Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 1

Tomó un poco de exfoliante corporal y se lo untó en sus largas y recién depiladas piernas, masajeó sus tensos músculos deleitándose con el propio toque de sus manos.

Le encantaba sentir la textura y el olor de la vibrante fragancia desprenderse sobre su piel cada que pasaba su mano para activar la función dando movimientos suaves.

Encendió la regadera dejando que la lluvia artificial relajara su cuerpo, mientras escuchaba una suave melodía de fondo, jadeó con deleite al ver correr el agua por su abdomen, observando como se llevaba todos los residuos para dejar su piel suave y tersa, para él era una sensación casi orgásmica.

El vapor de la ducha provocó que el espejo del baño se empañara, cuando se halló completamente limpio alcanzó una toalla y la enrolló perfectamente en su cintura, dejando al aire los perfectos tatuajes de unos laureles que se amoldaban bien su perfecta figura.

Limpió con el dorso de su mano el espejo dejando ver su blanco y angelical rostro, salió de del baño y fue a su habitación, activó su celular dejando que la música sonara nuevamente.

Le encantaba sentirse sensual al ritmo de la melodía, buscó sus cremas preparándose para hidratar su tersa piel, era un placer poder contemplarse y perfumarse a su antojo, algo que no podía hacer anteriormente.

Sacudió sus rizos húmedos para evitar los malos recuerdos, colocó un poco de crema en ellos para acentuarlos, los amaba ahora que estaban casi rozando sus hombros.

Harry, un omega dotado de belleza y gracia, coqueto por naturaleza, lindo y muy atractivo a vista de cualquiera que tenga el placer de toparse con sus destellantes ojos jade.

Se preparaba para ir al trabajo, fue lo único que pudo encontrar después de salir de casa. Empezó desde cero, literalmente usando con una cobija como cama, porque la libertad, la salud mental y emocional valían más que los lujos; lujos que confiaba en que poco a poco se podría volver a darse.

Sus pocos implementos fueron obsequio de bienvenida que el omega de su buen amigo le brindó el día que lo conoció.

Harry trabajaba como mesero en uno de los bares más prestigiados, Copa de Oro.

Era simplemente majestuoso, derrochante de dinero y poder.


No es algo que le encante, pero es lo que hay. Para su mala suerte siempre hay más de algún alfa que ha intentado sobrepasarse, pero Harry no es de que se quedan callados o de manos cruzadas y ha sabido cómo defenderse.

Así que hasta ahora, ha logrado sobrevivir pese a todo, igual la paga es muy buena, mejor de lo que esperaba y por eso no dudó en aceptar y quedarse.

Los últimos días ha estado muy estresado porque el dueño ha insistido en que sea omega de compañía para algunos alfas que han fijado su vista en él.

O que sea uno de los seductores que se encargan de distraer a los clientes incitándolos a consumir e ir con los otros empleados de compañia a las habitaciones, es algo que no ha querido hacer y teme que lo despidan por negarse.

Copa de Oro es un lugar que tiene varias secciones, una pista de baile con mesas alrededor para poder sentarse tomar algunas bebidas o simples aperitivos y botanas.

En otra parte se encuentran dos zonas privadas; la primera es donde van los omegas o alfas de compañía para seducir a los clientes e ir a a segunda es donde están las habitaciones, sin embargo; no cualquiera puede subir en estos sitios. Se podría decir que es untipo prostíbulo, pero con clase.

No tiene idea de qué contactos tenga el dueño para hacer parecer todo tan normal y en perfecto orden, aunque imagina que es un alfa influyente en toda su extensión. Mike es abusivo, malévolo, abusador, siempre está rodeado de personas importantes, así que la fachada de ser un simple y prestigioso club es comprada con facilidad.

Por lo que le han contado algunos trabajadores que han ido a las otras zonas, estos lo hacen por mero placer, diversión o simple necesidad para poder sobrevivir.

Se sabe que mucha gente influyente asiste, ya que su popularidad ha incrementado, es por eso que siempre deben estar pulcros y cumplir a la perfección con su trabajo.

Al terminar de vestirse, colocó su maletín sobre sus hombros, dando un último vistazo a su atuendo que era una camisa transparente, dejando ver su torso manchado en tinta, abotonó el largo saco que llegaba hasta sus rodillas y que le cubría a la perfección, para terminar ajustó la bufanda que rodeaba su cuello, suspiró sintiéndose listo para salir.

Algo que pudo hacer cuando escapó de casa fue tener el control de su propio cuerpo, para un omega no es bien visto llevar tatuajes, o hacer algo que inhiba el estereotipo de la perfección en ello. ¿La razón?, no a todos los alfas les agrada, pues rompe la figura que se ha creado de que son sumisos, tiernos y lindos.

Para Harry eso era una total idiotez, su mera forma de crecer le hizo forjarse de cierta manera, un tanto respondón, no bajaba la cara, en un tiempo supo cómo sobrevivir a las calles sin tener a nadie, siempre se valió por sí mismo.

Caminó aprisa con un poco de temor por el solitario callejón que debía pasar, ha tenido un par de malas experiencias con alfas que han querido aprovecharse, pero su complexión física le ha ayudado a pasar desapercibido, además de los costosos bloqueadores de aroma que usa.

Y ese era otro de los motivos por los cuales trabajaba en el bar, los inhibidores de olor, eran costosos y por el horario que frecuentaba los usaba por seguridad, la principal razón de ocultar su aroma era porque lo odiaba.

Continuó a toda prisa sintiendo alivio al divisar el club. Al llegar, saludó al enorme alfa que permitía el pase a todos los trabajadores, sonrió amable para entrar y cumplir su turno.

Las luces parpadeaban al son de la estridente música, Where Have You Been de Rihanna sonaba de fondo, ajustó su bolso a un lado de su cuerpo y caminó entre el gentío, queriendo llegar hasta donde se servían las bebidas para luego ir a cambiar su vestuario y empezar a laborar.

Divisó al único amigo que hizo al llegar, y ese era Niall.

Un bello alfa, lindo y tierno, pero que no dudaba en patearle las bolas a quien se lo merecería.

—Hola, Niall, ¿qué tal la noche? —Se acercó a la barra para saludar rápidamente.

—Harry, al fin llegas. —suspiró con alivio—. Es una locura, amigo, es fin de semana y todos están locos.

—Bien, iré a cambiarme y regreso. —Se apresuró para ir a los vestuarios.

Niall no respondió porque un grupo agitado de omegas se acercaron a la barra.

Harry fue a uno de los puntos especiales donde podían utilizar intensificadores de olor para llamar la atención de los clientes, en especial la de los alfas, era algo que el dueño les proponía, pero no estaban obligados directamente a hacerlo, por su parte Harry ponía algo más de inhibidor para no tener miradas en él.

Muchos de sus compañeros y compañeras lo hacían, porque les encantaba atraer la atención de alfas importantes, y para otros eso significaba más dinero en el bolsillo. 

Cuando se despojó de toda su ropa, se puso los pantaloncillos cortos de cuero que se ajustaban a su esbelta figura, se deshizo su camisa y se puso el chaleco que dejaba ver los demás tatuajes de su cuerpo, era el uniforme que les demandaban, por último acomodó sus rizos, preparado para salir.

Niall le tendió una charola con varias bebidas servidas —es para la mesa tres, si necesitas ayuda me hablas.

—Gracias, Niall. —preparó su mejor sonrisa y se dio vuelta para iniciar.

Se dirigió a la mesa dejando las bebidas con rapidez y destreza, sus movimientos eran ágiles y precisos.

Al ser mayor de edad escapó de casa, ahora con 22 años estaba mejor, mucho mejor que antes, incluso se sintió más seguro con desconocidos que con su propia familia.

Nacido de dos mujeres alfas, se convirtió en una total decepción para ellas cuando al fin, se presentó como omega, desde pequeño se sintió diferente a todo lo que sus madres decían o instruían, eso le hizo ganar regaños y varios golpes.

Fue criado como un alfa porque ambas aseguraban que sería uno, tanto por su tamaño y porque tardó un poco más de lo debido en presentar su primer celo.

Desde el principio fueron tan indiferentes, tuvo que aprender por sí mismo, muchas cosas de la vida, nunca supo que era el cuidado y el cariño que brinda una familia, ni el acercamiento de un alfa como tal, ambas decepcionadas por lo que Harry era, intentaron de nuevo quedar embarazadas, pero ya no les fue posible y culparon al pequeño rizado. 

Salió de casa en cuanto pudo, tomó lo poco que poseía y salió sin mirar atrás, fue duro vivir con ellas, sus madres siempre le prohibían todo. 

No cabello largo.

No amigos.

No salidas.

NO, NO, NO. 

Todo era un rotundo «NO» con ellas.

No poder dejar su olor salir, porque maldecían su dulzura, e incluso lo llegaron a golpear las pocas veces que percibieron su aroma.

Aprendió de todo por sí solo, desde pequeño supo ser independiente, era algo difícil porque no tenía a nadie, nunca pudo hacer amigos, siempre encerrado y dedicado a estudiar.

Cuando era niño siempre se sintió insuficiente, pensaba que si era el mejor de su clase, un día sus madres podían llegar a amarlo, se esforzaba al máximo dando más de lo que podía, pero nunca era suficiente, ellas nunca lo quisieron.

—Mueve, idiota. —Una de sus compañeras omegas lo empujó por el hombro provocando que todo el contenido en su charola cayera, ella se burló y siguió su camino como si nada.

Se incorporó intentando guardar la calma —ten más cuidado, me hiciste tirar todo. —espetó molesto, la omega se detuvo y con suficiencia se dio vuelta.

—¿El pequeño quiere llorar? —Se burló con voz chillona, la omega era realmente bella, pero una mierda de persona.

Harry suspiró hastiado, volteó a ver Niall porque sabía que su amigo era capaz de ir a confrontarla, pero le hizo señas para que quitara cualquier tontería de su cabeza, todos sabían que Kimi era la omega "no oficial" de su jefe Mike.

Ella incluso aparecía en la publicidad del club acostada en una gran copa, desde eso se volvió más intolerable.

—Eso, al piso donde perteneces zorra. —graznó cuando el omega se inclinó a limpiar el desastre, escupió en su dirección, para luego marcharse contoneándose por todo el lugar, sonriendo a cada uno de los clientes, fingiendo delicadeza y ternura.

Harry reprimió el deseo de darle una buena bofetada, cerró los ojos para disipar el enojo debía cuidar su trabajo.

Se giró intentando limpiar unos restos esparcidos, tanto fue su enojo que al maldecir se resbaló con el líquido, cayó de frente donde estaban todos los pequeños cristales de copas hechas pedazos, el ardor punzante le hizo saber que tenía una cortada en la palma de la mano.

Un poco asustado al ver su propia sangre escurrir por su muñeca, se puso de pie para ir a donde Niall, iba tan concentrado en su camino, que no se fijó cuando se topó con un alfa, apenado empezó a disculparse y más cuando notó la mirada reprobatoria de su jefe quien lo acompañaba.

—Lo siento... —tragó fuerte por el espeso aroma de enojo de su jefe.

—No te preocupes, ¿te encuentras bien? —preguntó con tono amable el alfa que lo acompañaba.

—Sí, gracias de verdad lo siento. —intentó caminar en reversa, no se sentía cómodo.

—¡Harry! —llamó su jefe con tono de regaño. —Ten más cuidado, pudiste lastimar al señor Leandro.

Era un alfa un poco mayor, bien conservado; realmente atractivo, lucia muy bien en su fino traje, su sola presencia y por la forma de expresarse, se podía deducir a la perfección que era alguien importante y con mucho dinero encima, el jefe no se relacionaba con cualquier persona.

—De verdad lo siento, me corté e iba a limpiarme, en realidad no fue mi intención… —El omega carraspeó apenado.

—No te preocupes lindura, déjame ver. —el alfa le sonrió.

—Tenemos servicio, gracias. —intentó alejarse.

—Harry, no seas grosero. —Su jefe reprendió con el ceño fruncido.

El alfa dejó salir su olor, aturdiendo un poco al omega “ese aroma” Con algo de temor, Harry dio unos pasos para seguir alejándose.

—Déjame ayudarte, cariño. —Leandro sonrió tendiendo su mano.

—Estoy bien, solo iré a limpiarme. —respondió un poco incómodo y asqueado por el denso aroma, se dio la vuelta para ir rápidamente en dirección a los sanitarios. 

Al llegar abrió el grifo y puso su mano herida bajo la corriente de agua y limpiar los restos de suciedad, Niall se apareció por la puerta con un botiquín en mano para ayudarlo a curarse.

—Esa maldita hija de puta. —espetó cabreado.

—Es una jodida serpiente —bufó el omega—, pero estoy bien.

—No, Harry, eso no es estar bien —señaló su mano herida—, eso fue causado por esa maldita sabandija, pudo haber sido peor.

—Lo sé, pero es mejor llevar las cosas con calma, recuerda lo que provocó que despidieran a Ricci y a Mery.

—Entiendo, pero por esa rata ellos se quedaron sin trabajo, no puedes permitir que te siga tratando así.

—Solo fue un pequeño empujón, yo fui el tonto que no se fijó. —levantó los hombros restándole importancia para que Niall se calmara, por ahora ambos necesitaban mucho del trabajo y el jefe tenía en un pedestal a la omega, no debían arriesgarse. 

—Sé lo que dices. Temes que esa hija de puta haga algo y eso provoque que te saquen de este maldito lugar... —suspiró molesto—; solamente ponle un puto alto Harry, lleva rato jodiéndote porque desde que llegaste, has sido la sensación, aunque no pertenezcas a su círculo, acaparas la atención que ellas deben llamar.

La razón es que Harry era de los muy pocos omegas varones en el bar, el único que estaba como mesero y bailarín si subir a las otras secciones.

Los demás estaban en el área vip haciendo que los alfas pasaran un buen rato.

—Lo sé, pero no es mi intención hacerlo, hasta escondo mi olor para que no se fijen en mí.

—Eres muy lindo, es obvio que ganas todas las miradas, hasta yo me puse celoso cuando robaste a mis admiradores. —bromeó en un claro intento de hacerlo reír. Niall tomó los implementos del botiquín.

—El jefe me ha dicho que debería ir a la zona celestial o la dorada, últimamente ha sido muy insistente... —siseó con dolor, casi se pone a llorar cuando el jabón tocó su piel.

—Esa es tu decisión, podrías solo ser compañía en la celestial, tenemos buena seguridad, pero eso no te salva de algún inconveniente. —El alfa hablaba concentrado mientras seguía curando la herida, evitó mencionar la zona dorada, porque ahí era donde los omegas iban a los cuartos con los alfas, omegas o betas que solicitaban sus servicios sexuales.

—No quiero, aquí estoy bien con ustedes, me gusta lo que hago, la paga es buena y me alcanza para el alquiler y mis gastos. Además, no tengo la suficiente paciencia para estar soportando a esos tontos alfas. —viró los ojos para bajar la seriedad de la conversación.

—Recuerda que si necesitas dinero o necesitas dónde vivir solo dímelo y te haremos un espacio en casa. —Niall le sonrió con cariño.

—Gracias, Niall. —Los ojos del omega se cristalizaron un poco, nunca en toda su loca existencia alguien se preocupó por él.

El alfa guardó silencio, para Harry era el único amigo que había conocido, el único que tenía, Niall odiaba con todas sus fuerzas a las progenitoras del rizado.

Nunca pasó por su mente todo el sufrimiento que ese pobre omega vivió; todos los malos tratos, los castigos y golpes que recibió de parte de ellas, prácticamente quedó sin palabras cuando Harry le contó de su vida por primera vez.

Fue Niall quien le ayudó desde el inicio, ambos con situaciones difíciles fueron el soporte del otro. Su único objetivo era poder seguir y buscar una mejor vida. 

Niall tenía dos empleos, ya que su madre omega estaba enferma y su padre murió en un accidente automovilístico cuando cumplió seis años. Las cuentas se debían pagar, era hijo único y los medicamentos eran muy costosos, en el hospital conoció a su omega quien cuidaba de la mayor luego de salir de su trabajo como enfermero.

Al terminar, vendó su mano y le dijo que era mejor volver a casa, pero Harry no podía darse ese lujo, así que le sonrió para que se tranquilizara. 

—Estoy bien, te lo juro, es mejor salir antes que el jefe se dé cuenta de que faltamos por mucho tiempo y quiera descontarnos la noche.

—Si necesitas algo, por favor dímelo, mamá te aceptaría y ya sabes que Shawn te adora. —acarició la cicatriz que el omega tenía en las muñecas, Harry nunca le dijo cómo se las hizo, era algo profundas.

—Eres un gran amigo, Niall. —Con cautela retiró su mano lejos del toque del alfa.

—Soy el único que tienes, por eso lo dices. —Le sonrió burlesco.

—Eres un tonto, claro que no, y lo sabes.

Ambos salieron para poder continuar su trabajo, a lo lejos, Harry pudo divisar a su jefe viéndolo detenidamente junto al alfa que intentó ayudarle. Leandro levantado una mano en su dirección en forma de saludo preguntando si se encontraba bien.

Él sonrió y siguió con los pedidos de la noche.

Al terminar su turno fue a los cubículos para cambiar su atuendo, se vistió rápidamente y salió en busca de Niall.

El alfa esperaba una hora más de su salida para poder llevar a Harry su apartamento, el turno del rubio terminaba a las 2 am. Y el de Harry a las 3 am.

Subieron al auto y se dirigieron a sus hogares, al llegar a la calle donde el omega vivía esperó a que Harry entrara a casa para poder ir tranquilo a su hogar. 

El omega se despidió antes de cerrar la puerta con doble llave, dejó su bolso sobre la mesa y se tiró sobre el sofá refregando su rostro, sus ojos ardían y estando en medio de la soledad se permitió llorar como cada noche hasta quedarse completamente dormido.


🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒

Hola.

¿Cómo les va?


Les doy la bienvenida a Sedúceme.

Espero sea de su agrado.

¿Qué les ha parecido?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro