CAPÍTULO 28
Tal y como lo prometió Louis empezó a tomar cartas en el asunto, la siguiente mañana, no podía permitir que su omega siguiera sufriendo, así que convocó a una reunión con los alfas aliados, después de eso iría a hablar con la omega que se encontraba con la alfa.
Luego que Harry se quedara completamente dormido, estuvo pensando por un largo rato, todo lo que Leandro le confesó el día anterior era duro de digerir, ahora comprendía el porqué su omega podía percibir el olor del alfa.
Y el maldito tenía razón, siempre quiso acabar con él, pero había algo que le impedía quitarle la vida, más adelante concretarían una reunión para después decirle toda la verdad a Harry.
Fue el primero en despertar, sin embargo, momentos después, sintió que Harry se removió, decidió hacerse el dormido, mientras su lindo omega, con mucho amor y dulzura, delineaba su rostro con el dorso de su mano.
El toque era suave y delicado, Harry suspiró parpadeando lento, en ese momento él abrió los ojos y sonrió cuando un leve sonrojo adornó las mejillas de su omega.
—Buenos días, amor.
—Buenos días, Lou.
Después de una serie de besos y caricias ambos se levantaron, Louis se encargó de quitarle los malos recuerdos sobre lo de Bella.
—Prometes mantenerme informado.
—Claro que sí, amor, creo que hoy debo ir por mi dosis para no llenarte de cachorros, así que estaré llegando por la tarde.
Harry rio con un leve sonrojo en sus mejillas. —Olvidé decirte que ayer mandé a Peter con Niall para ayudar con lo de Bella.
—Me lo comentó Jules, no te preocupes.
—Disculpa si no fue adecuado, pero necesitaba ayuda.
—Harry, ya te dije que puedes hacer lo que quieras, eres mi omega.
—Gracias.
—De nada, amor.
—Ten cuidado, por favor.
—Por supuesto, ¿podrías mantenerme informado de cómo se encuentra Tali?
—Sabes que sí. —Harry fue hasta donde Louis para ayudarle a arreglar el nudo de su corbata.
Al alfa le encantaba eso, así que siempre fingía olvidar como hacerlo, al terminar besó la punta de su nariz.
—Gracias —lo atrajo de la cintura apegándolo a su torso—. Tengo al mejor omega de todos.
—Eso es verdad, no hay nadie mejor que yo. —le sonrió.
—Me matas, Harry.
—Soy irresistible, lo sé.
Después de besarlo, Louis fue a uno de los cajones del tocador. —Y por eso quiero darte esto. —mostró unos lindos broches.
—Lou…
—Tienen forma de alas de ángel, representan muchas cosas, entre ellas: la belleza que posees, la protección de mis brazos, lo fuerte y puro que tienes, el corazón y por supuesto lo perfecto que eres. —besó sus mejillas. —Y lo más importante: Es lo divino, porque lo que siento por ti es inefable, glorioso y perpetuo.
—Muchas gracias, es muy bello, quisiera devolverte un poco de todo lo que me haces sentir.
—Ni te atrevas a pensar eso, tu compañía lo es todo, tú eres el mejor obsequio.
—¿Me ayudas? —preguntó para ponerse el broche.
Louis le sonrió feliz. —Claro, además esto es porque la primera vez que te vi tenías alas puestas, alas de ángel.
—Eres muy lindo, Lou, gracias.
—De nada, amor, luces muy bien. —besó su frente.
—Quiero prepararte algo, ¿puedo entrar a la cocina?
—¿Qué clase de pregunta es esa? Todo en esta mansión es tuyo.
—¿Te gusta el pastel?
—Por su puesto, ¿a ti te gusta cocinar?
—Un poco, sí.
—Entonces ten la libertad.
—Gracias. —chilló emocionado lanzándose a sus brazos—. Te encantara, ¿de qué se te antoja?
El alfa suspiró. —Tengo algo en mente que me encantaría comer. —respondió coqueto.
—¿Y bien? —Harry ignoró el descaro.
—Cerezas…
—Déjame ver si hay en la cocina…
Louis lo atrapó y lo tomó acunando su rostro con una de sus manos, necesitado, buscó sus labios, iniciando un beso cargado de lujuria, exploró todo lo que quiso haciéndolo jadear.
Su otra mano bajó desde su espalda hasta los shorts que llevaba puestos, aferró su mano al lado de su cintura y jugo con el elástico escabulléndose dentro de la prenda, apretó la piel y Harry gimió —¡LOU!
Louis sonrió cuando sus dedos llegaron a su entrada sintiendo el lubricante en su piel —¿Ves lo que provocas? —Harry preguntó cuando se separaron buscando aire.
—Y con un simple beso. —orgulloso sonrió llevando sus dedos a su boca probando—. Mi sabor favorito.
Sus ojos estaban algo brillantes. —No tienes remedio. —Harry lo alejó cuando vio que su alfa no estaría dispuesto a irse.
—¡Oye! —reclamó.
—Debes irte y yo tengo un pastel que cocinar.
—Harry…
—Veo que no soy el único afectado. —señaló sus pantalones donde se mostraba la tela abultada.
Louis se acomodó mejor. —Es por ti. —bufó.
—Y solo con simple lubricante. —dijo burlón.
—No me puedes culpar, tú eres irresistible. —Harry fue en búsqueda de algo de ropa para tomar una ducha.
Louis intentó seguirlo, Harry se apresuró, se dio vuelta y caminó en reversa viéndolo de frente. —No, tú debes irte, solo tomaré una ducha. —Lo detuvo haciendo que su alfa virara los ojos.
—Por la noche tú me dejarás comerte todo, ¿verdad? —preguntó viéndolo ir al baño.
—Si me seduces, podrás hacerlo, alfa. —Harry se puso detrás de la puerta muy sonriente a punto de cerrarla.
Louis se carcajeó y Harry suspiró audible riendo junto a él, le vio atontado y embobado, su alfa era el más guapo de todos.
Louis y su lobo se sintieron dichos al ver el rostro de su omega, ahora dejaba salir su olor con libertad, las feromonas de felicidad bailaron en el ambiente, sus hoyuelos estaban presentes y sus ojos tenían un brillo especial, un brillo que solo era para él y le pertenecía.
—Te amo, omega.
Harry abrió los ojos con sorpresa. —¿Qué dices?
—Te amo. —Louis suspiró.
—¿Me amas? —preguntó con los ojos llorosos y cargado de emoción.
—Por su puesto, ¿cómo no hacerlo? —Harry dejó todo en el baño y salió yendo hasta sus brazos, no se dio cuenta cuando fue que empezó a llorar.
—Yo también te amo. —Louis lo apretó contra él.
—Soy el alfa más afortunado.
Harry tenía la nariz algo roja. —No pienses que te lo dije porque tú lo dijiste, yo lo sentía hace días, pero tenía miedo de asustarte, creí que sería mucha intensidad. —rio en el pecho de Louis.
—Tú dime todo lo quieras, bebé, yo también tenía el deseo de decirlo hace unos días, pero igual temía asustarte.
—No me asustas, bobo, ya te lo dije. —sonrió tiernamente.
—Bien, ya debo irme, te mantendré al tanto de todo, ¿bien?
—De acuerdo, iré por mi ducha y luego te prepararé el pastel.
—Gracias, amor. —besó sus labios con amor.
Louis salió para ir en busca de Liam y Zayn, Myles se quedaría en la mansión y Peter tenía permitido el tiempo necesario para estar fuera como ayuda en la búsqueda de Bella.
En sí el ambiente era tenso y por momentos Harry entraba en pequeños colapsos de preocupación, pero Niall dijo que Louis envió un grupo de investigadores y que luego él iría personalmente para hacer un rastreo.
Harry, después de salir de la ducha, fue a la habitación de Tali para ver cómo había amanecido, gracias a la luna la omega ya se encontraba mejor y con buen ánimo, se ofreció a prepararle algo de comer, pero ella dijo que iría solo por un poco de fruta.
Luego de unos abrazos y besos de la mayor para el omega, Harry bajó a la cocina para empezar con la preparación.
Colocó todos los ingredientes en la encimera, sería un pastel de frutos rojos y crema casera, su olor bailó por la casa, las feromonas de alegría se sentían a distancia, Harry estaba completamente feliz y dichoso.
Y la verdad es que ahora amaba las cerezas y fresas, ¿y cómo no hacerlo?
Encendió el horno y empezó la mezcla para preparar el pan, tarareaba una canción que escuchó el otro día y le había encantado, ya no se la podía sacar de la cabeza, parecía un tocadiscos andante.
Batía la clara de los huevos hasta tenerlos a punto de nieve, para verterlo con el engrudo de harina y demás ingredientes, necesitaba el pan muy esponjoso.
Marcó el tiempo y metió la mezcla en un recipiente para llevarlo a cocinar, luego se dispuso a cortar los frutos y preparar el betún de vainilla hasta que escuchó escándalo en la puerta principal.
Algo temeroso asomó el rostro para ver que se trataba, los guardias estaban tomando a alguien para evitar que entrara, perturbado caminó afuera entonces divisó la figura escuchando cómo gritaba.
—Déjenme pasar, malditos bastardos, esta es mi casa. —Era la voz de una chica, pronto un olor suave y almizclado le llegó; era una omega, así que se calmó un poco.
Harry salió completamente de la cocina con algo de temor para ir arriba donde estaba la mayor, pero justo a tiempo Tali bajaba con ayuda de Jules, el omega se acercó para ayudarla y ella al notar el alboroto y sentir el olor se quedó estática en su lugar.
—¿Qué sucede? —el alfa preguntó preocupado.
—Llama a Louis, de inmediato. —Tali omega tembló y se sentó en las gradas y Jules acató la orden de inmediato.
—¿Quién es ella? —Harry se quedó a su lado intentando calmarla.
—Es el diablo en persona. —Ella tomó la mano del rizado dando un leve apretón—. Lo que diga, no escuches, es una vil mentirosa.
—No entiendo.
—Louis, ella se obsesionó con él, ayer llamó, pero pensé que era mi imaginación, Liam se aseguró de sacarla de nuestras vidas, no sé qué hace aquí. —dijo con voz temblorosa y ojos llorosos.
La mujer en la puerta empezó a gritar más fuerte haciendo un gran alboroto.
—¿Tali? —llamó nervioso viendo la intensidad de la chica.
—Tranquilo cariño. —su voz sonó temblorosa.
La omega que estaba desenfrenada apuntó a donde ellos se encontraban. —Esa vieja sabe quién soy yo, déjenme pasar malditos imbéciles o mi alfa los matará.
Harry intentaba mantener tranquila a la mayor que estaba temblando bajo su tacto.
Todos callaron hasta que un llanto interrumpió toda la escena; era un cachorro gritando asustando por tanto ruido. Harry, sin poder evitarlo, se levantó cuando Jules llegó de nuevo junto a ella, fijó su vista sobre ellos notando a la mujer y a alguien más que sostenía al bebé.
Ella seguía diciendo groserías. —Por favor, baja la voz y exijo respeto para Tali.
—¿Y este quién mierdas es? —Ella le vio con desagrado.
—Llamen a Myles. —ordenó el rizado a los guardias.
La omega dio una risa burlona. —No puede ser, el muy maldito lo hizo de nuevo, ¿cuánto cobras maldita zorra?
—Estás molestando y perturbando a todos, amablemente te pido que te retires o vuelvas después. —pidió con educación.
La omega lo analizó de pies a cabeza.
—Así que tiene nueva puta.
Harry se puso serio, su ceño se frunció, pero intentó calmar su olor para no perturbar al pequeño bebé.
—¿Y tú quién eres? ¿Otro de sus jueguitos? ¿El gran alfa te salvó de tu mugrienta cueva y te dijo que eras su destino y toda esa mierda? —Ella atacó de nuevo.
Una punzada atravesó el pecho del omega. —Harry, es un gusto, ¿tú eres?
—Cloe, la omega de Louis.
—Entonces yo soy el Rey de Inglaterra.—ironizó
—No estoy para jueguitos pequeño estúpido, estos malditos no me dejan pasar, soy la omega de Louis y cuando se entere de lo que hacen acabará con todos. —bramó furiosa.
—Basta ya. —Harry espetó.
—¿La puta dando órdenes? Por favor, ¿qué no sabes que Louis tiene este maldito juego en que trae a un idiota o una idiota y le llena la cabeza para enredarlos en sus sabanas y cuando tiene lo que desea los bota como la basura que son?
—Eso no es verdad.
—Me vale mierda si no crees, yo vengo por mi puto lugar, así no te creas especial, ha traído a muchos omegas solo para anudarlos, ese estúpido lobo no tiene sentimientos para ninguno de sus juguetes.
Harry se sintió un poco extraño. —Debes estar equivocada, Louis jamás haría algo así. —murmuró.
—¿Estás sordo o qué? Ya es mucho, déjenme pasar o mi alfa les volará la cabeza malditos infelices.
—Pero no tienes mordida. —aseguró viendo el cuello de ella.
—Ese maldito nunca marcará a nadie, sufrí mucho en el embarazo porque puede más su idiotez y orgullo que su propio cachorro. —Cloe buscaba la manera de herirlo con alguna palabra.
El bebé más calmado lo miro y sus ojos eran azules, justo como los de Louis, tragó fuerte y suspiró.
—Por favor, estás abrumado a Tali, regresa por la tarde.
—Ya entiendo. —Ella se burló ordenando que pusieran un biberón al pequeño para que se calmara.
Ella caminó analizándolo. —No eres cualquier puta, lo siento cariño, ese maldito, siempre hace lo mismo. No me ha mordido porque solo así puede tener estúpidos como tú para luego tirarlos a la basura, vengo a exigir lo que pertenece y que mi cachorro tome el lugar que le corresponda.
—Eso es mentira, no le hagas caso. —Tali intervino acercándose—. Ella no es nada de mi niño.
—¿Cómo se atreve? Usted siempre cubrió las tonterías de mi alfa, solo he venido por lo que es mío. Así que fuera de aquí omega inmundo.
Cloe tomó del brazo al rizado y lo sacó fuera de la casa, ejerciendo fuerza sobre él. —Louis ha llegado estos días buscándome por las noches o tardes diciendo que tiene a un pobre diablo entre las piernas, ya caíste lárgate, él ya obtuvo lo que quiso.
—Eso no es cierto. —El omega le vio colérico—. Basta de tonterías.
—Traigo a mi bebé porque extraña a su padre, así que largo de aquí maldito bastardo. La omega entró forcejeando a la mansión.
—A mi alfa no le gustará eso. —Harry hizo el amago de luchar, pero se detuvo cuando vio a Jules cargando a Tali que parecía desmayada.
Los guardias fueron contra la loca omega, pero el pequeño seguía llorado, así que los detuvo.
—Tengo a mi cachorro, puto infeliz, así que largo de aquí, no me jodas más.
—Ella gritó desde adentro.
Harry bufó, le mandó un mensaje a Myles informando que intentó llamar a Louis y a los chicos, pero de nuevo la recepción no era buena con ninguno de ellos.
Uno de los guardias se dirigía a hasta donde él se encontraba. —¿Se encuentra bien, señor?
—Sí, alguien ya se hará cargo.
—¿Desea que la saque?
—No, hay un bebé adentro y no quiero que todo sea malo para él, apenas es un cachorro.
—Bien, si gusta llamaré a al Señor Payne para que se comunique con su alfa.
—Está bien, pero llévame a donde Niall.
—¿Está seguro de eso?
—Por su puesto, no sé en donde anda Myles.
—Está por ahí dando unas vueltas para ver que todo esté bien.
—Entonces vamos, le enviaré un mensaje para que se haga cargo.
El alfa fue tras el omega y abrió la puerta del auto para que entrara, el camino fue relativamente corto, al llegar se bajó de la camioneta y fue a la casa de su amigo.
Al llegar bajó sintiendo algo extraño, se apresuró y tocó la puerta, pero nadie salió, así que giró la perilla de la puerta notando que no estaba cerrada y entró.
—¿Niall?
Percibió un olor extraño y volvió a llamar, pero esta vez con un poco de sigilo. —¿Shawn?
Ninguno respondía y empezaba a sentirse nervioso porque sentía sus olores dentro de la casa.
Caminó hasta llegar al comedor, cerca del desayunador envió un mensaje al chofer para que entrara y pudiera apoyarlo.
Sintió el olor a lavanda de la pareja de su amigo, así que lo buscó siguiendo su aroma.
Ahogó un grito cuando vio el cuerpo del omega tirado en el piso. Intentó darle vuelta y ayudarlo. —Shawn, vamos despierta.
Lo removió con un poco más de fuerza —Amigo, maldita sea… —se detuvo hasta que escuchó unos pasos acercándose a donde él estaba, con cuidado dejó al omega y gateó hasta llegar al final del mueble para rodearlo y poder huir.
Su pobre corazón latía frenético, estaba empezando a sudar y un nudo se instaló en su garganta.
Respiró profundo intentando calmarse y que su olor no lo delatara, se quedó unos segundos recargado, mandando un mensaje al chofer para perderle ayuda, le marcó a Louis y de nuevo el buzón, como pudo envió un mensaje pidiendo auxilio.
Se escabulló hasta dar a la puerta que conectaba con el pasillo de las habitaciones y siguió el olor de Niall, sus ojos empezaban a arder y el miedo azotó su cuerpo al ver a su amigo tirado en el piso lleno de golpes y con sangre en el rostro.
—Niall… —llamó en susurros cubriéndose la boca, sus lágrimas salieron, tragó duro intentando respirar.
—¡Vamos! Por favor tienes que despertar.
Harry volteó a la puerta cuando una voz se escuchó cerca de los pasillos. —Ya sé que estás aquí maldito.
El omega intentó esconderse, pero no encontró un lugar, tomó su celular de nuevo para llamar por ayuda y lo dejó caer cuando escuchó un disparo afuera.
—No…
Se cubrió la boca intentando que ningún sonido saliera, Niall se removió adolorido —¿Harry…?, ¿dónde está Shawn?
—Shhh, baja la voz están aquí. —Se colocó junto a su amigo.
—Tengo que ir, mi omega…
—Lo sé, déjame ayudarte. —El alfa mordió sus labios intentando no gritar a causa del dolor.
—¿Qué pasó? —Harry se acercó ayudarlo a pararse.
—Mike, ha venido por ti. —Se quejó tomándose el costado, estaba sangrando.
—Mierda, tenemos que salir de aquí. —Para este punto Harry ya se encontraba llorando.
—Vete tú…
—No, no te voy a dejar.
La puerta de la habitación fue abierta abruptamente mostrando la figura de Mike sonriendo socarrón.
—Omega.
—¿Qué mierdas te sucede? Infeliz hijo de puta.
—¿Así saludas a tu nuevo dueño, omega? Mal, muy mal.
Harry se aferró al cuerpo de Niall cuando el alfa sacó un arma apuntando a ellos.
El sonido del disparo hizo que sus ojos se cerraran y ambos cayeron al suelo.
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HOLA
¿Qué tal cómo están?
Llegando con otro capítulo, esperando que les haya gustado.
Que guapo se ve Harry en los conciertos que han pasado.
Sin más me despido, nos leemos pronto.
(Persona que sigue metiendo la pata jaja tenga cuidado por fa, espero sigas mejor)
Nalgaditas cariñosas :D
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