CAPÍTULO 14
Al llegar al punto de reunión, Louis fue recibido por una de las alfas que formaba parte de sus aliados, luego de la pesada sesión con los inversionistas dudó en asistir, pero algo lo obligó a asistir.
La mujer cedió el paso para guiarlo a una mesa circular donde se encontraban los demás, todos eran jefes de otras mafias, aunque siempre demostrando respeto ante Louis, era el Rey de los territorios, sumamente poderoso y peligroso.
Una de las sillas fue removida para que tomara asiento, Myles se quedó a sus espaldas.
—Hablen. —ordenó impaciente.
—Señor Tomlinson es un gusto tenerlo por aquí. —Uno de ellos sirvió una copa, sobre sus piernas estaba sentada una joven omega.
—Al grano, Petro, no tengo todo el puto tiempo del mundo.
—Dispusimos reunirnos para dos cosas, señor: número uno, para asignar el lugar de entrega de los próximos cargamentos, hasta ahora todo ha ido bien y nadie se ha metido en el territorio que no le pertenece.
—¿Entonces por qué mierdas estoy aquí? ¿Cuál es la otra jodida cosa? —preguntó serio, se encontraba sentado con las piernas abiertas, una de sus manos masajeaba sus sienes.
Otro alfa llamado Christopher, tomó la palabra acercándose más a la mesa. —Unos italianos viajaron a Alemania para extender territorios, alegaron que sus inversiones estaban mal y no podían seguir perdiendo y nosotros, ganando, necesitan hacer algo más, ellos aseguran que tienen más pérdidas que ganancias. —Louis analizó las palabras, ninguno de sus aliados le comentó algo referente a eso.
—¿Es de los nuestros? Nadie se ha quejado.
—Ese es el problema, Señor Tomlinson, es una de las mafias que nunca han se han unido a nosotros y ahora quieren iniciar algo con los Astor.
—Sé a quién te refieres, son unos malditos cobardes. —enfureció un poco, esa era una de las mafias que no respetaban límites ni cumplían los tratados, no tenían escrúpulos por nada.
—Quieren poner en marcha un nuevo negocio, es algo rentable. —el alfa anfitrión llamado Josh mencionó luego de soltar el humo del puro que fumaba.
—¿Qué clase de negocios? —inquirió desesperado.
—Omegas.
—Ustedes saben perfectamente que eso está prohibido en estos territorios. —Se acercó peligrosamente a la mesa.
—Aquí, pero allá no, es buena paga y hay muchas de esas mierdas por todos lados. Los omegas son como cucarachas. —comentó.
—Así es, además, prácticamente nosotros solo los enviaríamos, eso es todo, prácticamente estaríamos haciendo lo menos. Lo ellos hagan con sus culos no es nuestro problema. —otro de ellos añadió.
—¿Qué parte de "NO" estúpidos infelices de mierda no entienden? —Louis habló alzando la voz, su mirada se tornó oscura.
Teo bufó indignado. —¿Perderemos millones solo porque usted no quiere enviar omegas? Es mucho dinero en juego.
—Aquí mando yo, simple, te quedas o te largas. —Su tono era grave y su mirada cargada de furiosa.
—No me importa, esto es estúpido. —exasperado se puso de pie—. Yo si quiero aceptar, esa es una gran oferta.
—Ya dije que no, la puerta es grande para que te vayas, si lo haces, aquí no vuelves.
—¿Todo esto es únicamente porque su puta madre vino de eso? Eso no sig... —Louis dejó su arma sobre la mesa después de disparar justo en la cabeza al alfa, el cuerpo quedó tirado junto a Petro que tenía a su omega en su regazo, la pobre se asustó tanto que enterró su rostro en el cuello de su pareja.
—¿Alguien más tiene algo que decir? —Louis ladeó el rostro, todos los alfas de la mesa negaron asustados.
El líder suspiró pesado. —Ya di la última palabra, si alguno de ustedes falta a los tratados, sepan que se convertirán en mis enemigos. —Se puso de pie analizando a todos en la mesa, Myles atento a los movimientos, puso su mano sobre el arma que siempre lleva escondida —espero haya quedado claro y si no entonces será realmente satisfactorio acabar con cada uno de ustedes, últimamente no he tenido algo de diversión.
—Yo seguiré fiel, Señor Tomlinson. —Petro se puso de pie.
—Creo que se da por terminada esta mierda de reunión, si a mis oídos llega que alguno de ustedes forma parte de esa porquería, se dará fin a nuestros tratados. —buscó la salida dejando su espeso olor afectando a todos.
El alfa salió maldiciendo, sintiéndose muy enfadado, ajustó su traje dando una última mirada al lugar —Myles, quiero que estés pendiente de cualquier movimiento y me informes de inmediato.
—Así será, señor.
De camino a casa Louis iba muy pensativo, no necesitaba más problemas de los que ya tenía y todo en su cabeza empezaba a volverse una mierda.
Con la tensión sobre los hombros bajó rápidamente del auto, cuando entró en la mansión, no estaba de humor para saber, ver ni hablar con nadie, solo necesitaba ir a su habitación y dormir, subía las escaleras lo más rápido posible.
—Louis... —Harry llamó.
Su lobo se relajó de inmediato al sentir el leve olor del omega. —Hola, Harry. —Su voz se tornó suave y cariñosa.
—¿Qué sucede? —El omega se sintió algo inquieto unas horas atrás, intentó ir a dormir, más le fue imposible, ya que estaba preocupado. No tenía noticias de Louis, nervioso, se quedó en la sala principal esperando su llegada. Cuando lo vio pasar por la puerta, sintió tranquilidad, su interior le ordenaba ir y abrazarlo, sentía que algo lo agobiaba y él solo quería calmar aquello que perturbaba a su alfa.
—Algunas estupideces sin importancia, ¿necesitas algo? —preguntó preocupado al ver el rostro contrariado del omega.
—No parece que sea algo sin importancia, ¿necesitas ayuda? —subió unos escalones para estar más cerca, lo sentía tenso y preocupado, no lo demostraba, pero por alguna razón Harry lo sentía.
—Es por unos idiotas, no te preocupes.
—suspiró intentando tranquilizar a su lobo que le demandaba ir hasta su cuello y enterrarse en el hasta calmarse con su aroma.
—¿Quieres hablar? —Harry peleaba con su omega para no tirarse a sus brazos, su olor empezó a salir para calmarlo.
Las cerezas bailaron a su alrededor envolviéndolo, era tan calmante y relajante.
—No quiero molestar. —habló más calmado, el olor del omega llegó a sus fosas—. Ya es tarde, omega, ¿por qué no estás durmiendo?
—Bajé por un poco de agua. —mintió. —¿Seguro te encuentras bien?
—No del todo.
—Entonces soy todo oídos. —subió otro escalón más.
—Si te cuento, saldrás huyendo. —sus ojos eran brillantes y en su rostro había una pequeña sonrisa, su alfa quería aullar, su omega se preocupaba por él.
—No lo creo. —Le sonrió y de inmediato, el alfa logró tranquilizarse y, ¿quién no lo haría?, si con tan solo verlo sonreír, todo parecía tener solución.
Louis le pidió que lo siguiera para ir hasta su despacho, el omega sintió flaquear cuando percibió los olores del alfa, eran tan densos y relajantes, que parecía flotar en las nubes.
Siguió al alfa hasta sentarse uno junto al otro en un gran sofá.
Louis tomó una fotografía que estaba sobre una mesa de cedro y se la mostró. Era un lindo omega con un pequeño cachorro en brazos, estaba sonriente y radiante. Un ambiente silencioso e íntimo les rodeó.
—Era mi madre. —El alfa señaló al omega.
Harry recibió el marco admirando con detalle la foto. —Era muy lindo.
—Así es. —el alfa suspiró y continuó—. Bien, Harry, todos tenemos un pasado, ¿no crees?
El omega se cohibió un poco recordando el propio. —Supongo que sí.
—Cuando era cachorro crecí viendo lo vil y mal alfa que mi padre fue con mi madre, él era un omega muy hermoso, bueno y amoroso.
El alfa sonrió ante el recuerdo y Harry quedó embobado con las arrugas que se hicieron al costado de sus ojos, Louis suspiró y habló en algo que parecía ser un susurro. —Mi padre lo encontró en un bar de mala muerte, fue víctima de la trata de omegas, el viejo lo sacó cuando supo lo especial que era, le otorgó su marca solamente para tener una descendencia pura, y entonces nací yo.
Harry sintió un nudo formarse en su garganta, se acercó a Louis y escuchó atento a lo que decía. —No era nada bueno, me tocó vivir junto a mi madre una vida llena de golpes y abusos, lo que más enfurecía a mi padre era que yo no daba indicios de ser un pura sangre.
—Entonces, sí, eres un alfa puro. —afirmó sorprendido, Harry notaba algo en su olor que los alfas comunes no poseían.
—Así es. —El alfa, con algo de temor de que el omega quisiera alejarse o sintiera miedo, se retiró un poco. Pero Harry solo simuló acomodarse para poder acercarse de nuevo.
—Eso es genial.
—¿No me tienes miedo? —preguntó algo temeroso.
—No.
—Por lo regular, cuando saben la verdad de mi casta, huyen.
—Yo no. —levantó los hombros en un leve movimiento.
El alfa sonrió y prosiguió. —Mi madre era un omega puro, mi padre era descendiente de un alfa puro así que era por ley que yo debía salir con esa sangre, el viejo se enojó cuando mi naturaleza no salió de inmediato.
—Vaya, eso es impresionante, si te soy sincero había algo en ti que me parecía extraño, digo... —sonrió burlón—. Aparte de que tienes la cabeza inflada, pero en realidad no sabía que era, hay algo que no entiendo, tu olor es... Es como el de un alfa ordinario y a la vez no.
—Mi madre me enseñó a cómo ocultarlo y lo usé como ventaja, muchos me temen por eso, no cualquiera sabe hacerlo, agrega las cualidades extraordinarias que poseemos.
—Eso es realmente genial.
—Lo es, él era muy listo y hoy en la reunión un maldito se atrevió a pronunciar su nombre en su asquerosa boca, el muy hijo de puta no vivió para contarlo.
—Debió ser un omega muy especial, se nota lo bueno de él en ti. —Harry mencionó devolviendo el retrato, el lobo de Louis se emocionó al saber que su destinado no tenía miedo de su naturaleza.
El alfa continuaba con el retrato en sus manos viéndolo detenidamente —Lo era, mi madre murió después de estar embarazado, en ese entonces yo tenía 15 años, estaba a punto de cumplir 16.
—Louis...
—Un día entré a la habitación y estaba tan golpeado que era irreconocible, corrí para ayudarlo, pero mi padre me golpeó en la cabeza, perdí la conciencia y no supe más.
—¡Por la luna!
—Tenía el descaro de golpearme tan fuerte que pasaba horas desmayado, según él, era para forjarme con buen carácter. Me encerraba en el armario o simplemente me dejaba lejos de casa para que viera como sobrevivir, mi pobre madre no podía hacer nada.
—Pero eras tan solo un cachorro... —Harry estaba con ojos cristalizados.
—Desde muy niño vi a mi padre molerlo a golpes, nunca le importó nada y menos que su omega llevara a su propio cachorro en el vientre, siempre era la misma historia cuando intentaba ayudar a mamá, yo terminaba inconsciente en el piso, decía que eso me serviría y me haría más fuerte. —El alfa buscaba algún indicio en el rostro del rizado que le hiciera saber que estaba asustado, pero no, solamente se veía atento a sus palabras.
Relamió sus labios y prosiguió. —Lo único que el muy maldito quería era deshacerse de ella. —habló refiriéndose al cachorro, suspiró profundo y continuó—; según dicen era una pequeña omega y al viejo no le agradó para nada escuchar que su jodida sangre sería manchada con una omega, mi padre le provocó un aborto luego de golpearlo y eso lo hizo pedazos.
Harry se acercó aún más, su pierna rozó la del alfa para seguir animándolo. —Mi madre empezó a enfermar y un día, el viejo no soportó ver lo demacrado que se encontraba, volvió a golpearlo tan fuerte que me lo arrebató, me hizo observar todo, mandó a sus hombres a tomarme por la fuerza para que no hiciera nada, según él, para que nada me afectara y pudiera dominar mis emociones, "un buen alfa nunca se deja guiar por los sentimientos", era un hijo de puta total.
El rizado guardó silencio alentándolo a seguir. —Hasta en ese preciso momento mi padre supo mi verdadero ser, mi lobo rugió tan fuerte que acabé con la vida de aquellos imbéciles, para mi sorpresa el muy idiota solo estaba asombrado y tan orgulloso, quiso acercarse para hacérmelo saber, así que ataqué directamente a la yugular, era la primera vez que me transformaba y solo fue para arrancarle la cabeza.
—Siento tanto eso, Louis, ¡por la luna! Todo fue tan injusto. —parpadeó asombrado.
—Yo los vi morir a ambos, primero a mi padre y luego a mi madre, ambos hasta el último aliento de su existencia. El viejo fue el primero a quien le arrebaté la vida, y hasta ahora no me arrepiento de nada.
El omega guardó silencio, se quedó un poco sorprendido de escuchar a Louis, vivir aquellas atrocidades siendo tan joven...
—Ahora que sabes algunas cosas ¿Podrás quedarte?
—Si no es molestia. —Le sonrió con cariño y algo consternado—. Todos tenemos un pasado, Louis, y yo también tengo el mío. —Harry acercó su mano para acariciar el brazo del alfa.
—Lo sé, pero no soy bueno, Harry, mi mundo es muerte, destrucción y caos. El infierno está aquí y quien lo dirige soy yo.
—Y a pesar de todo lo que escuché, sigo pensando que eres un gran alfa.
Louis se dejó caer sobre el sillón, cerró los ojos unos instantes. —En realidad, eres un caso totalmente diferente.
Y Harry solo supo admirar la belleza de Louis, la belleza que solamente él ha podido ver, sintió tantas ganas de acercarse, abrazarlo, hablarle y decirle que todo estaría bien porque su parte omega y su parte humana así lo creían, estarían bien.
—No te tengo miedo, no sé por qué, pero no lo hago, pasaste por muchas cosas y jamás sería capaz de juzgarte por tu pasado. —Lentamente, sus manos se buscaron.
—¿Y mi presente?
—Estamos aquí, ¿no? —dijo entrelazando las manos.
—¿Futuro?
—Ten un poco de fe.
—Eres tan bueno.
—Y tú un gran alfa. —Le sonrió dando un apretón en sus manos que aún seguían sostenidas.
—¿Ya cenaste? —preguntó luego de verse por un largo momento a los ojos.
—No, te estaba esperando.
—¿Me estabas esperando? —preguntó con alegría.
—Eso dije. —soltó su mano sintiéndose algo nervioso—. Solo quería asegurarme que no fueras a la cama sin haber ingerido algo.
—Hace rato dijiste que habías ido por algo de agua, ¿me estabas mintiendo?, te preocupas por mí, ¿no es así? —sonrió mostrado su perfecta dentadura.
El omega balbuceó cosas que no le fueron capaces de entender.
—¡Estás cayendo, no puede ser, yo sé que soy irresistible! —El alfa dijo con una sonrisa pícara.
—-¡Claro que no!, confundes mi amabilidad.
—Acéptalo omega, mueres por mí, amor.
Algo en Harry se removió al escuchar al alfa llamarlo de esa forma, se recompuso rápidamente. —El que está cayendo eres tú. —sonrió maquiavélico cuando le dio un leve empujón haciéndolo caer en el sofá nuevamente, el omega lo vio triunfante y movió hacia atrás sus rizos en un movimiento burlón.
El alfa lo vio caminar a la puerta con una enorme sonrisa en sus labios y un tenue rubor en mejillas.
—Al menos yo no lo niego, porque caí y muy profundo. —habló luego de que Harry saliera, se puso de pie y lo siguió a la cocina para comer algo.
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Cumplido, perdón la tardanza.
¿Qué les pareció?
Espero estén disfrutando, nos vemos mañana
Nalgaditas cariñosas :D
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