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Capítulo 1

Es viernes y estoy exhausta. Hoy he salido más tarde del trabajo. Una reunión de última hora y mi jefa me ha pedido que me quede. No le pude decir que no. Jamás se me ocurriría.

Esta semana ha sido agotadora en verdad. Desde que me ha dado más responsabilidades en este puesto, no tengo mucho tiempo para nada. Y se lo agradezco, así mantengo mi mente apartada de otras distracciones que no necesito por el momento en mi vida.

Como los hombres.

Estoy llegando a mi apartamento cuando veo un alboroto cerca del edificio donde vivo. La calle está cerrada y puedo ver varias luces de patrullas mientras un policía me pide que me estacione. En cuanto lo hago, me bajo del auto y camino hacia la barricada que está en medio de la calle. Detrás de la barricada está mi edificio, y en estos momentos lo están acordonando.

—¿Qué ha sucedido? —le pregunto al oficial que impide que los curiosos entren.

—Ha habido un homicidio. —me dice mientras yo miro mi edificio.

—Vivo en ese edificio. —le digo mientras se me queda mirando. —¿En qué apartamento ha sido? —pregunto con curiosidad por saber.

—En el 5A.

—¡El 5A! ¡Ese es mi apartamento! —le digo intentando abrirme paso.

—Espere señorita no puede pasar, es la escena de un crimen.

—¡Pero yo vivo ahí! ¿Qué le sucedió a Lindsey? —le pregunto tratando de averiguar si le ha sucedido algo a mi compañera de piso.

—¿Cuál es su nombre? —me pregunta él.

—Lia. Lia Adams. —le contesto nerviosa mientras él se comunica por su radio y me mira de arriba abajo.

—Por favor acompáñeme. —me dice mientras me abre la barrera y otro policía lo sustituye en el lugar mientras el me lleva hacia donde está el oficial a cargo. —Joel, esta es la Srta. Adams, la compañera de piso.

—Gracias, yo me encargo. —dice mientras el oficial se marcha. — Srta. Adams, ¿Conocía bien a Lindsey Stewart?

—¿Qué le sucedió a Lindsey?

—Por favor conteste a mi pregunta.

—Ella era muy reservada, pero llevábamos viviendo juntas casi seis meses.

—¿Notó algún comportamiento extraño durante este tiempo?

—¿A que vienen tantas preguntas? ¿Esto es una especie de interrogatorio? ¿Qué sucedió con Lindsey? Por favor dígamelo. —le grito casi suplicando.

—Hasta donde sabemos a su compañera de piso no le ha sucedido nada. —casi respiro de alivio con esas palabras. Casi. —Pero se ha dado a la fuga y se está buscando por homicidio.

—¡Que! —grito mientras me cubro la boca con las manos.

—Voy a necesitar que nos acompañe a la estación para que dé su declaración.

El sol me molesta en los ojos cuando salgo de la estación de policías. Me pongo las gafas de sol mientras camino hacia el estacionamiento después de pasar una noche infernal. No he dormido, no he comido nada más que un aperitivo de una máquina y apenas puedo mantenerme en pie después de enterarme de tantas cosas.

Resulta que mi compañera de piso tenía un trastorno psicológico, del cual yo no sabía nada. Y descargó su furia con el chico del reparto de pizza que fue a hacerle una entrega.

He tenido que llamar a Beth para que me recoja. Beth es mi mejor amiga, aunque no vivíamos juntas, en estos momentos desearía que lo hubiésemos hecho cuando ella me lo ofreció. La llamé anoche explicándole lo sucedido y se brindó a recogerme esta mañana ya que mi auto está bajo custodia policial, pues de vez en cuando mi compañera de piso lo utilizaba.

—No sé qué voy a hacer ahora. —le digo con un suspiro cansado mientras me dejo caer derrotada en el asiento de cuero de su auto.

—¿A qué te refieres?

—No puedo volver a ese apartamento, no quiero continuar viviendo allí. Necesito buscar un sitio nuevo. ¿Dónde me voy a quedar mientras tanto?

—Creo que yo puedo ayudarte. —me dice sacando su teléfono y marcando un número.

Me quedo mirándola fijamente sin saber que está tramando. Espera unos segundos hasta que alguien contesta y escucho parte de la conversación que se desarrolla frente a mí.

—¿Ya conseguiste compañero de piso? —espera la respuesta. —Mi mejor amiga necesita un lugar donde quedarse. —espera nuevamente. —De acuerdo. —y cuelga. —Vamos, todo solucionado.

—¡De veras! —le grito emocionada.

—Sí. Te puedes quedar en mi antiguo apartamento.

—¿Antiguo apartamento?

—Sí, ya no vivo allí. Me mudé con Liam hace unos días.

—No sabía nada.

—Casi nadie lo sabe, solo tú ahora.

—Tenías un compañero de piso, ¿cierto? ¿No le parecerá extraño que alguien se quede allí repentinamente? —le pregunto con dudas. Nunca he convivido con un hombre.

—En lo absoluto, además que necesita alguien para que pague el alquiler del próximo mes.

—¿No es un psicópata verdad? —inquiero con curiosidad.

—No, es un gran chico. Además, que la renta de este mes está pagada ya. —me dice con una sonrisa mientras me guiña el ojo.

—No te prometo nada, primero déjame ver el apartamento, conocerlo a él y después te digo.

—Muy bien.

—Pero primero, debemos pasar por el mío. Tengo que ver si puedo recuperar algunas de mis pertenencias.

Estamos almorzando algo en la hamburguesería de la esquina mientras esperamos a que los técnicos recojan mis cosas. Veo a uno de ellos salir y me hace una seña. Dejo mi almuerzo a medio comer y salgo corriendo hacia la puerta del edificio. Pero mientras estoy llegando frente a él, me percato que tiene mis cosas en la mano. Esto no puede estar pasándome. Cojo la bolsa negra que tiene en la mano y le hecho un vistazo a su contenido.

Mis cosas se han resumido a dos vestidos unos jeans, dos blusas, dos pares de zapatos, dos tangas y un ajustador.

—¿Esto es todo? —le pregunto al ver que aquí no hay ni la mitad de mis cosas.

—Lo siento mucho, todas sus cosas estaban por el suelo de la habitación. Esto es lo único que pudimos recuperar.

—¿Y que se supone que haga ahora?

—Deberá esperar que termine la investigación para que pueda recuperar el resto de sus cosas.

—¡Pero con esto no puedo vivir! —grito frustrada.

—Lo siento mucho. —me dice y se marcha hacia el interior del apartamento nuevamente.

Regreso cabizbaja hacia donde me espera Beth. No entiendo nada. Mis cosas estaban perfectamente acomodadas en el armario. Al parecer Lindsey no era lo que yo me imaginaba.

Entro y me siento frente a Beth mientras coloco la bolsa en el asiento a mi lado. En cuanto ella ve la bolsa, deja de comer.

—¿Esas son tus cosas? —me pregunta asombrada.

—Al parecer, además de quedarme sin apartamento y sin auto, me he quedado sin nada que vestir. —le digo haciendo una mueca de disgusto.

—Deberías verle el lado positivo. —me dice mientras alzo la mirada y la veo sonreír.

—¿Y ese es?

—Una oportunidad para irnos de compras.

—No puedo irme de compras, cuando al final me devolverán mis cosas en cuanto termine la investigación.

—En ese caso, creo que aún me quedan algunas ropas en el apartamento, te las puedo dejar si quieres, no me las pongo mucho.

Entiendo lo que ella quiere decir con que no se las pone mucho. Beth tiene un cuerpo lleno de exuberantes curvas. Desde que comenzó en el gimnasio hace unos años ya, su cuerpo ha ido ganando cada vez más forma y algunas de las ropas que solíamos compartir para ir a alguna fiesta, al final me las había regalado pues ya no le entraban.

Yo, a diferencia de ella, continúo con mi esbelta figura. No tengo las exuberantes curvas de Beth, pero con el entrenamiento de kick boxing mi cuerpo se ha ido definiendo y ganando algo de volumen, aunque no exageradamente. Continúo usando las mismas tallas de todo.

—Te lo agradecería en verdad. —le digo mientras miro nuevamente la bolsa. —Pero al menos voy a necesitar comprarme ropa interior si no quiero ir sin ella al trabajo. Y creo que también algunas cosas de aseo. —le digo mientras ambas reímos a carcajadas.

Termino de almorzar, sin mucho ánimo, y nos dirigimos hacia su auto. Coloco la bolsa sobre mis piernas y ella se me queda mirando.

—Si está todo, nos vamos a hacer tus compras y después te llevaré hacia el apartamento. Tal vez si tienes suerte conozcas a tu nuevo compañero de piso. —me dice con una sonrisa.

Es sábado, son casi las 6:00 pm y ya está oscureciendo cuando llegamos al apartamento. Beth vive, o vivía en el centro de Manhattan. En un apartamento que yo sola no podría pagar con mi salario. No porque sea muy grande, más bien porque la renta en esta zona es carísima. Beth abre la puerta y me da un breve tour por el apartamento.

No puedo creer que en el tiempo que ella vivió aquí, nunca me lo mostró. Pero claro, yo siempre estaba ocupada y cuando salíamos cada una regresaba a su apartamento.

Lo más impresionante del apartamento, es la terraza con unas impresionantes vistas. El resto, es un apartamento normal. Un poco más espacioso que el anterior en que vivía.

Me muestra la habitación, la cocina comedor separada por la barra y la sala con un enorme sofá y una pantalla plana contra la pared de ladrillos del antiguo edificio.

Me detengo en medio de la sala admirando todo a mi alrededor. El apartamento es un dúplex, amplio y espacioso. Bueno, en comparación con el anterior, para mi este resulta ser así. Cada habitación tiene su propio baño, solamente compartiríamos áreas comunes como la cocina, el comedor, la terraza y la sala de estar.

—No lo sé, no me imagino viviendo aquí, mucho menos compartiendo piso con un hombre. —le digo sinceramente no muy convencida a pesar de que ya he subido la bolsa con mis cosas y las compras nuevas.

La puerta de la habitación a mi derecha se abre y por ella sale un hombre alto, con el pelo negro, muy largo, que le llega a media espalda y una enorme barba que cubre completamente su rostro. Me le quedo mirando impactada mientras él hace su camino hacia la cocina sin siquiera percatarse de nuestra presencia.

—¡Parece un vagabundo! —exclamo asombrada en un susurro, mientras veo al que sería mi nuevo compañero de piso.

Beth solo se ríe a mi lado muy bajito.

—Te aseguro que no lo es, de otra forma no pudiera vivir en este apartamento. Además, que, por este precio, no encontrarás nada mejor.

Lo observo sacar un pomo de agua de la nevera y comenzarlo a beber lentamente mientras yo lo miro atónita.

Mi vida se ha complicado en las últimas 24 horas. Y si me hubiesen preguntado ayer que escogiera entre vivir con una psicópata asesina o un vagabundo, creo que escogería sin dudarlo al vagabundo.



Alex....El vagabundo

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Espero les guste este capítulo. ¿Que creen de Alex?
Déjenme sus comentarios y no olviden dejar su voto.

Xoxo
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