06
Aquel cuarto oscuro era testigo de mi ansiedad, no saber que hora es, si era de día o de noche, esos factores inundaban mi cabeza y solo causaban alterar mi sistema nervioso, para mi mala suerte el estómago comenzaba a pedir a gritos algo de alimento, y a pesar de estar tentada con la bandeja que tenía a lado, nunca cedí.
Pensé en mantener mi mente ocupada, me acosté en la cama boca arriba observando lo poco de techo que se podía ver y recordé a mis padres.
Seguramente han de estar ocupados trabajando, incluso creo que soy el último pensamiento en sus cabezas.
Solo espero que de alguna manera logren saber lo que esta sucediendo, ojala Eun pueda contactarlos.
Eun... ella es la única que se preocupa por mi, me imagino lo alterada que debe estar por mi desaparición, tal vez ella no es la única que pueda estar buscándome.
Aquellos pensamientos se desvanecieron cuando sin darme cuenta me quede dormida, al menos dormir me hacía olvidarme del lío en el que estaba metida.
...
Gimoteé mientras estiraba mi cuerpo, abrí los ojos con lentitud percatándome de que seguía en el mismo lugar.
Pero algo había cambiado.
Esta vez no estaba sola.
Su imponente presencia provocó que tragara fuerte, su cuerpo estaba sobre la cama a escasa distancia de mi.
¿Cuánto tiempo estuvo ahí?
Observe mi cuerpo verificando que todo estuviera bien, hasta ahora no veía ningún cambio.
Y eso me aliviaba.
Su mirada estaba en un punto fijo del suelo, no movía ni un solo músculo, su cuerpo estaba ahí pero su mente parecía estar ajeno al momento.
Su estado sólo alimento el temor que ya sentía, y miles de cosas desagradables pasaron por mi cabeza.
- Es hora de hablar - pronunció de repente-
Sus ojos se conectaron con los míos, y sus facciones se relajaron, lo hacia lucir como una persona serena, lo que me alentó a hablar.
- ¿Podré irme? - inquirí en un tono suave-
- Por ahora no. -manifestó- Es hora de decirte el porque de tu estancia aquí.
Sentí el cuerpo más pesado junto a una extraña sensación en la boca, lo que sea que fuera a decirme, sabia que no era para nada bueno.
- Solo estarás aquí por unos cuantos meses, luego podrás marcharte sin ningún problema.
- ¿Para que?
- Necesito que te cases conmigo.
Me quede sin aliento al escucharlo, analice su rostro intentando encontrar algún indicio que me afirmara que lo que había dicho era solo una mentira.
- La boda será en tres meses, no me interesa lo que pienses sobre ello, como ves no será mucho el tiempo que estarás aquí, lo mejor que puedes hacer es comportarte y obedecerme en todo lo que te pida.
Mi cara en ese momento era un gran dilema, estaba procesando lo que acaba de decir, yo no iba a permitir eso, era una locura.
Tampoco me importaba el tiempo que fuera, yo quería salir lo mas pronto posible.
- Mañana iré a ver a mi padre y tú me acompañaras, quiero que te comportes - se acercó lo suficiente como para poder sentir el choque de su aliento en mi rostro- No querrás verme enojado ¿cierto?
Negué de inmediato.
- Bien.
Se reincorporo alejándose de mi, sin embargo aún no decidía irse del todo.
- He dejado una nueva bandeja de comida. - la señaló- No contiene ningún tipo de droga, así que puedes comer en paz. - comenzó a caminar hacia la puerta- Yo no busco violarte si es lo que piensas, no tengo la necesidad de hacer eso, regresaré mas tarde y espero ver esa bandeja vacía. -advirtió-
Y sin mas que decir, abandonó la habitación.
Esta demente.
"La boda será en tres meses"
Recordé sus palabras, era el tiempo suficiente para salir de aquí.
Aún no lograba comprender muchas cosas, ¿Por que yo?
En este país existe una gran cantidad de chicas, y estoy segura que son mucho mejores que yo.
Incluso pudo haber contratado alguna para lo que quería, pero no, justamente tenía que escogerme a mi.
Pero si todo salía bien, mañana podría intentar huir, o mejor aún, pedir ayuda.
❝La chica nunca se detuvo a pensar en las consecuencias de sus futuros actos, al parecer la advertencia no había sido suficiente❞
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