Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15

No tengo muchas fuerzas para hablar o para moverme. Dos orgasmos han sido más de lo que podía desear esta noche. Aunque hubiese deseado también sentirlo en mi interior. Pero me ha dicho que más tarde, así que aún tengo esperanzas.

Me siento en la cama y lo observo mientras recoge su pantalón del suelo para ponérselo. Solo entonces, cuando se lo está poniendo, me percato de la cicatriz que tiene en la pierna derecha. Se extiende desde casi la rodilla hacia la parte superior del muslo, desapareciendo debajo del bóxer.

¿Cómo no la vi antes? Seguro que fue por estar absorta admirando sus abdominales, o su erección.

Aparto mi mirada, pero Alex se percata de lo que estoy observando. Sin embargo, no dice nada con respecto a la cicatriz de su pierna. Y yo no le pregunto. Al menos no lo haré ahora. Pero imagino que tiene que ver con el accidente que tuvo, el cual hizo que su carrera profesional terminará.

Me roba un beso antes de dirigirse hacia la puerta de la habitación. Y allí me quedo observándolo mientras desaparece. Me dejo caer en la cama, extasiada y satisfecha. Nunca antes me había sentido como me siento en este instante. Pero entonces la sonrisa se borra de mi rostro cuando me percato de lo que acabo de hacer. Acabo de intimar con una persona a la que conozco hace menos de una semana ¿Y si es un asesino en serie?

Aunque no creo que tenga tan mala suerte que me toquen dos compañeros de piso psicópatas.

Pero no conozco absolutamente nada de él. Solo que es dueño de un restaurante, dos restaurantes, que es un excampeón de MMA y que tuvo un accidente. Ah, y que le gusta follar duro. Aunque eso, aún no lo he comprobado. Me levanto de la cama, estoy algo pegajosa por el sirope. Paso rápido por el baño y me enjuago antes de ponerme unas bragas y una camiseta para dormir. Busco mi teléfono y decido hacer una rápida búsqueda. Necesito saber más de él. Escribo su nombre en el buscador.

Alex Hurt.

Pero la búsqueda no arroja ningún resultado. ¿Acaso ese no es su apellido? Cambio la búsqueda por otra opción.

Alex, ex campeón de MMA.

Esta vez sí obtengo resultados, pero con otro apellido totalmente diferente.

Alex O'Neal.

No entiendo porque el cambio de apellidos, pero no es algo que me interese averiguar en este instante. Me concentro en lo más importante.

Lo primero que aparecen son fotos de él con el cinturón de campeón en el 2016. En ellas no tiene el pelo largo y está perfectamente afeitado. Luce tan diferente que me cuesta creer que sea él mismo. Abro más fotos. Salen fotos de él en fiestas y en actos de beneficencia, sonriendo con una mujer rubia del brazo a la que no reconozco y que imagino que forma parte de su pasado. Mas abajo hay una noticia que llama mi atención. Pincho y abro en otra ventana.

"Alex O'Neal en estado grave tras accidente automovilístico"

¡Grave! Miro la fecha de la noticia. Es de hace casi cuatro años. Fue unos meses después de que obtuvo el cinturón. Continúo leyendo hasta que llego a la foto de su auto.

El auto está irreconocible. Es una bola de hierro de color rojo. No entiendo cómo está vivo, o como lo sacaron de ahí adentro. Apago él teléfono. No puedo seguir leyendo esto. Salgo de la habitación hacia la cocina donde Alex está preparando algo que huele deliciosamente.

No creo que este sea un buen momento para preguntarle por su pasado. Además, que no creo que a él le guste rememorar su accidente. Hago un intento por olvidar lo que acabo de descubrir de Alex.

—¿Esa es tu ropa de dormir? —me pregunta mientras me mira brevemente cuando me siento en una banqueta.

Su comentario hace que se me olvide brevemente de lo que acabo de enterarme. Miro el plato que hay frente a mi dónde hay unas lonjas de queso.

—¿No te gusta? —le pregunto mientras cojo un pedazo de queso y lo meto en mi boca.

—Te imaginaba con más seda y encaje. —me dice mientras le da la vuelta a unos bistecs que tiene en la plancha.

—Esto es lo que hay. —le digo encogiéndome de hombros.

Ya pasó la época en que me ponía seda y encaje para impresionar y seducir a un hombre. Al final, ninguno sabía apreciar los sexys conjuntos de lencería que me ponía. Así que decidí dejar de usarlos. Lo único que mantengo de encaje, son las bragas y los ajustadores. Aunque solo me los pongo en ciertas ocasiones. Además de que no tengo toda mi ropa aquí como para escoger.

—¿Qué estás preparando? —le pregunto mientras lo observo ahora sacar unas papas fritas de la sartén.

—La cena. —me dice mientras yo sonrío.

Cinco minutos después, la cena está lista. Bistec y papas fritas. Pone las papas en un plato en el centro de la encimera y un bistec para cada uno. Pero eso no es todo. Coge una botella de kétchup y vierte una enorme cantidad en un platico de té. Saca los cubiertos y se sienta a mi lado. Aún no he apartado la vista del filete que tengo frente a mí.

—¿Vas a mirar el plato toda la noche? —me dice mientras yo vuelvo la mirada hacia él.

—Lo siento. —le digo mientras cojo los cubiertos. —Aún no me acostumbro a que nadie cocine para mí.

—Pues será mejor que te acostumbres. —me dice mientras empieza a cenar.

Y entonces sus palabras calan hondo dentro de mí. En menos de una semana hemos pasado de compañeros de piso, a conocidos, a profesor—alumna, a compañeros de trabajo, a amantes. Creo que vamos muy rápido. Apenas nos conocemos, apenas me conoce. No tiene idea de mis gustos, o mis canciones preferidas. Ni siquiera sé si esto es solo sexo sin compromiso o algo más. Aunque me dijo que me desea y que se había fijado en mi desde hace un año. Pero eso no quiere decir que quiera una relación.

¿Acaso yo quiero una relación?

Bueno, creo que después de dos años, por primera vez me lo estoy volviendo a replantear.

Pero estoy segura de que no quiero nada serio por el momento. Ya bastantes decepciones he tenido como para unir mi vida por un tiempo a alguien que me va a decepcionar en la cama y fuera de ella. —aunque él no lo ha hecho hasta ahora—me reprende mi subconsciente.

—Alex. —lo llamo mientras el alza la vista del plato y me mira. —¿Qué estamos haciendo?

—Cenando. —me dice como si fuera lo más obvio.

—No, me refiero a lo que acaba de suceder en la habitación.

—¿Te refieres al masaje que terminó en dos orgasmos?

¡Por Dios! Si hasta los contó.

—Me refiero...—hago una pausa buscando las palabras adecuadas. — ¿Qué esperas que suceda entre nosotros?

—Pensé que lo había dejado claro la otra noche en el restaurante Lia. Estoy interesado en ti.

—Creo que esto, sea lo que sea que hay entre nosotros, va muy rápido. No quiero involucrarme en ninguna relación seria por ahora Alex. —le digo rápidamente mientras el frunce el ceño.

—¿Sexo sin compromiso entonces? —pregunta alzando una ceja.

—¿Podemos comenzar como amigos? —le pregunto mientras él me sonríe.

—¿Amigos con derecho a roce? —pregunta alzando las cejas sugestivamente.

—No lo sé, no soy ese tipo de chicas que van por ahí acostándose con cualquiera. —le digo mientras intento continuar cenando.

—¿Por qué me has dejado hacerte todo lo que te he hecho hasta el momento?

—No lo sé. —le contesto mirando fijamente el bistec de mi plato.

Acabo de mentirle. Sé porque lo he dejado hacerme todo lo que me ha hecho hasta ahora. Porque cuando está cerca de mí pierdo la capacidad de pensar. Porque siento esa atracción de la que el habla cada vez que estamos en la misma habitación.

—Creo que si lo sabes. —me dice haciendo que levante la mirada.

—Quizás la falta de sexo a nublado mis sentidos. —le digo intentando salir del lío en que me acabo de meter.

Esta es parte de la verdad. Y a pesar de que no quiero ninguna relación, debo admitir que lo que acababa de suceder hace un rato, ha sido alucinante. Alex acaba de cambiar la visión que tengo del sexo por completo. Y eso está comenzando a asustarme. Una semana atrás, no sabía que me podía excitar con solo una mirada. O que podía tener un orgasmo solo con unas caricias en los lugares precisos. Y eso me hace pensar en que no conozco mi cuerpo en lo absoluto.

—¿Crees que soy como los demás? —su pregunta me regresa a la realidad.

Bueno, me ha quedado claro que no lo es. Pero es muy pronto para involucrarme con alguien más. Necesito tiempo. Tiempo para conocerme a mí misma antes de involucrarme nuevamente en una relación.

—Necesito tiempo para pensar que es lo que quiero en verdad. —le digo perdiéndome en su mirada.

—Muy bien. Si eso es lo que quieres, de acuerdo. —me dice mientras continúa cenando.

Me le quedo mirando fijamente. Ya está. Eso es todo. Se lo ha tomado mejor de lo que yo imaginaba. Continúo con mi cena ahora algo más animada por haber dejado claros los términos de nuestra relación.

—Pero te advierto algo. —me dice mientras yo vuelvo a mirarlo fijamente. —No voy a dejar de seducirte a cada instante que tenga oportunidad.

Eso no me lo esperaba.

En ese instante suena su teléfono y él se queda mirando a la pantalla fijamente mientras frunce el ceño antes de responder.

—¿Qué sucedió? —escucha mientras se levanta de la banqueta y camina hacia la sala. —No, yo me haré cargo personalmente. —hace otra pausa mientras mira en mi dirección. —Dile que llegaré en aproximadamente una hora. —y cuelga.

Camina de regreso a donde estoy. Se vuelve a sentar y continúa cenando. Pero por la expresión de su rostro, sé que sucedió algo. Pero decido no meterme en donde no me llaman y continúo cenando también.

—Lia, necesito salir un momento, sé que te prometí mostrarte ciertas cosas hoy, pero tengo una urgencia. —me dice cuando termina rápidamente de cenar y se levanta de la banqueta.

—¿Sucedió algo? —pregunto asustada.

—No es nada que deba preocuparte, es solo un asunto que debo atender en él club. —se acerca dónde estoy y robándome un beso se dirige hacia su habitación.

Comienzo a recoger las cosas de la cena mientras lo veo ir ahora hacia mi habitación a bañarse. Unos minutos más tarde, lo veo salir con la toalla por la cintura rumbo a su habitación. Estoy terminando de recoger cuando el sale vestido informalmente con unos jeans y una camisa blanca. Por lo que veo el luce sexy con lo que lleve puesto.

—No me esperes despierta, es probable que regrese tarde. —me dice mientras se marcha.

No entiendo porque ha dicho eso. ¿Por qué lo esperaría despierta? Necesito hablar con Beth. Ella seguro puede aconsejarme que hacer. Llevo lejos de los hombres y las relaciones mucho tiempo. Miro el reloj, son las 9:30 pm. espero que no sea muy tarde para ella. Tarda unos segundos en responder.

—¿Cambiaste de idea? —me dice mientras escucho una música fuerte de fondo.

—¿De qué estás hablando? —le pregunto sin entender a qué se refiere.

—¿Lo olvidaste? Hoy es el cumpleaños de Liam quedamos en reunirnos con unos amigos a celebrarlo, estamos esperando a que te nos unas. Te dejé varios mensajes recordándotelo. —¡mierda! Lo olvidé por completo.

Ni siquiera he revisado mi teléfono.

—¿Dónde estás? —le pregunto mientras comienzo a caminar por la habitación.

—Estamos en el mismo club de la otra noche. Fue idea de Liam, no mía. —me dice sabiendo lo que lo voy a decir. —¿Vienes?

—No lo sé Beth. Necesitamos hablar, han sucedido cosas.

—Ven para acá y lo conversamos con un cosmo. —me dice por encima de la música fuerte.

—No te aseguro nada, pero...

—Llámame cuando llegues a la entrada.

—¡Beth! —le grito, pero ya ha colgado.

Miro fijamente a la pantalla. ¿Qué más puedo hacer? Reviso las notificaciones. En efecto. Tengo varias llamadas perdidas de ella y varios mensajes.

Miro el apartamento en todas direcciones.

Camino hacia la terraza en un intento por que el aire despeje mi mente. Pero mi mente está abarrotada con todo lo que ha sucedido en las últimas horas. Necesito un trago y una charla motivadora de Beth. Y no precisamente en ese orden. Alex me dijo que no lo esperara despierto, que regresaba tarde. Y no tengo idea de que asuntos tenía que encargarse en el club. Ni siquiera sé exactamente que hace allí. Ya me dijo que no es guardia de seguridad. Pero también me dijo que cuando fuera a otro club que fuera con personas que conociera. Así que sin pensarlo más me dirijo hacia la habitación a prepararme.

Una hora más tarde estoy afuera del club. Le envió un SMS a Beth y espero. Unos minutos más tarde la veo salir y hacerme unas señas.

—¡Viniste! —me grita llegando a mi lado.

—¿Qué otra opción tenía? —le digo encogiéndome de hombros.

—¡Vamos! —me dice tirando de mi brazo. —Cuéntame que sucedió.

—Voy a necesitar uno o dos tragos primero. —le digo con una sonrisa.

Beth me conduce dentro del club hacia el VIP donde está ella y el grupo que ha venido a celebrar el cumpleaños de Liam. Nos saludamos y me siento mientras Beth pide otra ronda de bebidas. Las chicas bajan hacia la pista a bailar. Cuando la bebida llega me tomo la mía de un trago mientras Beth me mira fijamente.

—¡Por dios que sucedió! —me dice Beth preocupada.

—Acabo de cometer una estupidez. —le grito por encima de la música.

—No me digas. ¿Con quién te has acostado?

—Como lo...olvídalo, no quiero saberlo.

—Vamos suéltalo.

—Exactamente no nos acostamos. —le digo mientras ella me mira enarcando una ceja. —Con Alex. —le grito dejando escapar una exhalación.

—¡Alex! ¡Alex! El compañero de piso.

—¿Conoces otro Alex, Beth? —le pregunto mientras hago una mueca de fastidio.

—¿Y qué tal? —me dice alzando las cejas sugestivamente.

No sé si se refiere a su físico o a lo que sucedió entre ambos. Así que decido irme por el tema que más me preocupa.

—Me he dado cuenta que no me conozco lo suficiente.

—Me perdí.

—Que no conozco mi cuerpo tan bien como creía Beth, y necesito hacerlo antes de comenzar algo con alguien una vez más.

—Ah. Imagino que él quiere comenzar algo contigo y le dijiste que no estabas lista.

—Exactamente.

—Tienes un serio problema de confianza. ¿Y sabes que necesitas? —no sé porque me temo su respuesta. —Necesitas hacer cosas que nunca has hecho Lia.

—No pienso hacer lo que estás pensando Beth. No pienso tener sexo con un extraño. —ya dejé que uno me proporcionara dos orgasmos esta noche.

Y no sé porque presiento, que, con otra persona, no sentiré ni la mitad del placer que me ha proporcionado Alex hoy.

—Mira el lado positivo, te ayudará a conocerte mejor, y no tendrás que verlo nuevamente a la mañana siguiente.

Cojo otro trago y me lo tomo.

—Ni siquiera con otro de estos me convencerás. —le digo mientras ella me sonríe.

Media hora más tarde estoy más desinhibida de lo que he estado nunca y sé que es producto de los chupitos de tequila y de los cosmos que me he tomado. Beth tira de mi hacia la pista. Puedo sentir los ojos de los hombres posándose en mi mientras bailamos. Llevo un vestido negro, corto, con un escote en la parte de atrás, como diría Beth, indecente. Me lo encontré entre las ropas que ella me dejó porque no le entraban.

Estamos bailando con el resto de las chicas, moviendo mi cuerpo al ritmo de la estridente música, cuando Beth se me acerca para hablarme.

—Hay un tipo atractivo que no deja de mirarte. —me dice mientras yo la miro fijamente.

—¿Dónde?

—Justo detrás de ti, en el extremo de la pista.

Me giro sin importarme llamar su atención. Se encuentra allí, en un extremo, oculto por las sombras. Es imposible saber que está mirándome a mí.

—Puede estar mirando a cualquiera Beth. —le digo girándome hacia ella nuevamente.

—Lo dudo, porque viene hacia aquí en este instante. —me dice mientras yo me quedo bailando sin girarme.

—Llevo mirándote desde hace rato. ¿Bailamos? —me susurra en el oído.

Veo como Beth me sonríe y se separa de mí. La voy a matar. ¿Es que no recuerda lo que sucedió la última vez? Me giro y lo observo. Ella tiene razón, es atractivo. Pero mientras lo miro fijamente, sé que esto es una mala idea. No creo que lo mejor para conocerme a mí misma sea sexo con un extraño que acabo de conocer en un club nocturno.

—Lo siento, pero no.

—Solo un baile, prometo no sobrepasarme. —me dice con una sonrisa.

Su sonrisa en sincera y por un momento le sonrío de regreso y de mi mente se van las ideas que tenía. Me rindo ante su sonrisa y comienzo a bailar con él al ritmo pegajoso de la música. Llega un momento en que él coloca sus manos en mi cintura y me dejo llevar mientras muevo mi cuerpo contra él. Nunca, repito, nunca he hecho esto. Solo la otra noche, y debo decir en mi defensa que estaba medio drogada. Hoy, estoy achispada. Sus dedos se mueven y rozan la piel desnuda de mi espalda y solo entonces una alerta suena en mi cerebro, no sé porque, y este despierta de su entumecimiento por el alcohol. Me giro separando sus manos de mi cuerpo.

No se sienten cálidas, ni hacen que toda mi piel hormiguee ante su contacto.

—¿Sucede algo? —pregunta el preocupado. —¿Hice algo mal?

—No, lo siento, es que no puedo. —le digo negando con la cabeza.

—¿Por qué no?

—Porque ella está conmigo. —siento una grave y sexy voz detrás de mí.

Cierro los ojos cuando escucho su voz. Y mientras los tengo cerrados, siento su mano deslizarse por mi cintura y tirar de mi cuerpo contra el suyo de forma sobreprotectora.

________________________________________________________________________________

Espero les guste este capítulo. ¿Se esperaban que apareciera?
Déjenme sus comentarios y no olviden dejar su voto.

Xoxo
🐦⭐

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro