¿Reconoces esa sensación en la que el día va a terminar muy mal? Pues esa es la que siento ahora.

―Una prueba ―declara el ser místico que parece en llamas, pero en realidad el fuego es parte de él.

Quedo estupefacta.

¿Esta mujer está diciendo que me hizo pasar por todo este calvario por un simple experimento? ¡¿Pero qué le pasa?!

―¿Por qué? ―insisto.

―Las criaturas mágicas somos detectadas por las máquinas, necesitaba hacer la prueba con alguien en específico, un demonio como tú me pareció perfecto. Al verte en esa hoguera sentí que eras la indicada, ahora es más difícil que te encuentren.

―Espera, espera ―repito indignada―. ¿Me elegiste al azar? ¿Solo porque sí?

Asiente.

―Así es, eres un súcubo, no me pareció un daño colateral. Bueno, más o menos, el problema fue que descubrieron mi plan y por eso intentaron eliminar a tu raza primero. Entonces apuré mi búsqueda para encontrar a una, y como dije, cuando te vi en la hoguera, aproveché mi oportunidad.

Me cruzo de brazos y enarco una ceja.

―Bueno, al menos no soy el cliché del elegido, pero te equivocaste en algo, tu plan falló, me han detectado de todas maneras.

La mala sensación sigue en aumento.

―Pero no por los detectores sino porque has sido imprudente.

―Sí, como sea. ―Ruedo los ojos―. A todo esto, ¿por qué has dicho que este encuentro ha sido calculado? ¿Tiene que pasar algo hoy?

―Sí, no hay tiempo, tengo que probar si mi plan funciona en otros, hoy es el día de la guerra.

―¿Qué? ―Enarco una ceja―. ¿Guerra?

Sabía que debía hacerle caso a mi mala sensación.

―Debes apresurarte y volver, los tuyos estarán en problemas pronto.

~~~

Le hago caso a la mujer fénix y me dirijo a la parroquia, la verdad no son mis hermanas, pero hemos pasado tanto tiempo juntos y además ahora tengo emociones, así que tengo que ir a advertirles del peligro. En el camino me cruzo con Sem, el cual me da la ropa que le pedí y aunque algo a regañadientes por mi parte, termina por acompañarnos. A la fénix no parece afectarle su presencia, así que no me preocupo más por ello. Una vez llegamos al lugar, vemos a los aviones sobrevolar la iglesia, entonces entramos al edificio.

Miro el papel del laboratorio que también me entregó Sem, ya no es importante, por mucho que tenga mi ADN esta información no me dice de mucho, además que algunas pruebas salen no concluyentes.

―¿De verdad piensas convertir a todos como yo? ―le pregunto a la fénix―. No parece muy saludable.

Se ríe.

―Se intenta.

―Ahí vienen. ―Corre Fermín hasta nosotros―. ¡Agáchense!

Explosiones se escuchan en lo alto mientras nos tiramos al suelo.

―Voy a deshacerme de la primera fila ―declara Ever al llegar recién y venir por el mismo pasillo―. Haré tiempo hasta que lleguen mis hermanos.

―Creí que no te llevabas bien con ellos ―recuerdo mientras me levanto despacio del suelo―. Por eso estás en la parroquia, ¿no?

Se ríe.

―Una cosa no tiene que ver con la otra.

Touché.

Ever salta por el ventanal y vemos como extiende sus alas, comienza a volar hasta uno de los aviones, entonces el hombre no lo ve venir, el íncubo rompe su vidrio, agarra al soldado y le saca la cabeza. La sangre es desparramada por todo el lugar mientras el vehículo volador cae en círculos y el culpable alza vuelo, lanzando la extremidad que arrancó por los aires, para luego dirigirse al próximo disparador.

Esto se repite hasta que acaba con la primera fila de naves, luego nos alcanza para escondernos en la profundidad subterránea.

Fermín abre unos planos y marca los puntos donde hay más monstruos, entonces nos preparamos para irnos por los senderos del sótano, que abarcan mucho terreno, para así reclutar a más seres sobrenaturales.

―¿Es seguro tener a este? ―Señala Ever a Sem, mientras avanzamos por los túneles.

―No, pero es lo que hay ―respondo yo y Fermín se ríe.

―Qué malos ―se queja el chico en cuestión.

―Así son los demonios ―le aclara la doctora Raisa―. Bienvenido al mundo real.

Me cae mal, pero en esta tengo que darle la razón.

―Lo bueno es que tenemos a Fénix para iluminarnos el camino ―acoto y la criatura con forma de mujer en llamas, se ríe también de mis comentarios.

―Con precaución, estamos por llegar. ―Alza la mano Fermín.

―¡¡Ah!! ―gritamos casi todos cuando algo cae del techo.

―Ah, solo es Rufh ―digo sin importancia al darme cuenta que es el hombre lobo.

―Siento si los asusté. ―Se ríe el castaño―. Es que bombardearon mi casa. Se han vuelto locos, ya ni sé si les importa ocultar nuestra existencia, hay gritos y muerte por todos lados.

―Me comuniqué con mis hermanos ―avisa Ever―. Los atacantes son demasiados, tuvieron que retroceder.

Realmente estamos en guerra, y una con mucha desventaja. La unión hace la fuerza y ellos son más, no importan nuestras habilidades.

Se escuchan muchas más explosiones, entonces nos agachamos cuando son seguidas, pues el humo estalla desde arriba sin cesar.

―Sí salimos nos destruirán ―aclara Fermín―. Yo puedo quedarme en las sombras por mucho tiempo, pero ustedes...

―No ―interrumpe Fénix―. Lo que hay que hacer es mi plan, cambiaré sus ADN y se salvarán. Morirán, pero regresarán sin ser detectados.

―Ya no importa mucho eso ―opino.

―¿Tienes una mejor opción?

Otra explosión se escucha y el piso tiembla.

―¡No, mierda, no tengo! ―Me agarro de la pared―. ¡¡Pero morir para aparecer en quién sabe dónde y encima perder años sin descubrir si esto estará peor!! Definitivamente no lo veo como buena idea. ―Bufo―. Y te recuerdo que tu experimento tiene fallas.

―Pues hay que pelear hasta morir ―acota Ever―. Y si nos morimos, puede hacer su plan y tendremos otra oportunidad.

―Suena como un mal plan, ni siquiera sabemos si volveremos a vernos, si despertaremos en los mismos lugares.

―¿Tienes una mejor idea, enana? ―Sonríe.

Suspiro y acepto la trágica sugerencia.

―Pues supongo que hay que despedirse.

Es entonces cuando todos empezamos a decirnos "adiós" y aunque fue por poco tiempo se sintió como si fuéramos un gran equipo, como si hubiera estado con mis hermanas. Las emociones son una mierda, pero están aquí, así que las aceptaré con toda la fuerza.

Se escucha una nueva explosión y las fuerzas enemigas entran al túnel, entonces comenzamos a pelear, porque eso es lo que más importa, sobrevivir, luchar por lo que queremos, por lograrlo.

Peleamos hasta el cansancio, hasta morir. Una luz poderosa me ciega, en eso noto que Fénix ha activado su poder. Bolas de fuego que la destruyen y a todos en aquel camino lleno de lucha y muerte. Pues en la guerra no hay ganadores ni perdedores, solo muerte. Cierro los ojos sintiendo el fuerte calor de las llamas, así que me dejo morir como los demás.

~~~

Abro los ojos sintiendo el viento, estoy en un pastizal alto y me levanto con lentitud. No, no estoy cerca de la parroquia, ni de por casualidad. Subo la colina poco a poco, por el dolor de mi cuerpo, entonces de lejos veo todo destruido. Quedo estupefacta. Giro mi vista, hay un diario enganchado en una ramita, este se mueve con la pequeña brisa. Lo tomo despacio con mis dedos tiritando, por el frío y porque presiento lo peor.

Al leerlo lo descubro:

"2152: Se acabó el mundo".

Fin.     

El final va a interpretación del lector.

Atte: Vivi.

Pd: Ya se acabó, lloremos </3