aquel omega, algunos halagos y otras eran palabras inmundas, refiriéndose a lo que podrían hacer si ese lindo rizado estuviera en sus sucios y asquerosos brazos.

Sus manos se apretaron el duro material del barandal, —¿qué diablos le estaba pasando?

No fue consciente de todo lo que aconteció a su alrededor, porque su vista estaba en un solo lugar... Y era en aquel omega de piel lechosa, pintada con algunos tatuajes, cabello rizado, rostro angelical; con un jodido y espléndido cuerpo, no pudo detallarlo más por la lejanía, pero rastros de su aroma llegaron a sus fosas nasales. Sus ojos se tornaron oscuros y llenos de deseo. No apartó su vista en ningún momento.

Y ya que estaban jugando a los ángeles y demonios; sí, el pecado era condenable, y él estaba dispuesto a vivir en el mismo infierno por tentaciones tan dulces, como los apetecibles labios de ese lindo omega.

A lo lejos escuchó a un idiota tener la osadía de reclamarlo. —¡pero qué imbécil!— pensó dándose la vuelta para encararlos.

Enfurecido, se acercó, pasó tirando una botella de vino cuando escuchó a un alfa pretender hacerlo su omega.

Así que salió con aires de superioridad, emergiendo de la oscuridad e imponiendo su gran presencia. Su alfa  marcaba territorio para dejar en claro quién era el ser más poderoso de todos.

Ladeó la cabeza haciendo crujir sus huesos para ir a plantarse delante de aquellos tres idiotas, a lo lejos notó como Zayn se tapó la boca para cubrir la carcajada que amenazaba con salir.

El estúpido alfa se atrevió a dirigirle la palabra —¿qué mierda sucede contigo, ese vino era de los buenos? —señaló con enojo la botella en el piso.

Se acercó con arrogancia —Al parecer no tienes buen gusto en todo, eso es una mierda y cuida como te diriges a mí, otros han muerto por menos que eso. —habló con tono dominante.

El alfa mayor retuvo al imbécil de su hijo para que no cometiera una tontería, Leandro, conocía a ese alfa.

El lamé bolas se puso de pie para ir hasta donde él estaba —Señor Tomlinson, disculpe el arrebato.

—El maldito de George me trajo para hablar de negocios y solo he estado escuchado puras estupideces. —reclamó con molestia.

Mike apenado lo presentó con los otros, el alfa mayor se presentó, resultó ser que el alfa trabajaba para una de sus zonas y él no tenía completo conocimiento, después se encargaría de saber todo sobre ese alfa y el idiota de su hijo.

—Señores, les invito a no perderse de los detalles, estamos llegando a lo mejor. —Mike se acercó interrumpiendo la conversación.

Se sentaron acomodándose en sus lugares, notando como la perversión era la que estaba comandando todo el ambiente.

Un grupo de bailarines se acercó hasta donde el alfa estaba, con movimientos incitadores y sensuales intentaron atraerlo.

Pero más de tres pares de ojos estaban puestos sobre aquel omega, para Louis era imposible dejar de verlo, algo le hacía querer estar rodeándolo. Era como si una fuerza invisible lo estuviera atrayendo.

No se percató cuando George y la omega se marcharon con los bailarines, ni tampoco cuando el estúpido hijo de Leandro desapareció.

Aun con los omegas y esa alfa tocándose frente a él, no pasó desapercibida la sonrisa en el rostro de Leandro, sonrisa que iba dirigida para aquel omega, su omega.

Por un momento perdió de vista al rizado, inquieto, buscó la silueta del lindo chico, bufó molesto, pues, ahora, una omega caminaba contoneándose hasta donde él estaba. Louis no dejó de buscar, su semblante se relajó cuando con pasos presurosos vio de nuevo al omega, su alfa aulló al notar que se  dirigía a la zona donde ellos se encontraban.

El omega se quedó parado por unos instantes en la cúspide de las gradas, buscando a quién era su jefe, sus ojos bailaron por todo el lugar, ahora podía verlo mejor, era malditamente hermoso.

Sus ojos eran verdes y parecían brillar. Sus labios tentadores y apetecibles, mandíbula perfecta y un perfil pronunciado, cuello pálido donde sus manos quizá podrían lucir mejor que cualquier collar o gargantilla.

¡Y por la jodida mierda!, esas piernas encajarían perfectamente rodeado su cintura o sobre sus hombros...

Inhaló sintiendo nuevamente el leve aroma que emanaba de ese lindo rizado, cerezas. Pero no entendía por qué lo ocultaba.

Movió la cabeza para verlo mejor, por unos segundos que en realidad parecieron una eternidad, sus miradas se encontraron, el omega con vista seria y concentrada fijó sus ojos en él; por un momento trastabillo cuando se encontraron con sus azules.

El omega se quedó inmóvil viéndole directo, el alfa pudo notar como pasó la saliva por su garganta, entreabrió sus lindos y apetecibles labios, dejando escapar un poco de aire, parecía que desde donde se encontraba podía escuchar su corazón latir frenético.

Le fue imposible quitar su atención de él y su momento glorioso fue interrumpido cuando el idiota de Mike chasqueó los dedos para llamar su atención.

—Harry, ¿qué mierda sucede contigo?

El omega salió de su ensoñación llegando hasta donde su jefe —perdona, ¿en qué te puedo ayudar?

—Styles, ¿recuerdas al señor Leandro? —Su jefe señaló al alfa mayor.

—Sí, eso creo. —respondió con una sonrisa recta.                              

—Hola, lindura, ¿cómo estás? —saludó galante.

—Muy bien, señor, gracias, ¿desean tomar algo? —Su voz se escuchaba un tanto rasposa.

El alfa mayor le sonrió —No, cariño, por ahora estoy bien y no me llames señor, me haces sentir viejo, solo dime Leandro, por favor. —pidió admirando si perfil.

El omega le regresó la sonrisa por cortesía viendo a su jefe ponerse un poco incómodo por lo que sucedía a sus espaldas, Kimi parecía estar dispuesta a lanzarse a las piernas de aquel alfa.

—¿Por qué no tomas asiento y me platicas un poco más de ti? —El mayor se dirigió al omega.

—Le agradezco, pero debo seguir trabajando, si gusta puedo llamar a alguno de mis compañeros para que le hagan compañía. —sugirió amable.

El alfa ladeó el rostro, la sonrisa no se iba de su rostro, era todo un caballero.

—Harry, no seas grosero y acepta la invitación de Leandro. —Su jefe demandó con molestia.

—Pero… —El omega intentó refutar.

—Pero nada, solo siéntate, maldición. —espetó intentando ocultar su molestia.

Todo se vio interrumpido cuando escucharon el nombre de Harry, alguien le estaba gritando con insistencia mientras el alfa castaño se alejaba del oído de la omega que le llamó, ella embriagada por el potente olor del mafioso acató la orden.

El omega se puso de pie con el mandato de su jefe enviándolo a atender —Fue un gusto verlo señor, espero tenga una buena velada. —Se despidió del mayor y sin más, se encaminó a donde un grupo de compañeros se encontraban tratando de levantar al alfa para llevárselo a la zona de arriba.

Para Harry fue imposible quitarle los ojos de encima, mientras que los demás intentaban llamar su atención tocando, besando su rostro y Kimi le bailaba de forma provocativa.

Algo en el ojiverde se incendió, retuvo el deseo de aventar a todos lejos de él, su estúpido omega lo reclamó desde que sus miradas se encontraron.

—Harry, ¿cierto? —la voz grave del alfa se escuchó, sus destellantes ojos no dejaban de observarlo, Harry vio cómo se mordía la punta de la lengua, intentando reprimir su deseo, tendría a ese omega en sus manos, claro que sí.

Para el omega escuchar su nombre salir de ese guapo alfa fue como un canto celestial que lo conducía al cielo mismo, pero era más que obvio, ese alfa era del  tipo de personas que chasqueaban los dedos y tenía a todos rendidos a sus pies, pero con él no lo lograría. Por supuesto que no, y más con todos restregándose a su alrededor de esa forma, para Harry fue repulsiva la vista.

Kimi detuvo su baile sintiéndose enfadada, no entendía cómo era posible que el mafioso no le prestara un poco de atención, se volteó siguiendo la mirada del alfa, al notar a Harry se cruzó de brazos aún más furiosa.

—Así es. —respondió al alfa con algo de seriedad, guardaría la compostura, debía ser profesional.

—Lindo nombre. —comentó fijando su mirada en su boca, lo analizó detenidamente relamiéndose los labios.

—¿Le puedo ayudar en algo? —preguntó exasperado y algo nervioso porque muchos ojos estaban puestos sobre él.

Otros clientes le hacían señas para que se acercara a tomar órdenes, por lo regular esa no era su zona y tener al lindo omega cerca era lo que más deseaban.

Liam y Zayn veían curiosos la escena mientras comían algunos frutos secos, sus miradas danzaba atentos al rizado, a los omegas danzantes y en la alfa que estaba de un lado del castaño ya con sus manos sobre su pierna.

—¿Señor? —Harry preguntó irritado y un poco incómodo.

El alfa intentó ponerse de pie, pero Kimi se posó frente a él, inclinándose para enseñar su busto y distraerlo. —¿A dónde cree que va, señor?

Harry bufó cuando el alfa no le respondió, se dio la vuelta para ir a atender otras mesas cuando escuchó de nuevo su grave voz —trae algo de tomar, omega. —pidió en tono bajo y seductor.

El rizado torció los ojos cuando le dio la espalda, bajó nuevamente para ir por algunas bebidas, el pobre no sabía que el alfa quería hacerlo caer en su juego, y el omega no estaba para soportar tonterías.

A Louis, ningún omega en este jodido mundo se le resistía.

Harry subió de nuevo, pero ahora venía acompañado: Niall y un beta iban de su lado con algunas cosas, pasaron con Mike y Leandro dejando unas bebidas, luego fueron a las demás mesas para de último llegar donde estaba el alfa de ojos azules.

El omega lo ignoró cuando le llamó en un par de ocasiones, aún estaba con sus compañeras refregándose sobre su cuerpo, no le gustaba la escena, así que simplemente se hizo de vista perdida dejando pasar un poco de tiempo.

Vio cuando el alfa intentó alejarse de los bailarines, quienes ahora estaban más calmados, cuando dejó las bebidas sobre la mesa se lanzaron servir y empezar a tomar.

El alfa seguía con la mirada sobre el omega —¿No gustas? —ofreció ladino cuando terminó de colocar todo.

—No gracias, no bebo.

—Entonces… ¿Algo de compañía? —se relamió los labios.

—¿Más? —vio a su alrededor con obviedad—, pero si gusta puede solicitar a alguno de los chicos, esa no es mi área, señor.

—Louis, soy Louis, ¿seguro no quieres tomar asiento? Sería una lástima para mí... digo para ti, luces tan agotado. —suspiró, moviéndose hacia un lado, haciendo  lugar para que el omega se sentara junto a él, el alfa, sin disimular tan siquiera un poco, se quedó embobado con el tatuaje en medio de su abdomen, la cadena que abrazaba su pequeña cintura brillaba atrayendo toda la atención.

—Sí, muy lamentable su situación. —comentó el omega pensando que el alfa era algo petulante.

—Ni que lo menciones. —raspó su lengua sobre sus dientes frontales—. Parece ser un buen sitio. —intentó sacar conversación notando el desinterés del rizado.

—Así es, bienvenido si es su primera vez. —pasó un mechón de su cabello detrás de su oreja, queriendo cortarlo y huir de ahí.

El alfa empezaba a desesperarse un poco, nunca nadie le hizo rogar, pero le encantaba la actitud del omega.

—Gracias, ¿llevas mucho tiempo trabajando aquí? —inquirió cruzándose de piernas mientras quitaba unos botones de su camisa para mostrar su pecho. —Perdona hace mucho calor.

—Algo. —le ignoró aburrido.

El castaño se sorprendió, los omegas a su lado parecían desmayarse con ese acto y sorprendentemente no causó nada en el omega, con solo un movimiento suyo los demás caían rendidos a sus pies. Y él solo parecía más irritado.

El alfa frunció el ceño cuando notó a un rubio acercarse al omega susurrando algo cerca de su oreja, algo raro sucedió dentro de él cuando lo vio esbozar una pequeña sonrisa dirigida a ese alfa idiota.

El rizado regresó su atención al alfa — Señor, no deseo ser grosero, pero debo continuar.

—Espero seguirte viendo. —habló algo decepcionado.

La respuesta del rizado se quedó en sus pensamientos, se dio la vuelta y se marchó a seguir trabajando.

Ese omega lo atrapó sin duda, cualquier otro hubiera caído rendido delante de él, sabiendo quién era y el poder que emanaba, no quitó la vista de él en ningún instante.

Louis se puso de pie siguiendo los pasos de Harry —un pequeño ángel tentador, pero qué dulce agonía es la puta tentación —habló a lo bajo admirando todo el ser del omega, era tan perfecto...  Tan perfecto para él, hizo señas a Zayn para que estuviera pendiente del chico.

El rizado bajó junto a Niall sin percatarse que cierto omega lo siguió de cerca.

El rubio algo molesto reñía a su amigo —Harry, ¿qué demonios te sucede?

—¿A qué te refieres?

—Ese alfa es uno de los más peligrosos e importantes de todo este puto país.

—¿Y qué tiene que ver eso conmigo? —graznó ofendido.

—¿No notaste como te veía? Era claro que te estaba coqueteando.

—Pues no me interesa, parece que tiene el ego tan grande que no le cabe en su enorme cabezota.

—Solo ten cuidado, ese hombre grita peligro por todos lados.

El omega le sonrió y Niall se acercó para abrazarlo, de nuevo sintió esa penetrante mirada cuando volteó el rostro; encontró al alfa desde la cima, observándolo con el rostro serio e inquisitivo.

 Harry viró los ojos y le ignoró.

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Segundo por este día.

¿Qué les pareció?

Recuerden hacer stream cuando puedan.

Beban agua.

Nalgaditas cariñosas.

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