Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Barbitúrico


Era fascinante como de un día a otro cambiaba la rutina que llevabas en tu vida. Así fue el cambio que tuvo la vida de Midoriya Izuku, un joven universitario que por fin había terminado sus cursos teóricos llegando la hora de integrarlos a la práctica en estudio y atención a pacientes.

Había sido un ratoncillo de biblioteca todo el tiempo, su momento de desenvolverse bajo una plaza en el hospital llegó a la hora como nuevo médico interno de pregrado, el eslabón más bajo del área hospitalaria.

Siempre había llegado a sus oídos los rumores que aquel año en internado sería algo que poco a poco llegaría acostumbrarse, teniendo cúmulos de estrés e impotencia de los desastres e infortunios de no tomar las indicaciones dadas al pie de la letra.

Al inicio todo había sido sobrestimado por él, ya que pudo manejarlo con el amplio conocimiento que había adquirido en los últimos cinco años, Izuku era bastante ágil en responder preguntas y opinar, sin embargo había llegado a ser bastante inhábil para hacer las cosas por sí mismo; y es que su rotación por medicina interna fue enloquecedoramente agobiante.

No por los pacientes, no por el antipático recibimiento de las enfermeras e inclusive el sitio englobado de pestilentes aromas etílicos, limpiadores y productos de desechos, todo su ambiente estresante era dado por una sola persona, uno de los médicos residentes nivel tres, Bakugou Katsuki.

Después de todo aquel médico fomentando su especialidad le tenía gran parte del tiempo en la mira hostigándolo en preguntas, trabajos y actividades clínicas. Un hombre altanero, egocéntrico y de mal carácter, cualquiera le sacaría la vuelta a un médico así, pero aquel sujeto era tan malditamente bueno en su trabajo que no quedaba más que poner la cabeza gacha y asentir esperanzados de que el familiar o aquel ser querido se estabilizara.

Los médicos adscritos de mayor edad solo volvían una vez que algún paciente se agravara, por lo que toda la tarea era puesta en los residentes y estos, desde luego cuando no querían hacer alguna pesarosa o terrible tarea le ponía aquella cadena al cuello a los pobres MIP para hacer el trabajo.

La tiranía recaía en los hombros de Bakugou en aquel piso del hospital, incluso las enfermeras más experimentadas cedían a sus órdenes sin rechistar a pesar del modo en que se les daba las peticiones. Todo ese peso en las últimas semanas había caído en el joven y novado MIP, que al haber hecho un pequeño error en su debut el rubio lo trajo de bajada gran parte del tiempo.

Las formalidades no llegaban a fomentarse mucho cuando se trataba de Katsuki, rara vez éste mencionaba por su nombre a cualquiera que tuviera labor en el hospital, entre ellos a Izuku, el cual en uno de sus múltiples errores por los nervios el rubio tomó la decisión de darle algún pseudónimo que encajara con la frustración que le daba el chico.

—Hey Deku —llamó Bakugou sentado en un escritorio en aquel cubículo donde se emprendía los expedientes clínicos. —Si no tienes nada mejor que hacer ve a sacar un electrocardiograma del paciente de la cama 36 y de paso lleva una muestra para una gasometría.

Llamó de forma altiva sin siquiera mirar al chico, ya que tenía sus ojos ocupados revisando un tablero con el mismo expediente del paciente que le había referido.

Izuku únicamente se dio a la tarea de corresponder asintiendo sin decir una sola palabra.

—¿Me escuchaste? —Llamó por segunda vez elevando un poco más el tono de voz y apartando los lentes que usualmente portaba para lectura y así redirigir sus ojos rubíes hacia el chico a punto de salir del cubículo.

—Sí, sí lo oí —susurró el chico llevando una de sus manos al dorso de su nariz para masajear y quitar un poco su somnolencia.

Una vez que Izuku se dirigía a abrir la puerta y poderse retirar un impulso ajeno le impidió continuar halando el picaporte, era por Katsuki que nuevamente había cerrado la puerta estrepitosamente con su mano encima de la cabeza de Izuku, el pobre MIP sólo respingó asustado por la acción que nunca esperó; y es que sentía el poderoso ente a su espalda que simplemente le impedía girar a verle por la intimidación.

Todo aquello le quitó el cansancio de encima, ni siquiera sabía que había hecho esta vez pero por el violento cierre de la puerta para acorralarle ya predecía que era malo.

—Maldita sea, ya te he dicho que debes responderme mirándome —reclamó con irritación —si estás cansado lárgate de aquí, no voy a tolerar debiluchos que quieran proporcionar su lástima.

Había olvidado completamente ese punto, y es que a Katsuki le enfermaba ver a gente que hacía su trabajo a medias, de por sí detestaba colaborar con otros y aquellos que tomaban el lugar en aquella peligrosa zona era como entrar a la boca del lobo.

Izuku estaba inquieto por la dura amenaza que desistiera de continuar ahí si seguía con esa actitud, de inmediato se dedicó a girar a responderle con mejor determinación y es que sencillamente Katsuki le parecía un médico increíble, talentoso y bastante astuto, quería aprender mucho de él, pero su giro culminó a 45° grados al detenerle uno de los brazos del rubio tras arrojarle la tabla con el expediente al pecho, Izuku lo recibió torpemente sujetándolo con ambos brazos.

—Estabas olvidando esto, idiota.

—Ah, es verdad... Lo siento mucho.

Bakugou retrocedió unos pasos para sacar el móvil de uno de sus bolsillos en el pantalón a través de la bata que portaba, al parecer había recibido un par de mensajes.

—Voy a salir a comer, será mejor que tengas lo que te pedí antes de que regrese —comentó sin apartar la vista de la pantalla del móvil.

Dicho y hecho, el rubio empujó desde uno de los hombros a Izuku para salir por la misma puerta, iba con prisa que ni siquiera esperó afirmación nuevamente por el menor.

El chico únicamente suspiró con cierta envidia por el otro, ya que también estaba que moría de hambre, no había tenido oportunidad de ir a conseguir algo de comida desde la mañana. Lo había tenido atareado en tareas Katsuki y si no era eso, era en preguntas de casos clínicos e inclusive en hacerle algunos mandados fuera del hospital, el residente era un completo tirano, había desechado a los otros dos MIP que rondaron la primera semana por su zona encargándoselos a otros médicos especialistas del área, el único que sobrevivió a ese "filtrado" había sido Izuku... Aunque, viéndolo de otro modo era el que más estaba sufriendo con tanto trabajo.

Los errores siempre se daban en el novato una vez que era observado haciendo sus tareas, la última fue poner una sonda nasogástrica, el enfado fue tanto en Bakugou que le castigó en guardia aquella misma noche a pesar de que su rotación había terminado por ese día, el menor no podría volver a casa todavía.

Llegando poco más de las dos de la madrugada, en esa misma ocasión a Katsuki también le había tocado quedarse esa noche a trabajar, estuvo ajetreado con cierto paciente que decidió mandar a terapia intensiva, su mal humor estaba en demasía, unas notables ojeras debajo de sus párpados reflejados en las gafas que portaba y, a medio pasillo se encontró con cierta enfermera que le había estado buscando.

—Doctor Bakugou, buenas noches.

—Qué tienen de buenos —exclamó colérico deteniendo su estrepitoso andar en el pasillo.

La pobre enfermera sólo se encogió de hombros llevando sus manos al pecho asustada por el tono de voz, le tocó la mala fortuna de tomar al rubio en su peor estado de ánimo; y es que ese último paciente lo había tenido bajo estrés de no poderlo estabilizarlo con aquella insuficiencia renal.

—Pe-perdone que lo interrumpa pero la administración hospitalaria en la tarde me preguntó que hará con la rotación en medicina interna de los nuevos, después de todo el adscrito dijo que dejara la última decisión con usted —mencionaba la pobre mujer cubriendo mitad de su rostro con una tabla ante el giro inoportuno del rubio hacia ella con esa mirada tan intimidante.

—Ah, ¿hablas de los idiotas MIP? Qué se larguen a neonatos o radiología, no los quiero ver por aquí a esos inútiles.

—Entiendo...Entonces revocará a todos a otro piso —segundó tomando la plataforma en manos marcando con un bolígrafo.

El residente levantó su brazo señalando a la enfermera que detuviera el escrito que estaba haciendo.

—Espera no mandes a todos, quiero que Deku permanezca aún ahí... —Bakugou cerró fuertemente sus párpados al darse cuenta de lo que había dicho por la mirada confundida de la mujer —...Quiero decir...Midoriya Izuku, no lo revoques todavía.

—¿Eh? ¿Ese pequeño? Normalmente usted desecha a todos los estudiantes por no soportar sus órdenes al pie de la letra, ¿al fin hay una excepción?

—Sí, algo así... —respondió desganado continuando su andar hacia el piso de medicina interna —pero sigue siendo un inútil conejo llorón.

—No entiendo... —Susurró la enfermera para sí extrañada por la contradictoria respuesta del otro.

Y es que Bakugou no estaba rechazando su declaración, realmente consideraba a Izuku un inútil, llorón y nervioso ante su presencia, pero había algo que lo hacía brillar fuera de los demás, estaba seguro que encontró un diamante en bruto que sólo necesitaba forjar para ser un grande iniciando en esa área hospitalaria. Ya era un joven sabelotodo pero necesitaba integrarse mejor a sus labores dejando de cometer tanto error por perder los estribos, por ello mismo es que Katsuki lo ha estado acosando con desmedida, su objetivo era que Izuku perdiera el miedo.

Lo indicado era forzándolo a soportar aquel carácter, hostigamientos y castigos de guardia que le daba... Y estaban funcionando, el MIP era mejor de cómo había ingresado hace un mes.

El R3 quitaba sus lentes para engancharlos en el bolsillo de su bata con el ceño fruncido, el mal sabor de boca de no lograr mucho con el último paciente todavía le frustraba, era de cuidar con quien cruzara palabras en esos minutos. Para su infortunio frente a la puerta del cubículo de los expedientes clínicos yacían otros dos MIP que recordaba haber exiliado de su vista, notó como miraban preocupados pero en cierto modo divertidos a la puerta semiabierta del sitio.

—¿Qué hacemos? Si lo dejamos así estará en problemas.

—Sí, pero Midoriya está demasiado cansado, ¿tienes idea de cuántas horas lleva aquí encerrado?

Los pasos grotescos y estrepitosos resonaron a espaldas de los jóvenes pero su voz en sí fue el que los alertó.

—A un lado extras.

Llamó Katsuki bastante cabreado, no sólo por su situación sino por ver holgazaneando a ese par, los chicos solo retrocedieron con unas mentes en blanco sin saber que responder por el tono de voz tan augusto y severo del rubio e imaginar los gritos que daría una vez dentro del cubículo.

El residente empujó la puerta con su codo y una vez dentro cerró con el peso de su espalda, recargándose y llevando su mano a su rostro para soltar un pesado suspiro, su índice de frustración pasó el límite, lo mejor sería tomar uno de los libros que conservaba guardados en el casillero para buscar alguna alternativa en aquel paciente.

Todos sus planes se olvidaron en el mismo instante donde bajó su mano para poder vislumbrarse al frente sentado en una de las sillas de las computadoras a Izuku, la tarea que tenía en ese momento era corroborar una historia clínica que le había dado seguimiento, sin embargo el chico yacía profundamente dormido encima de sus antebrazos sobre el tablero dejando el formato del expediente dando letras seguidas sin fin.

Katsuki se acercó observando con mayor detenimiento el rostro del muchacho, portaba unas mayores ojeras que él y se veía más pálido de lo usual, ya que lo pensaba no le había dado oportunidad de almorzar en más de dieciséis horas. Tendría que ser más considerado con el chico a partir de ahora.

Debería estar molesto por verle holgazanear en medio de la jornada laboral, pero había de admitir que se veía bastante lindo ver esa nueva esencia de Izuku, verle como su cuerpo subía y bajaba sincronizado a su ventilación, su rostro relajado y apacible, desbordante de aberturas que él en un momento decidió no quebrantar, en cambio prefirió deleitarse más con aquel cuadro único para sí.

En un reflejo involuntario que él ni reconsideró llevó una de sus manos encima de la cabellera del chico para acaríciale, necesitaba elogiarle en algún momento por todo lo que había logrado tolerarle, su cabello era más sedoso de lo que esperó, así sin más flexionó sus rodillas e inclinó su rostro tras remover un par de mechones de la frente y con ello regocijarse del aroma de Izuku que había comenzado a ser tan adictivo haciéndolo perdurar algunos minutos allí.

—A pesar de todo, lo estás haciendo bien —susurró en brevedad aprovechado que solo ellos residían en el sitio.

—...Ngh.

Los quejidos casi afónicos en Izuku tras aquel cosquilleo en su frente le estaba haciendo despertar y una vez que abrió sus ojos en lentitud olvidando el sitio donde había quedado, su cabeza fue aplastada por la palma de la mano del otro hacia el teclado del computador propiciando que se exaltara con susto por el hecho y haciendo recordar su lugar.

—¡Lo...Lo siento! —Exclamó por fin despierto sintiendo la presión de medio rostro oprimiendo las teclas.

—¡Con un demonio Deku, si sigues así te volveré a dejar de guardia la siguiente noche! —sentenció cabreado Katsuki con un leve rubor en sus mejillas que no podía ser apreciado por Izuku ante la posición que lo sometió con su mano.

—¡Lo terminaré en seguida doctor!

—Una vez que termines ve al cuarto de los casilleros y tírate a dormir en el colchoncillo que hay en el suelo, sólo te daré una hora —dijo elevando el rostro del chico del escritorio desde los cabellos sin ser tan brusco en esta ocasión.

—¿E-eh? ¿Puedo hacer eso?

—Para eso está ese lugar imbécil, no te vuelvas a quedar dormido aquí, ¿entendido? —El peliverde aun siendo sujeto sólo asintió —una vez que amanezca te llevaré a desayunar y luego te largas a tu casa a dormir.

Midoriya parpadeó sorprendido sin apartar su mirada del residente, esa actitud era nueva por su parte.

—Muchas gracias pero...

—No me estés contradiciendo, Deku —bramó con cierto enfado de ver como rechazaba aquella caridad.

—¡No lo hago...!

La palma de Katsuki resbaló por la frente de Izuku soltando sus mechones verdozos en un suave desliz que fue más como una caricia, el rubio dio media vuelta yendo al siguiente cuartillo del lugar en busca del libro de texto por el que iba al inicio.

—No quiero que me estés causando problemas por algún colapso de cansancio o hipoglucemia, por ello lo hago idiota.

—M-muchas gracias —balbuceó Izuku persistiendo su sorpresa.

Bakugou había hecho un arma de doble filo con lo que acaba de hacer, y es que observar a Midoriya dormido fue un punto débil para su ámbito profesional, había logrado enternecerse con ese novato, fomentando el lazo que procuraba tener en límite desde siempre...Esa brecha la había roto completamente.

Aquellos estribos y rabietas de Bakugou Katsuki en sus momentos de furia en el área hospitalaria ya tenían un sedante...

...Y aquel barbitúrico era Midoriya Izuku.




_____________________________________

 Barbitúrico: Fármaco derivado del ácido barbitúrico que actúa como sedante de acción rápida e hipnótico. Su acción se basa en deprimir el Sistema Nervioso Central, la respiración, la presión sanguínea y la temperatura corporal.  

Si se lo están preguntando... No, carajo, no... No me basé en doctor House para hacer a Katsuki, de hecho nunca he visto la serie. Irónicamente soy más de la Ley y el Orden U.V.E. (?)

Quizá algunos tengan duda de la jerarquía en los hospitales así que les haré un resumen.

Adscrito: Es aquel que ya está titulado y especializado, el boss de los bosses (?) Comunmente son gente mayor de edad con gran experiencia, son pros.

Residente: O también llamados "Erre" está desde el R1 al R4, son aquellos que están llevando su estudio dentro del hospital para hacer su especialidad.

Médico interno de pregrado: También conocidos como MIP por sus siglas, son aquellos que acaban de terminar sus estudios teóricos en la universidad y sigue su siguiente año de internado, en pocas palabras son echados a la boca del lobo(?)

En los hospitales también existe la puteria, sobretodo en esos residentes que andan ligando a los MIP, ah... 

Bakugou me recuerda tanto a los médicos internistas carajo xD

Espero les haya gustado esta historia cortita pero quería que se reflejara un poquito el martirio de algunos novatitos uwu.

¡Saludos!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro