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Capítulo 22

TaeHyung se sentía incómodo y no podía disimular su descontento. Había podido entender el por qué HoSeok y su ex se llevaban bien luego de lo sucedido, al menos lo entendió aquella vez cuando los vio juntos. Lo había tomado con tanta calma, que no podía creerlo, quizá fue porque estaba demasiado concentrado en ver a HoSeok luego de tanto tiempo, incluso cuando él lo ignoró no atribuyó el motivo a que estuviese aquella chica allí en el medio. Pero ahora, todo era diferente, si ella tenía otras intenciones, si quería regresar con HoSeok, entonces él no podía quedarse de brazos cruzados, y aun así sentía miedo, aquella situación lo ponía inseguro, celoso, enojado e impotente, porque no podía hacer mucho.
《Donde hubo fuego, cenizas quedan》, recordaba ese maldito dicho que daba vueltas y vueltas en su cabeza cada vez que veía como ella lo miraba a HoSeok. Es que, si ella daba todo de si para recuperarlo, ¿Cuánto podía tardar en que él terminara accediendo?, TaeHyung sabía cuan peligrosas eran las mujeres, y el amor que HoSeok le tenía a él, no le bastaba en esos momentos, sus celos terribles le nublaban la mente e incluso la cordura.
Si tan solo HoSeok se le declarara formalmente, si le hiciera aquella pregunta tan esperada, las cosas serían diferentes, aquello le daría cierta seguridad, pero el Idol no lo hacía, y no es que el castaño fuese egoísta o no pudiese comprender las razones por las que HoSeok no se lo proponía, porque sí que las entendía, de hecho se sabía aquél discurso de memoria: 《Soy una figura pública, un Idol, una persona famosa, no podemos hacer lo que la mayoría de la gente hace, dame tiempo, veré como resolverlo》, pero lo que a TaeHyung lo turbaba, era que se sentía en el medio de un laberinto sumergido en la absoluta oscuridad, sentía que de aquella situación con HoSeok, no saldría, que esa seguridad que él le había dado aquél día cuando dijo que podría resolver las cosas, no era más que un simple palabrerío para tranquilizarlo, que las cosas no iban a cambiar, porque aquellas “cosas” que debían cambiarse, no era más que la mente de las personas, sus prejuicios, la forma de ver a los demás y eso, era casi imposible de modificarse.
Agitando su cabeza de un lado a otro, intentando disipar sus pensamientos negativos, TaeHyung comenzó a caminar hasta la salida. Al verlo, HoSeok lo llamó en voz alta pero este no volteó. Se limitó a levantar su mano y agitarla débilmente en señal de saludo.
HoSeok, pensó que el motivo por el cual TaeHyung se estaba yendo, era que estaba aburrido de esperar allí, seguramente estaría molesto por esa misma razón. No le dio muchas vueltas al asunto. Luego lo llamaría por teléfono disculpándose, porque se sentía culpable a pesar de que no tenía opción. Este fue a la oficina, tomó una carpeta donde guardaba su próximo contrato, el cual no había firmado aún, y regresó a la sala de descanso. Justo cuando iba a sentarse, vio sobre el sillón los lentes de TaeHyung, perfecto,  una excusa para llamarlo en ese instante. Tomó su teléfono y marcó el numero correspondiente.

— ¿TaeHyung?, has olvidado tus lentes, ¿Quieres que te los lleve más tarde?

—No es necesario, puedo ir por ellos otro día, gracias. —La voz de TaeHyung sonaba apagada y HoSeok lo notó.

— ¿Estás bien?, ¿Por qué te fuiste tan rápido sin siquiera despedirte bien de mi?

— ¿Querías que te diese un beso frente a todos?

—Sabes que no es a ello a lo que me refiero. —HoSeok suspiró.

—Tan solo no quería molestarte, estabas ocupado.— 《Ocupado hablando con esa chica fastidiosa》 pensó.

—No me molestas, te lo he dicho muchas veces, a parte se está haciendo de noche, al menos hubieses esperado y te llevaba de regreso.

—No es necesario… —TaeHyung sintió detrás de si, las luces de un automóvil, se dio la vuelta y aquél coche oscuro lo estaba encandilando, el que el automóvil avanzara a punto muerto, prácticamente a paso de hombre tras él, lo hizo naturalmente sentir miedo, aparte porque aquél auto era demasiado similar al que había intentado atropellarlo la última vez. Se puso demasiado nervioso.

—HoSeok, t-te llamo luego, debo colgar. —No esperó si quiera una respuesta, colgó su teléfono, lo guardó con prisa en el bolsillo de sus jeans y , en lugar de seguir por donde venía, dobló la esquina, si el automóvil también doblaba, evidentemente lo estaba siguiendo. TaeHyung caminaba trastabillando, el sol se había ocultado y el alumbrado público ya se había encendido, muy poca gente caminaba por los alrededores. Se paralizó en cuanto el automóvil dobló tras él, yendo con evidente lentitud.
A pesar de que se estaba alejando del camino de regreso, caminó una cuadra más y volvió a doblar con prisa, como si estuviese dando vuelta la manzana, estaba yendo en el sentido contrario en el que venía, con esto, muy probablemente alertaría a quienes lo perseguían. Acto seguido, el coche se detuvo y bajó un hombre al que no se le podía ver el rostro. Tenía una gorra y  la sombra proyectaba sobre su cara, cubriéndole los ojos.
TaeHyung comenzó a correr y lo hizo por aproximadamente tres cuadras, había una zona oscura y aprovechó para esconderse frente a la entrada de una tienda que se encontraba cerrada, en medio de la oscuridad, sacó su teléfono y se puso frente a la pared para no alertar a quien lo perseguía con la luz del móvil.
Marcó el número tres. Agradecía haber puesto al oficial en marcado rápido.

—JungKook, estoy en problemas, alguien me está siguiendo. —Dijo casi en susurros con la voz temblorosa.

—Envíame tu ubicación por mensaje, ya voy para allá.

TaeHyung cortó la llamada, le compartió su ubicación al oficial y se quedó en medio de la oscuridad, tenía miedo y no quería incluso mover ni un músculo, temía incluso respirar. Caminó lentamente por la senda peatonal, solo en aquellas entradas que estaban sumergidas en la oscuridad, volvió a doblar y dio vuelta la manzana, caminó otras tres cuadras y ahora se encontraba exactamente por donde venía antes de darse cuenta que lo estaban siguiendo, si lograba cruzar la calle, solo tendría que caminar aproximadamente cinco cuadras hasta la estación de subte, allí estaría atestado de gente y se sentiría más seguro.
Cuando llegó a la esquina y estaba a punto de cruzar, vio que si bien el automóvil estaba lejos, avanzando con lentitud y alumbrando los lugares oscuros, el hombre venía caminando exactamente hacia él, TaeHyung en vez de cruzar, se quedó muy quieto, de nuevo contra una pared, en la oscuridad. El oficial no llegaba y se iba poniendo cada vez mas nervioso; el hombre estaba casi pisándole los talones, caminaba por la misma vereda bien lento, mirando todo a su alrededor. Al menos ello era indicio de que no lo había visto aun, pero iba a hacerlo si JungKook no llegaba pronto. El castaño pensó en correr a toda velocidad, solo eran pocas cuadras, pero descartó esa posibilidad en seguida, sus piernas le temblaban y no iba a poder correr tan rápido como quisiera, ¿y si el hombre tenía un arma?, alguien que había matado de una manera tan despiadada a un  ser indefenso, seguramente estaría armado, una persona cruel y sin escrúpulos.
Detuvo su respiración cuando vio al hombre correr hacia él de un segundo a otro, ¿lo habia visto?, Taehyung cerró sus ojos y se quedó aun más quieto, sabía que huir no sería de mucha utilidad.
Extrañamente, el hombre siguió de largo, siquiera volteo a verlo, el automóvil que venía yendo en sentido contrario, dobló y apareció de nuevo en la carretera, se detuvo tan solo un segundo para que el hombre que venía corriendo se subiese, y seguido de ello, aceleraron a toda velocidad directo a la autopista.
Pudo entender el motivo en cuanto vio aquellas luces parpadeantes de color azul, nunca se había alegrado tanto de ver aquellas luces.
El oficial detuvo el automóvil y le hizo una seña con la mano a TaeHyung para que se subiese. JungKook sabía que quizá, hubiera sido mejor llegar de incognito, así podría quizá haber atrapado a los sospechosos, pero aquello, hubiese sido peligroso para Taehyung, no sabía en que situación se encontraba, quizá el castaño estaba ya en manos de aquella gente y el factor sorpresa podría haber desencadenado una lluvia de disparos que podrían haber herido a TaeHyung. En cambio, puso las luces para poder ser divisado en la distancia y darles la posibilidad a los sospechosos a que se alejasen.
TaeHyung se subió al automóvil junto al oficial, estaba temblando y no lograba controlarse, tenía un ataque de nervios. JungKook le indicó en que todo iba a estar bien, que iban a lograr dar con los que lo estaban acechando, el pelinegro se estaba preguntando en el porqué los ataques eran cada vez mas constantes, debía estar alerta.
Mientras iban por la carretera, JungKook repasaba mentalmente las escasas pistas que tenía y TaeHyung intentaba calmar su agitada respiración.
Al llegar al edificio, ambos se bajaron y caminaron hasta el ascensor, claramente JungKook no iba a permitir que el castaño estuviese solo. Este se mantenía en silencio y tanto sus manos como sus piernas, permanecían temblorosas. El pelinegro se daba cuenta del cambio que había surgido en Kim TaeHyung desde hacía unos meses hasta la fecha actual, no recordaba que fuese miedoso e inseguro, aquellas palabras que decían “Lo que no te mata te hace más fuerte” no aplicaban con el abatido muchacho. Cada cosa sucedida en los últimos meses, lo habían debilitado, como si ya no tuviese las fuerzas necesarias para afrontar la situación por la que estaba pasando.
Al llegar, TaeHyung abrió la puerta lentamente y encendió las luces, se quedó quieto bajo el marco de la puerta sin avanzar. JungKook se adelantó y comenzó a inspeccionar cada rincón del departamento. No había nadie, pero si una nota sobre la pequeña mesa de café frente al sillón de la sala. La caligrafía era muy mala y no logró entender, asi que se la entrego a TaeHyung. Después de todo, era para él y no parecía una nota de amenaza.

TaeHyunie, salí con Jimin, no te preocupes, regreso pronto. YoonGi.”

¿Con Jimin?, ¿había leído bien?, creía que no se llevaban bien. De todas formas se alegró de saberlo, YoonGi había estado junto a él durante todas esas semanas en las que estuvo en su cama sin ánimos de salir y le agradaba la idea de que ahora su amigo saliese y se distendiera un poco de los problemas.

— ¿JungKook?, ¿Qué haces? —Preguntó al notar como el oficial chequeaba algo en su teléfono y balbuceaba por lo bajo.

—Es que soy un idiota, a veces cuestiono en cómo logré convertirme en policía. Creí que no teníamos ninguna pista, pero si que tenemos, y me di cuenta recién ahora al ver la nota de tu amigo. El sospechoso, escribió a mano la nota que dejaron en la caja, ¿Recuerdas?, la tengo dentro de un folio en mi oficina.

— Seguramente mandó a alguien a que escribiese la nota por él. —Respondió el castaño escéptico.

—Eso lo veremos. Tú no sabes la cantidad de pistas que se pueden encontrar en un simple papel y tinta. De todas formas, me gustaría que pudieses pasarme algún escrito de las personas cercanas a ti, solo para descartar. Sobre todo de tu amigo HoSeok.

TaeHyung frunció el ceño, aun asi no dijo lo que pensaba al respecto, se limitó a estirar la mano y entregarle la nota de YoonGi.

Por el momento, ambos se relajaron en el sillón de la sala y se dispusieron a beber café. TaeHyung se encontraba más tranquilo, junto a JungKook sentía seguridad. Estaban hablando cuando sintieron el timbre sonar.
TaeHyung se tensó, pero se levantó a atender sabiendo que podía tratarse de YoonGi o Jin. JungKook alerta, dejó el café sobre la mesita y no le quitó la vista a la puerta.
El castaño abrió dudoso y allí se encontró con quien menos hubiese imaginado.

—HoSeok… ¿Qué haces aquí?

—Me preocupé mucho por ti, tu voz sonaba asustada y no sabía lo que te había... —Hizo una pausa al ver detrás de TaeHyung, a un oficial de policía sentado en el sillón de la sala.

—TaeHyung, ¿está todo bien?

Este se hizo a un lado y le hizo una seña para que pasara, cerró la puerta tras él y respondió.

—Si, todo está bien, es solo un amigo, estabamos bebiendo café.

A lo lejos, TaeHyung le hizo una seña disimulada a JungKook, llevando su dedo incide a los labios, indicándole que guardara silencio, que no dijera el motivo por el cuál estaba allí.
Seña que JungKook vio, pero que mal interpretó. Para el oficial, HoSeok era uno de los sospechosos, y veía que el semblante de TaeHyung, manifestaba preocupación y nerviosismo.  ¿TaeHyung tenia miedo de HoSeok?, cuando el castaño abrió la puerta, había mantenido una conversación con el idol en voz baja, ¿HoSeok lo había amenazado?

—HoSeok, deberías irte, te llamaré luego. —Musitó TaeHyung, algo intranquilo.

JungKook seguía viendo como ambos susurraban, aquello le parecía sospechoso. Pero la realidad era muy ajena a sus sospechas.

—TaeHyung… ¿Puedes venir un momento? —Preguntó el pelinegro con el ceño fruncido.

TaeHyung miró preocupado a HoSeok y luego se volteó hasta donde JungKook se encontraba.

— Si, ¿Qué sucede?

— ¿Podemos hablar? —Miró hacia donde HoSeok se encontraba y prosiguió—, a solas.

HoSeok quien había escuchado todo, se tensó. ¿Por qué aquel sujeto tenía que hablar a solas con TaeHyung?, ¿Qué tendría para decirle que él no pudiese escuchar?
Aquella situación, estaba generando un mar de confusiones para todos los presentes.
TaeHyung volteó hacia HoSeok un momento y le hizo una seña para que aguardase. Seguido, caminó hacia la cocina con JungKook.

— ¿Qué es lo que sucede? —Preguntó susurrando.

—¿Quieres que me encargue de él?, ¿te esta amenazando?

—¿Qué?, ¿de quien estas hablando?

—De HoSeok, ¿por que estás tan nervioso desde que llegó?, ¿que sucede con él?

TaeHyung no daba crédito a lo que oía, era muy alejado a la realidad, lo que menos quería era que JungKook sospechara de HoSeok.

—N-no, no, él no tiene nada que ver, te lo aseguro, la razón por la que está aquí, es porque yo estaba hablando con él cuando sentí que me seguían, me notó preocupado y vino a ver si me encontraba bien.
Estoy nervioso porque no quiero que HoSeok sepa esto, aun no estoy preparado para decirle la verdad.

HoSeok, quien se había acercado hasta la puerta de la cocina, escuchó esto último y se quedó pensando por un momento. TaeHyung le estaba ocultando algo, ¿Qué sería?, ¿a caso él… no. No quería pensar algo como aquello, aun asi decidió marcharse, no podría hablar con el castaño frente aquél sujeto, asi que de nada servía permanecer allí.

— ¿Seguro es ello? —Preguntó JungKook.

—Si, no quiero preocuparlo, ya bastante tengo con YoonGi y Jin, viven al pendiente de mi y prácticamente no tienen vida, mi hermano no me lo ha dicho, pero me he dado cuenta que incluso ha dejado la Universidad para estar más al pendiente de mi. No puedo hacerle esto también a HoSeok. Creme, confío en las personas que están a mi alrededor.

JungKook se limitó a asentir con la cabeza. TaeHyung suspiró y caminó de regreso a la sala, no se extrañó el no haber visto a HoSeok, solo esperaba que no haya mal entendido la situación, más tarde lo llamaría e intentaría aclarar las cosas.
Ambos se sentaron a terminar su café y no hablaron más al respecto.
JungKook estaba comentando lo que había hecho durante el día, en cómo había llegado a ser oficial y en lo incompetentes que eran muchos de sus compañeros, TaeHyung escuchaba atentamente, era agradable distraerse por un rato y ya no pensar en sus problemas. Poco a poco, tanto JungKook como TaeHyung, iban haciéndose cada vez más cercanos, y para TaeHyung, la amistad con JungKook era lo mejor que le podía suceder en esos momentos.

YoonGi estaba sentado frente a la pantalla, en el estudio de grabación de Jimin. Una vez más se encontraba puliendo los últimos detalles de la canción en la que había estado trabajando. Jimin estaba en silencio junto a él, ayudándolo. Estaban editando la pista que había hecho hacía unos días. Le había gustado muchisimo a pesar de que necesitaba varias mejoras, Jimin dijo que aquella música se oía algo plana y vacía, que necesitaba algo más y YoonGi estaba de acuerdo con ello, por esa razón, el pálido se acercó hasta el piano eléctrico conectado a la computadora y comenzó a teclear sobre la pista que sonaba. Jimin, quien estaba escuchando maravillado el sonido que producía el piano, comenzó a tararear al ritmo de la melodía.
YoonGi continuó tocando, cerró sus ojos y se concentró en la voz armoniosa de Jimin, la voz más dulce que sus oídos habían oído jamás. Park Jimin cantaba como un Angel. ¿Cómo es que no lo había oído antes?
Sin aviso, Jimin se quedo en silencio y YoonGi abrió los ojos.

—¿Por qué te detienes?

—YoonGi, ¿quieres salir a cenar?, hemos estado aquí varias horas, tengo hambre. —Dijo encogiéndose de hombros.

—Quiero terminar esto, puedes ir tú. —YoonGi posicionó sus dedos nuevamente en las teclas del piano.

—De acuerdo. —Musitó con un tono apesadumbrado, más del que le hubiese gustado trasmitir. Agachó la cabeza y tomó su abrigo. —Hasta luego.

—Jimin… —YoonGi suspiró sonoramente y cliqueó en “guardar”.— Espérame, voy contigo.

— ¿Qué te hizo cambiar de idea? —Preguntó Jimin en arqueando una ceja.

— ¿No quieres que te acompañe?

—S-si, si quiero.

—Entonces no preguntes y vamos. Por cierto… esta vez, yo elijo el lugar.

Jimin sonrió disimuladamente y caminó hasta la salida seguido del pálido. En cuanto cerró la puerta, se encaminó hasta donde estaba aparcado su coche, pero YoonGi lo detuvo.

—No, iremos caminando.

—Pero YoonGi, alguien puede reconocerme, no tengo ganas de que la gente se me acerque a tomar fotografías estoy cansado.

—Quítate el abrigo.

Jimin aun sin comprender, hizo caso y se lo quitó.

—Déjalo en tu automóvil.

Jimin abrió el coche y metió su abrigo dentro.
Por el contrario, YoonGi se quitó su sudadera y se la entregó al pelinegro. 

—Ponte esto.

Jimin se quedo viendo la prenda gastada frente a él, dudó un poco pero la tomó, por una milésima de segundo, dudó respecto al talle, ¿Y si aquella prenda no le entraba? Pero su inseguridad de esfumó en cuanto se la puso, no solo que le entraba, sino que incluso le quedaba holgada.

—Ponte la gorra de la sudadera.

Jimin hizo caso y se la puso.

—Listo, no es mucha ciencia, nadie creerá que Park Jimin, quien siempre viste ropa cara de diseñador y anda en su automóvil de lujo por lugares donde solo la gente adinerada va, esté caminando con prendas gastadas en un barrio pobre, junto a un desalineado chico con cara de drogadicto.
Jimin rió con eso último y negó con la cabeza.
YoonGi encogió sus hombros y avanzó a paso rápido mientras Jimin lo seguía detrás, este se sentía tan feliz, observaba al pálido de espaldas y pensaba en cuánto le gustaba, cada vez que estaba junto a él, todas sus emociones se ponían al límite, la alegría, los celos, las inseguridades, las tristezas y la felicidad, porque sin saberlo, YoonGi tenía el corazón de Jimin en sus manos, podía cuidarlo y protegerlo como un gran tesoro en una caja de cristal o estrujarlo y hacerlo trizas. Eso era justamente lo que estaba pensando el pelinegro, ¿Cómo se había dejado llevar hasta tal punto?, ¿Cómo era posible que le gustase alguien tan terco, serio, ermitaño y gruñón?, quizá porque YoonGi le había demostrado que a pesar de ello, tenía un corazón bondadoso, sensible y sincero, eso era lo que más lo había cautivado, eso y su deslumbrante sonrisa. 
En breve se alejaron de Gangman y YoonGi se relajó, aquél lugar lleno de gente rica y presumida, lo ponía nervioso, detestaba esa clase de gente.
Caminaron varias cuadras hasta que al fin, se detuvieron en un restaurante de un brillante letrero con luces naranjas que decía: “ El barco Pirata” Jimin frunció el ceño al echar un vistazo hacia dentro. Había un hombre gordo con una camiseta de rallas celestes y blancas con un parche en el ojo, estaba tras la barra de bebidas.

—¿Aquí es donde me traes a cenar? —Preguntó.

YoonGi se adentró a aquél lugar y con ello le dio una clara respuesta.

—¡Charlie!, ¡tiempo sin verte! —Dijo al hombre disfrazado de pirata.

El hombre, al ver a YoonGi, caminó hasta él y le dio un abrazo amistoso.

—Me alegra verte por aquí, YoonGi. Pasen, les daré la mejor mesa.

Ambos rieron, pero Jimin no entendió el chiste. Para él todas las mesas le parecían iguales y grotescas. El lugar parecía estar limpio, la música de fondo era agradable, las mesas no tenían manteles ni decoraciones, las sillas eran de madera rústica, el suelo también era de madera y las paredes estaban pintadas de un color celeste claro con dibujos de peces, había también decoraciones de anclas y barcos. Una tétrica decoración marina.

—Pónganse cómodos, en seguida les traigo la comida.

—¿Y el menú? —Preguntó Jimin.

— ¿De donde sacaste a este muchacho, YoonGi? —Respondió el hombre riendo y caminó hasta la cocina.

—Este lugar es el más famoso de la zona, Charlie es el dueño del restaurante y es mi amigo, aquí no hay menú, ya que solo sirven un solo platillo.

— ¿Uno solo?, nunca había escuchado algo como eso, que curioso.

YoonGi sonrió ante aquél comentario, aquello era muy común en ese tipo de restaurantes, pero no le extrañaba que Jimin no lo supiera, él era de un mundo diferente a el de él. Solo que a veces lo olvidaba.

A los pocos minutos, se acercó una muchacha con un gorro pirata y depositó dos vasos grandes de cerveza en la mesa. Al ver a YoonGi, lo reconoció al instante y lo saludó efusivamente.

—¡Yoonie! , que gusto verte, ya estabamos creyendo que te habías mudado o algo así.

—Me alegra verte, Yamil, no podría mudarme y alejarme de este lugar.

—Sigues tan guapo como siempre. —Respondió la muchacha con una pequeña sonrisa.

Jimin apretó sus puños debajo de la mesa, era evidente que la chica le estaba coqueteando.

En seguida, el hombre llegó con dos platos de comida y los puso sobre la mesa.

—Disfruten su cena, muchachos, ven Yamil, ya no los molestes.

La chica hizo un puchero y se fue a la cocina a continuar sus labores.

Jimin miró su plato de comida, allí había calamares fritos y croquetas de arroz.

— ¿Cómo se supone que coma si no nos ha traído cubiertos?

YoonGi sonrió y mostró sus manos mientras agitaba sus dedos. Acto seguido, tomó un pequeño calamar y se lo metió a la boca.

Comer con la mano, otra cosa que Jimin jamás había hecho. Sacó un pequeño sanitizante en gel del bolsillo de sus jeans, se lo aplicó en las manos y procedió a comer.
Luego de unos minutos, ya se había acostumbrado, aquello le había encantado.
Ambos estaban riendo, y hablando de cosas sin importancia, tan solo pasando un momento agradable. Jimin se sentía demasiado cómodo, nadie lo observaba, no tenía que pretender ni fingir, podía ser él mismo. Incluso YoonGi se sorprendía al notar a Jimin tan relajado y divertido, ese era el Jimin que le agradaba, y comenzaba a pensar en que ese era el verdadero Jimin.
La comida estaba tan deliciosa, que al finalizar, el pelinegro pidió una orden extra para llevar.
Luego de despedirse amigable y efusivamente del hombre, comenzaron el camino de regreso.

—Contigo hago cosas que jamás pensé que haría, gracias por ello. —Dijo Jimin mientras iban caminando por la vereda iluminada con tenue luz color amarillo.

—Jimin… —YoonGi suspiró—, siento que debo disculparme, que te he juzgado mal. 

—Está bien, estoy acostumbrado, no debes sentirte mal por ello, sé que no lo hiciste adrede.

—No es que me sienta mal, aquello no me quita el sueño, pero quiero que lo sepas. Si te he lastimado, no ha sido mi intención, siempre digo lo que pienso, y a veces ello no es bueno. Perdón.

Jimin sonrió. Su corazón latía tan fuerte que lo aturdía.

—Decir lo que uno piensa es bueno, mi error fue permitir que aquello me hiriera, no fue tu culpa.

Ambos caminaron en silencio y lamentablemente, llegaron demasiado pronto, más del que Jimin hubiese querido.

—Podemos seguir otro día, se nos ha hecho demasiado tarde y siento que ya debo regresar o preocuparé a TaeHyung. —Dijo YoonGi en cuanto se detuvieron frente a la puerta del estudio.

—Te llevaré hasta el departamento de tu amigo, ven. —Respondió Jimin mientras caminaba hasta su coche.

YoonGi aceptó sin ningún tipo de objeción, estaba cansado.
Jimin colocó la bolsa con comida en el asiento trasero mientras YoonGi se sentaba en el asiento del acompañante. En cuanto el pelinegro se sentó, antes de arrancar, tomó el extremo inferior de la sudadera que le había prestado YoonGi y la levantó hacia arriba para quitársela,  su camiseta se enganchó en la sudadera y se salió junto a esta. Jimin se puso rojo, estaba con el torso desnudo frente a YoonGi, no le importaba que este ya lo había visto incluso desnudo, fue hace mucho tiempo y aquella vez no sentía nada por él y aparte estaba inconsciente.
Mientras Jimin intentaba torpemente colocarse la prenda, YoonGi no dejaba de contemplarlo.

—Tienes una bonita piel. —Dijo el pálido en voz baja. Y hubiese preferido no haber dicho eso. Jimin detuvo sus movimientos.

—Gracias. —Se limitó a decir. Se colocó la camiseta y le entregó la sudadera a YoonGi.

—No era necesario que me la devolvieses hoy.

—Entonces ¿Puedo quedármela?, te la cambio por la mía.

—No es mi estilo.

—Por favor, me gusta mucho, en verdad la quiero, pero no quiero dejarte sin abrigo, ten la mía en su lugar.

YoonGi no entendía por qué motivo Jimin querría una sudadera vieja y gastada, pero accedió a su petición.

—De acuerdo, trato hecho. – Siempre terminaba accediendo a todo lo que el pelinegro le pedía. 

Jimin sonrió alegremente y se aferró a la sudadera como si fuese el más grande de los tesoros. Y para él eso era, la colocó con mucho cuidado en el asiento trasero, se puso el cinturón de seguridad y aceleró rumbo a la autopista.
El tránsito estaba tranquilo debido a la hora, Jimin tarareaba la melodía que YoonGi había estado editando horas antes  mientras intentaba grabar en su mente cada minuto de aquella noche tan agradable.
YoonGi iba inclinado hacia atrás, con su cabeza apoyada en el asiento, mantenía sus ojos cerrados y sus oídos se llenaban de esa armoniosa y dulce voz. 
Pudo haberse quedado dormido pero en pocos minutos, ya se encontraban frente al departamento de TaeHyung, Jimin no quería despedirse, pero no podía hacer nada al respecto, ya era tarde.
YoonGi tomó el abrigo de Jimin y se quitó el cinturón de seguridad, pero no abrió la puerta. En lugar de marcharse se quedó sentado, en silencio sin moverse.
Jimin lo miró curioso.

— ¿Qué sucede? —Preguntó.

Y en menos de un segundo, tenía los labios de YoonGi depositados sobre los suyos. 


Este es literalmente el capítulo más largo que he escrito y a partir de ahora serán todos así.
Gracias por leerme, aprecio que hayan llegado hasta aquí y que lean a la par de mis actualizaciones, así tengo trato con ustedes en tiempo real, algo que me gusta mucho :')
¡Les Amo!

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