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15

~*~

Jimin

Observo a JinEun recibir su diploma y sonrío ampliamente mientras aplaudo con furia. Me emociona demasiado ver que después de tanto esfuerzo por fin haya alcanzado su meta.

Ella camina nuevamente a su silla y la ceremonia continúa.

Me encuentro entre el público espectador y por el rabillo del ojo puedo ver a los padres de ella estar aplaudiendo también desde sus puestos. Sé que están orgullosos de ella, los entiendo porque yo también lo estoy.

Al terminar la ceremonia todos los padres se reúnen con sus hijos y yo con una sonrisa pequeña simplemente camino hacia mi auto. Le cumplí la promesa que le hice ese día luego de comer las hamburguesas en el mirador.

『•••』

— Tienes que estar allí cuando reciba mi diploma...

— Por supuesto que sí, no me lo perdería por nada en el mundo.

— ¿Me lo Prometes? — asentí al ver su mirada brillante de emoción— ¿Prometes que si se te presentan trabajos ese día los vas a rechazar? — solté una risa con eso.

Tomé su mano en ese momento con las mías, me la llevé a los labios con una sonrisa pequeña sin dejar de ver sus ojos brillantes.

— Te prometo que asistiré a tu graduación, pase lo que pase allí estaré celebrando tu logro ¿bien? — murmuré aún con su mano entre las mías sobre mis labios, dejé otro beso cuando ella asintió sonriente.

— Bien... lo prometiste ¿bien? — me apuntó y asentí entre risas mientras tiraba de su mano para robarle un beso algo extenso.

『•••』

Y ahora aquí estoy, satisfecho con verla lograr su objetivo. Ahora mismo estoy abriendo el auto para dejarla con sus padres... quería felicitarla como se debe pero no sé si quiera que sus padres me vean y sospechen algo de lo que tenemos ella y yo.

Al abrir la puerta para sentarme escucho una voz llamarme.

— ¡Jimin! — observo su figura trotar hacia mi y puedo percatarme de sus padres que vienen detrás de ella observando su acción.

Me sorprendo cuando llega a mí y se cuelga de mi cuello para abrazarme fuertemente.

— JinEun, felicidades. — correspondo su abrazo con una sonrisa suave mientras siento el aroma dulce de su cabello. Veo a sus padres observarnos a unos metros y me abstengo de abrazar su cintura como en realidad quiero.

— Gracias por venir. — susurra en mi oído y vuelvo a sonreír.

— Te mereces ese título más que nadie, te esforzaste mucho... y te admiro JinEun. — digo con tono suave para luego separarnos y mirarnos frente a frente.

— Gracias... — sonríe sonrojada y amplío mi sonrisa. Mira detrás de ella y le hace una seña a sus padres para que se acerquen— Quería presentarte a mis padres. — me dice suavemente y asiento algo nervioso de pronto.

— Es un placer, señor y señora Kim — hago una reverencia respetuosa y ellos la imitan con una suave sonrisa, aunque siento que su padre me mira con más fijación.

¿Por qué estoy tan nervioso?

— Es un placer querido. — su madre sonríe tierna y veo un poco su parecido con su hija— JinEun no tiene muchos amigos a excepción de sus compañeros, me alegra que hayas venido a acompañarla.

— Es un placer, no me lo podía perder luego de ver todo el esfuerzo de JinEun. — la miro unos segundos y nos sonreímos. Hey ¿no se está sonrojado demasiado en poco tiempo?

Eso me hace sonreír aún más amplio y luego de una pequeña charla con ambos ellos deciden preguntar algo que no sé si pueda responder de manera afirmativa.

— Vamos a almorzar en un restaurante por la graduación de JinEun ¿Quieres acompañarnos, Jimin? — su padre me mira fijamente y abro la boca indeciso sobre qué responder.

— Ve pero llega en cuanto termines, necesito que vengas a estas reuniones, son muy importantes.

La voz de mi padre resuena en mi cabeza nuevamente. Tengo que volver al trabajo y quiero hacerlo saber, pero JinEun habla por mi.

— Jimin tiene mucho trabajo, padre... — la veo y su mirada brillante ya no está, simplemente sonríe apenada de que sus padres hayan tomado esa iniciativa— él solo vino a apoyarme pero tiene q...

— Claro, con gusto los acompaño. — asiento mirando a sus padres que abren los ojos en sorpresa mientras sonríen un poco. Y puedo sentir la mirada fija de JinEun en mi perfil.

— Bien, JinEun ¿nos vemos allá? — su madre le pregunta sonriente y ella parece distraída, le asiente y ellos prosiguen a darse la vuelta.

Luego de retirarse ella se coloca frente a mí y me encara.

— Creí que solo venías a la celebración ¿Acaso no tienes trabajo? — pregunta curiosa y le sonrío suave.

— Puede esperar. — ella me mira apenada y prosigue.

— Oye Jimin, si haces esto sólo para no despreciar la invitación de mis padres no es necesario que...

— Deja de decir eso. — le pido ya molesto.

— ¿Qué? — pregunta confundida.

— Basta de decir que no es necesario. — tomo sus brazos y la hago mirarme fijamente— Déjame acompañarlos, yo sé que quieres que esté presente, deja de decirme esas tres palabras que ya son las más despreciables para mi... — mira todo mi rostro y continúo— puedo ir a la empresa luego de almorzar con ustedes ¿bien?

Sus ojos me miran serios todo el rostro y luego mira mis labios por unos segundos para luego ver mis ojos fijamente, a veces no sé qué puede estar pensando cuando me ve de esa manera.

— Supongo que está bien si tu lo dices... — responde con tono calmado mientras asiente. Sonrío un poco y la suelto.

— ¿Ves que no es difícil ceder a veces? — entonces su risita corta mientras niega me hace expander la sonrisa que ya hace rato esta en mi rostro.

Subimos a mi auto para emprender marcha hacia el restaurante donde tienen reservación, pero antes de abrochar mi cinturón la miro unos segundos y luego me volteo hacia los asientos traseros recogiendo lo que allí está esperando.

— Traje estas para ti. — hablo con mi tono de voz algo profundo mientras le entrego el ramo de rosas envuelto en un plástico transparente. Ella la toma con una amplia sonrisa más que emocionada y me hace feliz verla así con un obsequio de mi parte. Por fin— y compré esto para ti como un obsequio por tu graduación. — le entrego la pequeña bolsa de regalo y sonríe tierna con sus labios maquillados de rojo. Hoy está tan radiante, tan hermosa con ese maquillaje que resalta en su piel pálida.

Saca de la bolsa la caja mediana de terciopelo para abrirla y observar el hermoso y delgado collar que había comprado ayer... estuve como dos horas buscando lo más sencillo de la joyería, y espero en verdad que lo acepte.

— Uf~ — suspira sin dejar de ver el collar. Aún así sonríe solo un poco y levanta la mirada para verme— No era... — la miro molesto y sonríe aún más negando con su cabeza. Desabrocha su cinturón y se inclina tomando mis mejillas para besarme de forma lenta, en un beso que se extiende por varios segundos— Muchas gracias Jimin. — susurra en mis labios al juntar su frente y nariz con las mías.

Nuevamente tomo sus labios en un beso para luego separarnos y así comienzo a manejar hacia el restaurante.

Y cuando llegamos al estacionamiento decido tomarle una foto bajo sus quejas avergonzadas y sus mejillas sonrojadas. Una preciosa imagen de ella con su cabello castaño totalmente lacio mientras sostiene el ramo de rosas y la bolsa de regalo está en sus piernas.

La primera foto en la que se da cuenta de que la estoy capturando. Tengo una carpeta en la nube con varias fotos de ella desprevenida que me encantan, y esta no es la excepción.

— Déjame ayudarte. — le digo a un lado de mi auto cuando sale luego de abrirle la puerta. Le quito la caja de las manos y saco el collar para colocarlo en su hermoso cuello pálido que con su ayuda sosteniendo su cabello queda expuesto a mis ojos.

Me acerco luego de cerrar el broche y deposito un casto y suave beso sobre su nuca para luego aspirar su perfume. Huele muy rico hoy.

Al darse la vuelta me mira con su pequeña sonrisa y sus mejillas rosadas, yo se la devuelvo y luego saco mi teléfono para tomarle otra foto bajo sus risas.

— No tenía una con el collar. — me excuso y ella sigue riendo.

— Debemos entrar, no podemos hacer esperar a mis padres y al tuyo por tu trabajo. — recuerdo eso y también que no le he enviado un mensaje a mi padre sobre el asunto.

— Cierto, vamos. — digo tomando su muñeca para llevarla hacia el interior del restaurante.

Podría decirse que la comida estuvo muy tranquila y en conversación amena, los padres de ella son muy conservadores y decentes, se llevarían bien con mis padres si los conocieran. Por suerte ellos creen que somos simples amigos y no me hacen las típicas preguntas de padres.

El señor Kim sabe mucho de negocios y me sorprende que conozca el mercado en el que mi familia y yo trabajamos, tenemos algunos conocidos en común y quedó en presentarme a sus contactos en lo que tenga la oportunidad... pero se me hace extraño tanta amabilidad de su parte.

Pero bueno, es mejor eso a que fuese todo lo contrario.

— Bueno señores Kim, fue realmente un placer comer con ustedes, pero se me hace tarde para una reunión y debo irme. — me levanto de la mesa y hago una reverencia— JinEun... ¿nos vemos luego?

Ella asiente y pido su mano para luego dejarle un beso en el dorso mientras nos miramos a los ojos.

Me incorporo y vuelvo a despedirme para terminar dando la vuelta y caminar hacia la salida.

~*~

JinEun

Al Jimin retirarse observo a mis padres y les sonrío suavemente cuando ellos me miran de forma fija.

— ¿Qué? — pregunto entre risitas y mi madre niega con una sonrisa para luego tomar de su copa de vino.

Pero mi padre sí que dice algo.

— Le gustas a ese muchacho. — asegura tomando uno de los bocadillos de la mesa.

— ¡Papá! — me quejo sintiendo mis mejillas calientes.

— Y él a ti. — sigue y yo cubro mi rostro con mis manos mientras niego con sus insinuaciones. Más que ciertas por mi parte, por supuesto.

— No responderé a eso. — aclaro y él se encoge de hombros.

— Es la verdad hija. — vuelvo a negar con mi cabeza y parece que seguirá insistiendo. Se inclina un poco sobre la mesa y me mira— Soy hombre también, y sé cómo se ve y actúa un hombre cuando le gusta una chica.

— Bueno, igual Jimin y yo sólo somos amigos. — niego avergonzada nuevamente.

— Deberían serlo porque con ese collar tendrían que ser muy, pero muy amigos. — dice con un tono que me suena a ironía.

— ¿De qué estás hablando, papá? — pregunto curiosa mientras mis dedos tocan suavemente la piedra pequeña en mi cuello.

— Hace unas semanas se realizó una subasta en la que tu madre y yo participamos. — miro a mamá y ella asiente confirmando— se subastaron seis piezas de joyería únicas en su tipo.

— ¿Y... — murmuro sabiendo que no me gustará lo que oiré.

— Estás llevando una ahora mismo. — contesta dejándome en blanco. Seguramente me veo tan pálida como nunca me han visto.

Park Jimin, nuevamente te has pasado.

•••

Días después

Me despierto por el canto de mi madre, canta la canción de cumpleaños tradicional mientras me despierto a duras penas de mi hermoso sueño. Pero a pesar de todo sonrío por su acercamiento con un pastel y unas velitas encendidas.

Me siento en la cama y cuando termina de cantar soplo las velas.

— No puedo creer que nuevamente estés cumpliendo años mi pequeña nena. — sonrío ampliamente y la abrazo cuando deja el pastel en la mesa de noche.

— Gracias mamá. — aprieto el agarre y ella me acaricia el cabello— Gracias por quedarte anoche, me alegra despertar acompañada en mi cumpleaños.

— Ve a arreglarte que hoy tendremos un día de chicas. — me anima y suelto una risita cuando voy corriendo al baño.

Al refrescarme con el agua pienso en Jimin. El día después de mi graduación fue la última vez que lo vi hasta ahora, había viajado a Busan para resolver algo de su empresa y no había regresado, anoche me dijo que no iba a poder venir antes porque el problema en el club Luxor no lo había podido resolver... por lo cual no estaría hoy para mi cumpleaños, aunque ni siquiera sé si lo recuerde.

El día después de mi graduación fui hasta su empresa con la caja del collar en mis manos, y... cabe decir que luego de lo que pasó en Jeju, esa fue la segunda discusión más fuerte que hemos tenido.

Lo que pasó fue que quise devolverle el obsequio cuando investigué el costo. Ni siquiera portarlo era ligero al saber su valor... sencillamente no podía y se lo hice saber.

Él se molestó muchísimo y no armó mucho alboroto porque estaba en el trabajo, pero lo que sí se aclaró es que él lo compró en una joyería, sí tenía un precio alto, pero no lo que decía en el artículo, él extrañamente lo compró más económico, y digo extraño porque comprobamos su veracidad... sólo que no era de la marca que decía mi padre.

Y hasta ahora que lo pienso no sé cómo pude creerle a mi padre si la que sabe de joyería es mamá... aunque cuando le pregunté a ella me dijo que no le prestara atención a mi padre porque estaba ebrio.

— JinEun te apresuras para que nuestro día empiece desde temprano. — canturrea desde afuera mi madre.

No digo nada y me sigo duchando. Al salir y luego arreglarme voy a la sala y la encuentro en la cocina tomando de una taza de café.

— Estoy lista madre. — le digo para verla tomar de la taza todo su contenido. El timbre suena y frunzo el ceño— ¿Pediste algo?

No me fijo en su respuesta cuando abro la puerta y veo a Jimin con una amplia sonrisa y un hermoso pastel entre sus manos con unas velitas encendidas. Sonrío ampliamente y suelto una risita mientras me canta cumpleaños. Cuando termina soplo las velas y él entra al interior de mi apartamento, coloca el pastel en la mesa de entrada y luego me abraza fuerte para levantarme un poco del suelo.

— Feliz cumpleaños nena. — murmura en mi oído y siento su beso en mi mejilla. Me deja en el suelo nuevamente y con sus manos toma mi rostro para posar sus labios sobre los míos en un beso suave que detuve de inmediato— ¿Qué...

Su voz queda a medias cuando observa a nuestro lado y se da cuenta de la presencia de mi madre en la cocina. Puedo jurar que jamás lo había visto tan en shock como ahora.

— Hola Jimin. — mi madre sonríe tierna y parece querer reír por el rostro de mi "amigo".

— Señora Kim... — dice en sorpresa— disculpen ¿llegué en mal momento? — pregunta aún sosteniendo mi mano y veo que mi madre nos observa unos segundos antes de negar cuando ve mis ojos.

— No, yo... tengo cosas que hacer y... ¿te veo en la cena, hija? — asiento y le sonrío.

Cuando ella se retira Jimin me mira con su rostro apenado.

— ¿La regué? — pregunta mientras rasca su nuca.

— Olvídalo. — entre risas niego y abrazo su cuello para besar sus labios.

— ¿Creíste que no vendría? — murmura en mis labios mientras abraza mi cintura.

— Lo dijiste. — respondo intentando reprimir mi felicidad.

— ¿Cómo puedes pensar que me perdería tu cumpleaños JinEun? — vuelve a preguntar y me encojo de hombros.

— De ti puedo esperar lo que sea. — respondo y él sabe que tengo razón.

— No me lo perdería. — repite y lo abrazo, aspiro su aroma y me siento tan bien con esa fragancia masculina que acostumbra usar— Hey. — me llama en un susurro y lo veo de frente— ¿Qué quieres hacer hoy? Dime, hoy haré lo que me pidas.

Lo miro con una sonrisa maliciosa y él parece querer arrepentirse.

— Mm~ hoy podemos hacer muchas cosas, pero primero. — me acerco a su oído y con mi mano sobre este le susurro.

Y sus carcajadas se oyen en toda la casa, haciéndome sonreír contenta.

No se si pueda querer menos a este hombre.

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