Regresé del baño, pero antes me enjuague mi cara, me miré al espejo.

—Eres una desgraciada, perra pero aún así te amo.—Sonreí sínicamente y solté una carcajada, provocando que los enfermeros entraran de golpe. Los miré seriamente desvaneciendo mi sonrisa.—¿Qué? ¿Ya no puede cagar uno a gusto?

Sacudí mis manos del lavabo y salí, estos me seguían atrás.

Regresé a donde antes y me miré extrañada, el doctor ya no estaba.

Miré a los enfermeros confundida.

—¿Dónde fue?

—No tarda en llegar, dijo que iría por unos papeles, y... Vendría con el agente de la policía.

Dijo uno de los enfermeros. Lo miré con asco haciendo una mueca.

—Me carga la madre...—Susurré—¿Para qué lo citó?

Me senté en la silla donde estaba antes.

—Para hacerle unas preguntas a usted sobre su crimen.—Lo volví a mirar con odio.

—Que no es crimen idiota fue un placer, a eso le llamo yo.

—Deberías de comportarte como la niña que eres ¿Quieres?

Entró el doctor acompañado del asqueroso agente.

—Matthew... Vaya. ¿Dígame agente, a qué vino?—Sonreí falsamente que obviamente se notaría.

—Este asunto sólo lo hablaremos usted y yo señorita Meredy.—Respondió el agente sentándose en el lugar donde estaba el doctor.

—Bueno yo saldré.

—Gracias por la oportunidad de poder hablar con ella.—Dijo el  agente de 40 y tantos años.

Matthew salió, sin dirigir miradas hacia mí. Ahora mis trapos salieron al sol.

—Y ahora... ¿De qué quiere hablar? ¿Gusta una tasita de café? ¿Le traigo galletitas?

—¿Podría dejar de bromear? Vengo a hacer sus declaraciones, gracias a que sus crímenes son los siguientes... Por cierto dentro de poco tendrá que ir a la delegación a declararse culpable.

—¡Joder! Entonces... ¡Traigan a mi abogado! Señor agente no quiero parar en la cárcel..—Lloré falsamente.

—¡Ajá! Eso hubieras dicho antes de que cometieras barbaridades.
Bien, le diré su lista. 1.Crimen Organizado 2.Intento de robo 3.Asalto de bancos 4.Participó en un prostíbulo 5.Intento de Suicidio. ..—Mientras decía todas sus cosas, bueno mías hice mi cabeza hacia atrás, hasta que mencionó un punto.— 28. Intento de Homicidio a 4 personas.

Interrumpí.

—¡Espere!—Me acerqué a él viendo sus papeles y el me mostraba como idiota.—¿Y los demás? ¿No eran diez?—Solté una carcajada y los enfermeros me tomaron de los costados, en el forcejeo no pude quitármelos de encima y el agente volvió a hablar.

—¡ESTO NO ES UNA BROMA, MUCHO MENOS DIVERTIDO! ¿¡CÓMO SE ATREVE A JUGAR EN UNA SITUACIÓN COMO ÉSTA!? —Golpeó la mesa y se levantó rápidamente.

—Sólo le diré una cosa—Tomé aire miré hacia abajo una lágrima salió cayendo al suelo, los enfermeros aún me tenían agarrada—Usted... —Reí.

—¡¿De qué se ríe?!—Pude sentir su mirada plasmada en mí.

—Usted y los que trabajan por usted son una Mierda de corruptos, unos inhumanos... Una bola de buenos para nada llamando la atención que hacen el bien pero lo único que hacen es hacer más daño a los demás...

Susurré aún mirando el SUELO.

—¡¡TODOS USTEDES LOS QUE SON POLÍTICOS SON UNA PORQUERÍA MUERTOS DE HAMBRE LO ÚNICO QUE HACEN ES SOBORNAR A LAS PERSONAS INOCENTES, QUITARLES SU DINERO AL IGUAL QUE SUS PERTENENCIAS QUÉ CON SU SANGRE Y SUDOR PERDIERON PARA CONSEGUIRLO!!—Me movía bruscamente, no me soltaban seguían aferrándose a mí.—¡¡AGHH!! SUELTENME INÚTILES, POR ESO QUICE LOGRAR ESTA VENGANZA, PARA PODER GRITARTE A  TI, TU FAMILIA Y EN TU MALDITA CARA LA PORQUERÍA QUE SON, Y LO QUE LE HICISTE A MI VIDA!! LA ECHASTE A PERDER...

Me tomaban más con fuerza casi cargando... En ese momento quería llorar, gritar, sacar todo mi odio que sentía, la desesperación de mi alma, la sed que me invade, él me miraba sorprendido por mis palabras, pero era la verdad.

—¡Llévensela a su cuarto y calmenla con un sedante está loca!—Dijo y me señalaba con el dedo.

—¡Ya vi por qué te avergüenzas de mí! ¡Pero te diré algo pronto saldré de aquí y la buscaré! Junto con tu "Otra hija que tanto amas" juro que me seguiré vengando hasta verte a ti y a ella en el infierno!!—Le gritaba mientras me llevaban los enfermeros a la salida, justamente a llevarme a mi dormitorio.

—¡Dense prisa! ¡Saquenla!—De tantos gritos hice que llegara el doctor Matthew corriendo y agitado... Lo miré con lágrimas en mis ojos. No me había dado cuenta que uno de los enfermeros me había sedado. —Matthew...—Dije algo cansada pero soportaba el sedante. —No quiero volver a verte por aquí... Te odio maldito mentiroso. Tu eres el que ahora me das más vergüenza... Nunca te importé.—Le dije al agente mirándolo un momento y regresé mi mirada a Matthew.

Sentí como mi cuerpo se iba cayendo, se nubló mi vista tornándose oscuro, no tenía fuerzas lo único que recordé fue la mirada de Matthew y la mirada de odio por parte de mi padre...