04
JinEun
Ese tiempo hasta la boda sí que pasó rápido, ahora mismo me encuentro conversando con los novios mientras Jimin se encuentra a mi lado, las copas de champaña en nuestras manos esperan por otro trago, y las sonrisas amplias de cada uno por la felicidad de hoy es solo el comienzo de la noche.
Así es, vine junto a Jimin, sí, así como lo dijo: como si fuésemos pareja.
Aun la frase se mantiene en mi mente como si fuese lo peor que haya escuchado, aunque no estoy segura de si en realidad lo es.
Después de la conversación con mi padre sobre la mudanza a Japón para una mejor oportunidad de trabajo para mi vida e independencia, tomé la decisión y se la hice saber, pero eso sigue siendo algo que no le he comentado a Jimin. La verdad no lo he hecho por varias razones, una de ellas es que no comparto con él algo más allá de una relación sexual, la segunda es que no me atrevo a hacerlo por miedo a perder contacto con él o algo así... llamenlo estúpido pero es un miedo que me enmudece cuando quiero contárselo.
De alguna manera pienso que si lo nuestro es una relación basada en sexo consensuado, él se pueda alejar en búsqueda de alguna otra chica que lo satisfaga antes de irme, no quiero perder lo que tenemos al menos hasta antes de irme... Me dolerá menos saber que tiene a alguien estando lejos que estando aquí y verlo con mis propios ojos.
Le brindo una sonrisa suave a Jimin cuando me ve luego de que JungKook y HeeSook se alejaran a hablar con los demás invitados. Me toma la mano cuando la música cambia a una un poco más suave y comenzamos a bailar mientras hablamos de cosas triviales.
Luego de varias canciones la recepción de la boda se volvió muy movida en cuanto a la música, de un momento a otro todos pasaron de conversar a bailar, agradezco a los cielos que me tocó un buen bailarín, pues Jimin se está luciendo en la pista y me deja en vergüenza... yo simplemente sonrío amplio mientras lo veo mover sus caderas en un ritmo sensual haciendo que ahora me este preguntando dónde aprendió a bailar salsa.
Cuando llega la hora de lanzar el ramillete JungKook me obliga a pararme junto a las demás chicas, sonrojada miro a Jimin y este tiene sus ojos cerrados en una sonrisa amplia de burla hacia mi avergonzado rostro. Suspiro mirando a HeeSook, quien antes de darse la vuelta me ve para burlarse de mi también.
Suelto un bufido y ella suelta el ramillete al aire. Las chicas alzan sus manos para tomarlo, este cae pero se les resbala de las manos. Mi mirada ya había enfocado a la chica rubia que estaba muy emocionada por tomarlo, así que cuando vi como se le resbala lo tomo para entregárselo.
¡Pero que tontería he hecho!
Todas me miran sonriendo mientras ríen suavemente, miro al frente con vergüenza y HeeSook está estallada en risas por mi mirada. Por inercia volteo hacia JungKook y Jimin, este último tiene sus brazos cruzados mientras me mira con una muy amplia sonrisa que sigue ocultando sus ojos mientras su mejor amigo no deja de hacernos oír su risa, una que nos contagia aún más.
Vergüenza total.
Me acerco a ambos mientras sonrío un poco avergonzada aún por el hecho. JungKook es el primero en comentar algo en cuanto llego mirando el ramillete en mis manos.
— No creí que estuvieras tan urgida en casarte, JinEun. — aprieta sus labios tratando de no reír. Le sonrío sarcásticamente mientras dejo caer mi mano que sostiene el ramo.
— Piensa lo que quieras, JungKook...
Veo a Jimin mientras el novio se ríe de mi nuevamente. Jimin tiene un traje negro con un chaleco del mismo color cubriendo la camisa blanca debajo de este. En cambio yo uso un vestido negro separado en dos piezas que une un crop top junto a una falda larga, mis tacones delgados y de punta fina lo complementa.
HeeSook llega buscando a JungKook y se lo lleva tirando de su mano hacia la pista de baile. Yo hago lo mismo con Jimin, quien aún no me dirige una palabra desde antes de tomar (por accidente) el ramillete. Seguimos bailando esta vez a un ritmo de música electrónica y nos sonreímos cuando de vez en cuando nos miramos. Pero no volvimos a entablar una conversación trivial.
•••
Suspiro cansada cuando me siento en el asiento de copiloto, Jimin se sienta detrás del volante luego de quitarse el saco y colgarlo en la cabecera de su asiento, también suspira y parece agotado. Habíamos tomado muchísimo hoy, pero sin embargo no estábamos totalmente ebrios.
Él empieza a conducir y se me hace extraño que no ha dicho mucho desde que empezamos a bailar... es extraño viniendo de él, ya que normalmente suele ser muy hablador.
— ¿Quieres pasar la noche conmigo? — le pregunto inconscientemente, él voltea a verme un segundo antes de volver la mirada a la carretera, sonríe leve y prosigue a hablar.
— Mañana debo estar una hora antes de lo usual en la empresa por unos trabajos que tengo atrasados... no me da tiempo porque tu apartamento está algo apartado de la empresa. — asiento entendiendo pero me molesta porque quería por lo menos pasar esta noche con él ya que tenía entendido que mañana no trabajaría.
Y eso mismo se lo hago saber.
— Pensé que no trabajarías mañana, puesto que hoy tomaste y mañana no estarás muy activo... — interpongo mi pregunta extrañada y suelta una risita en un bufido.
— Yo también lo creía hasta ahora que enciendo mi teléfono y hay un mensaje de papá pidiéndome ese favor... son unos documentos de él pero ha viajado hoy a Japón por un asunto de negocios. — trago fuerte con la mención del país, pero él no se da cuenta de mi incomodidad.
— Bueno esta bien, quizás en otro momento. — digo con tono suave y veo al frente para concentrarme en la carretera iluminada por el auto.
Puedo sentir que Jimin voltea a verme unos segundos antes de volver al frente.
— En verdad lamento no poder estar contigo cuando me lo pides, en serio... no sabes cuánto quiero pero...
— No te preocupes, Jimin... — Lo miro sonriéndole un poco cuando me ve rápidamente— el trabajo es más importante. — murmuro dolida pero tratando de disimularlo y puedo sentir nuevamente como me mira para volver al frente.
Pasan unos segundos hasta que habla otra vez.
— Si en verdad quieres que me quede contigo, lo haré JinEun. — su voz seria me dice sin apartar la mirada de la carretera mientras su mano sobre el volante lo aprieta suavemente. Niego rápidamente ante la propuesta pero le sonrío para que piense que todo está bien. Aunque sé que no estoy bien.
— Sí no estuvieras ocupado tal vez Jimin... pero ahora lo estás y no quiero que recibas un regaño de tu padre por mi culpa. — le digo sincera. Sé lo estricto que es su padre con las cosas de la empresa, y si le dejó unos documentos suyos a Jimin es porque es importante.
Él no dice nada pero parece afectado con mi respuesta. Sé que él quiere pasar la noche conmigo, pero el trabajo se lo impide... casi siempre se lo impide... no, siempre se lo impide.
Eso despierta las típicas teorías en mi cabeza que últimamente me estoy haciendo.
Entonces si no tiene tiempo para pasar una noche conmigo ¿funcionaría una relación seria? La respuesta es clara. No funcionaría. Recordando tambien el hecho de que nos vemos una o dos veces a la semana, en los cuales son sólo encuentros sexuales.
Tengo que ser clara y madura al respecto de esto: una relación seria entre ambos no es lo indicado por los momentos.
Llegando a mi edificio él detiene el vehículo y tomo el bolso pequeño que he dejado en los asientos traseros, en el proceso miro de reojo a Jimin mientras y noto que tiene el codo puesto en la ventanilla aún cerrada y su puño reposa en sus labios mientras se le ve pensativo. Me incorporo en el asiento y lo miro para encontrar sus ojos y así poder despedirme de él.
Él lo hace, me ve de una manera indescifrable hasta que decide hablar.
— ¿Está todo bien? — frunzo el ceño y sonrío leve a pesar del rato algo amargo. Es irónico que sea él quien lo pregunte.
— Creo que esa pregunta debo hacerla yo. — río un poco y relamo mis labios viéndolo confundido ante mis palabras.— Desde la mitad de la celebración hasta ahora estuviste algo extraño... distante... no lo sé.
— Ah ¿yo? Creí que eras tú, por eso estaba en silencio esperando que dijeras lo que te incomodaba. — me contesta riendo un poco igual que yo.
— Claro que no, he estado bien... te pusiste algo extraño desde que empezaron a hacerme bromas por tomar el ramillete. — repito la incómoda escena y siento cálidas mis mejillas.
— Sí fue muy gracioso... ni siquiera notaste que lo habías tomado — dice riendo y yo le suelto un golpecito en su brazo.— No sé que le ven las mujeres... eso de que la siguiente en casarse es la que toma el ramillete es falso. — dice con un tono de voz bajo aunque no deja de reírse por la situación. Borro mi sonrisa lentamente y bajo la mirada suspirando para luego tomar el ramillete que casi dejo olvidado— No lo digo por ti JinEun, yo sé que no lo querías y... — se corrige rápidamente y yo niego tranquila. Sea como sea, es cierto, yo no quería el ramillete ¿o sí?
— Jimin tranquilo. — le digo suave para que deje de regarla cada vez que quiere arreglar algo.
Me acerco a él y deposito un beso en su mejilla que se hace sonoro en el auto. Me alejo un poco para sonreír y abrir la puerta saliendo del auto. Parece que él no había reaccionado, puesto que me llama cuando estoy por cerrar la puerta, me asomo a través de ésta y con sus manos me hace un gesto extrañado acompañado de su ceño algo fruncido.
— ¿Qué fue eso? — pregunta confundido aún sin borrar la sonrisa.
— Buenas noches, Jimin. — le deseo sin borrar mi sonrisa del rostro. Él sigue anonadado, por lo que cuando cierro la puerta y entro al edificio él aún sigue allí estacionado.
Llego a mi apartamento y abro la puerta para cerrar con llave, tomo el jarrón vacío que utilizo como adorno de la entrada y le pongo un poco de agua en la cocina, coloco el ramillete y lo dejo sobre la isla de la cocina.
Me voy a mi habitación y me comienzo a quitar todos los accesorios mientras escucho el teléfono sonar en una llamada. Sonrío viendo el nombre de Jimin como remitente.
Dios, sabía que no se quedaría con la duda de mi beso en su mejilla y no uno en sus labios.
Contesto la llamada mientras me siento sobre el colchón, escucho su voz cuando comienzo a quitar la correa de mis zapatos.
— ¿Qué tienes? — pregunta con su voz ronca y seria esta vez. No pareciese tener una sonrisa como la de hace rato.
— Estoy bien, Jimin, solo jugaba con tu paciencia. — le comento y suelto una risita para disimular mi incomodidad con el hecho de no poder tener más de él.
— Mhmm seguro ¿que más podría ser? — su tono sarcástico se nota a kilómetros y sólo sonrío por su caprichoso carácter de querer saber todo— ¿si sabes que no me voy a ir sin mi beso, verdad?
— Ay Jimin, deja tu capricho a un lado. — me quejo entre risas.
— Sabes que soy caprichoso, así que mejor calla esa boquita y ábreme, que quiero comérmela yo mismo y poder callarte con mis besos. — vuelvo a reír con su actitud y niego cuando camino a la puerta.
Dejo el teléfono sobre la mesita de entrada y abro la puerta para verlo recostado del marco con su brazo, me mira con seriedad y poco a poco una sonrisa ladina se forma en sus labios. Veo su pecho a través de los botones desabrochados de su camisa blanca y cuando alterno mi mirada a sus ojos él se acerca abrazando mi cintura y luego besándome con lujuria.
Cierra la puerta detrás de sí y camina conmigo hasta la sala sin dejar de besarme. Pero luego se separa y muerde su labio inferior tomando mi mano y camina de espaldas a mi habitación mientras no deja de mirarme con cara de cazador.
— Ven... te ayudaré a quitarte ese vestido. — susurra cuando entramos a la habitación entre sonrisas cómplices.
Luego de un rato exactamente hace lo que dice, estoy apoyada de mis brazos y piernas sobre la cama mientras él está parado cerca del borde, puedo sentir sus piernas en medio de las mías que sobresalen un poco de la cama. Una de sus manos masajea mi glúteo con morbo mientras que la otra hace un camino desde mi cuello y por toda mi columna hasta llegar al otro glúteo.
Ninguno ha dicho nada desde que entramos, solo hemos compartido besos y toques. Unos que se intensifican cuando una de sus manos baja la cremallera de su pantalón, y como aún conserva toda su ropa simplemente se coloca el preservativo y se introduce en mi interior con suavidad.
Suelto un gemido placentero cuando sus movimientos suaves empiezan, con una mano traviesa buscando mi punto débil hasta encontrarlo y masajearlo, me siento en el paraíso con sus estocadas suaves y sus dedos maravillosos, es por eso que no me resisto a liberar mi orgasmo a través de un gemido largo.
Siento que posa su rostro en mi hombro mientras se sostiene con su mano aún con su miembro en mi interior, deja un beso en mi cuello y luego su respiración en mi oído me hace morder mi labio inferior con mis ojos cerrados.
Simplemente eso, no dice nada, pero permaneció un rato allí, respirando en mi oído mientras que de vez en cuando me quedaba viendo, hasta que al final escondió su rostro en mi cuello y dejó un beso allí.
Luego de eso se incorporó inmediatamente y simplemente me dijo que aunque quisiera no podía quedarse. Es por eso que ahora mismo estoy acomodando la sábana sobre mi pecho desnudo mientras pienso en todo.
¿Por qué tengo que pensar tanto en ello si antes no me importaba?
— Creo que de verdad estoy sintiendo algo más que solo atracción por él. — suspiro llevando mis manos a mi rostro.
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