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CAPÍTULO 16

Myles y Jules cumplieron con lo que Louis encargó, esa tarde el alfa llegó a su habitación que ahora era de Harry. 

Ya que el omega estaba sin mucha ropa, pidió de favor a Zayn que fuera a comprar algo, el pobre omega casi se desmaya cuando el morocho entró con bolsas como para dos armarios completos.

Tanto Tali como Zayn le ayudaron a acomodar todo, los omegas se burlaron de Harry, cuando la mayor sacó una caja con ropa interior de encaje y prendas realmente sexis.

Al terminar, Zayn se retiró, ya qué Liam estaba llamándolo y Tali fue por un poco de té. Harry, algo abrumado por toda la atención, recordó lo que Kimi le dijo en el bar, ¿y si ella tenía razón? ¿Y si Louis solo estaba aprovechándose de todo y luego que obtuviera lo que deseaba lo sacaría?

Se metió a la ducha intentando espantar los pensamientos, Jules le trajo unas sales y algunos productos como: exfoliantes, jabones, cremas, perfumes y otras cosas para su cuidado.

Aprovechó y se metió a la tina para relajarse un poco, en ocasiones tenía pensamientos intrusivos donde su mente se nublaba completamente, su omega solo deseaba tener al alfa haciéndole compañía.

Se imaginaba que sus manos tatuadas pasaban sobre su piel, acariciándolo, que le susurraba palabras al oído, haciéndolo estremecer. Harry deseaba que Louis lo abrazara hasta quitar todo lo negativo de su cabeza.

Cerró los ojos y lo visualizó detrás de él, quitando los rizos de su piel para besar la curvatura de su cuello.

Suspiró profundo, imaginando como sería sentir la mano del alfa abrazando su cintura sin dejar de susurrarle cosas al oído.

Harry ahogó un jadeo y algo de lubricante salió cuando rozó sus dedos sobre su miembro.

Siguió pensando en los labios del alfa pegados a su piel, dando leves mordiscos y besando su mandíbula mientras seguía con las caricias en su ingle.

Aumentó el ritmo de su mano y con la otra se sostuvo de la orilla de la tina, cuando la sensación chispeante llegó a su vientre, dejó caer la cabeza hacia atrás. —Louuu, ahhhh. —jadeó y el movimiento incrementó hasta llegar al clímax.

Respiró pesado y abrió los ojos, se sintió triste al no tener a su alfa, suspiró intentando calmar su agitado corazón, luego de calmarse continuó con su baño.

Media hora después salió y se puso ropa cómoda para seguir arreglando algunas cosas que faltaban.

Louis tocó la puerta y el omega salió con el cabello mojado, el alfa sonrió de inmediato al sentir completamente su aroma después de que dejara de tomar los inhibidores, su olor natural era más perceptible.

Harry al principio se veía un poco incómodo, pero Louis se encargaba de hacerle saber lo mucho que le gustaba. 

El omega sonrió y los recuerdos de lo que sucedió momentos antes inundaron sus pensamientos, su omega deseaba hacerlo realidad, carraspeó para ocular su enrojecimiento.

—Te juro que me encanta tu aroma, es la puta gloria.

—¿Ya vas a empezar?

—¿Qué quieres que diga? Hueles maravilloso.

—Estás loco.

—Tú eres el culpable de mi locura.

—Louis… —Le vio con rostro aparentemente serio.

—¿Cómo te sientes?

—Mucho mejor, gracias.

—Perfecto. —Lo admiró detenidamente.

Algo nervioso por la intensa mirada, se llevó un mechón de cabello detrás de su oreja. —¿En qué te puedo ayudar?

—preguntó, desde la noche en que le confesó su verdad algo cambió y ahora eran un poco más cercanos.

—Acompáñame.

—¿A dónde?

—¿Confías?

—Claro que sí. —Le regaló una sonrisa mostrando sus hoyuelos, el alfa lo guio hasta llegar a una de las habitaciones, lo vio con orgullo antes de abrir y mostrar lo que había dentro.

—Mierda… —murmuró el omega apreciando el lugar.

—No sé si te gusten las películas, olvidé por completo que tenía este cine instalado. —levantó los hombros algo sonriente—. Y aquí está.

—¿Cómo tan siquiera puedes tener esto?

—No es nada, para ti siempre será simple, únicamente pide y lo tendrás.

—¿Nada? Por la luna, Louis. —El rizado siguió admirando todo, las sillas, las luces, las mantas y cobijas.

—¿Quieres ver algo? —preguntó y su lobo se sintió orgulloso de lograr emocionar de esa forma a su omega.

—Por supuesto que sí. —Sin pensar tomó la mano de alfa y lo llevó hasta estar frente a la enorme pantalla.

Pasaron toda la tarde juntos hasta que Harry se quedó completamente dormido, el alfa lo cargó y lo llevó a su habitación para que pudiera descansar.

La mañana siguiente Harry se levantó para ir a la cocina, no había nadie, así que aprovecharía para prepararse algo simple. Tenía puesta una enorme playera que era del alfa, le quedaba a la mitad de sus muslos, el cabello medio sujetado con una liga y el rastro de la almohada marcada en su piel.

Al despertar vio unos mensajes de sus amigos, respondió a cada uno contándoles de la recaída que tuvo y que quizás pronto estaría con ellos en el club. Luego apareció uno de Mike preguntado cuando regresaría porque Leandro estaba preocupado por él, los ignoró. 

Gracias a algunas medicinas su apetito regresó y ahora podía comer con tranquilidad.

Louis le dijo que podía andar con confianza por cualquier lado, como si estuviera en su propia casa.

La noche anterior había despertado por la madrugada soñando de nuevo con el alfa, no fue un sueño tierno o tranquilo, eran sus deseos reprimidos en su subconsciente.

Soñó que el alfa lo hacía suyo, el omega sentía la necesidad de que lo tomara entre sus brazos y él solo fue capaz de derretirse bajo su toque.

Sacudió su cabeza para alejar los recuerdos antes de empezar a lubricar en la jodida cocina, eso sería totalmente vergonzoso.

El chef de la mansión le había mostrado donde estaba todo lo necesario cuando lo visitó hace unos días y preparó algunos postres únicamente para él.

Buscó algo de harina, huevos, vainilla y otras cosas para preparar unos Hotcakes, puso todo en un recipiente y empezó a mezclar.

No percibió el aroma de Louis cuando llegó a la cocina, ni cuando este se sentó en una de las sillas del desayunador apreciando la vista. Louis sintió el aroma dulzón del omega y fue prácticamente un llamado para su alfa.

Harry lucia extremadamente exquisito, muslos descubiertos gracias a la playera que era suya antes de que el omega se apropiara de ella, dejaba expuestos sus clavículas y, ¡por el universo!, el alfa estaba haciendo un esfuerzo sobrenatural para no ir y tomarlo justamente ahí.

Lo vio moverse de espaldas con destreza y agilidad, de la nada el omega empezó a tararear una canción que no conocía e hizo unos movimientos suaves contoneando las caderas, se veía jodidamente sexi y tierno a la vez.

Cuando terminó de mezclar y verter el preparado en una sartén, se dio vuelta para buscar algo con que voltearlos, brincó del susto cuando vio al alfa sentado observándolo con su intensa mirada.

—¿Pero qué diablos? Me asustaste

—puso su mano sobre su corazón, sintiendo cómo latía rápidamente.

—Lo siento, por favor continúa, estoy disfrutando de tus habilidades y también de la vista.

—Oh, no, mejor ven y termina tú, yo iré a ponerme algo más adecuado. —Consciente de su apariencia, intentó bajarse un poco la playera.

—No me quites el privilegio de verte así, por favor. —puso su mejor cara de cachorro.

—Eres imposible, ya deja de verme así, pervertido.

—Por favor. —El alfa se relamió los labios.

Harry para molestarlo se dio vuelta y trató de alcanzar algo en los estantes de arriba, la playera se subió un poco de atrás y Louis sintió desfallecer cuando sintió un tirón en su entre pierna.

—Deberías intentar hacer algo, Louis, pon café y saca los cubiertos. —el omega ordenó.

—¡Oh, cállate! —bromeó, se veía tan sexi cuando estaba de mandón.

El omega tomó la espátula para voltear las rueditas de preparado que se estaban cocinando y le vio directo. —A ver, cállame. —dijo serio dándole la espalda para continuar.

Louis ladeó la cabeza con una sonrisa en el rostro, se acomodó en la silla y su vista se fue directamente a sus muslos. —ponte de rodillas y abre esa boquita.

—¿Qué? —indignado volteó levantando el artefacto, listo para lanzárselo.

—O si prefieres te puedes sentarte en mi rostro y el que se calla soy yo. —levantó las cejas con picardía.

—Tú…

Le fascinaba verlo tan sonrojado, lo dejó sin palabras y le encantó, en su mente había otras formas de dejarlo sin habla. Se quedaron fijos en una batalla de miradas. Harry parecía un tierno conejo. 

—Se queman. —informó apuntando con el rostro a la sartén.

Harry tragó duro, se dio la vuelta y continuó. —Eres un tonto.

—Podría ser tu tonto, pero te sigues negando.

—Basta ya, es suficiente, ¿no crees?

—No. —el alfa se puso de pie yendo hasta él, se acercó peligrosamente, acorralándolo con sus brazos, estiró una de sus manos sin dejar de observarlo. Metió el dedo a la masa y lo llevó a sus labios para probarlo, con la otra apagó la perilla de la estufa.

—Delicioso.

—Obvio, yo lo hice. —respondió nervioso, pero no huía, sus miradas se conectaron y un brillo singular pasó por ellos, estando así de cerca, parecía que podían escuchar sus corazones latir.

Louis suspiró sin poder dejar de admirarlo, el alfa se rio y dejó caer su cabeza sobre el hombro del omega. —Definitivamente, serás mi perdición.

Alguien se acercaba a la cocina, Louis se incorporó de inmediato cuando sintió el olor de Liam, se dio la vuelta para cubrir el cuerpo del rizado.

—Perdón no sabía que estuvieran aquí, lamento interrumpir.

—No interrumpes nada. —el rizado se asomó recargando su barbilla sobre el hombro del alfa.

—Claro que si lo hiciste, idiota, Harry me estaba declarando su amor.

—Eso es mentira. —Le dio un leve empujón, la cercanía del alfa lo ponía nervioso.

Liam se retiró entre risas al ver la pequeña discusión que esos dos empezaron.

—Me deseas, omega.

—No exageres.

—Solo diré que si no hubiera bajado la intensidad, este sitio estuviera muy caliente y no me refiero al fuego de la cocina. —Le guiñó el ojo y salió.

El fin de semana se acercaba y Harry estaba muy molesto con Louis porque el alfa se negaba a dejarlo ir.

Habló con Niall y Bella, realmente los extrañaba, el rubio le comentó sobre el trabajo y como Mike repetía que el omega debía estar presente o lo despediría.

Bella le dijo que el muy idiota no se atrevería porque Harry era su principal atracción, pero Harry se preocupó cuando recibió un mensaje de su jefe advirtiéndole que debía pensar en sus amigos, ya que porque por su culpa podían quedarse si trabajo.

—Pero tengo que ir, Louis, es mi responsabilidad. —El omega lo seguía a su oficina.

—Estás completamente loco, casi te pierdo dos veces allá.

—Es que tú no me entiendes, yo te agradezco por todo, pero me siento un inútil y aprovechado, ¿cómo voy a pagarte todo? —se cruzó de brazos.

—Ya te dije que no me tienes que pagar nada, no me debes nada, no te estoy cobrando nada. —Louis se acercó para hacer que se relajara.

—Y yo lo sé; aun así, no es correcto, entiéndeme por favor, si quieres puedes acompañarme. —propuso.

—Preferiría que te quedaras, yo hablaré con el idiota de Mike. —El alfa le acomodó uno de sus rizos rebeldes.

—Yo también, pero no quiero que los chicos sufran y se queden sin trabajo por mi culpa.

—Ese infeliz de mierda, es solo un estúpido, no te dejes manipular.

—Tengo que pagar las cuentas cuando me vaya, Lou.

El omega carraspeó un poco al darse cuenta de cómo le llamó, se hizo a un lado para ocultar su sonrojo.

—¿Qué? Tú no irás a ningún lado, ya te dije que tengo suficiente espacio. —e

El castaño lo siguió algo emocionado por el diminutivo.

—¿Por qué no solo me llevas y ya?

—Porque no me arriesgaré a que te suceda otra cosa.

Exasperado se frotó el rostro dejándose caer en el sofá, los acercamientos y atenciones que le daba lo estaban volviendo loco, pero su mente le jugaba malas pasadas haciéndole creer que nada era como lo deseaba o lo creía.

Porque jodidamente sentía un algo que lo unía al alfa, Louis se ha encargado de hacerle saber su interés con regalos, detalles y sus locas formas de seducirlo, pero Harry era inseguro y temeroso.

Louis acercó al omega y quitó las manos de su rostro. —¿Me vas a sacar de aquí cuando tengas lo que quieras? —Las palabras se escucharon con tintes de dolor.

—Harry…

Sus ojos se pusieron rojos de aguantar el llanto. —¿Por qué Louis?, ¿por qué haces todo esto?

—No entiendo a que te refieres.

—Solo te estoy jodiendo la vida, no quiero deberte nada, además tú eres, tú… y yo no podría… no sé si estaría bien que alguien como yo tan siquiera piense en algo contigo.

—Claro que no, me jodes, pero de una manera diferente, ¿cómo tan siquiera puedes decir eso?

—Es que no entiendo. —frustrado hizo ademanes para que el alfa comprendiera.

—Quizá no haya nada que entender y solo necesites dejarte llevar.

—¿Cómo que dejarme llevar?

—Es algo simple y complejo. —Le peinó el cabello, dejando sus rizos detrás de su oreja.

—¿Eh?

Sin pensar mucho, ni darle tantas vueltas al asunto, el alfa tomó su rostro con cariño y delicadeza, fijó sus ojos en los jades del omega. —Es solo que me gustas, Harry, ¿es tan difícil de entender?

—¿Pero qué cosas dices? —parpadeó, sintiéndose nervioso de repente.

—No he sido tan obvio, ¿verdad? A ver, déjame explicarte, desde el primer día que te vi, el mundo me dio vuelta y si por mi alfa fuera, ya serías llamado como mi omega, no te quiero abrumar, pero en realidad me gustas, te lo he tratado de demostrar en todo este tiempo, soy directo y te mentiría si te dijera que tampoco se me hace extraño, esa es la verdad, apenas te conozco y siento que llevo vidas enteras a tu lado.

Ante el silencio del omega, Louis continuó. —No puedo darte certeza de lo que es lo que nos pasa, o quizá sí, pero algo me dice que tú esas en las mismas, nunca me he sentido tan atraído por un omega, nunca he estado tan necesitado de tenerlo, cuando estoy a tu lado me siento tranquilo, en paz, feliz. —El alfa acercó su mano a la mejilla del rizado y levantó su mentón para que lo viera a los ojos porque había bajado la mirada ante la confesión.

—¿Comprendes, Harry? —Su lobo demandaba calmar la inquietud de su omega, luchaba por tomar el control, marcarlo con su olor hasta que se sintiera tranquilo.

El ojiverde se quedó en completo silencio procesando las palabras de Louis, su omega estaba vuelto loco por el alfa, era nuevo en esto y tenía miedo —¿Por qué yo?

—¿Crees en el destino, omega?

Harry suponía que en cualquier momento iba a explotar, su omega se agitaba en su interior demandándole ir y acercarse a su alfa.

—Antes no. —Los ojos del alfa crearon un efecto hipnotizador, y ahí supo que podía quedarse horas solo para admirarlos.

—Ni yo, pero cuando te vi subir las escaleras en el club, sentí como si el jodido universo se hubiera originado en mi interior, malditamente cursi, pero fue así como me sentí.

—¿Y si no soy lo que esperas? —preguntó pensando que el alfa solo necesitaba tenerlo una vez y luego dejarlo.

—Llevo mucho tiempo esperando por ti, no te dejaré ir ahora que al fin te encontré, ya no puedo seguir reteniendo esto, cada vez que te veo tengo ganas de abrazarte y besarte hasta que se me acabe el puto aliento.

El alfa se acercó y besó su frente, provocando que el omega cerrara los ojos por el roce en su piel.

—No soy de una sola noche.

—Te quiero para todas las noches y para todos los días de mi vida, Harry, déjame cuidar de ti y quererte como se debe.

El omega no respondió, solo se acercó sentándose sobre su regazo, colocó su rostro sobre el pecho del alfa abrazándose a su torso. —Yo también quiero Louis, pero tengo miedo.

Louis llevó sus manos a su cintura, Harry se incorporó y se acomodó a ahorcajadas del alfa. 

El castaño admiró su rostro. —Eres realmente bello, sé que tienes miedo, pero cuando algo no te guste o te sientas incómodo, habla conmigo, haré todo lo que esté en mis manos para hacerte sentir bien.

Lentamente, puso ambas manos sobre su cintura, dando leves caricias. —Quiero llamarte mío, hacerte mío, porque lo siento y mi lobo me lo grita cada vez que estás cerca, eres mi omega y yo soy tu alfa.

El omega se quedó totalmente quieto con la respiración agitada, cerró los ojos cuando el olor denso y fuerte penetro en sus fosas nasales, tabaco y madera, se acercó hasta estar frente al rostro de Louis, el alfa acercó su nariz iniciando un pequeño jugueteo y roces en sobre su piel.

Eran sus lados instintivos y humanos, reconociéndose al fin, el alfa exigía de alguna manera reclamar a su omega y el omega dejaría ser a su naturaleza, para ser amado y adorado; porque así estaba escrito, sus almas eran conectadas bajo la bendición del universo.

El aliento del alfa topó en su mejilla haciéndole sentir un escalofrío en su piel, y por fin Harry se dejó acariciar como alfa, tanto lo deseó hacer.

Louis era cariñoso y pasó sus labios dejando castos besos en sus mejillas, frente y mentón.

El omega sintió un tenue contacto en la comisura de sus labios, abrió los ojos y se encontró con un azul brillante y tan lleno de vida.

Harry acercó su rostro de igual forma rozando su nariz contra la piel del alfa, luego ese toque fue sustituido por el de su boca.

El alfa lo dejaba tomar el control.

La sensación chispeante en su vientre se intensificó cuando en un roce finalmente colocó sus labios sobre los del alfa, besándolo finalmente.

Suspiraron y ambos cerraron los ojos, el toque era suave, lento, al mismo ritmo y en perfecta sincronía para que sus bocas se exploraran tomándose el tiempo necesario de conocer cada centímetro.

Louis posó sus manos sobre su cintura para acercarlo más a él. 

Un jadeo se escapó del rizado cuando el alfa se apoderó de su labio inferior dando un leve mordisco, un mechón de cabello atravesó frente a sus ojos, y Louis subió una de sus manos haciéndolo a un lado para pasarlo detrás de una de sus orejas. 

—Alfa… —Un destello brilló en los ojos de Harry.

—Perfectamente bello, mi omega. —besó sus mejillas para atraerlo y abrazarlo.

Y finalmente Harry cedió a sus deseos y permitió a su omega ser protegido, sentirse amado y deseado por un alfa… su alfa y su destino.

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Buenas noches

¿Qué tal cómo andan?

Apareciendo de nuevo.

Espero sea de su agrado ya se viene genenteee jajajaja

Nalgaditas cariñosas :D

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