Última rotación
Quién lo diría, este one shot terminará siendo un two-shot luego del año y medio que se creó. ¿Por qué? Porque puedo y quiero :B
Bien... pues enjoy!
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La última rotación, los últimos dos meses para culminar el internado, por fin iba a terminar ese año de martirio, sufrimientos y sacrificios
Ya había pasado lo peor, ahora sólo contaba los días para poder terminar esa escala tan pesada, su último servicio era cirugía, ya era pan comido, no eran tan pesado como lo fue urgencias o ginecología, además de que todos eran muy amables, le permitían el participar en los eventos que se daban en quirófano además de solo sujetar los separadores en una cirugía.
Había entablado una extraordinaria amistad sobre todo con uno de los residentes que le motivaba al participe y estudiar cada tema que no comprendiera del todo. Muy diferente al estilo que llevó en otros servicios, acentuado esto con cierto internista que lo trató de forma intensa por esos dos meses que estuvo en dicho servicio.
Se encontraba en la residencia acomodando unas hojas en un expediente metálico acompañado de ese agradable residente, hablar con él era tan fácil, incluso en más de una ocasión habían salido parte del área del servicio a divertirse en algún bar o evento informal.
—¿Entonces el tema de mañana sería trauma de tórax? —mencionó Izuku continuando con su labor de ordenar el metálico.
—Ah, sí... más tarde te envío por correo algunos artículos que te facilitará estudiar el tema —respondió el mayor.
Se trataba de un joven médico unos años mayor que Izuku, portando un traje quirúrgico de color azul oscuro y las mangas de su bata arremangada hasta los codos, un gesto muy llamativo en él era su rostro particularmente por una cicatriz que portaba y su cabello bicolor. Estaba igualmente concentrado con un bolígrafo en mano mientras llenaba una bitácora de sus pacientes.
—Midoriya, ¿te quedas de guardia hoy?
—¿Eh? No doctor Todoroki, estoy de pre y se supone que mi hora de salida es en unos momentos más.
—Ya veo, necesito que me hagas un favor —mencionó volviendo a la computadora para luego de unos momentos de teclear en el sistema abierto del hospital imprimir un par de hojas y pasárselas a Izuku —ve al piso de medicina interna a solicitar una interconsulta al paciente de la cama 502 para un control de glicemias y electrolitos, luego te puedes ir.
—Claro, entonces lo presento para que venga a verlo.
—Te lo encargo, yo iré a urgencias a valoración quirúrgica de un paciente —palmeó el hombro del menor para así despedirse y retirarse del lugar.
Ajustó el par de papeles en manos pensativo hasta quedar estático, carburó lo que debía hacer.
—Medicina interna, ahí es donde está...
Su cuerpo tembló con nervios y ansiedad, hacia un tiempo que ni lo veía, ni siquiera en el área concurrida del hospital o el comedor, era un buen pretexto ir a ese servicio con la interconsulta, posiblemente quejándose de que le esté dejando más trabajo, pero... tenía muchas ganas de verlo, que observe lo mucho que ha crecido en sus conocimientos, luego de que su primera rotación fue en ese servicio, donde había llegado completamente novato y temeroso de lo que sea, todos decían que era el mismo infierno por el trato que daba sobre todo ese médico joven rubio.
Midoriya tomó el expediente metálico con una mano mientras salía del lugar, en lo que caminaba hacia su destino hojeaba la tabla repasando todos los antecedentes y motivo de ingreso del paciente.
Al llegar al pasillo de dicho piso se encontró con una de las enfermeras de la zona.
—¡Hola! Eh... ¿sabe quién está de guardia hoy en el piso?
La enfermera tras inspeccionar lo que portaba en manos el interno rio entre dientes cubriendo sus labios con la palma de su mano.
—Uy, que mala suerte, sigue el doctor Bakugo por aquí, así que respira hondo y espera que te acepte esa interconsulta en un millón de años.
Oh vaya, era lo que menos quería escuchar Izuku, ¿qué tal si le rechazaba la interconsulta? Ese mismo pendiente no lo dejaría poder irse temprano a casa, Todoroki había confiado en él, ¡tenía que hacerlo!
—¿"Sigue aquí"? ¿Está de postguardia?
—Yo creo, pero ha estado aquí toda la semana, supongo que la otra residente tuvo su periodo vacacional y tuvo que cubrir.
—Gh... eso significa que ha estado haciendo guardias A-A
—Supongo que sí —dijo la enfermera volviendo a su mesa de trabajo.
Ahora era más que seguro que tenía que encontrarse con él, no sabía que reacción tendría, era muy impredecible el residente con él, amable a su estilo, uno que aún no se acostumbraba.
Se puso frente la puerta de la residencia, tragó hondo y tocó un par de veces la puerta, sin embargo no recibió respuesta, no escuchaba nada dentro, así que nervioso tomó la perilla y la giró asomando su vista con sigilo hacia el cuarto.
—Buenas tardes... —susurró con cautela.
Miró de un lado a otro y no había nadie en el lugar, era extraño, estaba desolado, ni siquiera un interno por ahí, pero sí había suficiente desastre de papeles por las mesas, los focos encendidos y la cafetera del sitio encendida impregnando con olor a café la zona. Pretendía retirarse de ahí, era incómodo estar en un servicio ajeno al que le corresponde, ¿qué tal si algo se perdía o extraviaba? Toda la culpa recaería en él desde luego, no obstante al dar media vuelta y poder tomar la puerta de donde llegó escuchó voces en la habitación de al lado, aquella donde estaba el área de descanso médico, nunca tuvo autoridad o permiso de entrar ahí, puesto que era solo para residentes y adscritos, pero si era como la del servicio en cirugía donde si había tenido permitido dormir incluso en una cómoda litera, quizás Bakugo...
Dudaba que estuviera ahí, la puerta semiabierta del lugar y la tenue luz que cambiaba de tono con la audición le daba a entender que solo era el televisor encendido, probablemente habían olvidado apagarlo así que sólo entraría a eso y salir para buscarlo en el siguiente piso del servicio.
Dejó el expediente en una mesa y empujó gentilmente la siguiente puerta al área de descanso, se adentró con nerviosismo en un absurdo sigilo en busca de signos de que estuviera alguien en ese lugar solitario y...
¡Bakugo estaba ahí!
No esperaría algún regaño en esos momentos, ni siquiera le correspondería porque ya no estaba en ese servicio, pero no podría hacerlo ya que el rubio estaba dormido, yacía acostado en un sofá de espuma oscuro algo incómodo por el tamaño del mueble que hacía suspender sus pies sobre el margen, ni siquiera podía ver su rostro ya que sobre él estaba un pequeño libro de medicina de bolsillo con su brazo izquierdo flexionado en su tórax que subía y descendía plácidamente por sus respiraciones.
Sí, definitivamente estaba dormido.
El cuarto estaba con una luz débil de una lampara del fondo. ¿Por qué decidiría acostarse ahí teniendo una cama al otro lado del cuarto? Mucho más cómoda por supuesto.
Ahora que lo pensaba, Izuku no recordaba haber visto dormir a Bakugo, como nunca entró a ese lugar cuando rotaba ahí y siempre se apartaba de todos el rubio. Era una vista nueva y definitivamente cautivante.
Era extraño, pero a esas alturas ya no se sentía con la presión e intimidación que le tenía por ese caracter y sabiduría. A pesar de todo su martirio soberbio, pudo aprender mucho trabajando con él.
No podía hacerlo, el despertarlo para que atendiera su interconsulta desde el servicio de cirugía, si había quedado dormido con la puerta sin cerrar y todo ese desastre, reflejaba que estaba bastante cansado para haber bajado la guardia.
Esperaría a que despertase por su cuenta, no había de otra, tendría que irse un poco más tarde después de todo.
Sólo haría un favor, o eso dispondría, se acercó a poner una sábana encima ya que estaba descubierto con la baja temperatura del aire acondicionado del establecimiento.
Tomó una manta de la litera y aproximó unos pasos hacia ese sofá invadido y cubrirlo, no obstante un furtivo agarre en su muñeca le hizo sobresaltarse zafando la sabana hacia el suelo.
—Carajo, ¿cuánto tiempo me quedé dormido? —refunfuñó tomando con su mano el libro en su rostro para descubrir su mirar.
Con la poco luz de la lámpara de mesa al fondo fue suficiente para darse cuenta de quién era el invasor.
—A-ah... —Izuku no sabía que decir, la había liado, notó como ese mirar escarlata debajo de esas gafas le observaban analítico sin parpadeo.
—¿Qué estás haciendo por aquí?
—¡Perdón! Yo... venía en busca de una interconsulta, buscaba a alguien para que me atiendese... —fue interrumpido.
—¿De qué servicio te mandaron? —Llamó con seriedad.
—Erh... De cirugía.
Bakugo arrugó su entrecejo, posteriormente deslizó su mano por su frente sin moverse de su lugar además del agarre hacia Izuku seguía firme.
—Esos malditos extras que sólo saben meter cuchillo, ¿qué mierda hicieron ahora?
—E-es... control de electrolitos y glicemias.
—Ya deberías saberlo, si quieres que vaya a ver el paciente preséntamelo como es debido —amenazó.
Izuku recordó muy bien en ese tiempo que rotó ahí como es que eran bateadas muchas interconsultas por Katsuki, detestaba que el propio médico o practicante no conociera a fondo su paciente y quería arrojárselo a alguien más.
—Desde luego, iré por el expedien-...
El residente aferró más su agarre a la muñeca de Izuku debido a las intenciones de salir por las hojas como apoyo.
—No necesitas esa mierda, adelante, empieza.
El rubio conocía bien como se desenvuelve ese interno, al menos cuando estuvo con él nunca requirió guiarse por notas para presentarlo en sus pases, era muy riguroso en eso.
El chico lo comprendió en seguida al ver que no lo dejaría ir por las hojas, así que sólo empezó a hablar.
—Es un masculino de 47 años en su tercer día de estancia intrahospitalaria bajo el servicio de cirugía postoperado de apendicetomía grado II, con antecedente de diabetes desde hace 6 años sin llevar un tratamiento fijo, teniendo una hemoglobina glicosilada de 10%, sodio serico de 128 mEq/L...
Continuaba con su presentación del caso mientras Bakugo lo escuchaba atentamente hasta detener por fin su habla.
—Es suficiente, te firmaré la hoja así que tráela, iré a verlo en un rato más —soltó el agarre del joven dando su afirmación.
Midoriya sonrió feliz de ser aprobado tan fácil por él, pero pronto su sonrisa se desvaneció tras observar las ojeras del rubio.
—¿Desde hace cuánto está solo en el pabellón?
Bakugou retiró sus gafas, posteriormente dio un bostezo sin pena desde su mismo sitio.
—Así que te diste cuenta, mandé al demonio a todos los internos y estoy cubriendo a Ibara por sus vacaciones, vuelve la siguiente semana.
—Entonces está completamente solo...
—No iba a dejar que unos bastardos incompetentes toques mis pacientes —refunfuñó recordando esos internos en su último servicio, más malignizados y sin dicha para aprender.
—Está sobrexigiendose.
—Trae la maldita solicitud de interconsulta para firmarla, debo subir a terapia intensiva de nuevo.
Izuku salió de la habitación pensativo, realmente no admitiría que está cansado si por error quedó dormido en el sofá mientras leía, debía ser muy aburrido estar tanto tiempo en soledad en ese desamparado pabellón.
Volvió a entrar al área de descanso y entregó la solicitud en una tabla, Bakugo se puso una vez más sus lentes y leyó de manera superficial todo lo que Deku ya le había dicho, tomó el bolígrafo de su bolsillo para firmar el que ya había recibido la interconsulta, sin embargo detuvo en seco al final tras ver la cédula y nombre del médico que lo pidió.
—Así que fue el bastardo mitad-mitad.
—¿Quién? —Llamó Izuku confundido.
Bakugo rio entre dientes para arrojar la tabla detrás de él junto con el bolígrafo al suelo para poner sus manos descansando como una almohada a su nuca.
—Ya veo porque tienes tanta confianza en entrar a las áreas de descanso en las residencias, ese imbécil te ha dado muchas prioridades ¿no?
El interno sobresaltó confundido.
—No, yo ya expliqué que fue un accidente, no quería despertarlo...
—Es un idiota, ¿qué tal difícil era poner un esquema de insulina y una carga de cloruro de sodio?
—Uhm... pues...
—Hey Deku —pausó dirigiendo una filosa mirada hacía el otro —¿qué has hecho con él?
—¿Eh?
—Claro, como ese maldito se la pasa de vago no dudo que alguna vez hayan salido, ¿es más divertido ese servicio no? Espero no te hayan logrado corromper —burló con un cierto desagrado en su voz
—El doctor Todoroki es muy hábil e inteligente, él sólo...
¿Qué estaba diciendo? Nunca había escuchado a Bakugou con esa severidad tan extraña e incómoda, no era como si lo estuviera regañando pero...
—¿Entonces lo prefieres a él?
El chico abrió en grande sus ojos confundido.
—Los dos servicios son interesantes, aun así...
—Ah, olvidé advertirte de ellos, son una manada de simios, no dudo que alguna vez te hayan tomado desprevenido, sobretodo ese bastardo.
—¿Desprevenido?
—Sí, algo como esto.
Rápidamente el rubio volvió a tomar el antebrazo del ingenuo chico para halarlo hacia él y posicionarlo encima de su cuerpo que aun reposaba en el sofá.
Las mejillas del peliverde sonrojaron de inmediato, estaba que echaba humo por el contacto del cuerpo completo debajo de él.
—¡¿Qué está...?! Yo nunca haría algo como esto con el doctor Todoroki.
Bakugo arqueó una sonrisa de manera ladina satisfecho por la respuesta.
—¿Entonces conmigo sí?
Sujetó de la cintura al chico encima de él que intentaba levantarse hasta escuchar aquello que le paralizó, Izuku evitaba cualquier contacto visual por los nervios y pena.
Su mano se deslizó por su espalda debajo de su remera sintiendo esa suave piel, los labios de Midoriya soltaron un gemido que procuraba ocultar, no pudo resistir más su silencio.
—Usted... —susurró con dificultad.
El rubio llevó su mano hacia la cabellera lanuda y verde, había extrañado tanto el sentirlo y no desaprovecharía ese momento, después de todo el chico vino por su propia cuenta tentándolo a caer.
Izuku encima aún seguía evitando verlo a los ojos, sus orbes se dirigían a sitios ajenos a esa persona, difícilmente cediendo por la cercanía, Katsuki soltó esa cintura para levantar sus gafas hacia su cabeza y así no tendría interrupciones o incomodidad en lo que haría.
Aprovechando el agarre a la nuca de Izuku le empujó hacia él y esbozarle un beso a sus labios por un largo periodo en esa tenue oscuridad donde aún podía apreciarlo.
Una vez que se separó y vio que aún seguía sin respuesta, aunque esta vez el pecoso estaba con sus ojos fuertemente cerrados y bastante rojo por la última acción.
—...ctor... Bakugo... —susurró en titubeos.
—Te había dicho que no fueras tan formal conmigo.
—No puedo evitarlo, perdón.
El rubio rodó sus ojos divertido, le encantaba ver tan sumido y nervioso al pequeño interno.
Se acercó a una de sus orejas para resoplarle y así se encogiera erizando su piel, el menor de inmediato se dejó caer de lleno sobre Katsuki rodeando su cuello en un abrazo.
—Hey, ¿acaso pretendes que me quede todo el día aquí? —cuestionó lúdico el rubio.
—Es por su culpa... —respondió sin girar a verle oculto entre la curvatura de su cuello.
—Muévete, debo ir a ver ese paciente para subir a terapia intensiva
Izuku razonó, en estos momentos estaban en un horario poco flexible a lo que sucedía, así que aflojó su agarre donde posteriormente elevó su cuerpo y levantó, sin embargo fue sujetado desde la espalda por Bakugo quien enseguida había tomado asiento en el sofá.
—Más te vale soportar el mes que te queda en ese sitio de buitres porque iré por ti, así que no te corrompas, estúpido Deku.
El rubio levantó por fin, tomó la bata que estaba colgada en la litera poniendosela para por fin ir ver al paciente de cirugía.
Una vez que llegó al piso de cirugía entre los pasillos se encontró a alguien no muy agradable para su presencia, era Todoroki quien estaba entregando una hoja de indicaciones a enfermería, prontamente notó al rubio pasarle por un lado.
—Es impropio de ti venir por aquí, a decir verdad esperaba a Ibara.
—Idiota, ella está de vacaciones. ¿Qué no puedes controlar la glucosa tu mismo? Servicio mediocre —escupió molesto por haber cruzado palabras.
—Lo haría hasta que me desocupe, voy a entrar a una cirugía.
—¿Y crees que yo no estoy ocupado? —refunfuñó colérico.
Todoroki suspiró, posteriormente se fue en dirección hacia los quirófanos.
—¡¿Me vas a ignorar bastardo?! —Cuestionó cabreado.
—Luces cansado, iré yo mismo.
—No me subestimes.
La rivalidad entre ellos dos emergió desde la escuela, ya que compartían la misma generación y aun así evitaban cualquier contacto por lo distinto que eran, uno arrogante, impulsivo y filoso al hablar, y el otro sereno, tranquilo, con un auge de superioridad que jamás toleró el rubio.
Por otro lado Izuku decidió irse tarde ese día, se había quedado en el area de la residencia ayudando a poner orden a todo el papeleo que tenía Bakugo, había estado solo en el lugar varios días sin apoyo que el mismo rechazó, esperaba que no se molestara ver que habia limpiado y verle aun en el sitio.
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...
Cirujano vs Internista, un clásico de clasicos.
Aclarando unas cosas, Todoroki nunca tuvo atracción en Midoriya, lo ve como un interno muy aplicado y estudioso y por eso le agrada, pero ya saben que Bakugo es muy paranoide y posesivo, ah...
Espero les haya gustado.
Nos leemos en otra ocasión.
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