𓆩03⚔️Recuerdos Bajo la Lluvia𓆪
Regresamos a la Academia con la mente llena de pensamientos y el corazón aún palpitando por la intensa batalla con Jungkook. Sabíamos que nuestra misión estaba lejos de haber terminado, pero por el momento, necesitábamos descansar y reagruparnos.
Una vez dentro de los muros de la Academia, nos dirigimos hacia nuestros dormitorios. El cansancio comenzaba a hacerse presente en nuestros cuerpos, pero la emoción y la adrenalina de la batalla aún nos mantenían alerta.
Al entrar en mi habitación, me senté en la cama y dejé escapar un suspiro. La imagen de Jungkook seguía rondando en mi mente, nunca olvidaría su mirada penetrante y su sonrisa desafiante. ¿Qué es lo que quería realmente?
Mis pensamientos fueron interrumpidos por un suave golpe en la puerta. Me levanté y abrí, encontrándome con Hoseok y Namjoon parados frente a mí. Los dos hombres lobo me miraron con expresiones preocupadas.
—Ruby, ¿estás bien? Hemos oído lo que pasó en el bosque —preguntó Hoseok, su voz estaba llena de preocupación.
—Sí, estoy bien. Fue una batalla intensa, pero logramos salir ilesos —respondí, tratando de sonar valiente.
Namjoon asintió, pero pude ver la preocupación en sus ojos dorados. Los tres sabíamos que Jungkook era una amenaza real, y que nuestra próxima confrontación con él sería aún más peligrosa. Aunque también sabía que existían vampiros más peligrosos.
—Tienen que estar preparados para la próxima vez —dijo Namjoon con seriedad—. Jungkook no se detendrá hasta que consiga lo que quiere.
Asentí, sabiendo que tenía razón. Nos despedimos y los dos hombres lobo se retiraron, dejándome a solas con mis pensamientos una vez más.
La noche pasó lentamente, pero finalmente llegó el amanecer. Me levanté de la cama, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre mis hombros. Tenía que entrenar más duro, mejorar mis habilidades y estar lista para enfrentar cualquier amenaza que se presentara.
Decidida a no dejarme vencer por el miedo, me dirigí al patio de entrenamiento. El sol brillaba en el cielo, iluminando el terreno y dándome energía.
Mientras practicaba con mi espada, mi mente divagaba una vez más hacia Jungkook. Pero esta vez, no solo pensaba en él, sino también en Kim Taehyung, el otro vampiro que había despertado mi curiosidad y atracción.
Recuerdo claramente cómo conocí a Kim Taehyung. Fue en una noche lluviosa, cuando me aventuré fuera de la Academia en busca de aire fresco y un respiro de la tensión que se había apoderado de mí. Caminaba por los oscuros callejones cuando lo vi, de pie bajo la lluvia, su figura solitaria fue iluminada por el destello de un relámpago.
Su presencia me intrigó de inmediato. Me acerqué con cautela, sintiendo curiosidad, y también temor. A pesar de haber entrenado durante toda mi vida, tenía miedo, pero cuando nuestros ojos se encontraron, toda aprehensión desapareció. Había algo en su mirada, algo que me hizo sentir inexplicablemente segura y comprendida.
—¿Estás perdida, pequeña cazadora? —preguntó con una sonrisa, su voz estaba suave como la seda.
—No exactamente. Solo necesitaba un momento de paz, por eso escapé —respondí, sorprendida por lo fácil que me resultaba hablar con él.
Pasamos horas conversando bajo la lluvia, compartiendo historias y confidencias. A medida que hablábamos, descubrí que Kim Taehyung no era solo un vampiro, sino también un alma atormentada en busca de redención. Había en él una melancolía y una nobleza que me conmovieron profundamente, y su presencia tenía un efecto tranquilizador en mí que no podía explicar.
La primera vez que lo ví, sus ojos reflejaban un dolor profundo, pero también una determinación inquebrantable. Había en él una lucha constante por mantener su humanidad intacta, una búsqueda de redención que lo hacía vulnerable y admirable a la vez. Al mirarlo, sentí una conexión inmediata, una mezcla de compasión y esperanza, como si su lucha también pudiera darme fuerza para enfrentar mis propios demonios.
Desde ese día, Kim Taehyung se convirtió en una parte importante de mi vida. Nuestra relación era complicada, marcada por la diferencia de nuestras naturalezas y las tensiones entre nuestros mundos. Pero a pesar de todo, había algo en él que me atraía irremediablemente, algo que me hacía sentir viva y llena de esperanza en un mundo lleno de oscuridad.
Con el recuerdo de ese encuentro todavía fresco en mi mente, continué entrenando. Sabía que mi camino estaba lleno de desafíos y peligros, pero también estaba lleno de posibilidades y aventuras que estaba decidida a explorar.
Más tarde ese día, durante el entrenamiento con otros cazadores, los chicos llegaron justo cuando estaba practicando con mi arco.
—¿Cómo va todo, pequeña tiradora? —preguntó Hoseok, con esa sonrisa despreocupada que siempre lograba relajarme.
—No me llames así —repliqué mientras disparaba una flecha que acertó en el borde del blanco—. Va bien, pero claramente aún no soy perfecta.
Namjoon, que estaba ajustando las correas de su espada, levantó la vista y arqueó una ceja.
—La perfección es aburrida. Lo importante es mejorar constantemente. Aunque, honestamente, no está mal para alguien que no tiene nuestra fuerza natural.
—Eso fue un cumplido disfrazado, ¿verdad? —pregunté con una sonrisa, mientras Hoseok soltaba una carcajada.
—Por supuesto, Nam no sabe ser directo —dijo Hoseok, dándome una ligera palmada en la espalda.
—Hablas mucho para alguien que se tropezó con su propio pie la última vez que entrenamos juntos —intervino Yoongi, su tono estaba seco pero lleno de humor.
Hoseok puso los ojos en blanco.
—Fue una estrategia para desorientar al enemigo.
Jimin, que había estado observando en silencio, decidió unirse a la conversación.
—Hoseok, tú eres el único enemigo de tu equilibrio.
—¡Ja, ja! Qué divertido —respondió Hoseok, cruzándose de brazos, aunque la sonrisa en su rostro delataba que no estaba realmente molesto.
Yoongi caminó hacia mí, señalando el arco en mis manos.
—Tu postura está bien, pero debes soltar la cuerda con más confianza. Si dudas, la flecha no irá donde quieres.
Asentí, ajustando mi agarre y volviendo a apuntar al blanco. Esta vez, la flecha dio en el centro.
—Eso es —dijo Yoongi con un pequeño asentimiento, era su forma de aprobar sin exageraciones.
Después de unos minutos más de entrenamiento, me detuve para observar cómo Namjoon ejecutaba un movimiento impecable con su espada, la hoja cortaba el aire con precisión.
—¿Cómo haces que parezca tan fácil? —le pregunté, admirando su técnica.
—Práctica y paciencia —respondió, su voz estaba calmada—. Pero no te presiones. Todos tenemos nuestro propio ritmo.
Hoseok y Namjoon siempre habían sido mis protectores y amigos leales. Como hombres lobo, su fuerza y agilidad eran incomparables, pero más allá de eso, su amistad me daba un sentido de pertenencia en este mundo caótico. Yoongi y Jimin, con su experiencia y habilidades como cazadores, me brindaban apoyo, consejos y, en momentos como este, un poco de humor para aliviar la presión. En medio de tanta incertidumbre, ellos eran mi familia...
¡Estén atentos y no se pierdan lo que viene! ✨🫶
Muchas gracias a todos. 😊💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro