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CAPÍTULO 17

Aviso que en este capítulo hay un intento de Smut (grito de miedo, paciencia, por favor que estoy iniciando en esto).

En realidad se trata de Louis dándole cariño a Harry, así que espero se entienda y también lo hago saber por aquellos que no les gusta o se sienten incómodos leyendo.

Disfruten...

Louis iba a uno de los apartados, estaba algo estresado porque los jodidos italianos se atrevieron a comenzar con el tráfico de omegas, uno de sus aliados le dio la espalda y se marchó con ellos, pero el muy maldito ahora estaba comercializando con mercancía de los alemanes en su territorio.

—Señor Tomlinson. —balbuceó temeroso.

—Ya sabemos lo que pasará, ahora suéltalo. —El alfa se dirigió a uno de los cajones donde había una variedad de muebles. Sacó un par de guantes, y uno que otro utensilio.

—Yo no tengo nada que ver, lo juro.

—Aun así, fuiste a uno de mis territorios, dejaste esa mierda barata ahí. —espetó colérico, Louis era sumamente cuidadoso con la mercancía que se entregaba.

—Me obligaron a ir.

—¿Crees que me importa una mierda eso? Solo quiero saber, ¿quién diablos está detrás de la venta de los omegas? Habla.

—Yo… —desesperado forcejeó para poder liberarse.

—¿Sabías que el sentido más grande que poseemos es el del tacto? Eso es un poco obvio, ¿no crees? —dijo con voz ronca, un rostro sin expresión y una mirada oscura—. Todo nuestro cuerpo está cubierto por piel, así que imagínate el sufrimiento que sentiría un simple idiota e hijo de puta, si alguien se dispusiera a causar un poco de dolor en todo su putrefacto e inmundo ser.

El líder dejó sobre la mesa, frente al alfa, una serie de navajas, pinzas y cuchillos de diferentes tamaños, pasó su mano hasta llegar a uno con manga blanca, lo alzó moviéndolo en sus manos. —Es el favorito del loco de Myles, lo llama Blaqui.

—Señor Tomlinson yo le juro… —el alfa ahogó un grito cuando el líder golpeó su rostro.

Louis giró a donde se encontraba Myles. —¿Con cuál dedo empezamos?

—Por mi cualquiera, aunque puede optar por la mano, el brazo o la cabeza, al final es un pobre infeliz con una muerte segura.

Louis siguió hasta poner la cuchilla sobre el dedo índice del hombre e hizo presión hasta que brotó sangre, él estaba sediento y el alfa no colaboraba. —Myles, debes aprender una importante lección. Entre más piel abarques hay más dolor. —Dijo presionando el arma, el filo atravesó la piel, el índice del alfa rodó en el piso.

—¡Alto! Alto, está bien, le diré todo, pero ya no me haga nada. —lloró viendo brotar su sangre.

El alfa suspiró pesado, puso el filo en el dedo medio, empezando a presionar. —Es el hijo del señor Leandro, no sé cómo se llama, pero yo lo he visto, él llegó con los italianos diciendo que podrían crear una rebelión contra usted.

La sangre de Louis hirvió. —¡Ya saben lo que tienen que hacer!, encárguense de que este no hable. Hay que hacerles creer que es leal. —gritó.

—¿A qué se refiere, señor? —El alfa se removió al notar a Myles acercarse con unas pinzas.

—Si llegas con esa pequeña herida sabrán que hablaste, dejaré que sigas trabajando con ellos, es una pequeña oportunidad. Si llegó a escuchar que dices una sola palabra sobre esto, te traeré de vuelta y sabrás lo que es el verdadero dolor, tengo un par de juguetes que me gustaría estrenar contigo.

El alfa salió enfurecido, sacó el teléfono y llamó a Zayn para informarle lo ocurrido, esta vez iría donde Mike y de una vez le sacaría la verdad y si se topaba con el idiota de Leandro, no dudaría en atravesarle una bala en la cabeza si tenía algo que ver con el asunto.

Por una parte, su alfa se sentía tranquilo, porque logró convencer al omega de ya no regresar a trabajar, era viernes por la tarde y Louis le dijo que el sábado iría a arreglar unos asuntos. Niall lo buscó informando el ambiente en Copa de Oro.

Mike estaba furioso porque Louis tenía a Harry, el alfa alegaba que el omega le debía horas, según no había encontrado un suplente y su lugar era estar sirviendo tragos, no jugando a la casita feliz. Pero en realidad, lo que estaba perdiendo eran clientes, porque desde que Harry dejó de ir muchos clientes perdieron el interés y dejaron frecuentar el club, inclusive Leandro.

Louis solamente quería darle una buena golpiza al idiota por todos los mensajes que le estaba mandando a Harry para manipularlo. 

Tenía un plan en mente. 

Liam descubrió algunas cosas en los atentados contra Harry, así que al fin podría vengarse como tanto deseaba hacerlo y para eso necesitaba a Zayn, ya que él, siendo quien era, nunca se atrevía a ponerle una mano encima a un omega, pero su gran y querido amigo, estaba más que dispuesto en cumplir con la orden.

Subió a la camioneta y Myles lo alcanzó, de nuevo tomó su celular y llamó a varios de los alfas que habían asistido a la reunión anterior, preguntó por Paulo y Leandro, pero todos juraron no saber nada. 

Ya habían escuchado de algunos omegas que estaban desapareciendo, incluso el jefe de la policía lo contactó para verificar que el alfa no tuviera nada que ver con tal cosa.

Al llegar a la mansión el dulce aroma de Harry se impregnó en sus fosas, Tali y Jules no estaban en casa porque la omega fue de paseo con el alfa, siendo acompañados por algunos escoltas.

Zayn salió de la cocina con el rostro manchado de comida —¿Y Liam?

—¿Por qué preguntas? —Lo siguió adentro.

—Le hice unos pasteles. —sonrió.

—Vaya, sí que te interesa. —el alfa buscó una manzana y la mordió.

—¿Qué esperabas? Ese hombre será mi alfa.

—¿Y él lo sabe? —indagó, cruzándose de brazos.

—No, pero hoy se lo diré, así que ya sabes, ni se te ocurra hacer o decirle algo por qué te parto la cara.

—Como digas. —bufó.

—Bien, iré con él, ¿y Myles? —Zayn terminaba de esparcir el merengue en los bizcochos.

—Fue a acompañar a Jules y Tali.

—Ya entiendo. —aguantó la risa—. Cuida bien a ese omega o te lo robo, pasé la mañana con él y es una dulzura.

—Largo de aquí. —Louis le habló molesto, Zayn salió muerto de la risa.

El alfa subió las gradas hasta llegar al nivel donde estaban las habitaciones, se paró frente a la puerta donde se encontraba el omega.

Harry sonrió al sentir el aroma del alfa. —pasa.

Louis se acercó, el omega estaba a punto de tomar unas pastillas, al terminar, le sonrió.

El alfa quedó embobado, Harry llevaba puestos unos pantalones negros y una camisa transparente de cuello alto, color negro, con pequeños brillantes.

Todos sus tatuajes se dejaban ver a la perfección. Una noche Harry le contó cómo se los había realizado. Todo fue gracias a un omega que conoció cuando estuvo viviendo en la calle. Tony le pagaba por dejárselos hacer, el ojiverde funcionaba como su modelo de práctica. Después se mudó y ya nunca lo volvió a ver.

—Hola. —Harry habló un tanto tímido.

—Hola, omega. —el rizado se sonrojó, le sonrió mostrando sus hoyuelos.

Cauteloso, el alfa se acercó hasta estar frente a él. Harry aún actuaba algo temeroso; sin embargo, Louis comprendía.

Habían compartido un par de besos y caricias, algunos jugueteos que subieron algo de tono. Ambos sabían cuándo detenerse. Nunca pasaron el límite.

Pronto el alfa se dio cuenta, que a su lindo omega le encantaba estar resguardado en su cuello justo donde se encontraba su fuente de olor.

—¿Cómo te sientes?

—Mejor, gracias.

Harry tomó la iniciativa y se acercó dejando un beso en su mejilla y después recostó su rostro en el pecho del alfa, Louis pasó sus manos por su cintura y besó sus rizos.

—Aún no puedo creer que ya puedo abrazarte como lo deseo.

Harry se derritió bajo el toque de su alfa, levantó la vista y buscó sus labios. —ni yo.

—Yo lo sabía. —Louis habló cerca de sus labios.

—¿El qué? 

—Qué me deseabas, tú morías por mí, omega. —Con cuidado peinó sus rizos.

—Solo en tus sueños, alfa, la verdad es que solo sentí compasión de ti, eso es todo. —se burló un poco.

Louis deslizó sus manos por la espalda del rizado, recorrió su piel hasta detenerse en sus glúteos, al llegar dio un leve apretón, Harry se sorprendió un poco. —Cuidado, alfa.

—Perdón, es que no sabes cuánto deseo poder tocarte. —buscó sus labios y los besó.

—¿Así, y qué harás para que te permita hacerlo? —acarició la parte trasera de su cuello.

—¿Qué es lo que mi omega desea? Estoy dispuesto a todo, el jodido mundo a tus pies.

Harry lo abrazó por el cuello, siguiendo el ritmo del beso, al sentir que faltaba el aire se separó de él viéndolo directo a los ojos, se relamió y entreabrió los labios. —Entonces… SEDÚCEME.

—Será todo un honor hacerte delirar de placer. —besó su mandíbula.

—Hazlo. —demandó el omega.

Los ojos de Louis empezaron a volverse un poco oscuros, buscó sus labios y arremetió contra ellos, el ojiverde se aferró a sus brazos permitiendo que el alfa explorara su toda su boca.

Louis lo tomó de sus glúteos, sin mayor esfuerzo lo levantó, Harry pasó sus brazos detrás de su cuello acercándolo aún más. 

El omega envolvió sus piernas en las caderas del alfa, y este, caminó hasta la cama, recostándolo sobre ella lentamente, quedándose sobre él.

Deseaban sentirse de todas las formas posibles, sus lobos y su humanidad lo demandaban con la misma intensidad.

Louis besó su cuello, dejando pequeñas marcas por toda la curvatura hasta que se detuvo en el lugar exacto donde debía ir la mordida, se entretuvo un buen rato besando y lamiendo haciendo jadear al omega.

Para Harry, la tan sola idea de que Louis enterrara sus dientes en su piel hizo que una gran cantidad de lubricante saliera manchando sus piernas. —Lou… 

—Hueles tan jodidamente bien.

Levantó el rostro y lo besó con necesidad, deseo y vehemencia, Harry se entregó completamente.

—¿Puedo? —Louis jugaba con la camisa que llevaba puesta.

—Adelante. 

Las manos del alfa se deslizaron bajo la tela, tocando todo su torso, rozó con la yema de sus dedos sus erectos pezones, dando leves pellizcos que estaban volviendo loco al omega. —Desde que te vi por primera vez, tan solo la idea de pensar que alguien pudiera apreciarte como lo estoy haciendo ahora, me volvía loco.

Le sacó la prenda y se posicionó sobre él buscando contacto, el alfa suponía que el tabaco y el alcohol eran sus vicios, pero eso cambió desde que puso sus labios sobre la piel de su omega. —Eres tan hermoso. —dijo acercando la boca a su pecho.

—Lou… —Harry gimió cuando el alfa pasó la lengua por uno de sus pezones, su piel se erizó ante el primer contacto, tomó del cabello al alfa y lo atrajo más contra su pecho, Louis succionó y mordisqueó su piel, dejándole pequeñas marcas, al terminar con el primer pezón, dejó un lametón redondeando y masajeando, fue rápidamente hacia el otro, para hacerle lo mismo.

—Nadie más escuchará tus gemidos, son solamente míos, me pertenecen a mí y yo te pertenezco a ti, ¿entiendes, cariño?

—Sí… —atinó a decir, el alfa devoraba cada centímetro de su piel, con su boca, con su lengua, con sus manos. 

Una ola de lubricante salió del omega y Louis sonrió —Tan hermoso.

El alfa continuó succionando sus pezones hasta dejarlos enrojecidos y con marcas a su alrededor, dio una mirada rápida al omega y lo vio con las mejillas rojas y los labios entreabiertos.

No podía despegar sus labios de su blanquecina piel, así que sus caricias fueron bajando hasta llegar a la mariposa que tenía tatuada en el parte baja de su pecho, por fin pudo besarla.

Cuando se sintió realmente satisfecho, se alejó un poco y el omega emitió un sonido de desagrado a causa de la separación. —Tranquilo, amor. —se despojó de su saco y lo tiró, aflojó su corbata.

—¿No te quitarás la ropa? —El omega preguntó, sintiéndose nervioso al notar que el alfa se acercaba de nuevo con todo puesto.

—Hoy eres tú, bebé, solo tú.

Se posó sobre él, para de nuevo besar sus labios, sus manos fueron directo a los pantalones de Harry para quitar el botón y bajar la cremallera, no sin antes contar con su aprobación.

El alfa acarició la tela de la ropa interior, eran unas bragas de encaje color negro.

—Por la luna Harry, ¿Me quieres matar, no es así? —este sonrió sonrojado y se cubrió el rostro, levantó un poco las caderas para ayudarle al alfa a deshacerse de sus pantalones.

—Eres jodidamente caliente, hueles muy bien, eres el omega más hermoso que he visto en toda mi jodida vida.

El alfa llegó hasta sus labios, volviendo a devorarlos, ladeaban el rostro para buscar más cercanía. Eran besos lentos, profundos y suaves, solo fueron capaces de separarse cuando les faltó el aire para respirar. —Si deseas detenerte en algún momento solo tienes que decírmelo, ¿de acuerdo?

Harry asintió —Mmmmjj.

—No te escuche, amor, necesito palabras, tienes que hablarme.

—Está bien alfa, puedes seguir. —suspiró.

Sus labios estaban rojos, un poco hinchados; sus ojos brillaban, su olor era fuerte y denso.

El alfa se posicionó de nuevo entre sus piernas, pasando sus manos por su cintura, al inicio volvió a besar su vientre con dulzura y después, con pasión, dejó todo un camino húmedo hasta donde estaban esos hermosos laureles tatuados.

Pasó su dedo índice por todo el elástico de las bragas y la fue bajando lentamente por las piernas, su otros dedos se deslizaban por su piel acariciándola durante el proceso, llevó la prenda hasta sus pies para sacarla completamente, el omega jadeó cuando el alfa volvió a pasar sus manos por todo el contorno de sus piernas.

—Eres jodidamente hermoso.

Louis contempló su cuerpo pasando sus manos por sus muslos, los besó cerrando los ojos, disfrutando el intenso olor a cerezas del rizado.

Louis pasó sus manos por el interior de sus muslos, el omega gimió bajo al sentir el aliento cerca de su ingle. Jadeó cuando acarició el glande de su erecto miembro.

Harry mordía sus labios reteniendo los gemidos, Louis pasó su dedo pulgar sobre la hendidura, para poder esparcir el pre semen que empezaba a brotar.

El omega se removió totalmente excitado, tener al alfa tocando y explorando su cuerpo, era, por mucho, una de las mejores cosas que le habían pasado en su vida.

—Quiero escucharte, cariño. —las palabras de Louis surtieron efecto inmediato cuando de la boca del omega salieron algunos jadeos.

Llevó su mano hasta los labios de Harry y los acarició con leves roces, mientras que con la otra mano, bombeaba su erección lentamente.

Pasó el pulgar por sus labios inferiores. —Abre, por favor. 

Obediente Harry tomó el dedo índice y el medio del alfa en su boca —Chupa. —ordenó.

Louis sintió desfallecer cuando por su mente paso la idea de Harry no teniendo sus dedos, sino su polla entre sus labios, el ojiverde inicio moviendo la lengua en un vaivén lento, al escuchar los jadeos del alfa cerró sus labios, empezó a succionar y a dar leves mordidas hasta en ellos hasta que fue suficiente.

Cuando Louis tuvo la mano lo suficientemente lubricada con la saliva del omega, sacó los dedos y los llevó hasta su entrada, que ya parecía suplicar por ser atendida.

El alfa empezó haciendo pequeños círculos en el contorno, adentrando y sacando un dedo con sumo cuidado para no hacerle daño. 

—Alfa… —Se retorció apretando las cobijas con sus manos vueltas, puño.

—Tranquilo, bebé, no te haré daño.

Continuó tanteando hasta que el omega dejó salir una nueva ola de lubricante empapando sus dedos, introdujo uno más haciendo que Harry moviera las caderas hacia atrás e iniciara movimientos circulares para buscar más contacto.

El omega jadeó cuando sintió sus paredes abrirse aceptando los dedos de su alfa.

Louis metió y sacó tocando suavemente para no lastimarlo.

La respiración del omega era errática, sus cabellos empezaron a pegarse en la piel de su frete gracias a las pequeñas gotas de sudor que emanaba su piel.

El alfa supo que encontró su punto dulce cuando el omega aferró su mano en su camisa jadeando, aprovechó y se acomodó de lado para llevar su miembro a sus labios. 

Harry se retorció —Louis…

Mordió suavemente el glande e hizo que unos leves espasmos recorrieran el cuerpo del omega, sus movimientos incrementaron y los gemidos de Harry solo provocaban que continuara, besando, succionando y lamiendo su intimidad, —creo que yo… —Louis bajó la intensidad y sacó los dedos de su interior.

—Date vuelta, cariño.

Harry obedeció sumiso y dispuesto, aunque sentía sus piernas flaquear.

—¿Estás bien? —preguntó cuando lo notó con la respiración agitada y el rostro totalmente rojo.

—No me hagas hablar. —Louis lo ayudó a tomar la posición correcta, centrándolo bien en la cama.

—Eso es, amor, mírate, eres tan jodidamente caliente.

El omega quedó en cuatro sobre el colchón y el alfa se posicionó detrás de él, sus manos fueron directo a sus glúteos, los masajeó y acarició, sus manos también iban haciendo pequeños roces en su entrada, pegó la ingle a los glúteos del omega y recorrió con su mano su espalda presionando un poco para que su pecho topara en las cobijas y quedara con la parte trasera alzada.

Harry se impulsó hacia atrás buscando más contacto cuando sintió el bulto en los pantalones del alfa, Louis simuló un par de estocadas haciendo que el omega hundiera su rostro en una de las almohadas —tranquilo, bebé.

El alfa aún seguía con la ropa puesta, pero estaba desarreglada y algo arrugada, se despegó del omega y se inclinó hasta estar frente a su entrada.

Fue dejando besos cada una de sus mejillas, las volvió a masajear acercando su rostro para besarlas, escuchaba los pequeños jadeos del omega, sacó la lengua y dio la primera lamida seguida de un sonoro beso, saboreó su sabor provocando que de los labios del rizado saliera un largo y profundo gemido, masajeó su abertura haciendo pequeños círculos. —Sabes tan bien, omega. 

Harry se removió entreabriendo sus labios soltando palabras que no se descifraban a la perfección gracias a la invasión de su alfa en su interior.

Apretó su piel y para este punto, fue difícil para el alfa no darle atención a su propia hombría, así que rápidamente desabrochó su pantalón y de su bóxer sacó su polla y escupió en su mano, comenzó a bombearla de arriba hacia abajo en un vaivén rítmico, que concordaban con los movimientos de su boca.

Poco a poco introdujo su lengua en el interior del omega, acariciando sus paredes internas con pasión, se adentraba y salía, simulando varias penetraciones, dejando pequeños mordiscos en los bordes.

Su mano apresuraba el movimiento en su propia polla, Harry dejó salir más lubricante, por los muslos del omega recorría una mezcla de sus propios fluidos y la saliva del alfa.

—Yo. —yo, alfa… —gimió.

—Tócate, amor. —le ordenó, cambiando su lengua por sus dedos, arremetiendo con el mismo compas, sus dedos haciendo fricción y generando presión en su interior, la respiración de Harry seguía errática, sollozando, buscando su placer. El castaño rozó su punto dulce nuevamente y el omega pareció desfallecer.

Aferró su mano a la pierna porque el omega empezaba a perder el equilibrio, el alfa aumentó las embestidas haciendo que Harry tensara los músculos.

Harry seguía en medio de sollozos que luego se convirtieron en jadeos, al fin llegó la sensación cosquilleante, se posó en el vientre del omega haciéndolo llegar al clímax, Louis al verlo tan desecho con la respiración entrecortada, no pudo imaginarse como quedaría cuando por fin pudiera estar dentro de él, segundos más tarde encontró su propio placer manchado las cobijas.

Harry se desplomó sobre las sábanas con la respiración entrecortada. —¡Por la luna! —jadeó.

Louis admiró de nuevo su cuerpo, se puso rápidamente de pie y se acomodó la ropa para alcanzar a Harry, el omega se dio la vuelta quedando bocarriba y el alfa sonrió triunfal, cuando vio las marcas de sus labios en su cuello y pecho.

Se sentó a un costado y tomó su mano y la besó, alargó las mismas para quitar sus rizos pegados a su piel —¿Te encuentras bien, omega?

—Sí, gracias. —Apenado llevó sus manos para cubrir su rostro, el alfa rio y se las quitó, quedando justo frente a frente, picoteó sus labios en repetidas ocasiones—. Me encantas, ¿quieres tomar o ducha o solo te limpio?

—¿Quieres tomarla conmigo?

—¿No te incomoda?

—No, por supuesto que te quiero ahí.

—Lo que tú pidas, amor, será un placer acompañarte.

Con cuidado se acercó y lo tomó en sus brazos para llevarlo a la tina, lo dejó sentado en tanto se iba llenando con agua tibia, se apresuró y fue a quitar las sábanas sucias y puso unas limpias sobre el colchón, cuando entró al baño solo venía con ropa interior.

Se despojó de la pieza faltante y Harry giró la cabeza algo avergonzado, Louis sonrió socarrón. —Permíteme. —Se posicionó detrás de él, pegando la espalda de Harry a su torso e inmediatamente besó sus mejillas.

El omega suspiró —Gracias, Lou. 

Louis pasó sus manos por su pecho atrayéndolo más, el alfa se encargó de cuidar y limpiar muy bien a su omega.

Lo sacó de la tina y lo envolvió en una toalla para secarlo, le ayudó a ponerse ropa interior y fue por su propia sudadera para cubrirlo, lo cobijó, se sentía indeciso si ir a su habitación o quedarse. —Quiero que te quedes aquí, ni se te ocurra irte. —Harry ordenó.

Se puso tan solo un pantalón de pijama y se acostó junto al omega.

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Buenas noches.

¿Qué tal cómo están?

Llegando con otro capítulo más en este estaba nerviosa jajaj perdón por la tardanza.

Siempre esperando llene las expectativas :D

Tenemos BUA.

No se olviden de hacer stream cuando puedan.

Nos vemos y nalgaditas cariñosas :D

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