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17

~*~

JinEun

Coloco mis brazos en jarra y observo todo el lugar. Este lugar que ha sido el mayor cómplice de nuestras aventuras y testigo de las escenas que con palabras no lo podría contar a alguien más. Sencillamente no debo contarlo porque son experiencias que solo él y yo debemos saber, experiencias que sólo él y yo queremos atesorar.

Suspiro. Sonrío.

Las cortinas oscuras cubren las ventanas que dejan entrever un poco de la luz del sol.

Miro el sofá. Todas las veces en que nuestros cuerpos se unieron allí por la lujuria.

Observo la puerta de mi cuarto y veo allí la cama que ha sido la testigo mayor de todo lo que hemos hecho. Todas las veces en que tuvimos sexo fuerte allí... así como las veces en que me hizo el amor tanto en esta como en la suya.

Bajo la mirada al piso de madera y mis ojos se vuelven agua. Esto duele muchísimo.

— JinEun, está todo listo en el auto, NamSik espera abajo ¿Ya vienes? — JiAh pregunta haciendo que la mire de improvisto. Ella se da cuenta de mis ojos aguados y con un gesto triste se acerca a mi y me abraza— ¿Crees que de verdad estarás bien? — asiento rápidamente para no preocuparle.

— Sí, yo solo... — sorbo mi nariz y continúo limpiando mis lagrimas— Voy a extrañar mucho mi casa. — suelto una risita pequeña y ella me aprieta suavemente.

— Todo estará bien ¿si? — asiento sin decir más— Yuna y MinGyu están esperándonos en el aeropuerto.

— Bien... vamos. — susurro asintiendo mientras aguanto las ganas de seguir llorando.

Salimos del apartamento y observo el interior una vez más antes de apagar las luces, cierro la puerta y me despido de los hermosos recuerdos.

~*~

Narrador Omnisciente

Jimin entra al vehículo cuando ve la hora, son las cuatro de la tarde y lo que planeaba hacer debía ser antes de la noche. El ronroneo del motor de su auto se escucha cuando sale del edificio donde se ubica su apartamento, maneja por las calles con su corazón acelerado y su respiración entrecortada, lo que hace notar mucho más lo nervioso que está.

Aprieta el volante con su mano cuando maneja por la avenida, y cree que es hora de hacer una llamada para completar su plan de hoy. Con una leve sonrisa presiona la pantalla táctil del auto mientras espera en el semaforo en rojo, marca al teléfono y espera que la dulce voz abunde en sus oídos.

Jimin... — la voz dice su nombre de manera suave y lo hace sonreír aún más mientras arranca nuevamente al ver la luz verde.

— JinEun ¿Estás en casa? — pregunta con un poco más de ánimo, escucha de ella un murmullo antes de nuevamente oír su voz.

No... yo... estoy en el aeropuerto. — eso lo hace fruncir el ceño.

— ¿Y eso? — aprieta el volante mientras gira a la derecha— ¿Acaso tus padres vienen de visita?

No, no es eso... no es por mis padres, estoy aquí por mi. — comenta con suavidad mientras alarga las palabras tras tartamudear.

— ¿Tu? — pregunta confundido, sin entender aún lo que hacía JinEun allí— ¿Acaso te vas de viaje? — pregunta tras no escuchar respuesta de ella.

Jimin escucha... — frunce el ceño esperando que continúe mientras otro semáforo lo detiene— Quería decirte que... siempre la pasé muy bien contigo, y créeme que lo disfruté bastante... es sólo que... me surgió algo que puede ser muy bueno para mi futuro. — tras eso el chico de labios gruesos traga fuerte para luego relamer estos— pero ese algo no es aquí en Corea.

— Espera JinEun... ¿Eso quiere decir que te iras al exterior? — escucha de ella un murmullo afirmativo y sigue preguntando— ¿Pero a dónde? — su voz baja de tono y su rostro ya no tiene esa sonrisa que traía consigo.

Conseguí una buena empresa para hacer mis pasantías, está en Japón y... es una gran oportunidad para mi, Jimin...

La voz del chico la interrumpe con una interrogante que le es extraña a ambos:

— Pero... ¿Y nosotros? — su tono bajo lo hace tener que detener el vehículo y estacionarse frente a un local.

¿Alguna vez hubo un nosotros, Jimin? — susurra ella esta vez con melancolía— Nunca hablamos de un nosotros, nunca aclaramos qué éramos, pensé que siempre fue sexo... — susurra decaída al final y Jimin maldijo internamente que ella tuviera razón.

— No siempre fue solo sexo, JinEun. — interrumpe.

Dime, en todo este tiempo ¿cuántas veces tuvimos una cita? — pide de vuelta y Jimin solamente recuerda unas pocas veces— son contadas las veces Jimin... nunca me hablaste del tema y yo tampoco porque sabía que no tenías tiempo para ello...

— ¿Sientes algo por mi, JinEun?

La pregunta de Jimin queda suspendida en el aire cuando interrumpió la voz de ella, segundos de espera hasta escuchar el suspiro de parte de la fémina para después oír su voz.

Te amo Jimin. — murmura como si se hubiese quitado un peso de encima, lo cual hizo a Jimin pensar en cuánto tiempo tenía ella guardándose ese sentimiento.

Segundos de espera hasta verse al chico parpadear reaccionando a la realidad que lo golpea fuertemente.

— Yo también te amo JinEun. — murmura con la voz profunda, lamentando en su interior tener que decirlo así.

Y otra vez se hace el silencio en la línea, rato después se escucha un hipido. Jimin muerde su labio inferior sintiendo un dolor fuerte en el pecho al oír su llanto.

¿Desde cuándo? — pregunta cortada y Jimin suspira pensando.

— La verdad es que pienso que desde hace mucho tiempo. — responde suave con la voz triste y de nuevo se escucha el hipido de JinEun. Jimin suspira nuevamente y prosigue— ¿Por qué lo dijimos tan tarde?

No lo sé. — alarga en un susurro cortado.

— ¿Por qué no me contaste del viaje? ¿Por qué no te despediste de mi, JinEun? — suena decepcionado y ella sigue soltando hipidos sabiendo que tiene razón y tras unos segundos contestó.

Tuve miedo... miedo de decírte lo que siento y ser rechazada por tu falta de tiempo o que no sintieras lo mismo... — su tono se desvanece cuando dice lo último— además no me despedí porque no podía decirle a la persona que amo que me alejaría de él, sin siquiera decirle lo que siento... era muy doloroso para mí. — susurra lo último y Jimin vuelve a relamer sus labios.

— Lamento no haberte dicho lo que siento mucho antes, pude aclarar mis emociones antes y no lo hice... soy un estúpido. — susurra esta vez mientras recuesta su frente al volante.

No es tu culpa Jimin... ambos la tenemos. — calma ella mientras aún con su voz cortada demuestra lo que está sintiendo ahora mismo.

— Eres una mujer muy inteligente, hermosa y capacitada JinEun... — murmura tamborileando sus dedos en el volante. Entonces suspira para tratar con madurez la situación— Es tu futuro, ese gran futuro que te mereces... — se queda corto tras sus pensamientos metidos en los recuerdos con ella— No quiero ser quien te ate aquí ¿bien? Tienes que seguir con tu vida y alcanzar tus metas... ¿Lo harás?

Sí... — susurra y se le puede oír que está llorando mucho al otro lado.

— Creo que... simplemente no era el momento cariño. — murmura para intentar calmarla mientras él hace todo lo posible por mantener la suya.

¿Crees que de verdad este tiene que ser nuestro destino? — pregunta con la voz cortada. Jimin no quería contestar, tenía que decir algo que no le diese esperanzas, ella debía ser grande y exitosa...

Él no quería que se quedara estancada en un punto por su culpa.

El chico se incorpora en su puesto luego de oír su voz y decide ponerle punto final a la llamada.

— Sí... tal vez, JinEun. — alarga escuchando sus hipidos nuevamente— Buena suerte, cariño... espero verte ser alguien grande, una exitosa mujer en el futuro. — murmura por último escuchando unos hipidos de su llanto al otro lado de la línea.

Y ella es quien corta la llamada, dejando un silencio total en el auto.

Jimin suspira mirando un punto ciego al bajar el teléfono, comienza a manejar esta vez con los ánimos por el piso mientras escucha que está recibiendo otra llamada, esta vez de su padre... pero no quería hablar con nadie. Se sentía jodido.

Minutos pasan hasta llegar a una carretera en la montaña que lo conducen a un lugar conocido para él. Se detuvo en la curva que le sirve de mirador y sale del auto mientras recibe la fuerte brisa del lugar.

Se acerca a la pendiente que está rodeada por un metal sólido que evita que cualquier persona pueda caer. Su mano toca la superficie mientras relame sus labios y suspira fuerte mirando el panorama de la hermosa ciudad.

Segundos después mete su mano en el bolsillo de su pantalón y saca de allí una pequeña caja de cuero color aquamarine. La queda viendo un rato hasta que la destapa y se deja ver una sortija brillante de oro blanco y un diamante de un tamaño considerable en medio de esta.

『•••』

— ¿Estás seguro hijo? — preguntó mi madre a mi lado, la había llevado conmigo para que me ayudase.

— Sí, madre. Seguro. — le contesté al mirarla fijamente.

Ella asintió y yo procedí a seguir a la chica vestida de negro que me llevaría al sitio donde iba a firmar los documentos de la compra y realizaría el pago.

『•••』

Vuelve a suspirar pensando en lo tarde que era para pedirle que fuera suya... simplemente lo decidió muy tarde.

Cierra el estuche y vuelve a suspirar mirando el paisaje, baja su mano que sostiene la caja y mirando el sol ocultarse siente una gota recorrer desde su ojo hasta bajar por su mejilla, siguiendo otra gota tras otra sucesivamente, sintiendo su corazón desmoronarse en mil pedazos, sintiendo la amargura dentro de sí por siempre esperar demasiado.

Se odiaba a sí mismo y no podía evitarlo.

Suspira negando hacia su pensamiento, las lágrimas seguían bajando como cascadas y simplemente se quedó allí viendo el atardecer.

Con el corazón más amargo por ese maldito juego de la tentación.

『Fin』

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