016
Regrese a mi nueva realidad.
Encerrada en la habitación oscura al final del pasillo alejada de todo.
Me sentía como un animal en una jaula, ¿Cuándo acabará todo esto?
El dolor que sentía en los brazos y en el pie era soportable, sin embargo era demasiado incómodo, la molestia seguía allí.
Estando en el centro de la cama con el cuerpo estirado en una posición completamente quieta pensé en Eun, la extrañaba y mucho, pero no era sólo eso, también extrañaba mi hogar, incluso la imagen de mis padres llegó a mi cabeza, extrañaba lo poco que tenia.
Mi carrera también, lo mas importante que tenía se había ido a la basura.
El recordar todas esas cosas término por afectarme más de lo que pensé causando que lloré toda la tarde, mientras las lágrimas recorrían mis mejillas rojizas intente encontrar una respuesta a todo lo que me estaba sucediendo.
Yo no era mala persona, sin embargo aquí estaba recibiendo un horrible castigo.
Escuche un sonido identificando de inmediato que provenía de la puerta, enseguida supe quien era, no quería verle la cara al causante de todo esto, por eso me metí entre las sabanas y simule estar dormida, me cubrí por completo, no deseaba que me viera.
La puerta se abrió luego de un par de segundos, escuche sus pasos acercándose, no quería tenerlo cerca y para no explotar en ese momento, tuve que morder mi labio inferior para calmarme, pero eso parecía imposible, lo digo por que sentí como la cama se hundía, estaba sentado a un lado de mi y no soportaba su sola presencia.
—Niña..
Abrí mis ojos al escuchar aquella voz, no era ese tipo, era Leah.
Una pequeña alegría me invadió, me levante de golpe dejando las sabanas a un lado, me detuve a verla por unos segundos y luego de eso me abalance hacia ella.
Una parte de mi se sentía levemente protegida al estar con ella, la envolví en mis brazos por que era lo que más necesitaba en ese momento.
Las lagrimas no tardaron en aparecer, me había vuelto un tanto sensible en este tiempo.
—Oh, mi niña..—susurró mientras acariciaba mi espalda— no llores por favor. —pidió con tranquilidad.
—No puedo, no lo soporto...—hable en un hilo de voz— Ayúdame..
—Niña, necesito saber algo, tal vez así pueda entender las cosas
—me separe de ella— ¿si?
Asentí con lentitud.
—¿Sabes porque estas aquí?—
inquirió acariciando mi cabello.
La mire confundida, ¿acaso no esta al tanto de esto?
No lo entendía.
La observe tratando de encontrar en su mirada algo que me dijera que solo estaba jugando conmigo, pero lo único que note fue la creciente intriga que sus ojos reflejaban.
—Pensé que lo sabias.
—No mi niña, no tengo ni la menor idea, el joven Jimin no ha querido decirme la verdad..
Con solo escuchar su nombre las lagrimas amenazaron con salir, me ha causado tanto daño que solo puedo desahogarme llorando.
— Me esta obligando a casarme con el.—solte— Y no quiero —negué— Quiero salir de aquí, y tu eres la única que puede ayudarme..
Soltó un pequeño jadeo sorpresivo, y es que era de esperarse.
Lo peor fue cuando bajo la mirada sin poder decir nada.
—Te lo pediré otra vez, por favor
—tomé sus manos— ayúdame a salir de aquí, te lo ruego...
—No puedo hacer eso —me miro —Ni siquiera debo estar aquí.
— Claro que puedes, incluso lo puedes hacer ahora, sacame de aquí..
—Solo..—se interrumpió—No puedo, es imposible —se alejo de mi.—Tengo que irme, el puede llegar en cualquier momento.
—¡No! ¡no te vayas por favor!
—Me encantaría quedarme, pero si él me encuentra aquí, estaré en graves problemas.
Por la manera en que lo dijo, juraría que le tenía miedo, ¿tan malo será con ella?
No seguí insistiendo y deje que se marchara, no quería que se fuera, pero tampoco quería que Jimin le hiciera daño.
Después de aquella conversa me levante para ir al baño, me observe en el pequeño espejo que encontré, estaba completamente roja e hinchada, detesto verme así, pero no puedo evitarlo, lave mi cara como pude para tratar de bajar la hinchazón, de igual manera el color rojizo que se formaba en mis mejillas, las vendas eran molestas y por el momento me veía en la obligación de seguir usándolas.
Ya habían pasado un par de horas, a pesar de eso no moría de hambre, pero si de sueño y creo que se debía a mis llantos constantes, esto se esta volviendo tan monótono en mi, me acomode en la cama y me cubrí con las sabanas, quedando en poco tiempo totalmente dormida.
...
Restregué mi rostro contra la almohada, mis ojos se abrieron de poco a poco y mi cuerpo despertó, fruncí el ceño al sentir una presencia junto a mi.
Levante un poco mi cuerpo juntando mi espalda con el respaldo de la cama, grande fue mi impresión cuando pude distinguir a la persona a mi lado.
¿Pero que hace aquí?
Su cabeza descansaba sobre el colchón, mientras su cuerpo se encontraba sobre una silla a un lado de la cama, me agache a su altura para poder verlo mejor, sus facciones estaban relajadas, y el sueño lo hacía ver indefenso, incluso dejaba ver un atisbo de ternura en su rostro adormilado.
Que estúpido.
De seguro seguía dormida y no me daba cuenta.
Alce mi mano vendada para intentar quitar un par de cabellos, parecían molestarlo ya que caían sobre su frente y parte de sus ojos.
Al tenerlo más cerca fue imposible no notar la belleza única que poseía.
Su piel blanca junto a esos pequeños ojos, y ni que hablar de los labios, hasta ahora no me había fijado en lo gruesos que eran.
Suspire, de nada servía tener esos rasgos si era un completo animal de persona.
La bandeja de siempre estaba sobre la mesita de noche, allí pude sacar una simple conclusión de lo ocurrido.
Sin embargo existían huecos que no me afirmaban del todo mi conclusión.
¿Por que no me levanto?
¿Por que esta durmiendo aquí?
¿Por qué no se fue enseguida como las veces anteriores?
Observe la sombra de la puerta y una nueva pregunta invadió mi cabeza.
¿Podría estar..?
No sabia que iba a encontrar afuera, tal vez los hombres de la vez anterior o incluso ninguno, no lo sabría hasta no salir.
Con lentitud baje de la cama, haciendo un mínimo de ruido, una vez de pie y lejos de el comencé a dar pequeños y lentos pasos hacia la puerta, hubiera podido ser mas rápida pero el dolor del pie era mas fuerte.
Al llegar a la puerta tome la perilla y la gire confirmando que no había nada que me impidiera salir.
—Detente ahí.
Ahora lo había.
❝¿Habra algo o alguien que pueda salvarla de la garras de aquel animal?❞
Meta de votos: 70 ☆
Mientras mas rápido lleguemos a esa meta, más rápido estaré actualizando lindas ♡
Perdón por no actualizar.
Regreso pronto🍃
-Jaymy
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