Esa noche, después de un largo día de sueño, me reuní con los chicos para discutir los últimos detalles del ritual. Jimin notó mi distracción y me apartó a un lado.

-¿Todo bien, enana? Pareces preocupada -dijo, con una mirada llena de preocupación.

-Esta mañana... Jungkook vino a verme. Me confesó sus sentimientos y me explicó por qué intentó alejarme -respondí, tratando de mantener mi voz tranquila.

Jimin frunció el ceño, pero asintió lentamente.

-¿Y cómo te sientes al respecto? -preguntó, siempre el amigo comprensivo.

-Confundida. Sé que amo a Taehyung, pero mis sentimientos por Jungkook no desaparecen. Además, la Corte Vampírica lo amenazó con hacerme daño -dije, dejando escapar un suspiro.

Jimin me dio una palmadita en el hombro, su apoyo silencioso era reconfortante.

-Solo tú puedes decidir qué hacer, pero recuerda, estamos aquí para ti pase lo que pase, y si esos vampiros viejos vienen por ti, los aniquilaremos a todos -dijo, dándome una sonrisa de aliento.

Le agradecí su apoyo y me dirigí hacia el lugar de reunión con los demás. Necesitábamos concentrarnos en la misión y el ritual. Me prometí a mi misma que no me distraería, y eso haría. Mi única preocupación tiene que ser el Espejo de Luna.

[...]

Al día siguiente, me reuní con Taehyung. Debía contarle todos los detalles del plan así que nos sentamos en el sofá, abrazados, mientras le explicaba dónde nos reuniríamos y qué tendríamos que hacer. Taehyung escuchaba atentamente, sus ojos reflejaban ternura.

-Entonces tranquila, estaré en el bosque a tiempo -dijo, acariciando mis manos. Notando mi nerviosismo.

-Lo se, no es por eso que estoy nerviosa. Solo... olvídalo, no es importante.

Una vez terminamos de hablar del plan, nos quedamos abrazados en el sofá, viendo una película. No podía evitar que mi mente volviera a lo que había pasado con Jungkook. El remordimiento me invadía, ya que me había besado con él. Taehyung notó mi distracción nuevamente, y antes de que pudiera preguntar, me incliné hacia él y lo besé. Quería olvidarme de Jungkook, no quería que mis sentimientos estuvieran tan divididos. Tae era tan bueno conmigo, y no quería lastimarlo.

Seguimos besándonos, y los besos se volvían cada vez más intensos. Sentí sus manos recorriendo mi cuerpo con cariño, y la luz tenue de la luna comenzó a filtrarse por la ventana, dibujando sombras en nuestros cuerpos entrelazados. Nuestros labios seguían encontrándose, eran besos suaves, tan delicados. Las manos de Taehyung seguían acariciando mi piel, cada toque era un susurro de amor mientras nos despojábamos de nuestra ropa.

Suspiré, arqueándome hacia él, dejando que el deseo me envolviera por completo. Taehyung murmuró mi nombre, su voz estaba ronca por la pasión. Sus movimientos eran lentos, cuidadosos, como si cada segundo fuera una eternidad que deseaba saborear. Me aferré a él, sintiendo el eco en su pecho latir al unísono con mi corazón, perdiéndonos en la oleada de placer que nos arrastró juntos, hasta que no hubo más que la dulce quietud de nuestras respiraciones entrelazadas.

-Te amo tanto, nunca pensé que podría amar así a alguien. Eres maravillosa, Ruby, tan maravillosa que quisiera estar toda la eternidad a tu lado -sus palabras eran tan hermosas, y sentí que no las merecía, no lo merecía a él.

"No te merezco en absoluto, Tae."

Después, me quedé observándolo, su rostro sereno y sus ojos llenos de amor. Sabía que lo amaba, estaba segura de eso, y también, que haría lo que fuera necesario para sacar a Jungkook de mi cabeza. Taehyung me dio un tierno beso en la frente y susurró cuánto me amaba una vez más. Poco a poco, el cansancio me venció y me quedé dormida en sus brazos, sintiéndome segura y amada.

El día siguiente llegó rápidamente, Taehyung se despertó antes que yo y me preparó el desayuno. Sentados en la mesa, repasamos los detalles finales del plan. Él se mostró dispuesto a ayudar en todo lo que fuera necesario, lo cual me llenó de gratitud.

-Ruby, estaré contigo en todo momento. Si llegas a necesitar algo de mí, grita fuerte y llegaré en dos segundos -dijo, tomándome la mano y mirándome con esos ojos llenos de promesas.

Le sonreí, sintiendo una oleada de amor por él. No quería pensar en Jungkook ni en los sentimientos confusos que me provocaba. Mi prioridad era la misión y el amor que sentía por Taehyung.

[...]

Esa tarde, me reuní con los chicos para afinar los últimos detalles del ritual. Estábamos listos para descubrir ese templo a como de lugar. Les hablé más sobre Taehyung, y aunque Yoongi seguía un poco receloso, todos los chicos me apoyaban.

-Espero que no estés equivocada. Los vampiros son impredecibles -dijo Yoongi, captando mi atención.

Los chicos ya se habían ido y solo quedábamos él y yo.

-Nosotros también lo somos, pero eso no quiere decir que nos traicionemos -dije, a la defensiva.

-Espero que tu... "novio" -le costó tanto decir esa palabra, ¿por qué los odia tanto? -No nos tricione con su especie. Si eso pasa acabaremos en una guerra como la que hubo hace 18 años.

"¿Una guerra? ¿Hace 18 años?" pensé, pero luego recordé que había leído sobre eso. El día en que nací todavía seguía esa batalla.

-Taehyung es confiable, no te preocupes -dije sonriendo. Se sentía bien saber que Yoongi, frío y distante, se preocupa por mí.

Comencé a caminar en su dirección. Mi sonrisa se hizo más fuerte y él protestó al darse cuenta de lo que haría. Comenzó a caminar en reversa como siempre lo hacía en esta situación, o como cuando estaba peleando con algún vampiro y se ponía a la defensiva.

-No lo hagas, sabes que odio los abrazos -sus pasos hacia atrás se aceleraron y se fue corriendo.

Comencé a reír más fuerte, me había alegrado el día molestarlo de esa forma. Ni siquiera recuerdo la última vez que lo hice ya que ni siquiera paso tanto tiempo con él. Extraño tanto esas tardes en las que solo éramos Jimin, él y yo. Siempre estuvimos juntos y de verdad sentía ese cambio tan repentino.

Después de eso fui hacia mi habitación, me dejé caer un rato en la cama esperando a que anocheciera. Cuando la oscuridad se apoderó completamente del cielo, volví a la casa de Taehyung para pasar otra velada juntos. Nos sentamos en su jardín, rodeados por la tranquilidad de la noche. Taehyung me sostuvo en sus brazos, y por un momento, olvidé todos mis miedos y preocupaciones.

La Luna llena estaba cada vez más cerca, y con ella, la realización de nuestro plan.

Esa noche, al regresar a la Academia, caí en un sueño profundo. Soñé lo mismo de siempre, la Luna roja, el círculo de fuego y esos susurros inquietantes. Sin embargo, esta vez, estaba dentro del círculo, sentía el calor y las quemaduras del fuego mientras gritaba de dolor, la voz de Jungkook se hizo presente, su silueta apareció entre las llamas. Taehyung estaba a su lado, mirándome con preocupación. Antes de darme cuenta, caí desmayada al suelo, una sensación de desesperación apoderándose de mí.

Desperté de golpe, con el corazón latiendo con fuerza. El sueño se sentía más real que nunca, dejándome una sensación de inquietud que no podía sacudirme. Me senté en la cama, tratando de recuperar el aliento y calmar mis pensamientos, preguntándome qué significaba todo aquello...

No olviden dejar su voto y comentar, me ayuda mucho a saber si les gusta la historia y me motiva a seguirla subiendo. 💕

Espero que estén todos bien, y se estén cuidando. Ahora si me despido vvs, nos vemos en el siguiente capítulo, bye. 👋💖